martes, mayo 08, 2018

Nicolás Águila sobre el fusilado Coronel Antonio de la Guardia Font en la Causa 1/89 o Causa Ochoa/La Guardia


 Manuel de Beunza rompió  el silencio  hace unos años y habló de las conexiones de Fidel y Raúl Castro con el narcotráfico (a partir del minuto 29). Manuel de Beunza falleció en el año 2013


 
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Tony de la Guardia
Por Nicolás Águila
8 de mayo de 2016
El coronel Antonio de la Guardia cultivaba orquídeas. Se enternecía con la música clásica. Se extasiaba con las puestas de sol vistas desde el monte Barreto. Era lo que se dice un ser sensible. Digo, a menos que solo fuera un snob (como me sospecho) al estilo de Efigenio Ameijeiras cuando le dio por ser escritor y posar como intelectual del bayuseo verdeolivo

El gemelo de Patricio tendía su corazoncito, pero nunca dejó de ser un típico Miramar playboy, en la cuerda frívola de su cúmbila Norberto Fuentes. Su hobby era la pintura primitivista. Se había aficionado a la estética naif durante su estancia en los islotes del lago Solentiname, ese nido de guerrilleros donde el cura-poeta Ernesto Cardenal oficiaba de brujo cultural del sandinismo. Hasta que, ya en el poder, la primera dama le dio una patada, lo quitó de ministro de Cultura para ponerse ella y le confiscó los terrenos de su propiedad en una de las islas a fin de construir un hotel para los suyos. Fue entonces que el exministro, exsacerdote y ¿expoeta? comprendió que la poesía exteriorista no era compatible con eso que los cursis llaman 'la mística sandinista'. En fin, que le pisaron el callo y abrió los ojos como un gato escaldado. Pero esa es otra historia para una próxima ocasión. Así que volvamos al jimagua de las tropas especiales del Minint.

El mellizo que no sobrevivió exhibía, a pesar de su diletantismo, un largo currículum de hombre de acción y tipo duro. Cuentan que fue el primero en llegar a Managua y entrar en el palacio de gobierno al frente de los sandinistas (que en realidad eran mercenarios cubanos); aseguran también que le encomendaron la misión de dinamitar la sede de la ONU en Nueva York cuando la Crisis de los Misiles, caso de que Cuba hubiera sido atacada; y que, además de pasearse en Miami como Antonio por su casa, fue quien planeó y coordinó el asesinato de Aldo Vera en Puerto Rico.

Claro que yo no puedo dar fe de ninguna de esas historias que se contaban como parte de la leyenda construida en torno al personaje, aunque tampoco las pongo en duda. De la Guardia era un hitman, un sicario o un asesino profesional, como se prefiera decir. Era un tipo audaz y temerario. O eso se creía hasta que el capo di tutti capi decidió sacrificarlo como un peón prescindible bajo la ridícula acusación de narcotráfico. El Rambo del castrismo se derrumbó entre lágrimas y suspiros como una magdalena, fustigado por el fiscal Juan Escalona, el implacable Vishinski castrista que, según reportan, hoy por hoy languidece en el plan piyama.

De nada valió la petición de clemencia del papa o la intercesión de García Márquez (que en su casa de protocolo de El Laguito tenía colgado un cuadro naif del coronel caído en desgracia). Ni tampoco surtió efecto la seria advertencia del presidente nigeriano de que matar a un ibeyi o jimagua, según la mitología yoruba, traía veinte años de desgracia y salación.

Fidel Castro condenó a 30 años de cárcel al otro de los gemelos, el general Patricio de la Guardia, pero mandó al paredón a Tony sin la menor compasión hacia quien era considerado como un hijo político suyo. Como decía un viejo amigo al que le gustaba modificar las citas célebres: el monstruo de Birán se jama hasta a sus propios chamas.
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TESTIMONIO DEL EX CORONEL FILIBERTO CASTIÑEIRAS SOBRE LA DETENCIÓN DE ANTONIO Y PATRICIO DE LA GUARDIA FONT 


Por Filiberto Castiñeiras
Ex coronel del Ministerio del Interior de Cuba
Publicado en La Tercera
Fuente: Llamado 32 - Secretos Cuba

Quien fuera el ayudante del segundo hombre del Ministerio del Interior cubano a fines de los años 80, cuenta por primera vez detalles del día en que fueron detenidos los gemelos Antonio y Patricio de la Guardia, oficialmente, por un caso de narcotráfico, hace ya 20 años. La Causa Número 1, como fue conocido ese proceso, terminó con cuatro altos oficiales en el paredón, el 13 de julio de 1989, entre ellos el general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia, algunos de ellos acusados de estar involucrados en negociaciones con el jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar. Sin embargo, no hay una sola versión para explicar estos hechos. Algunas de esas sostienen que la cúpula del gobierno cubano había autorizado esas tratativas con el capo, y que las ejecuciones fueron una forma de salvar la cara cuando esas operaciones fueron descubiertas por EE.UU. Otros sostienen que se trató de una purga interna, en los años en que sonaba muy fuerte la música de la Perestroika.

