viernes, mayo 20, 2016

República imperfecta, pero república innegable. Eugenio Yáñez sobre la República de Cuba nacida el 20 de mayo de 1902 y violada y asesinada el 1 de enero de 1959 por Fidel, Raúl Castro y cómplices



Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

En el libro La verdadera República de Cuba, escrito por el Dr. Andrés Cao Mendiguren,  uno de los  mejores libros sobre la república cubana (1902-1958 ) que se ja escrito (quizás el mejor de los que  he leido en mi vida),  incluyendo la monumental obra en 10 tomos Historia de la Nación Cubana, aunque este último incluye el período colonial y llega hasta el año 1952, se lee:

 ¨Cabe decir que aquellos pensamientos de 1913 expresaban una realidad  porque esa nación  se alcanzó muy pronto  en décadas posteriores,  aunque en 1959  fue demolida por los que  usurparon el poder, y ha sido vilipendeada  por una oleada de intelectuales comprometidos o  mediocres. El testimonio de ello es que Cuba ocupaba  las primeras posiciones  en todos los renglones de los anuarios de las Naciones Unidas  para la América Latina. Y hay que reconocer que estos logros  tan destacados  no se hubieran podido conseguir  si nuestros gobernantes, y a pesar de sus errores,  no hubieran tenido interés  y acierto para  resolver los problemas de la sociedad cubana, si nuestros legisladores no nos hubieran  dado una legislación avanzada  y moderna, o si el  pueblo cubano no hubiera estudiado  y trabajado  para superarse. El pueblo cubano era exigente  y siempre aspiraba  a lo mejor, pero tenemos  que acusarnos  de un pecado,  y es que  cuando no lo lográbamos plenamente, en vez de analizar  los fallos  y aplaudir lo logrado, prodigábamos una crítica irresponsable.¨ (Cao, 2008, p. 87)


Lo que sucedió en Cuba fue lo que ya había advertido la Comisión Truslow en las conclusiones de su informe al hacer un estudio, a petición del Presidente Prío Socarrás, para la dinamización de la economía cubana; veamos:

En 1950 la Misión Truslow, comisión internacional solicitada al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) por el gobierno presidido por el Dr. Carlos Prío Socarrás para que hiciera un diagnóstico de la economía cubana y recomendara medidas para dinamizarla, planteó, entre otras cosas, que Cuba debía diversificar su economía teniendo al azúcar como punto de partida y que Cuba poseía los recursos humanos, financieros y materiales necesarios para ello salvo el combustible; alertó que la prosperidad bélica (II Guerra Mundial y Guerra de Corea) había propiciado nuevos niveles de vida para muchas personas y que el actual crecimiento económico no satisfacía las necesidades de su creciente población y que si la economía era incapaz de sostener ese nivel en tiempos menos prósperos, sobrevendría una gran tirantez política (Zuaznábar, 19 y 20). Como elemento conclusivo planteó:

¨Si los líderes se han descuidado en prever esta posibilidad, la opinión pública los inculpará. Y si ello ocurriera, el control podría pasar a manos subversivas y engañosas, como ha ocurrido en otros países donde los líderes no se han dado cuenta de las corrientes de estos tiempos. ¨ (Zuaznábar, 20)


Pueden leer mi artículo  UNA PRIMERA APROXIMACIÓN  A LA REPÚBLICA (1902-1958)
 escrito y publicado en Cuba en la revista Vitral en el centenario de la República en el que muestro  los logros de la República en Educación, Salud y Economía.

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Viernes de Tertulia 20 de Mayo: Tres generaciones miran la República tuvo lugar el 20 de mayo del 2016, con la participación de los escritores Ángel Cuadra, Julio Shiling y Armando de Armas.


