miércoles, febrero 24, 2016

Populismo, Made in USA. Pedro Corzo sobre las campañas de Donald Trump y Bernie Sanders


 Populismo, Made in USA

*******
Los populistas más que ideas elaboradas sostenidas sobre pesquisas serias, trabajan con consignas, recurren a propuestas milagrosas sin aventurar el mecanismo y sostenimientos de las soluciones que pregonan.
*******

Por Pedro Corzo
febrero 23, 2016

Estados Unidos es el escenario de una campaña muy singular en la que se debaten dos propuestas populistas antagónicas en origen y objetivos, abanderadas por sendos candidatos con caracteres y proyecciones que no pueden ser más diferentes.

Otro aspecto de interés es que aunque los discursos y sus respectivas propuestas son radicalmente opuestos, ambas parecen contar con suficiente respaldo para que cada uno de sus líderes aparenten tener posibilidades de éxito, lo que demuestra que al menos un importante sector del electorado estadounidense, está a favor de cambios radicales con orientaciones disparejas.

En los países latinoamericanos, predios favoritos de caudillos cargados de promesas con poca capacidad y menos disposición para cumplirlas, muy pocas veces, si es que ha ocurrido, se ha presentado más de un hacedor de sueños en una misma elección como acontece este año en el país más poderoso del mundo.

El populismo no es precisamente la expresión de una doctrina determinada. En ocasiones es una mezcla de ideas y propuestas difíciles de encasillar. Por ejemplo Benito Mussolini trasmutó de líder socialista a dictador fascista y Fidel Castro con un discurso nacionalista y de justicia social, impuso una autocracia sostenida sobre normas marxista.

El populismo se identifica más por las denuncias de sus abanderados, que por la ideología que promuevan o que hayan encarnado en el pasado.

Consideran las instituciones del estado un estorbo a eliminar. El hechizo de sus propuestas harán posible la construcción de sus promesas. El populista recurre a los sentimientos y frustraciones ciudadanas, manipula a sus seguidores hasta transformarlos en una masa de partidariosirritados sin capacidad para dirimir racionalmente lo negativo o positivo de lo que apoya o rechaza.

(Donald Trump y Bernie Sanders)

Los populistas más que ideas elaboradas sostenidas sobre pesquisas serias, trabajan con consignas, recurren a propuestas milagrosas sin aventurar el mecanismo y sostenimientos de las soluciones que pregonan. La mayoría de los dirigentes populistas han irrumpido en la política de forma abrupta, prácticamente sin antecedentes en la gestión social, con discursos y propuestas contrarias a lo convencional, presentando soluciones radicales a los problemas, y generando crispación y rivalidad en la comunidad.

Aunque no hay reglas sin excepción. Hay quienes después de estar años identificados con una agrupación política, deciden reinventarse y asumir posiciones de liderazgo a través de la radicalización de sus propuestas o cambian drásticamente de rumbo por oportunismo o convicción.

Su bandera es la de la conveniencia. Atacan el sistema y a quienes lo representan, se presentan como excluidos sin importar las posiciones políticas que ocupen o la fortuna que disfruten. Rechazan la política y a sus representantes con propuestas demagógicas, divisivas, denigran el sistema aunque hayan sido o sean parte del mismo.

Las diferencias de carácter, origen y formación entre Donald Trump y Bernie Sanders son abismales,sus propuestas radicalmente opuestas y sus objetivos muy diferentes.

Trump, es un empresario exitoso, egocéntrico, con un lenguaje fuerte y agresivo,a veces grosero, que recurre con frecuencia a la ofensa. Presenta una imagen de hombre duro dispuesto a usar medidas extremas contra quienes le adversen.

Ha coqueteado con alguna regularidad con la política, pero culpa a los profesionales de la misma de no haber resuelto los problemas y hasta de agravarlos, por no asumir los riesgos que puedan derivarse de soluciones drásticas. Sus promesas no exponen,como es habitual, las formulas para resolver los problemas sociales. Contrario al discurso populista regular, no promete mejoras salariales y afirma que la economía debe ser conducida por los hombres de negocios.

