jueves, abril 11, 2019

Acuérdate de abril: Tres al tiro. Arnaldo M. Fernández sobre el fusilamiento de tres personas secuestradores que no habían golpeado ni derramado sangre y que sólo querían irse de Cuba: Fusilar a tres no trajo su causa de la ley, sino de cierta razón de Estado: meter miedo

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Lorenzo, Bárbaro y Jorge Luis. No hirieron a nadie ni sus intenciones iban mas allá de las amenazas. Una turista francesa secuestrada narró como cuando la tenía uno de los secuestradores fuertemente agarrada con un arma blanca cerca de su cuello y el secuestrador le gritaba a las autoridades castristas que si no traían combustible para la lancha, la mataba, le hablaba bajito al oido y le decía; ¨No te preocupes que no te va a pasar nada ¨. Posteriormente, después de ser detenidos los secuestradores, la turista le pidió a Fidel Castro que no los mataran y le contó lo que le decía el secuestrador en su oidos. De nada valió para que el Zeus caribeño indicara que la pena era el fusilamiento; los tribunales en menos de una semana los juzgaron, sentenciaron y un pelotón los fusiló.

A solamente un mes y pico de estos esos hechos, otras personas secuestraron una lancha de GEOCUBA por la antigua provincia de Camaguey para también irse del país; en la lancha habían pasajeros. Un guardacosta nortemericano interceptó en alta mar a dicha lancha y detuvieron a los secuestradores. El régimen cubano, dando una muestra evidente de lo que es la Justicia en Cuba, dijo que si los devolvían a Cuba, no los iban a fusilar y que la pena máxima que iban a recibir era de 10 años de prisión. O sea, el mismo delito y las mismas condiciones y situaciones pero las penas fueron totalmente diferentes pese a que el Código Penal era el mismo, pero observemos:¿ Qué papel desempeñan los tribunales en Cuba ?, que antes de celebrase el juicio ya se sabían las penas que iban a tener en ambos casos los enjuiciados. Desde los años posteriores a la Crisis de Octubre siempre han exisitido conversaciones entre militares castristas y norteamericanos, así como entre los diferentes gobiernos de EE.UU y la tiranía Castrista, luego desde hace varias décadas han existidos los canales para evitar cualquier confrontación supuestamente manipulada por los antiCastristas de Miami... Fidel miente y miente descaradamente 

El Abogado de tres Cubanos fusilados en 2003 da detalles sobre el juicio sumario en Cuba


En la ciudad de Pinar del Río se corrió el rumor que Fidel Castro se personó en el Hospital Pedriático y visito al niño y a la madre del intento de secuestro en la Coloma y  que entre insinuaciones sobre  la gravedad del delito que había cometido y las posibles consecuencias que podrían caer sobre ella  y su hijos  a la vez que le ofrecía  la promesa de ofrecerle una casa, etc.  les callaron la boca  para que no divulgaron lo que realmenye había ocurrido....
**************
Tomado de https://www.cubaencuentro.com/

Acuérdate de abril: Tres al tiro

***********
Casi todos los cubanos prefieren jugarse la vida para salir del país antes que jugársela para quedarse y luchar por otra Cuba, porque hasta una balsa maltrecha tiene más posibilidades de llegar a su destino que los programas de opositores
***********

Por Arnaldo M. Fernández
Broward
11/04/2019

El 11 de abril de 2003 fueron fusilados de madrugada tres de los once autores del secuestro incruento de la lanchita de Regla, luego de haber sido apresados el 3, juzgados en trámite sumarísimo el 5 y sentenciados el 8. La sanción de muerte se ratificó el 9 por el Tribunal Supremo y se confirmó el 10 por el Consejo de Estado.