Como de costumbre, yo había hecho un receso en el trabajo para hacer un poco de ejercicios, bañarme y comer algo. Eran las 7 de la noche cuando recibí una llamada del oficial de guardia para que regresara de inmediato a las oficinas del Ministerio del Interior (MININT), en la Plaza de la Revolución. Era el 12 de junio de 1989. El general José Abrantes, ministro del Interior se encontraba en México cumpliendo una encomienda de Fidel. El general Pascual Marínez Gil, a cargo en ese momento del MININT, y del cual yo era su ayudante, ya estaba en su oficina. Dijo: “Llama al general Orlandito”, el ayudante de Abrantes. De inmediato lo localizo y, en cuanto entra al despacho, Pascual nos dice: “Acabo de regresar del MINFAR”. En el despacho de Raúl Castro se había creado, dirigido por Fidel, un puesto de mando en sesión permanente para analizar y tomar decisiones sobre la situación que se ha venido presentando con informaciones salidas a la luz sobre narcotráfico y las acciones que preveían tomar el gobierno norteamericano.

“Se va a coger presos a Tony y Patricio”, nos dijo con voz lacónica y la adrenalina a flor de piel. Orlandito y yo nos miramos con estupor. Al devolverle la mirada, Pascual continuó: “Ya se localizo a Tony que estaba en su casa y se le dijo que viniera para esta oficina. Los compañeros de Villa Marista (el órgano de investigaciones de la Seguridad del Estado) que van a realizar la detención también están en camino hacia aquí”. Según el chequeo de vigilancia que se le había puesto a Patricio, este se encontraba en casa del teniente coronel Michael Montañés, Maico, ambos con sus esposas. Celebraban con una comida lo que al día siguiente sería el cumpleaños de Patricio. Y el de Tony.

El problema estaba en que no había como decirle a Patricio que viniera a la oficina de Pascual, pues el teléfono de la casa de Maico se hallaba roto. Nadie más debía saber de esta detención. Ni siquiera el resto del alto mando del MININT conocía lo que se estaba manejando en esos momentos. “Felo, ve a buscarlo tú”, me dijo el general. “Ve con mi chofer y dile a Patricio que venga, que quiero hablar con él”.

Momentos después llegaba Tony, y el oficial de guardia lo anunciaba: “Aquí esta el coronel Tony de la Guardia”. “Que pase”, fue la respuesta. Me dirigí a abrir la puesta del despacho y aproveché para salir. Me encontré de frente, caminando hacia mí, a Tony de la Guardia. Su cara traía la expresión de la angustia y la incertidumbre que por días venía arrastrando. “Dime Charles”, le dije, como siempre lo saludaba. “¿El tigre está?”, me preguntó, refiriéndose al general Pascual. “Sí, en el despacho”. Salí al pasillo sin darme cuenta que sería la última vez que vería a Tony. Sé que lo bajaron hasta el sótano en el ascensor que utiliza el ministro y el alto mando del MININT hasta el sótano, donde están los parqueos de estos dirigentes.

Durante el trayecto hasta la casa de Maico, llevaba mi cabeza cargada. Habían detenido a Tony y ahora yo iba a llevar por el mismo camino a quien había sido mi hermano por 20 años. De quien había aprendido muchísimo en el arte militar, en la preparación física y había, además, corrido innumerables riesgos durante las operaciones de Tropas Especiales.

Llegue a la casa de Maico y abrió la puerta su esposa. “Buenas noches, ¿Patricio está por aquí?”, dije. Ya venía caminando hacia la entrada el inconfundible Maico, un gordito, rubio, siempre risueño, bueno y servicial. Increíblemente ágil, intrépido y corajudo. Especialista excepcional de buceo. Maico, nacido en Jacksonville, Estados Unidos, podía correr cualquier riesgo con la misma sonrisa que te contaba un chiste. Sólo tenías que darle la misión, y la creatividad y la audacia iban por él.

“Adelante, coronel”, me saludó Maico. Patricio que me había visto desde la terraza donde estaba. Se había incorporado y venía hacia mí con sus jeans azules y una camisa de cuadros, con las mangas recogidas.