Bernie Sanders, es un político profesional. Está en el congreso desde 1991. Se confiesa socialista, y su populismo si transita por lo políticamente correcto. Sus propuestas de "cambio real" auguran una especie de refundación nacional. Su discurso enfatiza las diferencias entre ricos y pobres, lo que se traduce como la promoción de una lucha de clase capitaneada por un senador que aunque ataca el sistema, forma parte del mismo y hasta aspira a ser presidente.

Solo se puede entender el respaldo popular alcanzado por Trump y Sanders en virtud de la frustración del electorado, ante los malos manejos de la clase política. Ambos candidatos de tendencias extremistas, de acceder a la presidencia, afectarían dramáticamente el presente y futuro de la nación.

Pero lo menos comprensible es que un número notable de jóvenes, estudiantes en particular, respalden propuestas de un candidato que defiende ideas que la historia ha demostrado que solo conducen al fracaso económico y a la pérdida de los derechos ciudadanos, pero también es devastador, que otro sector del país, apoye a un individuo capaz de afirmar que sus partidarios son tan leales que votarían por él aunque le disparase a las personas.
************
Añadido por el bloguista de Baracutey Cubano

¿POR QUÉ  ADOLFO HITLER   TUVO TANTO APOYO POPULAR Y DE LAS ÉLITES PARA  ALCANZAR EL PODER?. EL POPULISMO DE ADOLFO HITLER. AJUSTEN ESAS BASES PARTIDISTAS A NUESTROS TIEMPOS Y SOCIEDADES Y  VERÁN LAS GRANDES SIMILITUDES CON INDIVIDUOS POPULISTAS DE NUESTROS TIEMPOS AUNQUE SUS IDEOLOGÍAS APARENTEMENTE SON OPUESTAS.

Tomado de http://www.filosofia.org/hem/193/lce/lce025a.htm

El nacionalsocialismo alemán. El partido de Hitler

La elecciones alemanas del 14 de septiembre de 1930 popularizaron por el mundo las fuerzas políticas que acaudilla Adolfo Hitler. Fué el suyo un triunfo tan inesperado para los que desconocían la capacidad de propaganda y agitación del bloque nacionalsocialista, que por algún tiempo constituyó el eje de todos los comentarios sobre política internacional. De doce diputados en 1928, pasó a ciento siete en las elecciones a que nos referimos.

(Adolfo Hitler)

El nacimiento del nacionalsocialismo en su forma definitiva tiene lugar en Febrero de 1920. Lo fundó Hitler con el nombre de Nationalsozialistiche Deutsche Arbeiter-Partei. Es, pues, un partido de postguerra, a base de ideales de revancha, exaltación nacionalista y propaganda antisemita.

El éxito entre las masas ha sido de tal naturaleza, que acontece el hecho inexplicable de que en una época como la actual, donde la posición económica de las gentes polariza los ideales políticos, el nacionalsocialismo tenga adeptos entre la alta burguesía, la pequeña burguesía y el proletariado.

Programa del partido

Copiamos a continuación el programa inicial, al que cabe adscribir buena parte del triunfo. Naturalmente, un partido revolucionario como éste posee en alto grado desarrollada la capacidad oportunista, y no hay que esperar una fidelidad exagerada a sus artículos.

El programa, tal como se publicó en München el 24 de febrero de 1920, dice así:

«El programa del partido nacionalsocialista alemán es temporal. Reside en los jefes la facultad de trazar al partido nuevos fines, una vez que éstos sean alcanzados.


1.º Pedimos la unión de todos los alemanes, a base de una democracia del pueblo que haga posible la gran Alemania.

2.º Exigimos para Alemania los mismos derechos de que disfrutan los demás pueblos, y, por tanto, anulación de los Tratados de Versalles y San Germán.

3.º Exigimos campo y territorios (colonias) para la alimentación de nuestro pueblo y expansión del exceso de población.

4.º Sólo podrá ser ciudadano alemán el alemán nativo, racial. Sólo se considerará alemán racial al que tenga sangre alemana, sin referencia alguna confesional. Ningún judío puede, por tanto, ser de nuestra raza.

5.º Quien no sea ciudadano alemán sólo podrá vivir en Alemania a título de huésped y sometido a la ley que regule la vida de los extranjeros.

