Los 90 otoños del tirano. Eugenio Yáñez: ¿Cuánto odio y rencor puede caber en una sola persona?
¿Cuánto odio y rencor puede caber en una sola persona?
Por Eugenio Yáñez
Miami
Noventa años de vida implican una edad venerable en la que se merece amor, respeto y cariño de familiares, amigos y muchos más. Normalmente, quienes conocen a la persona que cumple nueve décadas de vida cuentan recuerdos agradables del festejado, anécdotas que vale la pena traer a colación, o enseñanzas útiles para todos aquellos que pueden aprender mucho del longevo anciano.
No es el caso de Fidel Castro, que cumple 90 años cargado de odio, rencores y desprecio hacia los cubanos y hacia todos aquellos que no estén dispuestos a doblegarse ante su férula prepotente y despótica. ¿Alguien lo recuerda, aunque fuera una vez, hablando con sus hijos o nietos, contando chistes, cantando o bailando?
Tal vez familiares muy cercanos abriguen sentimientos afectivos hacia el impertinente nonagenario de Punto Cero, pero de acuerdo a lo que se ha podido conocer con el paso de los años, ni siquiera todos sus hijos o hermanos tienen la mejor opinión del nefasto personaje.
Naturalmente, las alabanzas oficiales son otra cosa, y esas están en movimiento desde hace meses, destacando la “grandeza” y la “visión” del supuestamente comandante invencible que siempre resultó vencido. Mientras los verdaderos líderes convierten dificultades en oportunidades, Fidel Castro siempre convirtió oportunidades en problemas: típicas características de la mediocridad.
La “guataquería” oficial se ha desbordado en estos tiempos, alcanzando niveles de cursilería que provocan nauseas. Sinfonías, poemas, ediciones especiales de libelos, recopilación de frases y discursos —los que pueden recordarse, porque muchos otros los esconden en lo más profundo de los fosos de la infamia—, programas de radio y televisión, felicitaciones de “organizaciones de masas”, dedicatorias de eventos, y todo tipo de mentecatadas nacionales.
Que serán reforzadas por mensajes de felicitación por el onomástico que enviarán personajes tan democráticos e iluminados como Nicolás Maduro, Vladimir Putin, Xi Jinping, Kim Jong Un, Bashir al Assad, Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega, Frei Beto, Noam Chomsky y Michael Moore, entre otros ilustres componentes de la fauna “revolucionaria”. Habrá que dispensar si no cumplen la correspondiente ceremonia a Lula y Dilma Rouseff, enredados ante la justicia en estos momentos, y a Cristina Fernández de Kirchner, ocupada escondiendo parte de los dineros malversados durante sus mandatos.
La apología oficial hablará de muchas cosas, algunas ciertas y muchas inventadas o maquilladas, para destacar la perínclita originalidad del homenajeado y su condición de ejemplo permanente para las generaciones futuras en Cuba, el continente americano, el planeta, el Sistema Solar y el Universo. La baba estatal inundará las calles, y los cubanos “felices” celebrarán la augusta fecha haciendo colas y con una sola comida al día, como de costumbre, mientras los noticieros de la televisión divinizan a Fidel Castro en el país de las maravillas, creado por él a su imagen y semejanza.
Ninguna versión oficial del ensalzamiento resaltará o siquiera mencionará determinados “detalles” de la vida y obra del tirano, que en toda valoración seria y objetiva deberían destacarse, pero que los libelos del régimen, apologistas y “troles” cibernéticos negarán o tratarán de minimizar, intentando justificar a quien nunca podrán lavar el rostro por toda su maldad. He aquí algunos de sus pecados, mortales todos:
- Brutal represión, eliminación de las libertades individuales y aniquilamiento de la sociedad civil cubana, enfrentamiento violento desde antes de su llegada al poder hasta nuestros días contra todos los que se opusieran —sangrienta o pacíficamente— a los úkases y fantasías del alucinado en jefe.
- Destrucción antropológica de la nación cubana, la sociedad y la familia, con millones de cubanos viviendo fuera de la isla, exiliados o emigrantes, a quienes se intentó durante muchísimo tiempo separar y alejar de familiares y amigos que quedaban en el país, y que, cuando desean regresar de visita a su patria de nacimiento, se les prohíbe hacerlo sin un vejatorio permiso, se les cobran abusivos cargos por demorados trámites migratorios, y se les ha llamado gusanos, escoria, o traidores, hasta que la crisis económica del régimen obligó a atenuar el lenguaje, aunque no los criterios.
- Falsificación y tergiversación de la historia nacional y politización de la educación en función del culto a la personalidad de un individuo a quien presenta la propaganda oficial —única permitida— infalible como un casi Dios, y a quien se le atribuyen visión y majestad supremas, al mejor estilo norcoreano.
- Irresponsabilidad de permitir y facilitar instalar en Cuba misiles nucleares apuntados contra Estados Unidos, y pedirle al dictador soviético lanzar el primer golpe durante la Crisis de Octubre, mientras él mismo se encontraba escondido en su refugio.
- Aventurerismo militar, bajo el manto de un abstracto internacionalismo proletario inexistente, que envió a morir en tierras extrañas a miles de cubanos para apoyar pandillas insurgentes antidemocráticas o gobiernos dictatoriales y corruptos.
- Entregar la orden “José Martí”, la más alta condecoración cubana, a criminales de la calaña de Mengistu Haile Marian, Nicolae Ceacescu y Erich Honnecker, entre otros.
- Someter a los cubanos a un “período especial” cargado de miserias y penurias extremas —económicas, de salud, sociales, psicológicas, y morales— con la única finalidad de mantenerse en el poder cuando la estafa del comunismo fracasaba en todo el mundo y ese sanguinario sistema desaparecía en muchos países.
- Destruir la industria azucarera, la agricultura, la ganadería, la infraestructura productiva, el transporte, las comunicaciones, todos los sectores económicos del país, tras haberlos confiscado por capricho y pretender dirigirlos como si Cuba fuera una finca de su propiedad, de espaldas a toda experiencia productiva, económica, social y tecnológica.
************
Tommy Olivencia canta la canción " En Cuba no falta nada" conocida tambien como " Y dice el del tabacón" o " Y DICE ESE MARIC"
*******
MUCHO MANOLO - ABAJO QUIEN TU SABE
----------
Nausea
1 Comments:
Santocielo, tanto asco. Tanto.
Publicar un comentario
<< Home