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CAPITULO II El gran desarrollo económico de Cuba en el siglo XX antes de Castro


 Celebración de un 20 de Mayo en la República de Cuba antes de la tiranía Castrista


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Tomado de  http://www.cubaencuentro.com

República imperfecta, pero república innegable

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Nació el 20 de mayo de 1902. El castrismo comenzó a liquidarla desde 1959
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Por Eugenio Yáñez
Miami
19/05/2016

No puede haber sido tan inapropiada aquella república que el castrismo llama “pseudo república” o “neocolonial”, si el generalísimo Máximo Gómez la celebró junto a Tomás Estrada Palma, primer presidente cubano, electo por cubanos en elecciones libres (lo que nunca han hecho los hermanos Castro).

Lastrada con la Enmienda Platt, sí, por más de tres décadas. Pero es falaz asegurar que Estados Unidos nos robó la independencia. Los mambises combatieron heroicamente durante 30 años, pero en 1898 no tenían condiciones militares para derrotar a España.

La correlación de fuerzas no favorecía a los cubanos. Por eso los heroicos mambises, pensando más en Cuba que en intereses y glorias personales, pidieron a EEUU intervenir en la contienda, para evitar mayores calamidades a los cubanos.

La “reconcentración” impuesta por el Capitán General español Valeriano Weyler había provocado muertes, hambre, insalubridad, destrucción y miseria en toda la Isla. Daño emulado en Cuba en el siglo XX por Fidel Castro con su “período especial” para mantenerse en el poder, sin que hubiera guerra.

Contrariamente al alboroto castrista, a EEUU no le interesaba inmiscuirse en nuestra guerra. Entonces estaban coronando su frontera del Atlántico al Pacífico. La insistencia mambisa inclinó a los americanos, con el criterio que sería leit motiv desde entonces hasta hoy: que Cuba estuviera tranquila y no presentara riesgos (militares, económicos, sanitarios, poblacionales, delictivos, sociológicos) para la nación del norte.

De manera que Estados Unidos entró en la guerra y junto con los mambises destrozó las fuerzas militares españolas en Cuba. Cuatro años de la llamada Primera Intervención Americana (1898-1902) supusieron una contribución a la Cuba naciente que nunca sería realmente valorada en su verdadera magnitud. Aunque no fuera por otra cosa, el aporte a la sanidad pública y la desinfección del territorio nacional, y la creación de infraestructuras y condiciones imprescindibles para subsistir como país independiente, fueron contribuciones más que suficientes para agradecer a la gran nación americana, que “antiimperialistas” de pacotilla en todo el mundo se niegan a reconocer por rencores y envidias.

Lastrada, cargada de imperfecciones, caudillos y oportunistas, la república nacida en 1902, desnaturalizada con la Enmienda Platt, venía de una Constitución de 1901 que nunca el decadente castrismo podrá superar. Surgió un país dirigido por “generales y doctores”, que durante casi 30 años fue testigo de intentos reeleccionistas, politiquería y golpistas en ciernes, pero que logró llevar al país desde las desgracias dejadas por la criminal “reconcentración” hasta la prosperidad, limitada, parcial y no universal, es cierto, pero en una sociedad libre, democrática y orgullosa de su independencia.

Cuando un general obtuso empeñado en reelegirse provocó una sublevación que en 1933 lo sacó del poder, y un grupo de irresponsables estudiantes junto a un demagogo y cínico profesor universitario jugaron a la revolución deponiendo y nombrando presidentes, los cubanos supieron reconstruirse, mostraron sabiduría, valentía y civismo para dejar atrás posiciones irreconciliables y acometieron una asamblea constituyente que culminó en la llamada Constitución de 1940.

Tan importante como esa Constitución fue el proceso donde participaron, electos limpia y democráticamente, delegados a la asamblea constituyente provenientes de disímiles partidos y diversas posiciones políticas, que fueron capaces —aunque no resultó nada fácil— de discutir respetuosamente criterios y opiniones divergentes y encontrar consensos suficientes para entregar finalmente a los cubanos un documento que entonces resultaba uno de los más avanzados del continente. Proceso que puede resultar ejemplar para cualquier país del mundo civilizado

La república que volvió por sus cauces en 1940 continuó cargando con graves males, corrupción, gangsterismo, fraudes electorales, clientelismo, abusos, pero también durante doce años siguió siendo un país donde existía sociedad civil, se respetaban las instituciones y las libertades individuales, de propiedad y de empresa, y se celebraban periódicamente comicios para los cargos de elección popular, donde participaban todos los partidos que cumplieran los requisitos establecidos por la ley. Era, de nuevo, una república imperfecta, pero república al fin, no feudo particular de ninguna familia.