6.º El derecho a influir en la orientación y en las leyes del Estado es privativo del ciudadano. Por tanto, exigimos que cualquier empleo público, sea el que sea, del Imperio, ciudad o Municipio, esté desempeñado por ciudadanos alemanes.

7.º Exigimos que el Estado se comprometa a proporcionar trabajo y medios de subsistencia a los ciudadanos. Si no fuera posible la alimentación de toda la población debe expulsarse a los extranjeros.

8.º Debe evitarse la inmigración de no alemanes. Exigimos que los inmigrados no alemanes desde el 2 de Agosto de 1914, sean inmediatamente expulsados del país.

9.º Todos los ciudadanos deben tener los mismos derechos y obligaciones.

10. El primer deber de todo ciudadano consiste en trabajar, intelectual o físicamente. La actividad del individuo debe desenvolverse dentro de los intereses de la colectividad.

Para ello exigimos:

11. Suspensión de los ingresos que no reconozcan por origen el trabajo. No más explotación y servidumbre.

12. Teniendo en cuenta los enormes sacrificios en vidas y dinero que la guerra cuesta al pueblo, todo enriquecimiento personal debido a la guerra debe considerarse como un delito contra el pueblo.

13. Queremos la nacionalización de todos los trust.

14. Exigimos la participación en las grandes explotaciones.

15. Deseamos protección segura para la vejez.

16. Deseamos que se forme una clase media sana; que sean municipalizados inmediatamente todos los grandes consorcios y alquilados a bajos precios a los pequeños comerciantes, teniendo sobre todo en cuenta a los industriales que abastezcan al Estado y a los Municipios.

17. Exigimos una reforma del régimen agrario que se acomode a las necesidades nacionales; creación de una ley de expropiación de terrenos en beneficio de la colectividad. Anulación de la contribución territorial y la especulación de terrenos.

18. Exigimos lucha implacable contra aquellos que, por su actuación, perturben los intereses de la colectividad. Pena de muerte para los usureros y explotadores del pueblo.

19. Pedimos que se sustituya el Derecho romano por un Derecho colectivo alemán.

20. El Estado proporcionará medios a todos los alemanes capacitados de lograr una cultura superior y poder ocupar puestos directivos. Los planes de enseñanza de todos los establecimientos docentes han de acomodarse a las necesidades de la vida práctica. La idea del Estado debe explicarse en la escuela a los niños al tener uso de razón. Los niños pobres capaces y aptos para el estudio deben ser auxiliados por el Estado.

21. El Estado se ocupará de modo preferente en la sanidad pública, protegiendo a las madres y niños, favoreciendo la cultura física del pueblo por medio de leyes que hagan el deporte y la gimnasia obligatorios y ayudando de un modo decidido a las sociedades y corporaciones que fomenten el desarrollo físico de la juventud.

22. Pedimos la desaparición de las tropas asalariadas, y la formación, en su lugar, de un ejército del pueblo.

23. Exigimos sea perseguida de modo implacable por la ley la mentira política intencionada. Y para posibilitar una Prensa alemana pedimos:

a) Que todos los redactores y colaboradores de los periódicos que aparezcan en lengua alemana sean ciudadanos alemanes.

b) Los periódicos no alemanes han de estar por completo de acuerdo con el Estado. Y no podrán imprimirse en alemán.


c) Prohibición de que los no alemanes influyan económicamente o idealmente en los periódicos. La infracción debe castigarse con la suspensión del periódico y la expulsión inmediata del interesado.

Debe prohibirse toda publicación que perjudique el bienestar público. Lucha contra las tendencias artísticas o literarias que produzcan efectos desintegrales en la vida de nuestro pueblo.

24. Queremos libertad para toda clase de creencias religiosas dentro del Estado, siempre que no supongan un peligro o estén en oposición a las costumbres y moral de la raza germana.


El partido en sí es positivamente cristiano, sin puntualizar una creencia determinada. Luchará contra el espíritu materialista judío, convencido de que la salvación de nuestro pueblo llegará a base del siguiente principio: el bien comunal antes que el bien individual.

25. Para la realización de todo esto, queremos la formación de un Poder central del Estado. Autoridad del Parlamento político central sobre el resto del Estado y su organización. Formación de Cámaras corporativas y profesionales para su actuación dentro del margen que permita el Estado.