Duda razonable

Para justificar la pena capital, el tribunal de primera instancia expuso que los acusados Lorenzo Enrique Copello, Bárbaro Leodán Sevilla y Jorge Luis Martínez habían incurrido en actos “que lesionan de modo tal a la sociedad, que es necesario que a sus autores, excepcionalmente, se les castigue severamente de ella, y así sanear el medio” [1]. Sólo que así el medio jurídico y social perdió sanidad.
  •     No cabe duda de que los secuestradores —como describe el juez ponente del fallo con cierta fluidez en su lenguaje natal— “actuando en grupo, llevando uno de ellos una pistola, con la que dispara dos veces, se apodera de un grupo de personas en calidad de rehenes, amenazándolas con matarlas a tiros, logra apoderarse de una embarcación”.
  •     Ni cabe duda de que la Ley 93/2001 contra Actos de Terrorismo [2] sanciona con pena de muerte o privación de libertad a quien emplee cualquier arma de cualquier forma en “una red de transporte público o cualquiera de sus componentes” (Artículo 11.c), así como con privación de libertad a quien se apodere o retenga de personas contra su voluntad y amenace con matar o herir para negociar la liberación con el Estado (Artículo 14.1) y/o se apodere de un buque con intimidación (Artículo 16.1).
  •     Sin embargo, tampoco cabe duda de que el Código Penal (1987) prescribe que la muerte “sólo se aplica por el tribunal en los casos más graves de comisión de los delitos para los que se halla establecida” (Artículo 29.1).
  •     Entonces sí cabe la duda de que una pistola dé para tres ejecuciones e incluso la certeza de que su empleo en este caso no es uno de los más graves de comisión del delito, ya que la propia nota informativa del gobierno puntualizó: “La totalidad de los que estaban en la nave fueron rescatados y salvados sin un disparo ni un rasguño”.
Fusilar a tres no trajo su causa de la ley, sino de cierta razón de Estado: meter miedo. Aquellos fusilamientos se noticiaron junto con la doble advertencia de que no se daría “combustible a ningún avión o embarcación secuestrados” y los secuestradores irían “a juicios sumarísimos [sin] esperar clemencia del Consejo de Estado”. Así se buscó parar la serie de secuestros de naves y aeronaves que venían ocurriendo. Incluso se apretó —hasta llevarse la rosca de la racionalidad— con que estos secuestros eran preludio de agresión yanqui.

Daños colaterales

Fidel Castro tronó el 25 de abril: “Cuando los autores saben que no tienen alternativa, se abstienen de cometer tales crímenes”. Sólo que la vida es lo que sucede antes, durante y después de la reflexión de Castro sobre la eficacia del Derecho Penal [3].

El 14 de julio de 2003, tres adultos armados con un revólver y un cuchillo, acompañados de una mujer con dos menores, neutralizaron al custodio del muelle de La Coloma (Pinar del Río) y exigieron al patrón poner en marcha su embarcación. Aquél se lanzó al agua y ésta fue rodeada por MININTerosos. Según la nota informativa, pasada una hora se oyó un disparo y minutos después, otros intermitentes. Uno de los menores salió con su hermanito gravemente herido en la cabeza y con ellos corría también la madre. Todos fueron llevados al hospital.

Luego de otra hora sin ruido alguno, los MININTerosos entraron a la embarcación y hallaron dos adultos muertos y otro inconsciente que a la postre falleció: Francisco Lamas (29 años), Yosvani Martínez (27) y Luis Alberto Suárez (22). La nota explicó que, tras disparar contra uno de los niños, los adultos trataron de matar al otro, pero el arma falló. Sobrevino después “un tiroteo entre los propios secuestradores [¡¿con un solo revólver?!]”.

Así se embarajó la hipótesis más plausible de que, antes que ser capturados e ir al paredón, los secuestradores prefirieron quitarse la vida, pues no cabía esperar clemencia del Consejo de Estado. Ante la falta de alternativa no se abstuvieron de cometer el crimen, sino que tomaron la irónica decisión de muerte antes que socialismo.

No podían concebir que la advertencia de Castro se desvanecería. Al día siguiente aconteció en Nuevitas (Camagüey) otro secuestro de embarcación. A la semana, los secuestradores fueron devueltos por guardacostas americanos. Según la nota oficial “los responsables principales de los delitos de robo con fuerza de la embarcación y secuestro de personas deberían responder ante los tribunales”, pero “circunstancias excepcionales” aconsejaban limitar las sanciones “a no más de diez años”.

