La lista de Gabo. Nicolás Águila sobre la amistad de Gabriel García Márquez con el tirano Fidel Castro y la lista de presos y disidentes que ayudó a salir de Cuba
La lista de Gabo
Por Nicolás Águila
Madrid
22 de 2016
Cada vez que Gabriel García Márquez era cuestionado por su amistad con Fidel Castro, echaba mano a un argumento demagógico que lamentablemente algunos cubanos han dado por válido. GGM se justificaba así de su complicidad con el tirano:
“No podría calcular la cantidad de presos, de disidentes y conspiradores, que he ayudado, en absoluto silencio, a salir de la cárcel o a emigrar de Cuba en no menos de veinte años”.
Lo del “absoluto silencio” se entiende por la absoluta falta de transparencia en la isla de la opacidad informativa, donde nadie se entera de nada si no está muy bien relacionado con las altas esferas del poder. Pero lo del número incalculable de presos, disidentes o rehenes del castrismo que GGM ayudó a salir de la cárcel y/o del país, me suena a realismo mágico, a exageración macondiana, a puro alarde de quien quería construirse una leyenda de Schindler caribeño.
¿Cuántos presos y “conspiradores” (así les llamaba él) en realidad tuvieron la dicha de contar con la mediación de GGM? Según mis cálculos, sobran dedos de una mano para contarlos, aunque yo pudiera estar equivocado. Nunca he visto la misteriosa ‘lista de Gabo’.
Pero si fueran dos docenas, o incluso un centenar, tampoco sería para tirarle confetis. No por haber conseguido la excarcelación de un puñado de presos, la mayoría escritores y todos injustamente encarcelados, hay que perdonarle lo otro, pues es en ese ‘otro’ donde está lo definitorio.
En cualquier análisis costo-beneficio siempre pesará mucho más el daño que le ha hecho a Cuba la legitimación de la tiranía por parte de un escritor célebre y uno de los máximos exponentes de lo que se ha dado en llamar ‘la mística latinoamericana’. Lo cual no es más que la bobería telúrica del castrismo en Macondoamérica. Una pejiguera sin vuelta de hoja.
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Ileana de la Guardia: “El fusilamienLto de mi padre es un shock terrible”
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Ileana de la Guardia no tiene dudas. En los fusilamientos de su padre, Antonio de la Guardia, y del General Arnaldo Ochoa, hay un claro mensaje por parte de Fidel Castro. Este es: “Aplastar cualquier expresión de rebeldía o de disidencia ideológica”, sobre todo si viene del sector de las fuerzas armadas
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Eduardo Marenco
Enviado Especial
eduardo.marenco@laprensa.com.ni
MIAMI. Ileana de la Guardia recuerda con exactitud de reloj suizo el itinerario militar de su padre, el Coronel Antonio de la Guardia, del Ministerio del Interior de Cuba (Minint). Como una manera de rescatar su memoria, se dedicó a investigar las múltiples operaciones de inteligencia en las que participó, obedeciendo las órdenes de Fidel Castro.
Su hoja conspirativa es sorprendente. Entre otras misiones, “Tony” de la Guardia se encargaría de depositar en Suiza, la suma de 60 millones de dólares que obtuvieron los Montoneros, de Argentina, en 1975, producto del pago del rescate por el secuestro de los hermanos Born.
Posteriormente, en plena guerra civil, sacó del Líbano un valioso tesoro compuesto de joyas y piezas de oro, que estaba en manos de los palestinos, vía Siria, hasta su destino final en Checoslovaquia.
Luego, Antonio de la Guardia combatió en la guerrilla sandinista del Frente Sur, en julio de 1979, asegurando a la vez la logística que llegaba vía La Habana.
En esta segunda y última entrega, Ileana de la Guardia detalla más interioridades del juicio, las verdaderas intenciones de Fidel Castro y la decepción que sufrieron en lo personal, por parte del escritor colombiano Gabriel García Márquez (Gabo).
— Ileana, se dice que los reos estaban narcotizados durante el juicio, ¿Les consta algo de esto?
“Quien veía el estado físico en que estaba mi padre la noche anterior al inicio del juicio, y no sabía los métodos de tortura psicológica que le habían aplicado, cuando lo veían podían pensar que estaba completamente drogado, debido a la situación de extremo cansancio en la que se encontraba.
“Tenía perdida la mirada y hubo momentos en que se ponía a llorar en el juicio. Hay que tener en cuenta el método de mantenerlo quince días encerrado y durante el proceso mismo, todos estuvieron igualmente incomunicados.
( Ileana de la Guardia posa junto a dos cuadros pintados por su padre, Tony de la Guardia. LA PRENSA/E. MARENCO.)