Los directores del partido prometen poner en juego todos los medios que sean precisos, incluso sus propias vidas, para llegar a la realización de los Puntos anteriormente expuestos.

München, 24 Febrero 1920.» 


***********
 
Luciano Pellicani, en su obra Lenin y Hitler, los dos rostros del totalitarismo, desentraña a la perfección el denominador común de ambas ideologías. Así, basta con leer los alegatos anticapitalistas de los líderes nazis para comprobar el germen puramente socialista del totalitarismo hitleriano:
  • Adolf Hitler: La lucha más fuerte no debía hacerse contra los pueblos enemigos, sino contra el capital internacional. La lucha contra el capital financiero internacional era el punto programático más importante en la lucha de la Nación alemana para su independencia económica y su libertad (...)
  • En la medida en que la economía se adueñó del Estado, el dinero se convirtió en el Dios que todos tenían que adorar de rodillas (...) La Bolsa empezó a triunfar y se dispuso lenta pero seguramente a someter a su control la vida de la nación (...) El capital debe permanecer al servicio del Estado y no tratar de convertirse en el amo de la nación.
  • Tampoco después de la guerra podremos renunciar a la dirección estatal de la economía, pues de otro modo todo grupo privado pensaría exclusivamente en la satisfacción de sus propias aspiraciones. Puesto que incluso en la gran masa del pueblo todo individuo obedece a objetivos egoístas, una actividad ordenada y sistemática de la economía nacional no es posible sin la dirección del Estado.
  • Yo no soy sólo el vencedor del marxismo, sino también su realizador. O sea, de aquella parte de él que es esencial y está justificada, despojada del dogma hebraico-talmúdico. El nacionalsocialismo es lo que el marxismo habría podido ser si hubiera conseguido romper sus lazos absurdos y superficiales con un orden democrático.
  • Joseph Goebbels: Nosotros somos socialistas (...) somos enemigos, enemigos mortales del actual sistema económico capitalista con su explotación de quien es económicamente débil, con su injusticia en la redistribución, con su desigualdad en los sueldos (...) Nosotros estamos decididos a destruir este sistema a toda costa (...) El Estado burgués ha llegado a su fin. Debemos formar una nueva Alemania (...) El futuro es la dictadura de la idea socialista del Estado (...) Ser socialista significa someter el Yo al Tú; socialismo significa sacrificar la personalidad individual al Todo.
  • S. H. Sesselman (líder el partido nazi en Múnich): Nosotros somos completamente de izquierda y nuestras exigencias son más radicales que las de los bolcheviques.
  • Gregor Strasser (presidente del partido nazi entre 1923 y 1925, mientras Hitler estuvo encarcelado): Nosotros, jóvenes alemanes de la guerra, nosotros, revolucionarios nacionalsocialistas, desencadenamos la lucha contra el capitalismo.

El programa político nazi incluía la "eliminación de las ganancias" y de la "esclavitud del interés", la "estatalización" de empresas estratégicas y la "expropiación" forzosa, sin indemnización, de la propiedad privada. Y si bien el régimen nazi no nacionalizó todos los medios de producción, puso la economía al servicio de los intereses del Estado, bajo amenaza de duras penas y castigos (expropiación, cárcel, trabajos forzosos y condena a muerte). No en vano, tal y como razonaba la cúpula nazi, "¿qué necesidad tenemos de socializar los bancos y las fábricas? Nosotros socializamos los seres humanos".

Así, no es extrañar que el último canciller de la República de Weimar, el general Kurt von Schleicher, advirtiera de que el programa nacionalsocialista "apenas era distinto del puro comunismo". De hecho, muchos de los que engrosaron las filas de las temidas SS y SA procedían de las filas comunistas, siendo su fin último el bolchevismo.

Visto lo visto, y puesto que los nazis combatieron tanto o más que los comunistas el malvado capitalismo, me pregunto por qué Ecuador no condena igualmente el asedio de las potencias aliadas al régimen de Hitler... O bien por qué los jóvenes antisistema no estampan el rostro del Führer sobre camisetas rojas con una esvástica de fondo, al más puro estilo Che Guevara. ¿A qué viene esta discriminación, si al fin y al cabo Hitler y el Che perseguían el mismo fin, empleando, además, medios tan similares?