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Publicado en Baracutey Cubano en julio del 2009 -
6 de julio del 2007, Summit, New Jersey.
Entre
las flagrantes atrocidades cometidas por el régimen castrista en su
larga historia de abusos, se destacan dos incidentes –la Masacre del Río
Canímar y la del Remolcador 13 de marzo, ambas ocurridas en el mes de
julio. Estos sucesos no dejan duda sobre el profundo desprecio del
liderazgo cubano por la vida humana y su cruel trasgresión al derecho de
los ciudadanos cubanos a salir de su país.
El
6 de julio de 1980 tres jóvenes se apoderaron de una recién inaugurada
embarcación de excursiones, el “XX Aniversario,” que navegaba a lo largo
del pintoresco Rio Canímar, desembocando en la bahía de Matanzas. Los
sorprendidos pasajeros gritaron de alegría cuando supieron que se
dirigían a los Estados Unidos, pero el guardia de seguridad se resistió,
disparándole a los jóvenes. Estos lo hirieron con pistolas llevadas a
bordo, obtenidas en su servicio militar obligatorio. Preocupados por el
estado del herido, lo enviaron a tierra junto a un pasajero que rehusaba
partir.
Alertadas
las autoridades, ordenaron una persecución. Lanchas de alta velocidad
de la Marina cubana alcanzaron la nave y dispararon a mansalva contra
los pasajeros. Al no poderla hundir, pronto apareció un avión de la
Fuerza Aérea, que también abrió fuego sobre el “XX Aniversario.”
Finalmente, un barco especializado en trabajos industriales pesados
entró en escena, embistiendo la sólida nave hasta que se hundió. La
mayoría de los heridos y que habían logrado escapar sanos hasta el
momento se ahogó. Aunque el barco tenía capacidad para 100 pasajeros,
sólo sobrevivieron diez personas. El número preciso de víctimas quedó
en secreto, pero se cuentan al menos 56 conocidas, incluyendo niños de
3, 9, 11, y 17 años. No se les entregaron los cadáveres recuperados a
sus familiares y se prohibió la realización de funerales comunitarios.
El gobierno cubano declaró que había sido un accidente y amenazó a los
sobrevivientes con prisión para exigir su silencio, manteniéndolos bajo
vigilancia por años.
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Archivo
Cuba have un llamado a los gobiernos mundiales, a las organizaciones
internacionales, y a todas las personas de buena voluntad a que hagan al
gobierno cubano responsible de sus crímenes y a que exijan que se
respeten los derechos fundamentales de los cubanos a la vida, a la
seguridad y a la libertad de salir de su país por voluntad propia.
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LA MASACRE DEL RÍO CANIMAR, PROVINCIA DE MATANZAS, CUBA
6 DE JULIO DE 1980
El
Domingo 6 de Julio de 1980, establecido como el Día del Niño, un
sinnúmero de personas mayores de edad, y algunos llevando a menores de
edad, abordaron en el Centro de Recreo Caminar la embarcación adaptada
para excursión "XX Aniversario".
El barco comenzó a navegar
lentamente por las aguas y cuando llevaban un corto tiempo en la
travesía, los hermanos y miembros del Servicio Militar Obligatorio:
Sergio Águila Yanes de 19 años de edad, con el arma de fuego que
portaba, y Silvio Águila de 18 años de edad, conminaron al capitán de la
embarcación y a los dos tripulantes (custodios,
y uno tenia un arma), que el "yate" pusiera rumbo a los EE.UU. En esta
decisión de escapar de Cuba, también los acompañaba Roberto Calveiro de
15 años de edad. Otro joven que estaba en el plan a última hora decidió
no participar en el escape. (Debido al hermetismo que siempre ha
adoptado el régimen comunista cuando algo no le conviene, se desconoce
si otros ocupantes excursionistas estaban en el plan).
Cuando el
Capitán bajo esa premisa giró la nave, y puso proa hacía el norte, el
custodio armado a un descuido de Sergio debido a la confusión que se
había formado entre los excursionistas, sacó su pistola y Sergio le
disparó hiriéndolo (versión:
"un miliciano que participó en los hechos, comentó que el custodio se
había lanzado al agua y llegó nadando a la orilla" otros ciudadanos
afirmaron "que el custodio fue muerto por el disparo que le impacto en
el pecho", y en las versiones también se exponen: "que el custodio fue
herido y puesto en una lancha de pescadores que estaba cerca, o en un
bote pequeño que llevaba remolcando el barco excursionista").
Pero
bien, aunque es lamentable si el custodio fue herido y murió, lo
trascendental de este caso del Río Canimar, es la masacre que perpetuó
el régimen en su arrogancia criminal, y por supuesto, basado también que
sus asesinatos a niños, mujeres, y ancianos eran impune, no tenían
ninguna repercusión adversa en el ámbito internacional, aunque si en el
plano nacional, pues continuaban manteniendo el terror implantado en la
población.
