BARACUTEY CUBANO

¿ES LA TIRANÍA MÁS PERVERSA DEL MUNDO O YO SOY UN EXAGERADO?


Por Esteban Fernández
13 de julio de 2018
    

Varias cosas me molestan de los disidentes que vienen, critican al régimen y regresan a Cuba. La primera es que, ante mis ojos, y ante todos los que me rodean -incluyendo familia y amigos cercanos- hacen lucir que todos los aparatos represivos, cuerpos de inteligencia y contra inteligencia del país aceptan de buena gana a los enemigos.

Y ese es precisamente uno de los principales objetivos de esta “cumbancha de vaya y venga de supuestos adversarios”: Hacer lucir como benevolentes a la banda de miserables más grande de ha dado este continente. Y al exilio verdadero como unos dinosaurios llenos de odio.

Porque lo que siempre hemos predicado es (dando por descontado que Eliécer Ávila no fuera uno de sus agentes) que después de lanzar su jerigonza en el extranjero este muchacho se aparece en el aeropuerto de Rancho Boyeros (en la foto) allí estarían esperándolo mil esbirros y la mano de patadas por el trasero que le dieran había que hacerle una colonoscopia y una cesárea para extraerle sus botas.

Pero no le pasa casi nada, y ahí, inmediatamente (aunque usted me conozca de toda la vida) pensará: “Contra, este Estebita, y toda la gente del exilio histórico son unos mentirosos y son unos exagerados.

¿Quién era considerado el enemigo jurado número uno del régimen? Sin lugar a dudas que fue Luis Posada Carriles. Ah, y Guillermo Fariñas se tiró fotos con él, y fue a visitar la tumba de Jorge Más Canosa, estrechó la mano de Obama y regresó a Cuba y no la pasa nada del otro mundo.

Lo que yo espero es que los esbirros le hubieran inducido una verdadera huelga de hambre hasta las últimas consecuencias. No lo hacen y entonces tal parece como que el embustero soy yo y que Raúl Castro es un tipo comprensivo y chévere.

Hay un video que a mí me sorprende donde el opositor José Daniel Ferrer -cuando estaba preso y estaba hablando por teléfono con Miami- le grita a uno de los carceleros: “¡Oye, cállate, baja la voz que TU NO SABES QUIEN SOY YO!” Ahí mismo Raúl debió fusilar a Ferrer y al guardia. Pero no, que va, si Raúl “es un pedazo de pan”. Y comparado con nosotros es una mansa paloma. Y eso último es lo que me jode, ese es el verdadero objetivo del “vaya y venga”.

Las bestias, animales salvajes, asesinos brutales del Ministerio del Interior, me hacen lucir un equivocado aceptando las veleidades de los opositores y hasta permitiendo que tengan casas propias en Cuba.

Para creer en la veracidad de los disidentes hay que aceptar que Ramirito es un santo. Los malos no son tan malos y los buenos no somos tan buenos. Esa es la intención.

Y entonces mis queridos amigos que me están leyendo, en este escrito les planteo que existe una sola disyuntiva: O todos está manipulado, dirigido, y controlado -aun cuando algunos de ellos ni lo sepan- o aquella genocida tiranía se ha convertido en una panacea. Usted escoja.