La Iglesia llama a votar en el referendo constitucional: ¿SI o NO?
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¿Está de acuerdo la Iglesia católica con la nueva constitución? ¿Debería un creyente católico votar SI en el referendo?
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Por Vicente Morín Aguado
La Habana
07/02/2019
La Iglesia católica cubana ha emitido dos mensajes pastorales en los últimos meses, explicando su posición ante el texto constitucional que será sometido a referendo próximamente, son opiniones que merecen ser leídas por la ciudadanía, sin embargo, de un lado el partido-Estado impone una camisa de fuerza a tales opiniones críticas, sumándose la acostumbrada indefinición de la curia católica nacional cuando debe fijar una posición política.
Ambos mensajes abordan temas de interés general para católicos, practicantes de otras creencias o ateos, también hay asuntos que atañen directamente a la milenaria institución cristiana con sede en Roma.
El mensaje reciente, firmado como su anterior por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), pone el dedo en la llaga al abordar temáticas definitorias para el proyecto totalitario socialista cuya eternización parece estar en camino de confirmarse, al menos en el papel.
Oportunas citas de José Martí apoyan la aguda crítica de los obispos, considerando que el apóstol de nuestras libertades es proclamado inspiración esencial de la nueva carta magna: “Una Constitución es una ley viva y práctica que no puede construirse con elementos ideológicos” (Carta de New York, Obras completas, tomo IX, pág. 306-307.)
El reciente mensaje de la COCC puntualiza sus desacuerdos, resumidos en los siguientes puntos de controversia:
“La exclusión de otras formas de realización plena del ser humano diferentes a las del socialismo y
del comunismo, la recta comprensión de un Estado laico, la visión integral del matrimonio y la familia y la economía al servicio del bien común.”
Conocida es la oposición cristiana al matrimonio igualitario, asunto sobre el cual puede asegurarse que una mayoría de los cubanos rechaza la legalización de tal unión entre homosexuales, por si fuera poco, vuelve el apóstol Martí en auxilio de los pastores:
“El amor es la adhesión ardorosa e incondicional que un individuo de un sexo siente respecto a un individuo del otro. La diferencia de sexos es, no solo su cualidad, sino su esencia característica” (Cuadernos de apuntes, Tomo XXI, pág. 114.)
Pudiera argumentarse que es un asunto de épocas históricas diferentes, además El Maestro no era ni pretendió ser infalible en su reflexionar, lo paradójico es que durante décadas la propaganda política del Partido Comunista de Cuba (PCC) buscó asidero en Martí, divulgando hasta la saciedad la supuesta verdad de una vigencia extendida, de tono bíblico, del llamado ideario martiano.
Así se nos pide refrendar la “nueva constitución” este 24 de febrero al leerse en el preámbulo que estamos guiados “por el ideario y ejemplo de Martí y Fidel y las ideas de emancipación social de Marx, Engels y Lenin.”
El mensaje pastoral define claramente la contradicción de tal exhortación con los fines de un texto constitucional, que debería estar abierto a la pluralidad de concepciones del mundo, de ideología y creencias, derechos inalienables de los seres humanos, evitando lo que a las claras es un acto discriminatorio, represivo, convertido en ley de leyes de la nación.
Por último, abordando la economía social, la Iglesia católica se pronuncia por otorgar a todos los cubanos los mismos derechos que asisten a los extranjeros en cuanto a invertir capitales en nuestro país, precepto prohibido a los que en Cuba construyen la patria día a día, mientras se acepta el enriquecimiento de los ciudadanos foráneos.
Llegados a este punto cabe preguntar: ¿Está de acuerdo la Iglesia católica con la nueva constitución? ¿Debería un creyente católico votar SI en el referendo?
La respuesta se ofrece con la típica ambigüedad del liderazgo eclesiástico cubano bajo las órdenes del Papa:
“Exhortamos a que cada ciudadano, con su voto responsable y desde su conciencia, contribuya a la edificación de una sociedad en la que todos los cubanos nos sintamos respetados en nuestros derechos y, al mismo tiempo, construyamos una vida digna y próspera con la participación de todos sin exclusión.”
¿SI o NO?
Tal parece que el titubeo del catolicismo nacional necesita un empujoncito ante una definición crucial, histórica, frente a sus ciudadanos todos, feligreses y demás criaturas de Dios. Como de pasada, sin énfasis a la hora de una definición que nunca llega, los obispos también escribieron:
“El cristiano no puede ser obligado a someterse a una concepción de la realidad que no corresponda a su conciencia humana iluminada por la fe.”
Estamos ¡por fin!, ante un NO, tratándose de enfrentar la propuesta aberrante del PCC, digamos pues, aunque la curia representada en la COCC no se atreva: Es imposible aceptar el texto que nos proponen, nuestros obispos bien lo han argumentado, por tanto #Yo Voto NO por la Constitución.
© cubaencuentro.com
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