Nicolás Águila: Amor salvaje en el bulevar
Amor salvaje en el bulevar
Por Nicolás Águila
Salvaje no por la pasión intensa, sino por la salvajada. Coito explícito ante un público fuera de sí, poseído del arrebato de los espectadores en un tope de boxeo o una pelea de gallos. O, simplemente, como en una bronca callejera a piñazo limpio, de las que tanto disfrutan esos que los elitistas llaman vulgo o populacho, y que yo prefiero llamar hijos de la patria, o enfants de la patrie, porque son ellos los que se perfilan como únicos actores posibles del cambio. Cambio para bien y para mal, seguramente. Por la libertad o por el libertinaje. Y por lo pronto, hacia el relajo subversivo y carnavalesco.
Sapos y transeúntes detienen el paso y cambian su programa, si es que tenían algún plan para ese día (allá la gente vaga y vaguea sin rumbo ni objetivo). Somos un pueblo falto y a la vez ávido de espectáculos. Enseguida hubo un lleno total de espectadores, muchos grabando la escena celular en mano. No podían perderse, por nada del mundo, un show como ese nunca antes visto en ninguno de los 43 barrios de La Habana. En el mismísimo centro histórico de la capital. A plena luz del día, para más morbo. Y sin pagar entrada.
El pudor es un rasgo de superioridad en el ser. Eso dijo un tal. Pero ya suena obsoleto. La falta de pudor del metisaca en público ahora no es más que arte performativo. Lo mismo en La Habana cutre que en la sofisticada Barcelona regida por la ñangarísima Ada Colau. ¿Se acabarán los mirahuecos, los voyeurs del malecón y los peepholes de los moteles y posadas? ¿O será finalmente el fin del mundo (o de una era) como en un despelote apocalíptico montado a caballo en pelo y trotando entre espasmos de felicidad barata y compartida? Para mí que es el continuose del acabose según Mafalda. Que es como decir en un final gandinga.
La templeta arrebatada en el llamado bulevar (que más propiamente es un tramo peatonal de la calle San Rafael), en vez de amor o sexo de emergencia resultó ser toda una hazaña deportiva. Un reality show. Una acción artística en la milla desdorada.
¿Happening, body art o arte conceptual? No sabría dónde encasillar ese numerito de molienda sexual con trapiche a todo trapo. No sabría cómo clasificarlo. 'Arte performativo', había dicho antes más arriba. Pero ¿hasta dónde se va a estirar o banalizar el concepto de performance? Cosas veredes, Nicomedes.
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El vídeo fue retirado de Youtube, pero hasta ahora se puede ver, con la advertencia de que son imágenes grotescas que pueden resultar ofensivas, en el siguiente enlace de Cubanet.org :
http://cubanet.org/
https://www.cubanet.org/destacados/sexo-en-el-boulevard-de-san-rafael/
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