Hasta que en 1952 un innecesario golpe de Estado ejecutado por quien había sido anteriormente tanto golpista como presidente constitucional, complicó las cosas. Y aunque posteriormente el golpista intentó regresar el país a “la normalidad” y restableció libertades y derechos conculcados, ya se habían desatado los perros de la guerra en la Isla, y las cosas llevarían, tras guerrillas, levantamientos, sublevaciones, exilios, huelgas y luchas urbanas, hasta aquel victorioso primero de enero de 1959 donde casi todos los “revolucionarios” y sus simpatizantes tenían como primer objetivo el restablecimiento de la Constitución de 1940 y el ejercicio pleno de las libertades proclamadas en ella.

No por gusto Fidel Castro comenzó a desmantelar las instituciones republicanas desde el primer momento, despreciando las fechas patrias cubanas y sustituyéndolas por las de “su” revolución. Desde enero de 1959 comenzó a enterrar definitivamente la Constitución de 1940, sustituyéndola por monsergas jurídicas al servicio de la dictadura durante los siguientes 17 años, donde imperó la siniestra imposición de “elecciones, ¿para qué?”, hasta que se proclamó la llamada Constitución Socialista en 1976, copiada de modelos soviéticos, donde continuaron invisibles las libertades y derechos de los ciudadanos.

Desde 1959 hasta hoy, 57 años de represión, privaciones, miserias, familias divididas, economía en ruinas, infraestructura nacional destruida, insalubridad, desinformación, retraso tecnológico, exilio, historia falseada, grandezas nacionales ocultadas o ignoradas, educación cívica y urbanidad prácticamente desconocidas por la mayoría de la población, entre muchos otros males.

Además de haber actuado realmente como “república colonial” al servicio de los designios imperialistas de la Unión Soviética. Y permitir que se destruyera el país con el “período especial”, cuando ya había quedado absolutamente demostrado que el comunismo no era más que un mito sanguinario y cruel sin otro resultado posible que el más rotundo fracaso.

De manera que en los 57 años desde 1902 a 1959 tuvimos una república imperfecta, pero innegable. Y desde 1959 hasta hoy ni siquiera ha existido una república imperfecta, porque “la revolución” convirtió a Cuba en finca particular de los hermanos Castro.

Mil veces mejor aquella república imperfecta del 20 de mayo de 1902 que la del castrismo y su “perfeccionamiento”.

© cubaencuentro.com
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Cuba 20 de Mayo Nacimiento de la República



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20 de Mayo de 1902

 
Por disposición del gobernador militar Leonard Wood, a fines de abril de 1902, se fijó el 20 de Mayo para la transmisión de poderes. En ese día se iban a retirar de Cuba las tropas norteamericanas y tomaría posesión del gobierno el presidente electo, Tomás Estrada Palma. La culminación de los deseos del patriotismo cubano, el nacimiento de la República, tuvo así su fecha oficial.

La víspera, el día 19, la Academia de Ciencias había celebrado una reunión. Su vicepresidente, el doctor Tomás V. Coronado, se excusó por la fecha en su discurso: "Día de gran júbilo para La Academia de Ciencias médicas, físicas y naturales es el que conmemoramos hoy, el XLII aniversario de su fundación... La Academia, cumpliendo un deber reglamentario, se ve precisada a celebrar su fiesta solemne de antiguo establecida, en día como éste, triste, muy triste, porque también conmemora la sentida muerte de aquel apóstol a quien Dios concedió fuerza y perseverancia inimitables para tremendas luchas por la libertad. Los académicos depositan una lágrima ante la tumba del que se llamó José Martí, y penetrados de las ideas altruistas del compatriota desaparecido, proseguimos las tareas científicas pretendiendo también enaltecer y honrar la Patria que él nos dio..."