Coda

De los tres suicidas de La Coloma no se habla, pero ellos dejaron también su mensaje a quienes están lejos (o no ven más allá de sus narices). Casi todos los cubanos prefieren jugarse la vida para salir del país y quedarse en otro antes que jugársela para quedarse allí y salir a luchar por otra Cuba. Y no puede ser menos, porque hasta una balsa maltrecha tiene más chance de llegar a su destino que todos los programas de lidericos opositores de avanzar siquiera hacia la meta pregonada de libertad y democracia.

Notas

[1] Sentencia 11 [Causa No. 17/2003], de 8 de abril de 2003, de la Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana.

[2] Gaceta Oficial Extraordinaria 14, 24 de diciembre de 2001.

[3] La intelectualidad alquilona respaldó a Castro con un mensaje desde La Habana para amigos que están lejos, que salió a la semana del paredón con 26 firmantes y esta aclaración: “Para defenderse, Cuba se ha visto obligada a tomar medidas enérgicas que naturalmente no deseaba”. Uno de los firmantes, Amaury Pérez Vidal, pasaría por el Canal 51 de Miami en 2009 y dejaría sentado el descaro implícito en no ser explícito: “No he firmado una carta que explícitamente diga (…) que yo estaría dispuesto a que fusilaran a nadie”. Si no eran los fusilamientos, ¿de qué medidas enérgicas se trataba?

© cubaencuentro.com
****************************
Nota del Blogguista.

Realmente ese fue el primer secuestro de avión en vuelos internacionales, pues ya con anterioridad se habían secuestrado 2 DC-3 de vuelos nacionales cubanos por órdenes de Raúl Castro para incorporarlos a la Fuerza Aérea Rebelde que radicaba en la Sierra Cristal. Esos aviones fueron posteriormente destruidos pos la aviación del régimen de Fulgencio Batista en unos raids aéreos.
****************

La historia olvidada del primer secuestro aéreo

EL PRIMER SECUESTRO AÉREO DEL MUNDO. LO ORDENO REALIZAR FIDEL CASTRO


Por Gerardo Reyes

Cuando Omara González sintió que a su vida le quedaban pocos minutos, sacó de su cartera un rosario de cuentas de madera que le regaló su padre y se lo puso en el cuello. Uno de los asaltantes que llevaba un brazalete del Movimiento 26 de Julio, le ordenó a los pasajeros que se apretara el cinturón de seguridad y que doblaran el tronco del cuerpo hacia delante con la cabeza sobre las piernas.

En medio de un forzado descenso, el avión Viscount de cuatro turbohélices de Cubana de Aviación se partió en dos y Omara González salió volando por el agujero del fuselaje hasta caer en las aguas infestadas de tiburones de la bahía de Nipe, cerca al pueblo de Preston en la provincia de Oriente, Cuba. Eran aproximadamente las 9 de la noche del primero de noviembre de 1958. El mundo no sabía lo que era el secuestro de un avión. La palabra más cercana a terrorismo era sabotaje.

En algún lugar de la Sierra Maestra, el comandante revolucionario del Movimiento 26 de Julio, Fidel Castro, esperaba noticias del desvío del vuelo 495 que había salido de Miami con destino a Varadero y que él había ordenado secuestrar. En el interior de la aeronave, sus compañeros de causa, Edmundo Ponce de León, Erasmo Aponte, Raúl Rolando y Pedro Lázaro Valdés, llevaban pistolas, carabinas, granadas, varios litros de repelente para mosquitos R-33 y otros pertrechos que serían usados en la ofensiva final contra el gobierno de Fulgencio Batista. La encomienda jamás llegó a su destino. Aunque los piratas anunciaron a los pasajeros que su acción ''nunca se había producido en el mundo'', ni ellos ni Castro pasaron a la historia por la macabra inauguración.

Ahora, 47 años después, alguien quiere poner la tragedia del vuelo de Cubana de Aviación, -donde murieron tantas personas- en los radares de la historia del terrorismo. Ella y sus familiares creeen que un mundo en el que la gente está oscultando en el pasado el origen de las amenazas terroristas de hoy, este episodio tiene que ser rescatado.

La lista del Departamento de Estado de Estados Unidos de incidentes terroristas significativos comienza con el secuestro de un avión de National Airlines el primero de mayo de 1961 que fue desviado a Cuba por un puertorriqueño. No hubo muertos.

''Fue un acto terrorista al que no se le dio la importancia que merecía'', comentó el historiador Juan Clark quién está reuniendo información sobre el episodio para la próxima edición de su libro Cuba: mito y realidad.

