LA AYUDA PARA LIBERAR A CUBA
Por Esteban Fernández
16 de abril de 2018
Constantemente yo recibo la pregunta ¿Por qué los norteamericanos no ayudan a liberar a nuestra Patria? Y no es una interrogante nueva, ya desde siempre nos hacíamos esa pregunta.
La interrogante en sí conlleva una acusación y una queja contra el poderoso país del norte. Y no hay dudas de que culpas ellos han tenido.
Sin embargo, algunos cubanos también tienen la mayoría de la culpa esperando que “el maná les caiga del cielo”. Ante esa inquisición no queda mas remedio que aceptar que tampoco nosotros en masa y mayoritariamente hemos ayudado a esa liberación.
Y ahora viene una pregunta buena y que yo les hago a todos ustedes: A la hora de tirarnos un cabo ¿con quiénes deben hablar nuestros salvadores norteamericanos?
Les informo que esa no es una pregunta nueva, esa es eterna, viene desde que esta contienda se inició. Si nosotros no sabemos con quienes deben tallar ¿Cómo diablos van a saber ellos?
Lo he dicho miles de veces: los cubanos, todos y cada uno de nosotros, tenemos un plan y sabemos cómo derrocar a la tiranía. Y eso sin lugar a dudas confunde “hasta a Mazzantini el torero”.
Entonces, nuestros supuestos salvadores ¿con quiénes se deben aliar? Ellos no tienen ni la menor idea. Si se reúnen con unos, entonces el 90 por ciento de los otros criticamos la reunión
¿Ustedes consideran que los norteamericanos no están cooperando a la liberación de Cuba? Sí, ellos ESTÁN DANDO MILLONES DE DÓLARES para lograr “democratizar” a la Isla.
Entonces, ipso facto, montones de nosotros (incluyéndome yo) pensamos que lo que están haciendo es tirar el dinero en un barril sin fondo.
Si mañana Donald Trump me manda a buscar y me pregunta: ¿A quién le doy cien millones de dólares? Inmediatamente -como buen cubano- le digo: “Démelos a mí -denme patente de corso para actuar- y le aseguro que en dos meses el castrismo está temblando y antes de un año derroco al régimen”. Acto seguido me voy a reunir con los bravos de la “Guerra por los caminos del mundo” y se forma tremendo zafarrancho de combate.
Al otro día el presidente se reúne algún promotor de la lucha pacifista y vivan convencidos que le plantearía una solución completamente diferente a la mía y de todo aquel que predique la lucha armada. Y a Trump la cabeza le daría más vuelta que a un trompo, y diría como Pepe Biondi: “¿Dónde me pongo, dónde me pongo?” Eso ha pasado siempre.
Claro que es muy fácil achacarle nuestros tropiezos a USA, pero la gran verdad es que, si nosotros HUBIÉRAMOS PRESENTADO UN FRENTE MONOLÍTICO con un común denominador y un plan completamente definido, ellos hubieran sabido a quien darle la plata para resolver nuestro problema. Y Cuba fuera libre.
Pero de la forma en que hemos actuado -con once millones de opiniones diferentes y antagónicas- lo único que hemos logrado es que ellos, dando tumbos y confundidos, o aprovechándose de eso, repartan migajas dándole un milloncito a fulanito y otro milloncito a menganito. Y por eso estamos, estuvimos y estaremos cagados (ellos y nosotros) fuera del tibor.
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