Los hechos según Radio Martí.
De acuerdo
a una investigación de Radio Martí que fue trasmitida en un programa de
más de media hora el jueves 5 septiembre de 1985 y titulado "La Matanza
del Río Canimar", y la cual fue basada en entrevistas a unas 20
personas residentes en Cuba, y de las cuales varias fueron pasadas en el
programa sin decir sus nombres por razones obvias, reseñamos lo
siguiente:
Que el 6 de julio de 1980 cuando los sucesos del
llamado éxodo marítimo del Mariel, una embarcación de recreo llevando
entre 70 y 100 pasajeros de paseo por el Río Canimar, fue tomada por
unos tres o cuatro jóvenes militares armados que a punta de pistola
amenazaron al capitán del barco para que pusiera rumbo a los Estados
Unidos, y en ese momento un miembro de la Seguridad del Estado que iba
en el barco sacó su pistola y fue muerto por los secuestradores.
Al
entrar el barco turista en la Bahía de Matanzas, y los guardafronteras
percatarse de lo que sucedía, mandaron una patrulla marítima, la cual le
hizo varios disparos de advertencia, pero la nave no se detuvo. Pasado
unos minutos otra lancha de los guardafronteras apareció en la escena y
un avión, y como la embarcación turística seguía su curso norte, las
patrullas del régimen comenzaron a dispararle directamente. Aunque la
andanada de balas era intensa por parte de los guardafronteras, el XX
Aniversario no se detenía, y fue en ese momento que se apareció una
draga y envistió al barco turístico provocando su hundimiento, y por
consiguiente la perdida de vidas de un indeterminado número de personas.
En
las entrevistas realizadas por R. Martí, algunos dijeron que ese día
habían mucha movilización de militares en Matanzas, y que las funerarias
velaban a un inusual número de cadáveres. Este programa lo repitió
varias veces Radio Martí dando más detalles de la masacre..
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Algunos
de los masacrados: Sergio Águila Yanes; Mirta de Armas Naranjo; Onelia
Quintana; Delio Gómez González; Marisol Martines Aragonés (menor);
Osmany Rosales Valdés (menor); Juan Domínguez Alfonso; Vicente Fleitas
Cabrera; Lilián González López (menor); Marisel San Juan Aragonés
(menor); José San Juan;
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El
11 de septiembre de ese año 1985. el periodista Tomás Regalado que en
ese tiempo trabajaba para el periódico en español del Miami Herald, saca
un articulo titulado "Más para Radio Martí", de donde tomamos los
siguientes párrafos:
(Tomás Regalado, hoy comisionado y aspirante a Alcalde de la ciudad de Miami )
......
para este propósito iniciar esta breve cronología, no en el litoral de
Matanzas, sino en el teatro Atenas de la capital de la provincia. En
horas de la mañana del 6 de julio de 1980, se iniciaba en el teatro
Atenas la Asamblea de Renovación y Ratificación de Mandatos del Partido
Comunista en la provincia de Matanzas; presidía la misma Julián Rizo
Álvarez, entonces primer secretario del Partido en la provincia de
Matanzas, y junto a él entre otros se encontraba el mayor Romelio Pérez
León, jefe del Ministerio del Interior en la ciudad de Matanzas. Alguien
se acerca a Julián Rizo y le dice algo, y éste airadamente toma el
micrófono y grita: "Compañeros, queda suspendida esta actividad por
motivos de una emergencia. Acto seguido, Rizo, Pérez León y mas de una
veintena de funcionarios y ayudantes abordaron sus autos y se dirigieron
a la ribera del río Canimar, casi en su desembocadura en la Bahía de
Matanzas. Allí, en la posta de los guardafronteras, aun tirado sobre una
pequeña chalupa, se encontraba el cadáver de un agente del Ministerio
del Interior con un balazo en el pecho, y junto a el, sollozando, el
capitán del barco de turismo del Canimar, quien contó lo que había
ocurrido: Que minutos después de haber iniciado el viaje de turismo río
arriba, cuatro personas, tres jóvenes reclutas del servicio militar y un
sargento de tercera que habían logrado entrar como pasajeros en el
barco ocultando cada uno una pistola Makarov y dos AKM-- habían asumido
el control de la embarcación, un barco de ferro-cemento construido en
los astilleros de Cárdenas y que había sido modificado, incluso mediante
la colocación de asientos en el techo. El custodio extrajo un M-52 para
hacer frente a los jóvenes, y estos le dieron muerte. Mas tarde
le dieron permiso al capitán para que llevara el cadáver a la orilla en
una pequeña chalupa que tenia el barco. Ya en esos momentos, el barco
conducido por uno de los jóvenes, se dirigía hacia la bahía. Julián
Rizo, dirigiéndose al mayor Pérez León, le grita: "De ahí no pueden
irse", señalando hacia lo que se conoce como el bolso de la Bahía de
Matanzas. En esos momentos una lancha que patrullaba el río San Juan
llegó a toda maquina al lugar y minutos después una avioneta de
fumigación agrícola hace dos pases sobre el barco, disparando contra la
embarcación. La lancha patrullera hace también disparos y cae muerto uno
de los jóvenes que habían asumido el control de la nave.