“Patri, necesito que vengas conmigo. Pascual quiere hablar contigo”. “Ah, está bien”, dijo Patricio. Se viró hacia su esposa, María Isabel, que venía acercándose a nosotros, y le dijo: “Voy con Felo a ver a Pascual, que quiere verme”. Salimos y tomamos el auto que, con el chofer del general, nos esperaba. Los nueve kilómetros que separaban la casa de Maico de la sede del Ministerio del Interior me parecieron interminables. Nunca he recordado de qué bobería hablamos en el trayecto. Patricio llevaba retratadas en su cara, como Tony, la incertidumbre y esa sensación que te aprieta el estómago presintiendo que algo va a pasar. Quizás Patricio haya percibido algo similar en la mía.

Eran casi las 10 de la noche cuando subimos por el mismo ascensor en el que, una hora antes, habían bajado a su hermano gemelo. Entramos a mi oficina y avisé al general: “Aquí esta Patricio”. “Dile que pase”, fue la respuesta. Patricio y yo nos miramos. Le indiqué la puerta sin pronunciar palabra. No quise entrar al despacho. No tenía tampoco idea de lo que vendría después. Esperé en la oficina del oficial de guardia. “Dile a Felo que venga”, se escuchó al rato por el intercomunicador. Cuando abrí la puerta del despacho, ya Patricio no estaba.

Meses después volví a ver a Patricio, en la prisión de Guanajay. El salía a trabajar en un pequeño patio frente a donde yo limpiaba mi celda. Al vernos, él, asombrado, hizo un gesto como preguntando: "¿Y tú qué haces tu aquí?". Yo le devolví la misma expresión. No hubo palabras. No hubo más gestos. Nos miramos. Sonreímos. Como siempre.

Los meses que siguieron fueron un torbellino, en el que se desarticuló y desmembró completamente lo que hasta ese momento había sido el Ministerio del Interior. Mientras el coronel Antonio de la Guardia fue fusilado, el general Patricio de la Guardia fue condenado a 30 años de prisión. El que era ministro del Interior, José Abrantes, recibió una sentencia de 20 años en la Causa Número 2 y murió en la cárcel en enero de 1991. Pascual Martínez Gil recibió una condena de 12 años de cárcel. Filiberto Castiñeiras, Felo, fue condenado a dos años de prisión durante aquellos procesos. Salió clandestinamente de Cuba en 1993 y desde entonces vive en Estados
Unidos.

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Ileana de la Guardia: “Ochoa decía que Fidel estaba loco”

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. Once años atrás, el 13 de junio de 1989, un terremoto político sacudía al régimen cubano. La crisis la resolvió Fidel Castro con los fusilamientos del general Arnaldo Ochoa, y del coronel Antonio (“Tony”) de la Guardia, entre otros
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Eduardo Marenco
Enviado especial
13 de julio del 2001
eduardo.marenco@laprensa.com.ni
Primera Entrega
MIAMI.- El 13 de julio es la fecha en que Ileana de la Guardia recuerda una herida abierta en su vida. Ese día de 1989, su padre, Antonio de la Guardia, Coronel del Ministerio del Interior de Cuba, fue fusilado luego de ser condenado a pena de muerte por el delito de “tráfico de drogas” y “traición a la patria”, sentencia dictada por un Tribunal Militar Especial cubano.

( Ileana de la Guardia, el día de su boda junto a su padre, Antonio o “Tony”, en La Habana. )

Poco después, la sentencia fue ratificada por el Consejo de Estado de la isla caribeña, bajo el control absoluto de Fidel Castro, quien lo presidía. Desde aquel entonces, para Ileana de la Guardia, el 13 de julio tiene un sabor amargo.

El fusilamiento de su padre, Tony de la Guardia, estuvo acompañado del de su subordinado Amado Padrón; así como del fusilamiento del general Arnaldo Ochoa, héroe nacional de la República de Cuba, y del de su ayudante de campo, capitán Jorge Martínez.

El tío de Ileana, el general Patricio de la Guardia --hermano gemelo de “Tony”-- fue condenado en el mismo juicio a treinta años de prisión, los que purga actualmente.

Estos fusilamientos marcan un antes y un después en la historia de Cuba y en la vida de Ileana de la Guardia, quien desde entonces se dedica a denunciar las injusticias del régimen de Fidel Castro. Después de un año y medio de prohibición de salir de Cuba y de persecución interna, logró viajar a México con su esposo Jorge Massetti, un ex agente de los servicios cubanos de inteligencia.

Así inició un itinerario entre México, España y Francia en los últimos diez años.

Hoy, Ileana de la Guardia vive con su esposo e hijo en Miami, donde conversó con LA PRENSA sobre las interioridades y repercusiones del fusilamiento de su padre, entrevista que presentamos a partir de hoy en dos entregas.

