LA MEDIA VERDAD DE LOS JÓVENES CUBANOS
Por Esteban Fernández
Mayo 12 de 2016
Ustedes, si me leen con regularidad, saben que existen un millón de cosas que me distancian de los hombres y mujeres nacidos y criados en Cuba después de 1959. Es decir, con los que no conocen ni vieron la Cuba anterior.
Sin embargo, existe un espinoso tema donde ellos tienen parte de razón: “Ellos no pusieron a Fidel ni cooperaron inicialmente con el castrismo en Cuba”. Eso es absolutamente cierto.
Y es parte de la verdad cuando dicen que: “Nosotros heredamos una desgraciada situación, nosotros no la creamos ni la aupamos”. Yo me levantaría de mi asiento y aplaudiría esta aseveración si le agregaran al “Ustedes ayudaron a la formación del monstruo” cinco palabras: CON HONROSAS Y GLORIOSAS EXCEPCIONES”
Yo, en la mayoría de mis artículos, digo lo mismo que ellos y les echo con el rayo a miles y miles (quizás millones) de fidelistas, de oportunistas, de engañados o ingenuos que inicialmente cooperaron ardientemente a la implantación de una violenta tiranía en Cuba.
Los jóvenes recién llegados -o los que viven dentro del monstruo- no fueron los que durante 1959, 60, 61, 62, y todos los años 60’s gritaron “paredón”, nos acosaron y nos hicieron la vida imposible. Fueron muchísimos miembros de mi pasada generación -y de la mía en particular- quienes llenaron la Plaza Cívica dando alaridos fidelistas, los que combatieron contra los patriotas en Bahía de Cochinos, formaron inicialmente los Comités de Defensa, chivatearon, enviaron a miles a las cárceles, torturaron, se incorporaron a las milicias, y se llenaron las bocas gritando “Viva Fidel” y “Esta es tu casa Fidel”.
Son muy pocos los “hombres nuevos” (no he conocido a ninguno) que han participado en escuadras de fusilamientos. Fue gran parte de la gente de mi época y la anterior los que ayudaron fervientemente a la implantación de la ignominia.
Donde se equivocan rotundamente es en la generalización porque al desconocer a fondo nuestro pasado nos tiran a todos en un saco de serviles formadores de la desastrosa situación de la Patria -que ni Patria es- heredada por ellos.
Yo estoy de acuerdo con lo que dice la nueva camada de cubanos con la gran diferencia de que vi y admiré la valentía de una minoría de cubanos que se batió, sufrió y hasta murió tratando de evitar la gran desgracia del castro-comunismo en nuestra tierra. Ni idea tienen de lo mucho que se luchó para evitarles a ellos en el futuro -a los que no habían ni nacido- la basura actual.
Cientos de miles de presos en infrahumanas condiciones cumpliendo condenas de hasta de 30 años, incendios en El Encanto, Flogar, Fin de Siglo, miles de alzados en El Escambray, desembarco en Trinidad y Girón, hombres barridos por las balas gritando Viva Cristo Rey, formaciones de decenas de organizaciones de guerra y combate (como el M.R.R., el M.R.P., el 30 DE NOVIEMBRE, UNARE) patriotas que sufrieron el Plan Camilo Cienfuegos en las cárceles cubanas, compatriotas que padecieron en las UMAP.
Ah, y si vamos a contar la historia como verdaderamente ocurrió tenemos que decir que en el concepto que ellos tienen del destierro también ponen un dedo en la llaga porque en el exilio pasó igual: la mayoría se adaptó y se olvidó de los que atrás quedaron. Y, repito, el “hombre nuevo” que crea eso de la gran masa exiliada no está muy lejos de la verdad. Pero volvamos a lo mismo: el grave error de ellos reside en pluralizar porque este ha sido un destierro que ha producido muchos héroes y hasta mártires, los “hombres nuevos” deben aprender a respetar y enterarse de las acciones de Vicente Méndez, de Yarey, de Alejandro del Valle, de Orlando Bosch, de Guillermo e Ignacio Novo, de Pedro Remón, de Bebo Acosta, de Alfonso Carol, de Luis Crespo, de Tony Cuesta, de Rogelio Cisneros, Horacio Minguillón, Aldo Rosado, Henry Agüeros, Ernestino Abreu y cientos más.
Resumiendo: Estoy de acuerdo en que ellos no corrigieron las heces fecales donde se han visto obligados vivir y revolverse en ellas, pero cuidadito en generalizar porque ayer y hoy han caído hombres y mujeres -y contra viento y marea algunos se mantienen en la lucha- a la altura de Gómez, Maceo y Martí. Distancia y categoría.
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