“Nosotros estábamos en el ala derecha del salón, en la esquina de cada fila había oficiales vestidos de civil, mujeres, que cada vez que un familiar se ponía a llorar, ellas asistían para calmarlos”.
— ¿Cómo fue el momento en que se producen las sentencias de pena de muerte?
“Fue un momento muy fuerte, porque todos los familiares tenían la visión de que los procesados serían encarcelados, pero lo que no estaba en nuestra perspectiva era lo de los fusilamientos, eso nadie lo imaginaba, nos cogió de sorpresa y fue un shock terrible. Muchas de las mujeres de los condenados le gritaron cantidad de cosas al fiscal, salimos del salón, fue terrible. En la mayoría de las personas se produjo un temor de acercarse a nuestra familia”.
— ¿Ustedes trataron de gestionar que revocaran la pena de muerte?
“Nosotros tratamos de hacer lo máximo a nivel de relaciones que podían influir sobre Fidel Castro. Mi abuela escribió una carta al Papa y éste respondió pidiendo clemencia. No funcionó. Nosotros fuimos a ver a Gabriel García Márquez a la casa número 35 de protocolo donde vivía. Le pedimos que hiciera algo”.
— ¿Qué respondió García Márquez?
“García Márquez nos dijo que no nos preocupáramos, que no viéramos a derechos humanos, ni a los medios de prensa, ya que sería peor para ellos, que confiáramos en las gestiones personales de él, que él hablaría con Fidel Castro para convencerlo, que esos fusilamientos no los querían ni los amigos ni los enemigos, que él antes de su viaje hablaría con él. El se fue de viaje, vino el Consejo de Estado y Fidel ratificó las condenas.
“Cuando García Márquez va a España dice que los fusilamientos son un problema entre militares y que no tiene por qué meterse y se lamenta por Fidel, que ha estado muy preocupado por ese problema. En ningún momento tuvo una oposición crítica hacia los fusilamientos, sino que trató de justificarlos”.
El lado B de Gabriel García Márquez: su relación con el narcotráfico
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El escritor fue mensajero de Pablo Escobar en su relación con el Presidente de Cuba, Fidel Castro.
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Por Matías Navarro
Periodista
mnavarro@diarioveloz.com
19/04/2014
Todos tenemos un lado B, algún muerto en el placard. En este momento tan especial, donde destacamos todo lo positivo al despedir a un escritor de la puta madre (con perdón de la expresión), no hay que olvidarse tampoco de sus deslices, de sus puntos impuros.
En el libro "El verdadero Pablo", de la periodista colombiana Astrid Legard, el sicario y mano derecha del narcotraficante, John Jairo 'Popeye' Velázquez narra en detalle la relación entre Escobar y el presidente de Cuba, Fidel Castro, y su hermano Raúl.
En su interior, Escobar tenía deseos de ser guerrillero, por lo que su acercamiento con los cubanos no debería sorprender, pero sí el papel del premio Nobel Gabriel García Márquez, quien ejerció de "mensajero" entre ambas partes.
"El último contacto que yo conocí entre Fidel y el Patrón fue en ocasión de haber sido enviado por él a los Estados Unidos a comprar un misil Stinger tierra-aire. Dado que mi vuelo hacía escala en la ciudad de México, Pablo, conociendo la amistad de Castro y el escritor Gabriel García Márquez, le solicita hacerle llegar una comunicación a Fidel, que me entrega en un voluminoso sobre sellado", cita Popeye en el libro.
"Llegué al Aeropuerto Benito Juárez y el escritor me estaba esperando, rodeado de gente, en la puerta de la sala. Me saludó amablemente y le dije: 'Maestro, aquí le envía Pablo para que por favor le entregue esta carta al comandante Fidel Castro'. Simplemente me la recibe y me dice: 'Así se hará'", agrega. (La historia también la cuenta en el video, desde el minuto 2:50)
Claramente el escritor sabía de la relación entre las partes e, incluso, se relacionaba también con Escobar, algo que era muy común en esa época, donde el narcotraficante era amo y señor de Colombia. Luego, habiendo transcurrido varios años y con El Patrón ya muerto, escribió "Noticia de un secuestro", con el caso del rapto de Maruja Pachón, secuestrada por el Cartel de Medellín.
Lejos de querer denostar la memoria de García Márquez (quien, por cierto, es uno de mis escritores favoritos), citando este caso sólo busco distanciarme de los sentimientos que siempre me despertó él, conocerlo por completo y, emulando a otro referente como Rodolfo Walsh, cumplir con la premisa de que "el periodismo es libre o es una farsa".
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Esas piernitas de Fidel (en la foto con el miserable Gabo) son piernas de mujer, o definitivamente lo parecen.
Nausea
1 Comments:
Esas piernitas de Fidel (en la foto con el miserable Gabo) son piernas de mujer, o definitivamente lo parecen.
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