Un testigo de la época, Rafael Martínez Ortiz, recordó así esos días de Mayo de 1902 en su libro Cuba: los primeros años de independencia (1911): "El 19 fue día de recogimiento: se conmemoraba la muerte de Martí; las banderas a media asta con crespones de luto ondeaban sobre los hogares: parecía prepararse la nación con la plegaria en los labios y con el recuerdo de los sacrificados en el alma a celebrar dignamente la más grande de las fiestas... Al sonar el primer campanazo de la media noche, la muchedumbre apiñada en las calles y paseos principales, cambió de aspecto; al recogimiento sucedió la algazara, al silencio el estrépito, la calma a la agitación... La aurora encontró la ciudad vestida de gala; los lazos negros que sombreaban al atardecer las banderas habían desaparecido... La alegría era general y era legítima; palpaban los cubanos sus ensueños... Todas las fiestas celebradas hasta entonces habían sido pálidas comparadas con las de esa fecha inolvidable..."

A las ocho de la mañana del día 20 tuvo lugar en la Catedral un Te Deum, dijo el Diario de la Marina, "En celebración de la constitución de la República, y para dar gracias a Dios Nuestro Señor por los beneficios que se ha dignado dispensarle... Asistieron al religioso acto, que resultó muy lucido, el presidente de la República Sr. Tomás Estrada Palma, el Secretario de Estado y Justicia, señor [Carlos de  Zaldo y el general Máximo Gómez... Las naves del hermoso templo, adornadas con lujosas cortinas ostentando los colores nacionales, se vieron invadidas por una multitud de fieles entre los que figuraban numerosas damas, todo lo que prueba que los sentimientos religiosos no han menguado en el corazón de las habitantes de esta ciudad..." Hubo, en la tarde, una recepción en el Palacio a la que asistieron autoridades y dignatarios (senadores y representantes, y, entre otras personalidades, Máximo Gómez, Carlos Finlay, Fernando Figueredo y Rafael Montoro), agentes diplomáticos de varios países (los Ministros de los Estados Unidos, de Inglaterra y México; los Encargados de Negocios de España, Bélgica y China; los Cónsules de Chile y del Ecuador...) Y siguieron desfiles, en la Plaza de Armas, del ejército, la policía, la guardia rural y los bomberos, mientras en las calles de La Habana y en los parques de las ciudades del interior, se celebraba con similar alegría tan señalada fecha.

(Público en la Plaza de Armas esperando izar la bandera cubana y bajar la norteamericana en la azotea del antigua edificio de los Capitanes Generales. Fotos añadidas por el bloguista de Baracutey Cubano)

El 21 de mayo comentó el El Diario de la Marina lo sucedido el día anterior; allí se lee:

El pueblo de la Habana demostró ayer una vez más que sabe aliar la alegría y el entusiasmo a la cordura, y que posee el secreto de expresar ostensible y hasta ruidosamente su regocijo, sin provocar conflictos ni promover desórdenes. La nota característica de la conmemoración de ayer fue que en "todas las clases y todos los elementos sociales. El 20 de Mayo es felizmente una fecha que en nadie despierta, como otras, ningún recuerdo amargo, y a cuya significación pueden asociarse unos con entusiasmo, otros con sincera cordialidad y con espíritu fraternal todos... El bien más preciado para un pueblo es su paz moral, único asiento firme de la tranquilidad pública, y no es necesario perseguirlo en Cuba, porque está ya en lo esencial conseguido; no se necesita más que consolidarlo hasta hacerlo indestructible. Es ése uno de los resultados que a los ojos del observador ofrece la conducta del pueblo de La Habana, de todo el pueblo de La Habana, y seguramente de todo el pueblo de Cuba de regocijo, dando a la ciudad un aspecto desusado de animación. Al dar las doce de la noche el martes 19, en todas las calles se dispararon cohetes y voladores, las campanas repicaron, los tranvías aparecieron engalanados con banderitas y cortinas con los colores de la bandera cubana, y gran número de personas comenzó a recorrer el paseo del Prado, hasta el Malecón, y las principales calles de la ciudad...