— Ileana, ¿qué significó para su familia que se abriera un proceso contra su padre, Tony de la Guardia? ¿Qué repercusiones tuvo para ustedes?

“Lo primero que quisiera decir, es que se trató de un proceso sin las garantías legales, sin asesoría legal, donde sus abogados eran de oficio y miembros del Ministerio del Interior, eran oficiales de la Inteligencia y la Contrainteligencia. Donde, además, se aplicó un Tribunal Especial Militar cuando Cuba no estaba en ningún frente militar, tendrían que haber sido procesados por un Tribunal Nacional Supremo, ya que después que pasan al Tribunal Militar donde les quitan los grados, dejan de ser militares, por lo que debían ser procesados como civiles.

Cuando soy testigo de este proceso contra mi padre, tomo conciencia de la represión fuerte que hay en Cuba, que en Cuba sí se violan los Derechos Humanos, puesto que es eso lo que estoy viendo. Te digo esto porque antes del proceso, no es que el hecho de que yo estuviera en la nomenclatura, porque formaba parte de familias que estaban cerca del poder, no me diera cuenta de nada, no es eso tampoco.

( Tony de la Guardia, le sigue el general de division Pascual Martinez Gil, jefe de la DGOE y vice Ministro del MININT, en la extrema derecha el Coronel Chomon , o Chomoncito )

“Sin embargo, la represión no era una cosa de la que yo estuviera consciente antes del proceso contra mi padre, puesto que en Cuba la situación respecto a la información, tú te imaginas cómo puede funcionar: hay un sistema totalitario donde la prensa no tiene acceso y no habla en lo absoluto de lo que le pasa a los disidentes, y cada vez que en la universidad había un rumor de represalias contra alguien, siempre existía el contra rumor”.

— ¿Cómo estallan los acontecimientos? ¿Cómo se enteran usted y su familia del enjuiciamiento de su padre?

“No fue algo tan sorpresivo, pero no nos imaginábamos que sería algo tan violento. Sabíamos que podría ocurrir algo en relación con mi padre, mi tío y Arnaldo Ochoa, porque Patricio estaba en Angola y lo llamaron con urgencia. A mi papá le han dicho que deje el puesto dos semanas antes, él era entonces jefe del Departamento de Inteligencia MC, lo cual no quiere decir Moneda Convertible, sino siglas de Comunicación Militar.

“Era un Departamento creado alrededor de 1984 para la búsqueda de dólares, por medio de operaciones dentro de lo ilegal, a mi manera de ver, porque tenían que ver con toda la violación del embargo, pues se trataba de llevar equipos de tecnología desde EE.UU. por medio de lancheros de Miami. A ellos, Cuba les había autorizado que pudieran parar en aguas territoriales cubanas para abastecerse logísticamente. Ese era el acuerdo con los lancheros y ellos estaban traficando drogas.

“En lo que es Ochoa y Patricio de la Guardia, no tienen que ver con MC, porque su puesto es dirigir las tropas cubanas en Angola, ellos están completamente desvinculados (de MC). Cuando empieza a surgir esta situación en torno a ellos, es como un grupo grande que no está muy claro de qué es lo que harán como militares. Ya a estas alturas ha habido fricciones entre Ochoa, Raúl y Fidel Castro. Y Patricio ha tenido también algunos problemas con ellos”.

— ¿Qué tipo de fricciones?

Yo diría político-ideológicas, porque en 1988 se está buscando que Cuba firme los acuerdos de paz en Angola, y Fidel Castro no los quiere firmar, y una de las razones por las cuales Patricio de la Guardia es mal recibido por Fidel Castro en las reuniones, es porque Patricio ha preparado un informe donde a través de la información de la inteligencia cubana en Angola, se describe que el Ejército cubano está siendo visto como un ejército de intervención, no como un ejército internacionalista, y que los angolanos quieren que se retiren desde hace tiempo, puesto que el problema interno trata de contradicciones tribales internas.

“Además, Patricio señala que el número de muertos de jóvenes cubanos es muy grande, que la cantidad de dinero que se gasta sigue siendo muy grande, entre otras cosas. Yo estuve con Patricio antes que se reuniera con Fidel Castro a presentar ese informe, y nos dice a mí y a mi esposo que era su obligación decirle la verdad a Fidel Castro aunque no le gustara.

“Días antes del juicio, Ochoa también llegó a decir delante nuestro que Fidel Castro estaba loco, y que había que hacer algo. Ochoa también discutió con Raúl Castro por la guerra de Angola, de modo que había una situación de tensión y sabíamos que algo podía pasar. La casa nuestra en Miramar había sido registrada y la puerta había sido dejada abierta para que nos enteráramos.