Llegan
otras dos lanchas y hacen un cerco a la nave secuestrada que ya ha
parado sus motores; los jóvenes ordenan que las mujeres y niños bajen a
los camarotes. Rizo, histérico,
repetía que no podían "salir de la bolsa de la bahía", y mirando una
draga o arenera en el muelle, ordena que varios tiradores la aborden y
"le partan para arriba al barco". Y así fue. La pesada draga golpea al
barco, pero nada ocurre; el segundo golpe, sin embargo, fue fatal, el
barco se parte en dos y se hunde en segundos; las lanchas patrulleras
rescatan a ocho de los pasajeros y a los tres jóvenes, 11 sobrevivientes
en total, se recogen unos 10 cadáveres; el resto quedo atrapado en los
camarotes.
Al siguiente día, oculta en una pagina interior del
periódico matancero Girón, se publica una nota de tres líneas donde se
informa que se frustró un intento de salida ilegal del país; y nada mas.
Nota
de CS: En el relato del capitán hay algunas incongruencias, como que
los disparos hechos desde la avioneta o la lancha patrullera que
llegaron primero a la escena, mataron a uno de los asaltantes.
Pero
como expresamos con anterioridad, lo trascendental de este caso es la
masacre que efectuó el régimen comunista contra niños y mujeres que eran
en su mayoría los ocupantes del barco.
*********
Luego
de estas trasmisiones de Radio Martí, y los artículos que aparecieron
en los periódicos El Miami Herald, el San Francisco Chronicle, el
Philadelphia Inquirer y otros medios de prensa en Estados Unidos, de
Europa y Latinoamérica, fueron saliendo en forma esporádica más datos de
la masacre del Canimar y que cubanos en el exilio daban a conocer.
Julián
Rizo Álvarez quien era el secretario del Partido Comunista de Matanzas,
y dio en la escena del crimen la orden del ametrallamiento (por
supuesto previa confirmación con la jerarquía de la Habana), lo
nombraron a los escasos cinco meses de los hechos, a la Secretaria del
Partido Comunista a nivel nacional en el II Congreso del PCC (Diciembre
1980). Después en el III Congreso del PCC, por sus "meritos" dentro de
la tiranía, a Rizo lo nombran miembro alterno en el Politburó, y en el
IV Congreso del PCC continuó en el Politburó (octubre 1991).
Sobre
el suicidio de Sergio Águila Yanes es más que cuestionable, pues en
casos como este el régimen utilizando sus sofisticados medios para
aplicar el terror psicológico, obliga a testigos declarar lo que desean
aunque el testigo logre salir tiempo después al exilio; no obstante al
transcurrir el tiempo, los años del testigo fuera de Cuba, puede que
narre la verdad de lo ocurrido.. Un caso que refleja más o menos este
terror psicológico, es el hecho ocurrido el 14 de julio 2003 en La
Coloma, Pinar del Río, donde cuatro jóvenes procuraron apoderarse de una
lancha para escapar de Cuba, y tres según las declaraciones a la prensa
de Marquiel Montana de 17 años, sus compañeros se suicidaron. Ver en
estas Historias individuales el video con voz y datos: Caso La Coloma.
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APORTES AL GENOCIDIO
Por Norberto Fuentes
El
6 de julio de 1980, el barco de río «XX Aniversario» salió del centro
turístico Canímar Abajo, situado en las márgenes del río Canímar, en
Matanzas, con más de 60 pasajeros. Sergio Aguila Yanes, de 19 años, sargento en el ejército cubano, recl
utó
a su hermano menor Silvio y a sus amigos Roberto y Humberto, y juntos
habían planeado la fuga. Cuando el barco se alejó de los muelles,
sacaron sus armas e intentaron tomar por sorpresa a los guardias.
No
pudieron y cuando uno de los guardias sacó la pistola, Sergio disparó
primero y lo hirió. Pronto el barco estuvo bajo control de los
muchachos, que ordenaron a su capitán que se desviara hacia hacia los
Estados Unidos.