(Máximo Gómez iza la bandera cubana en la azotea del antiguo edificio de los Capitanes Generales; en el Castillo del Morro la izaron el General Emilio Nuñez y varios mambises lisiados en la guerra de Independencia)

Y en la emigración que tanto había contribuido a la independencia con sus recursos humanos y económicos, se celebró ese 20 de Mayo con el mayor entusiasmo. El recuerdo del acontecimiento quedó en las páginas de The Morning Tribune, el periódico de Tampa, al día siguiente de la fecha, donde con grandes titulares en la primera páginas se lee: "Big Day in Havana. President Estrada Palma is Sworn In. Cuba's Flag Flíes". "Cuba Now Free. Great Enthusiasm Attends Advent of the Long-Suffering Island Among the Nations of the Earth. Cuba Libre! " "President Roosevelt Proclaims the New Republic of Cuba ". Y sobre la celebración en la ciudad dice una reseña con el titulo "The Cuban Citizens Hail Their New Republic "; "Pocas fueron las casas de Ybor City y West Tampa que no pusieron en evidencia la consagración de Cuba Libre. Los hogares y los negocios de los cubanos residentes en Tampa estaban engalanados con banderas y retratos de los héroes cubanos... Los comerciantes norteamericanos mostraron su alegría adornando, también entusiastas, sus negocios con los colores de Cuba. Auspiciados por el Club Nacional Cubano, hubo varios actos con saludos de artillería, música, discursos, voladores, fiestas y servicios religiosos, los cuales hicieron que esta celebración del 4 de Julio cubano en Tampa no pueda olvidarse por los cubanos ni por toda la ciudadanía ". "El edificio del Club Nacional Cubano, situado en la esquina de la Novena Avenida y la calle Catorce, estuvo bellamente adornado y se celebró un banquete. Los ciudadanos más prominentes de la ciudad asistieron a él... En todas las fábricas de tabaco se suspendieron las labores, como si fuera un día de fiesta. Fue la celebración más entusiasta en toda la historia de la colonia cubana ". [It was the most enthusiastic celebration in the history of the local Cuban colony.

Había otras fechas que hubieran honrado los esfuerzos para lograr la independencia: el 10 de Octubre, por el alzamiento de Céspedes en 1868 y el inicio de la Guerra de los Diez Años; el 27 de Noviembre, por los estudiantes de Medicina fusilados en La Habana en 1871; el 24 de Febrero, por el Grito de Baire y el comienzo de la guerra del 95; el 19 de Mayo, por la caída en Dos Ríos de José Martí, en ese mismo año; el 7 de Diciembre por la muerte de Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro en Punta Brava, en 1896. ¿Por qué, entonces, escogió Wood el 20 de Mayo desconociendo fechas llenas de espíritu separatista?

La fecha podía tener directa relación con el desembarco en Cárdenas de Narciso López, y que el 19 de mayo de 1850 ondeó en aquella ciudad la bandera cubana enarbolada por el matancero Juan Manuel Macías. La ocupación de Cárdenas por López (tenido por algunos como anexionista) y sus compañeros, la gran mayoría norteamericanos, sólo duró unas 12 horas, desde la madrugada hasta la noche del 19. En esa fecha también se conmemoraba la muerte de Martí, y no era posible mezclar el luto de ese recuerdo con la alegría por el nacimiento de la República, y postergó la celebración. Además, debe recordarse que, a mediados de 1902, urgía dar por terminada la intervención norteamericana, y que las fechas más queridas por los cubanos estaban casi todas al principio o al final del año (febrero, octubre, noviembre, diciembre). Y aun puede suponerse que, con buen juicio, Wood prefirió una fecha virgen que a nadie le trajera el recuerdo de las luchas y conflictos entre los varios sectores de la sociedad. Pero si la intención que determinó la fecha del 20 de Mayo como la del nacimiento de la República no fue todo lo pura que podía esperarse, la consagró para siempre el fervor del pueblo por lo que para él representaba.