“A ellos (Patricio y Antonio de la Guardia) los detienen el 12 de junio de 1989 por la noche, un día antes de su cumpleaños. Ellos cumplían 51 años el 13 de junio, y los llaman para felicitarlos. Los detienen en las oficinas del Ministerio del Interior. Sus casas las viraron al revés.

“Al final nos dijeron que estaban en Villa Marista, la unidad de investigación y detención de la Policía Política. Ese 13 de junio por la noche fuimos y nos dijeron que no estaban detenidos, sino retenidos, nos dijeron que no buscáramos abogados, que no hiciéramos nada, durante aproximadamente quince días. Estábamos incomunicados. Nos dijeron que no viéramos a activistas de Derechos Humanos, porque les podía pasar lo peor”.

— ¿Qué ocurre cuando usted logra ver a su padre ya detenido? ¿En qué estado se encuentra? ¿Ha sido torturado?

“Yo lo encuentro físicamente muy mal: los ojos hinchados y rojos, las venas resaltadas, la aorta parpadeándole en el cuello. A él le aplicaron un sistema de tortura psicológica, utilizado en las cárceles soviéticas. Su nombre es desorientación circadiana. No te dejan dormir, te cambian los horarios, los animales están regidos por el día y la noche, y cuando te rompen ese ritmo al no dejarte dormir y cambiarte los horarios de alimentación, dejas de segregar melatonina y otras hormonas que te ayudan a dormir y te permiten razonar tranquilamente.

“Cuando no tienes esto, se te rompe el equilibrio psicológico completamente. Te pueden entrar estados depresivos impresionantes, no puedes leer, ésa fue la tortura que le aplicaron. Lo mantuvieron en celdas con luz encendida permanentemente, sin ventanas, con un aire acondicionado a altas temperaturas, y sin nada para abrigarse. Cuando iba a dormir, le cerraban y abrían las puertas de metal, la persona perdía completamente la orientación en el tiempo, no lo dejaban dormir, fue un desastre.

“Este tipo de tortura ayuda a los torturadores cuando quieren confesiones y que la persona acepte cosas que no ha hecho y entre en depresión. Eso se aplicó en la época de Stalin y se lo aplicaron a mi padre en los quince días que fue mantenido detenido.

“Luego de quince días incomunicado, nos permiten visitarlo. En la casa donde se ha preparado la visita había una cámara enfrente nuestro, que filmaba todo lo que sucedía para saber qué me estaba diciendo. No tuvo comunicación con nadie, solamente con los interrogadores de Villa Marista. Él no sabía lo que le iba a pasar. No le habían dicho nada. Esa misma noche me llamó un oficial del MININT, Ramiro, quien me dice que al día siguiente tendríamos que asistir al juicio de mi papá en la Sala Universal de las FAR. Pero en ese momento mi padre ni siquiera había podido ver a un abogado.

“Cuando le nombran un abogado de oficio, el abogado de mi padre me dijo personalmente que para él era una ofensa, una vergüenza defender a mi padre, y que no había tenido tiempo ni de leer su expediente. Igual le dijo el abogado de mi tío Patricio a su familia. Y el juicio empezaba en ese momento”.

— ¿Qué características tuvo el juicio?

“Fue completamente inquisidor. No los dejaron extenderse en la respuesta de ninguna pregunta, más de dos minutos. Durante los días que dura el proceso --una semana--, uno de los acusados, Ruiz Poo, en un momento empieza a llorar y a decir que las acciones estaban autorizadas por las más altas instancias, y empieza a decir nombres y ahí suspenden el juicio. Llaman a un médico y ese día el juicio no sigue.

“Aparece al otro día completamente calmado, a reconocer todo. Todo el tiempo el juicio fue una autoacusación. Ninguno de los abogados defensores cumplió su función porque no hay uno solo que de verdad defendiera a los acusados.

“Finalmente se dan las condenas y el fiscal pide pena de muerte para más de cuatro personas. Pero después Fidel Castro en el Consejo de Estado deja las siguientes penas de muerte: a Arnaldo Ochoa, a Amado Padrón, a mi padre y a Jorge Martínez. Entre el momento de la condena y la ratificación por parte del Consejo de Estado pasaron dos días”.

— ¿Qué significado tiene hoy para usted el 13 de julio?

“Sigue significando una fecha muy triste, desde el punto de vista personal. Desde el punto de vista colectivo, en mi visión como cubana que ha vivido una situación tan difícil, es una fecha donde hay la toma de conciencia de qué cosa era en el fondo la revolución cubana, que simplemente es un régimen al servicio de un dictador, y que en última instancia me hace sentir que tengo un compromiso para que la situación en Cuba cambie. Es una fecha bien triste.

