Rafael Azcuy González: PLAYA GIRÓN: DE CUANDO PUDIMOS SER LIBRES.
Solo hubiéramos soportado dos años y unos meses de dictadura criminal castrista.
Tenía once años de edad cuando escuchamos en mi casa por la radio las nocias del ataque aéreo a los aeropuertos cubanos aquel ya lejano día primaveral de abril de 1961. Con cuanta emoción y esperanza escuchamos de aquellos dramácos hechos. El mozo de la $nca de mi padre ya estaba preso en el chalet del que fuera dueño del vecino central Niagara en La Palma, Pinar del Río. Castro tenía ya amplia información de que se produciría una invasión y detuvo a todos los que no estaban integrados a sus milicias, a los llamados desafectos y a los que pertenecían a organizaciones clandesnas ancastristas.
¡Cuánta sangre corrió en la Isla a raíz de estos hechos! El infame paredón de los hermanos no se detuvo más, los juicios sumarísimos connuaron como en el año 59 cayeron bajo el plomo homicida hasta ancianos, mujeres y niños, las cárceles se llenaron y allí dejaron sus vidas centenares de compatriotas: Era el odio, la traición, la envidia y la avaricia azuzados por el propio gobierno entre compatriotas, entre vecinos, entre familiares, entre hermanos. Una gran traición ya había salido a la luz pública: los Castros eran comunistas, a pesar de que lo había negado tantas veces, no eran verdes como las palmas si no rojos como el Kremlin de Moscú al que habían vendido la Patria.
Otra gran traición tendríamos que recibir los cubanos en esa primavera terrible: la del presidente estadounidense John F. Kennedy, su cobardía, su falta de lealtad y su desprecio. No fue capaz de abrazar a Miró Cardona como futuro presidente del gobierno provisional lo que sí hizo Nikita Kruchev cuando abrazó a Fidel Castro ante las cámaras de la televisión en Nueva York. La principal potencia del mundo tenía que andar en las sombras con los asuntos cubanos y una potencia extranjera europea se adueñaba de Cuba a unas pocas millas de Norteamérica y la conver;a en una enorme base militar, donde llevaría en breve un arsenal nuclear para persuadir a los yanquis en plena guerra fría. Así se expresó de los heroicos brigadistas cubanos el señor presidente Kennedy :(…) Tenemos que salir de estos hombres. Es mucho mejor botarlos en Cuba que en los Estados Unidos. Especialmente si es allá donde ellos quieren ir… (Playa Girón: La verdadera historia, Enrique Ros, EdicionesUniversal, Miami Fla 1998, p.13).
Cobardemente como siempre el viernes 7 de abril de 1961 el dictador Castro anuncia a través de la televisión que las bandas están aniquiladas pues ha sido tremenda la arremeda contra los in$ltrados, los alzados y las organizaciones clandesnas. Es obvio que han penetrado las mismas pues han capturado a sus principales dirigentes, sin embargo, el presidente norteamericano y sus asesores siguen adelante con un plan que tiene como aspecto esencial el levantamiento del pueblo para su éxito. El PC 1140 barco de guerra de 450 toneladas, equipado con un cañón de 3 pulgadas, ametralladoras anaéreas y radar tanto la Policía como la Guardia Costera no lo dejan parr de Miami para incorporarse a la invasión y desmantelan con antorchas de gas todo su armamento. Al movimiento clandesno cubano se le mantuvo en total ignorancia acerca de los planes de la invasión, así como a los mandos militares y civiles cubanos de la brigada 2506.
El presidente Kennedy descarta que se haga el desembarco an$bio por el día y exige que sea a media noche, no teniendo experiencia militar los Estados Unidos en desembarcos nocturnos en toda su historia y desechan realizar la invasión por Trinidad como se había proyectado , de día, con buenos muelles en Casilda, más lejos de La Habana y próxima a las lomas del Escambray donde estaban los alzados desde hacía años, para ordenar hacerlo por la Ciénaga de Zapata de noche, sin muelles, cenagosa y llana. El propio presidente fue quien se encargó personalmente de hacer todos estos cambios sin contar con nadie. A los brigadistas cubanos siempre se les comunicó por parte de los mandosnorteamericanos que las fuerzas que desembarcarían en Cuba serían mucho más que los 1500 hombres de la brigada y que tendrían total respaldo militar y aéreo.