 Adorno en una calle de La Habana el 20 de mayo de 1902. El letrero en ese Arco de Triunfo dice algo que los tiranos  Castro no han  ejercitado:
LA REPÚBLICA PARA TODOS

(El júbilo lo fue en toda Cuba. Fotos y comentarios añadidos por el bloguista de Baracutey Cubano)

Un año después
La página del Diario de la Marina del 20 de Mayo de 1903. Junto al elogio por la fecha y el aplauso por la conducta de los cubanos al celebrar el primer aniversario de la República, publicaron la noticia de que embarcaba para España Nicolás Rivero, el director del periódico, enemigo de la independencia de Cuba y partidario de anexar el país a los Estados Unidos.

No tenía un año la República cuando el gobierno, con el fin de honrar a sus mártires y de perpetuar en la memoria de todos el más auténtico patriotismo, el 18 de marzo de 1903, determinó declarar días festivos, además del 20 de Mayo, el 24 de Febrero, el 10 de Octubre, el 7 de Diciembre y, por la fiesta cristiana, el 25 de Diciembre; años después también fue día festivo el 28 de Enero, por el natalicio de Martí. El 20 de Mayo de 1903 aún conservaban todo su vigor las mejores esperanzas de la población, luego, con el tiempo, reducidas por las injusticias y los egoísmos que culminaron en la tragedia que aún vive el país. En un hermoso artículo titulado "El primer aniversario ", dijo el Diario de la Marina:
No es un año tiempo suficiente para apreciar la bondad y la solidez de un régimen político, ni para juzgar la labor de los que han sido llamados a implantarlo y desenvolverlo. Por otra parte la fecha que hoy conmemora Cuba, y a cuya conmemoración se asocian con entera cordialidad los elementos todos de este pueblo, simboliza algo más elevado que la instauración de una política y hasta de un régimen: opositores tiene la actual situación.., y, sin embargo, es para todos una fiesta, la fiesta de la patria, la que hoy se celebra, conmemorando el ingreso de la mayor de las Antillas en el concierto de las naciones... Administrándose y rigiéndose por sí misma, Cuba ha dado al mundo durante el primer año de vida propia el espectáculo de un pueblo apto para el cumplimiento de los delicados y complejos deberes que en una comunidad civilizada son inseparables del ejercicio de los derechos de la soberanía. Las dificultades y hasta los obstáculos no han faltado... Mas a todas esas dificultades se ha sobrepuesto el admirable buen sentido de este pueblo, de su espíritu sosegado y pacífico, tenazmente enemigo de las revueltas y de las agitaciones infecundas, que posee en grado eminente y por lo general poco conocido, la virtud del trabajo y de la perseverancia...

Y el anónimo escrito continuaba con esta atrevida queja contra la Enmienda Platt y la intervención de los Estados Unidos en los asuntos cubanos:

Cuba ha demostrado su capacidad para vivir sin protectores interesados; éstos no le faltan, sin embargo, y seguramente más bien que aceptarlos, los soporta. En la tarea de lo provenir después de consolidado y mejorado el régimen vigente, y de complementarlo asentando sobre bases duraderas y firmes la relaciones comerciales con el exterior, [debe] hacer desaparecer por un esfuerzo perseverante y estrictamente legal cuanto constituye una amenaza o un peligro para la vida propia y libre del pueblo que celebra hoy el primer aniversario de su independencia.

Esos juicios elogiosos y nobles en un periódico que había sido enemigo declarado de la independencia, dicen mucho del ánimo que reinaba en el país.
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