DENUNCIA ANTE LA CIHD

- Para Ileana de la Guardia, el juicio contra su padre, Antonio de la Guardia y contra su tío, Patricio de la Guardia, fue completamente “arbitrario”, por lo cual, introdujo una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual en 1995 recomendó al gobierno de Cuba que “tome las medidas necesarias para remediar esta situación --detención de Patricio de la Guardia-- conforme a los principios de la Declaración de Derechos del Hombre y los del Pacto Internacional de los derechos civiles y políticos”.

http://www.laprensa.com.ni/archivo/2001/julio/14/politica/politica-20010714-01.html
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Segunda Parte

Tomado de http://www.laprensa.com.ni
Entrevista

Ileana de la Guardia: “El fusilamienLto de mi padre es un shock terrible”

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Ileana de la Guardia no tiene dudas. En los fusilamientos de su padre, Antonio de la Guardia, y del General Arnaldo Ochoa, hay un claro mensaje por parte de Fidel Castro. Este es: “Aplastar cualquier expresión de rebeldía o de disidencia ideológica”, sobre todo si viene del sector de las fuerzas armadas
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Eduardo Marenco
Enviado Especial
eduardo.marenco@laprensa.com.ni

MIAMI. Ileana de la Guardia recuerda con exactitud de reloj suizo el itinerario militar de su padre, el Coronel Antonio de la Guardia, del Ministerio del Interior de Cuba (Minint). Como una manera de rescatar su memoria, se dedicó a investigar las múltiples operaciones de inteligencia en las que participó, obedeciendo las órdenes de Fidel Castro.

Su hoja conspirativa es sorprendente. Entre otras misiones, “Tony” de la Guardia se encargaría de depositar en Suiza, la suma de 60 millones de dólares que obtuvieron los Montoneros, de Argentina, en 1975, producto del pago del rescate por el secuestro de los hermanos Born.

Posteriormente, en plena guerra civil, sacó del Líbano un valioso tesoro compuesto de joyas y piezas de oro, que estaba en manos de los palestinos, vía Siria, hasta su destino final en Checoslovaquia.

Luego, Antonio de la Guardia combatió en la guerrilla sandinista del Frente Sur, en julio de 1979, asegurando a la vez la logística que llegaba vía La Habana.

En esta segunda y última entrega, Ileana de la Guardia detalla más interioridades del juicio, las verdaderas intenciones de Fidel Castro y la decepción que sufrieron en lo personal, por parte del escritor colombiano Gabriel García Márquez (Gabo).

— Ileana, se dice que los reos estaban narcotizados durante el juicio, ¿Les consta algo de esto?

“Quien veía el estado físico en que estaba mi padre la noche anterior al inicio del juicio, y no sabía los métodos de tortura psicológica que le habían aplicado, cuando lo veían podían pensar que estaba completamente drogado, debido a la situación de extremo cansancio en la que se encontraba.

“Tenía perdida la mirada y hubo momentos en que se ponía a llorar en el juicio. Hay que tener encuenta el método demantenerlo quince días encerrado y durante el proceso mismo, todos estuvieron igualmente incomunicados.

( Ileana de la Guardia posa junto a dos cuadros pintados por su padre, Tony de la Guardia. LA PRENSA/E. MARENCO.)

“Nosotros estábamos en el ala derecha del salón, en la esquina de cada fila había oficiales vestidos de civil, mujeres, que cada vez que un familiar se ponía a llorar, ellas asistían para calmarlos”.

— ¿Cómo fue el momento en que se producen las sentencias de pena de muerte?

“Fue un momento muy fuerte, porque todos los familiares tenían la visión de que los procesados serían encarcelados, pero lo que no estaba en nuestra perspectiva era lo de los fusilamientos, eso nadie lo imaginaba, nos cogió de sorpresa y fue un shock terrible. Muchas de las mujeres de los condenados le gritaron cantidad de cosas al fiscal, salimos del salón, fue terrible. En la mayoría de las personas se produjo un temor de acercarse a nuestra familia”.

— ¿Ustedes trataron de gestionar que revocaran la pena de muerte?

“Nosotros tratamos de hacer lo máximo a nivel de relaciones que podían influir sobre Fidel Castro. Mi abuela escribió una carta al Papa y éste respondió pidiendo clemencia. No funcionó. Nosotros fuimos a ver a Gabriel García Márquez a la casa número 35 de protocolo donde vivía. Le pedimos que hiciera algo”.

— ¿Qué respondió García Márquez?