Esta operación estuvo plagada de errores que en su inmensa mayoría recaen sobre la figura del presidente de los Estados Unidos: la inteligencia resultó un verdadero desastre por parte de la CIA, se desesmó la calidad del armamento con que contaban las fuerzas castristas. Kennedy contó con una buena información sobre el asunto ya que se realizaban frecuentes reuniones al respecto. Destacados cargos militares tuvieron expresiones como estas al conocer que el presidente ordenó suspender el segundo bombardeo parA neutralizar toda la aviación castrista, así como para destruir otros equipos en el suelo y bases militares: Es absolutamente reprensible, casi criminal (General Lemnitzer, jefe del Estado Mayor Conjunto), Esto es una negligencia criminal (coronel Hawkins) (Fuente citada).
Estaban programados tres ataques aéreos masivos. Con el primer y único ataque solo se destruyó la mitad de la fuerza aérea castrista. De 23 aviones B-26 disponibles solo se emplearon 8. También estaba proyectado realizar 48 ataques desde Nicaragua de los que solo se efectuaron 8 por órdenes de la Casa Blanca. Con el primer y único ataque solo se destruyó la mitad de la fuerza aérea castrista.
Aviones comunistas derribaron 7 aviones B-26, cuatro pilotos norteamericanos perecieron salvando la gloria que su presidente no supo mantener. La aviación deja varado al buque Houston y hunde al Rio Escondido cerca de Playa Larga así se pierde el armamento y las municiones para los 1200 invasores en erra que han establecido una cabeza de playa y han penetrado hasta 10 kilómetros erra adentro tomando los poblados de San Blas y El Rincó sin tener apoyo aéreo. Los castristas atacan con fuerte arllería recién adquirida, así como desde el aire. Solo llegan dos aviones desde Nicaragua que bombardean fugazmente a las tropas $delistas y se reran de inmediato sin enfrentar a la aviación enemiga.
Se habla en la Casa Blanca de que huyan los invasores al este a las lomas del Escamvbray para iniciar guerra de guerrillas unidos a los alzados, pero se alega que ya están cercados por fuerzas 10 veces superiores.
Esta sangrienta batalla fratricida alentada por los hermanos Castro para mantenerse en el poder y por el presidente que abandonó a su suerte a los cubanos incumpliendo todas sus promesas de apoyo y lealtad es uno de los episodios más tristes y a su vez gloriosos en la historia de la atormentada Patria. Los brigadistas lucharon como $eras durante tres días, sin apoyo de aviación, sin municiones, sin levantamientos populares de apoyo: 115 brigadistas y 157 del bando castrista dejaron su vida en este holocausto. Mientras el autotulado Héroe de Girón huía a toda velocidad con su escolta hacia La Habana desde eL central Australia so pretexto de que iba a efectuarse un desembarco por la capital. El Gallego Fernández se quejaba hace años por Granma de que allí en Girón no tuvo a nadie a quien consultar para tomar una importante decisión. Luego que todo terminó volvió el Comandante Castro a entretenerse y dispararle al varado Houston para hacer ro al blanco estacionario.
Nosotros llevamos a esos cubanos y nosotros tenemos que sacarlos de allí enfrentó a Kennedy el almirante Burke a cargo de las operaciones navales de la invasión. Playa Girón no hubiese fracasado si el presidente hubiera cumplido__sentenció el Comandante San Román.
Realpolitik
1 Comments:
De cierta manera, Kennedy fue el Obama de su momento: un globito bien inflado y tratado como si fuera una estrella de cine. Todo era imagen y apariencia superficial, encubriendo mucha falsedad, pero los americanos, sobre todo los medios, estaban loquitos con él. Aparte de estar altamente consentido, era un tipo muy poseído que se creía merecedor de todo. Sencillamente hizo lo que estimó mejor para su carrera política, y lo demás no importaba. Sobra decir que de poco le valió, pero definitivamente vendió a Cuba (venta confirmada tras la crisis de los cohetes) en pos de beneficio propio. O sea, era un sepulcro blanqueado, un miserable que lucía bien y hablaba bonito, y desgraciadamente eso puede llegar muy lejos y hacer mucho daño. Y dicho sea de paso, lo de Cuba aparte, Kennedy fue el que metió a los EEUU en el pantano de Vietnam, y solamente por eso su altar debió haberse derrumbado hace mucho tiempo, pero todo es política e interés, y los interesados se lo dejaron pasar.
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