( El autor y Fidel Castro; foto posteada por el blogguista )
El
informe del tiroteo no tardó en llegar a Julián Rizo Alvarez, primer
secretario del Partido en Matanzas, que inmediatamente convirtió un
restaurante local en puesto de mando con teléfonos directos a la oficina
central del Partido y a Fidel Castro, que le dio órdenes explícitas de
que no se podía permitir que el barco se escapara. Fidel Castro subrayó a
Rizo Alvarez «que pase lo que pase». Rizo despachó enseguida
varias lanchas torpederas para que detuvieran el «XX Aniversario». Los
barcos de guerra, más pequeños y más rápidos, se acercaron al barco e
insistieron en que pararan y regresaran a Cuba. Los muchachos decidieron
no obedecer las demandas del gobierno y siguieron hacia el norte.
Después de que le notificaron por radio que las torpederas no podrían
detener al «XX Aniversario»,
Rizo
tomó una decisión. «Las órdenes fueron no permitir que el barco saliera
de Cuba, aunque eso significara hundirlo». Como si supieran lo que iba a
ocurrir, algunos de los pasajeros levantaron a sus hijos rogando a los
barcos del gobierno que no dispararan. Rizo dio la orden de disparar y
comenzó la masacre de los hombres, mujeres y niños que estaban a bordo
del «XX Aniversario».
A pesar de que había dos barcos
completamente armados atacando al «XX Aniversario» y a sus pasajeros,
Rizo despachó otro patrullero más fuertemente armado y a un avión que
empezó a circular encima. Los pilotos del avión empezaron el ataque
justo antes de que el barco de río
saliera
de las aguas cubanas. Después que el avión hizo dos pases mortales, el
barco estaba aún milagrosamente a flote, aunque sólo capaz de navegar en
círculo.
Para entonces, casi la mitad de sus sesenta pasajeros estaban ya muertos o heridos.
Cuando se dio cuenta de las repercusiones internacionales que habría si
el «XX Aniversario» se escapaba, Rizo tomó el mando del enorme «23 de
Mayo» y le ordenó que interceptara y hundiera el barco de río, mucho más
pequeño. L
a tripulación del
«23 de Mayo» llevaron a cabo las órdenes de hundir el barco,
embistiéndolo por el medio. Buscando su seguridad, Sergio había llevado a
todas las mujeres y niños a la bodega para que estuvieran fuera del
alcance de las balas. Aunque el primer golpe no hizo mucho daño al
barco, las mujeres y los niños, ahora atrapados abajo, empezaron a
gritar histéricamente. Segundos más tarde, el «23 de Mayo» embistió por
segunda vez al barco y casi lo partió en dos. Al empezar a
llenarse de agua el «XX Aniversario», Sergio le dijo a Roberto, el amigo
de dieciséis años: «Perdóname, Papito» y fue a la cabina. Entre los
frenéticos gritos de las mujeres y los niños de la bodega, Sergio sacó
la pistola y le gritó a Roberto: «Los comunistas no me cogerán vivo
nunca». Dirigió la pistola a la sien y se mató.
Roberto
Calveiro aún recuerda que las aguas se enrojecieron alrededor de los
cuerpos de los hombres, mujeres y niños balaceados. También fue testigo
del ahogamiento de los que sobrevivieron la matanza inicial pero que no
pudieron soportar la fuerza del mar y se hundieron sin volver a salir
más. El propio Calveiro saltó al agua y empezó a nadar, pero cuando los
patrulleros lo vieron le empezaron a disparar. Más tarde, cuando fue
recogido en el mar por el cabello y golpeado en un patrullero, los
guardafronteras que le dispararon le confesaron: «Chico, no sé cómo
pudiste sobrevivir con todas las balas que te disparé». Cuando llegaron
al fin a la costa, los guardias le dijeron a Roberto que se echara a
correr. Roberto se negó, sabiendo bien que le dispararían. Aunque había
salvado la vida, le esperaban muchas otras experiencias al muchacho de
16 años en los próximos doce años, que pasó en una cárcel cubana.
El
régimen rescató sólo 11 de los cadáveres de los casi cuatro docenas de
hombres, mujeres y niños masacrados ese día. El gobierno no le dio
ninguna explicación a las familias de los desaparecidos, solo que habían
muerto en el mar durante el «secuestro» de un barco. El gobierno no
permitió entierros comunes. Antes de permitir a los diez sobrevivientes
que regresaran a casa, les ordenaron no hablar con nadie sobre el
incidente y no reunirse en grupos en que hubiera más de dos de ellos
presentes. Durante los próximos dos años, tuvieron agentes del gobierno
estacionados para monitorear sus actividades, mientras intentaban
sobornar a los familiares de las víctimas, así como a los
sobrevivientes, dándoles televisores, refrigeradores y otros equipos
usualmente reservados para altos funcionarios del gobierno. "
1 Comments:
Los cubanos, sobre todo los que no eran castristas, fueron relegados hace mucho tiempo al estatus de no-personas por prácticamente todo el mundo, y al no ser personas, no pueden ser víctimas. Todo muy "científico," igual que el marxismo.
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