“García Márquez nos dijo que no nos preocupáramos, que no viéramos a derechos humanos, ni a los medios de prensa, ya que sería peor para ellos, que confiáramos en las gestiones personales de él, que él hablaría con Fidel Castro para convencerlo, que esos fusilamientos no los querían ni los amigos ni los enemigos, que él antes de su viaje hablaría con él. El se fue de viaje, vino el Consejo de Estado y Fidel ratificó las condenas.

“Cuando García Márquez va a España dice que los fusilamientos son un problema entre militares y que no tiene por qué meterse y se lamenta por Fidel, que ha estado muy preocupado por ese problema. En ningún momento tuvo una oposición crítica hacia los fusilamientos, sino que trató de justificarlos”.

— ¿Por qué cree que son sentenciados a pena de muerte en lugar de ser encarcelados?

“Yo creo que Fidel Castro no acepta que hayan personas que estén con posiciones divergentes a las de él. Y aceptará menos esta situación al tratarse de miembros cercanos a él y de miembros del Ejército con honores, porque lo considera una traición personal a su figura. Es decir, que el héroe de la República, General de Ejército (Arnaldo Ochoa), cuestione el sistema sociopolítico de Cuba, cuestione a Fidel Castro y en alguna ocasión haya dicho que está loco, para él es inaceptable.

“A Fidel Castro, en su última intervención, se le ve mucha furia, a pesar de que a Ochoa lo va a fusilar y de que tiene a su víctima bajo sus garras. A pesar de que en cualquier momento Ochoa desaparecerá físicamente, Fidel Castro pasa una hora descalificándolo como militar, está furioso y fuera de sí, hasta se contradice en fechas. Con los jimagua (gemelos), con Patricio y Tony, tiene una actitud igual, dijo hasta que no los conocía.

Fue tan irregular el proceso desde el punto de vista legal, que los fiscales y los jueces fueron anónimos, nombrados por él. El grupo de trabajo de la OEA declaró arbitraria la detención de los procesados que están vivos actualmente, y en consecuencia, solicitó al gobierno de Cuba, que tome las medidas necesarias para remediar esta situación conforme a los principios de la Declaración de Derechos del Hombre”.

— ¿Cree usted que Fidel Castro temía a un golpe de Estado en aquel momento o temía a los liderazgos de Ochoa y Tony de la Guardia?

“Yo creo que Fidel Castro trata siempre de prevenir cualquier situación política que se vaya de su control. De lo único que tengo evidencias es que había una inconformidad política muy grande dentro de la esfera de poder. La cantidad de militares que además de Ochoa, Patricio y Tony pensaban en una transición política en Cuba; no puedo decirlo exactamente, pero creo que era grande, y eso le debió afectar a Fidel Castro.

“Y desde el punto de vista de dirigentes civiles tampoco sé si había más, pero Fidel Castro demuestra que tiene un miedo enorme de perder el poder y la medida para erradicar y dar lecciones a su alrededor es el fusilamiento, eso para mí es muy evidente”.

— ¿En qué estado se encuentra hoy su tío Patricio de la Guardia?

“El se encuentra recluido en una unidad militar de la inteligencia del Ministerio del Interior, sabemos que está solo, el fin de semana lo llevan a estar con su mamá, en casa de mis abuelos. La situación es muy difícil porque todo el tiempo le están diciendo que si él está preso es por culpa mía, porque he hablado a los medios, lo cual sabemos no es así.

“Es una medida para culparme a mí por el hecho de que yo he denunciado las irregularidades del proceso. A estas alturas piensan que todavía pueden callarme. Lo tienen con mucha tensión porque para todo le dicen que seguirá preso. El sabe, conoce el sistema y está en manos de un hombre que tiene todo el poder para decidir lo que quiera en torno a él, es un rehén sin leyes a su favor”.

— ¿Cómo era la relación de los hermanos de la Guardia y Ochoa con Fidel Castro?

“La relación de Ochoa con Fidel Castro es diferente a la de Patricio y Tony. Ochoa era miembro de las Fuerzas Armadas y Patricio y Tony eran miembros del Ministerio del Interior. Ochoa conoce a Raúl y Fidel desde la Sierra Maestra y había una confianza muy grande desde hace mucho tiempo entre ellos.

“Ochoa pensó que podía confiar en ellos y tener la suficiente amistad para decir lo que pensaba. Por eso nunca creyó que lo iban a fusilar.

“Por otra parte, Fidel Castro había depositado su confianza en mi padre para operaciones sensibles. Todo esto les hizo pensar que Fidel no los iba a fusilar, la ingenuidad los lleva a cometer los errores de hablar, no previeron lo que les podía pasar”.

— ¿Usted cree que Fidel Castro nunca estuvo enterado de estas operaciones de narcotráfico?