OMARA GONZALEZ, hoy única sobreviviente del desvío y caída de un vuelo de Cubana de Aviación, realizado por miembros del Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro en 1958. ---->

Por ahora, Omara González Rodríguez, sobreviviente, espera que el mundo sepa que Castro fue el primer profesor' de los secuestros aéreos, y que a los pocos meses de la tragedia, cuando el Movimiento 26 de Julio llegó al poder, Castro la llamó para justificar la acción en nombre de la revolución.

Castro me pide que le relate qué había pasado. Y entonces me dice:

`Mira, el sabotaje es así, te tocó a ti y te tocó, yo estoy ahora con una bomba en un cine y mi mamá llega y está ahí, pues le tocó a ella''.

González ha presentado su caso ante la fundación Judiciary Watch con la esperanza de que sea anexado como antecedente grave del patrocinio del gobierno de Cuba al terrorismo. En su casa de Coral Gables, acompañada por su madre y un primo hermano que la despidió en el aeropuerto de Miami de la calle 36, esa tarde del primero de noviembre, Omara relató en frases frenadas por su miedo inconsciente a revivir el drama, las horas de angustia a bordo del Viscount secuestrado.

Omara tenía 16 años. Regresaba con su maleta llena de ropa nueva a su casa en Varadero, de donde había salido dos días antes en compañía de su abuelo José Manuel Atanasio Rodríguez y su primo de 12 años Luis Sosa para pasar un fin de semana de compras en Miami. Era un viaje corto y barato. El pasaje de ida vuelta costaba 45 dólares y el vuelo se demoraba 25 minutos. Sólo se necesitaba la visa americana. La tía Julia los esperaba en Miami.

En esos años, el sur de la Florida era un hervidero de disidentes y perseguidos de Batista que enviaban armas y municiones a la isla, algunas veces con el apoyo secreto del gobierno de Estados Unidos, para apoyar a la guerrilla de Castro.

“En el negocio de la compra de armas, decía una crónica de la época, los rebeldes veían a Miami como una ama de casa mira al supermercado''.

El vuelo de Cubana salió retrasado del Aeropuerto Internacional de Miami, situado entonces en la calle 36. Estaba programado para las tres de la tarde y despegó a las 4:46. Las sillas no estaban entonces numeradas. Como todos querían tener asiento con ventana, González se sentó en la segunda fila, su primo en la primera y su abuelo de 62 años en la tercera. Los últimos en subir fueron el empresario norteamericano Osiris Martínez, su esposa Betty Jane y sus hijos Tony, de dos años, Byron de cuatro y Carl de cinco. Martínez había sido trasladado por una compañía estadounidense a gerenciar una fábrica de papel en Cuba.

González recuerda que cuando la azafata Ana Reina terminó de repartir las declaraciones de aduana, cuatro jóvenes se pusieron de pie y pistola en mano gritaron a los pasajeros que no se movieran. Uno de ellos se apostó en la parte delantera del avión y le apuntó con una pistola en la cara. A los pocos minutos los secuestradores levantaron la alfombra del pasillo delantero del avión, y abrieron una escotilla de la cual extrajeron unos uniformes verde oliva con brazaletes alusivos al 26 de Julio. Según un reporte de la revista Gente, uno de los secuestradores dijo:

''No se muevan de sus asientos. Estamos haciendo algo que nunca se ha producido en el mundo. Podrán contarlo porque nos apearemos en una pista mejor que la de Varadero'' .

Los secuestradores se desnudaron hasta quedar en calzoncillos y se pusieron los uniformes delante de los aterrorizados pasajeros. Uno de los piratas, el más agresivo, recuerda González, llevaba zapatos blancos. Desde un comienzo, insistía en que quería tomar el mando del avión. Aparentemente se trataba de Edmundo Ponce de León, ex piloto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Pero el veterano capitán de la aeronave, Ruskin Medrano, se negaba a cederle el puesto. ''Tendremos que matarlo'', escuchó la muchacha. Uno de ellos dijo que le daría un tiro, pero los demás le ordenaron que lo hiciera con cuchillo.

publicado por

reenviado por ashiningworld@cox.net