“MC, el departamento que dirigía mi papá, no es la única institución que ha estado vinculada al narcotráfico. Cómo decirte, el narcotráfico en Cuba, la relación de las altas esferas con el narcotráfico, viene de mucho antes que mi padre tuviera que ver con MC.

“El gobierno cubano ha estado vinculado a las operaciones de narcotráfico desde mucho antes, según algunas denuncias. Fidel Castro usó las operaciones de narcotráfico para quitárselos de arriba y así eliminó otras acusaciones endosándoselas a estos individuos, lo cual es beneficio doble para Fidel Castro. Yo no he parado de denunciar esta situación”.

— ¿Usted presenció el fusilamiento de su padre?

“No. Fue en una unidad militar de Baracoa, los familiares lo único que recibimos fue un telegrama diciendo que Antonio de la Guardia había sido ejecutado y ponían a la persona sin profesión, status civil desconocido, como para que quedara en los registros de la historia que esta persona no fue ni militar ni nadie. Es increíble”.

MISIONES DE "TONY"

El recorrido militar, conspirativo, de Antonio “Tony” de la Guardia inicia en 1964, cuando se organiza en Cuba el primer grupo de operaciones especiales que se entrenará en Pinar del Río.

( Tropas Especiales, Dirección General de Operaciones Especiales DGOE: Veliz, Gonzalez Diaz, Alejandro Ronda y Tony de la Guardia en la U/M 2070 de Jaimanitas. Entre ellos hay General en activo, Véliz,; General Retirado, Ronda; Coronel fusilado, Tony )

Este grupo dio origen a las Tropas Especiales del Ministerio del Interior cubano, que comenzaría a dar entrenamiento a grupos de guerrilleros latinoamericanos. Ahí se establecen los primeros lazos de Antonio de la Guardia con guerrilleros centroamericanos y sudamericanos.

A inicios de 1970, Antonio de la Guardia es uno de los asesores cubanos que se encarga de organizar un servicio especial para la protección del presidente de Chile, Salvador Allende, cuando la Unidad Popular gana las elecciones.

En junio de 1975, Antonio de la Guardia se encarga de llevar personalmente a cuentas cifradas y secretas en Suiza, un total de 60 millones de dólares, producto del pago del rescate por el secuestro de los hermanos argentinos Jorge y Juan Born, por parte de los Montoneros argentinos.

“Fidel Castro depositó toda la confianza en mi padre, para que se encargara de depositar el dinero en Suiza”, dice Ileana de la Guardia.

El dinero producto del secuestro había sido llevado a Cuba, pero Fidel Castro prohíbe entregar el dinero a los Montoneros, mientras no se conviertan en un grupo monolítico guerrillero.

Una de las personas que acompaña a Tony de la Guardia, según su hija, es Max Marambio, “un chileno que maneja las cuentas personales de Fidel probablemente hasta la actualidad”.

Conocido como el “Guatón” (barrigón en jerga chilena) es el primero en ser nombrado jefe de la Corporación Cimex, donde después trabajaría Antonio de la Guardia.

- Al otro lado del mundo

Posteriormente sería enviado al Líbano en plena guerra civil, donde hay varios grupos de liberación palestinos que organizan robos, asaltos a bancos, que necesitan sacar de allí joyas preciosas. La Habana se aliará con el Frente para la Liberación de Palestina, liderada por Georges Habache.

“Todas las piezas de oro, de museo, piedras preciosas, son sacadas por mi padre de Líbano vía Siria, donde Fidel Castro ha instalado fuerzas blindadas de las fuerzas armadas cubanas. Este tesoro es trasladado después a Cuba por medios diplomáticos. El destino final del tesoro será Checoslovaquia. Fidel Castro le pide a mi padre que realice esta operación”, recuerda Ileana de la Guardia.

- Nexo con sandinistas

En 1977 se encarga de infiltrar y luego de sacar ilegalmente a un ex agente de la CIA, Eugenio Rolando Martínez, conocido como “Musculito”.

Posteriormente llevó a cabo también operaciones ilegales comerciales para Fidel Castro, de espionaje y como mensajero de Fidel Castro, durante una ronda de conversaciones con funcionarios de la administración Carter, para “humanizar” el embargo contra Cuba.

En julio de 1979 participó en el apoyo logístico a la guerrilla sandinista del Frente Sur, vía Costa Rica. Posteriormente, al triunfo de la revolución sandinista, asesoró a la conformación de la Seguridad del Estado, que estuvo a cargo de Lenín Cerna y Tomás Borge.

Fue fusilado el 13 de julio de 1989, once años atrás, víctima de un juicio arbitrario e inquisidor. .
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Cuba and Cocaine (1991)