Esteban Fernández: DESDE EL PACTO DEL ZANJÓN HASTA EL PACIFISMO ACTUAL
En estos 60 años tanto la vía violenta, mediante la guerra, en sus distintas maneras y escenarios, como la vía pacífica han sido llevadas a cabo por aquellos que desean la liberación y democratización de Cuba y el resultado tristemente lo conocemos.
La lucha pacífica mediante la movilización y protesta en las calles tiene tristes resultados en la Plaza Tiananmen (China), y más recientemente en Venezuela y en Nicaragua. El Castrismo desaparecerá en Cuba pero nadie sabe cómo ni cuando.
Tengo la opinión que criticar una vía u otra tiene argumentos a favor y argumentos en contra. También deseo expresar que estoy en contra de la vía terrorista para obtener la liberación y democratización de Cuba.
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DESDE EL PACTO DEL ZANJÓN HASTA EL PACIFISMO ACTUAL
11 de mayo de 2019
¿Qué cosa es y cuando comenzó el pacifismo, el diálogo, la transición y la coexistencia pacífica en Cuba? ¿Es algo novedoso y recién estrenado? Por favor, que no arruguen que no hay quien planche. El intento de entendimiento con el totalitarismo es más viejo que la sarna. Y ante cada Pacto del Zanjón los cubanos siempre hemos producido cien Protestas de Baraguá…
Hay quienes consideran, erróneamente, que el iniciador del movimiento coexistencialista fue el ex Capitán del Ejército Rebelde Luciano Nieves. Y a Luciano lo mataron en 1975. En realidad, según mi modo de ver las cosas, este señor Nieves fue sólo un eslabón de una larga cadena. Y, “las cadenas vienen de lejos” como el título del libro de Alberto Baeza Flores.
¿Es que se desconoce que han habido más de cien intentos baldíos de conversaciones con el castrismo y un burujón de delegaciones de cubanos visitando la isla y reuniéndose con los representantes del yugo? ¿Nadie recuerda el Comité de los 75 dialogueros que se reunieron con Castro en el 78?
¿O es que alguien cree que las gestiones de Max Lesnik, Francisco Aruca y comparsa comenzaron hace tres años? Dentro del exilio cubano el pacifismo y las acciones violentas son contemporáneos. Y nadie puede decir que la etapa de la guerra está caduca por su vejez sin al mismo tiempo aceptar que el contubernio tampoco es algo original. El exilio ha dado patriotas como Vicente Méndez y Tony Cuesta, pero desde sus inicios también ha dado contemporizadores como el Rev. Manuel Espinosa, Bernardo Benes y Carlos Rivero Collado.
El movimiento de lucha pacífica es más antiguo que Matusalén y que andar a pie. Esa fue una de las excusas iniciales para ir a Cuba en plano de camaradas: sacar a los presos políticos. Por favor, si ¡hasta Jesse Jackson fue a nuestro país con la misión de -además de “darse besitos con los Castro”- traer a varios prisioneros cubanos! Nada nuevo representa que el Cardenal Ortega Alamino se reunió hace años con Raúl Castro. ¿O es que hemos olvidado la desvergüenza del Padre Guillermo Sardiñas con su sotana verde olivo y el cura Germán Lence con su movimiento de “Con la cruz y con la patria”?
Me acuerdo que cientos de gestiones con la tiranía para lograr la libertad de cubanos encarcelados. Es cierto que no se ha ganado la guerra pero yo pudiera enumerarles cientos de ataques que no han logrado la libertad, pero sí han conseguido destruir muchos baluartes castristas. Y ¿el antiquísimo diálogo qué ha resuelto?
En realidad NUNCA, ni ayer ni hoy, ha existido la plática sincera y abierta. Siempre ha resultado ser un monólogo donde los jerarcas de la satrapía han llevado la voz cantante. Jamás y nunca nadie ha hablado de “tú a tú” con los hermanos Castro.
La única forma en que al castrismo no le quedaría más remedio que ceder es a través de la presión violenta. Precisamente ayer me decía un viejo amigo:”Si un compatriota logra poseer algo de valor- como la toma de un hotel de turistas, por ejemplo- para poder negociar con la tiranía es posible que el gobierno hable en igualdad de condiciones, pero conversar “de león a mono amarrado”, no es nada nuevo”.
Existió en Cuba un esbirro llamado José Abrantes Fernández, alias LA AVISPA (siendo Ministro del Interior) que fue el que ayudó a crear, y modelar, un método para utilizar esa matraca del pacifismo en Cuba. Y con mucho trabajo logró convencer a Fidel Castro de la utilidad de su invención que en realidad no era suya, sino importada.
Así es que no embromen más con la imposibilidad de la guerra. Lo que es imposible, entre los cubanos, es la paz. Mediante la guerra quizás se puedan cortar algunas cabezas enemigas. Mediante la paz no nos cortan los testículos porque para dialogar hay que presentarse ante ellos con la cabeza baja y castrados de antemano.
Desde su templo en Hialeah, el reverendo Manuel Espinosa fue unos de los primeros en promover el diálogo con Castro y con su encendida prédica motivaba a su congregación pentecostal para que orara por el fin del embargo estadounidense a Cuba.
Fue miembro de la junta ejecutiva del Comité de los 75, el grupo que llevó adelante la negociación con el régimen castrista en 1978 que condujo a la liberación de casi 3,000 presos políticos y sentó las bases para las visitas familiares a Cuba de los exiliados residentes en Estados Unidos. En 1980, cambió inesperadamente su posición y, en una serie de conferencias de prensa que recibieron amplia publicidad, acusó a algunos de sus promotores de ser agentes de Cuba.
Espinosa explicó sus actividades, revelando que había actuado bajo las órdenes de la DGI y del coronel Méndez Cominches. Calificó el diálogo como un vehículo de penetración de la inteligencia de Cuba. Mencionó nombres, pero sus alegaciones no condujeron a ningún arresto.
''Eran ordenes de Castro'', aseguró. ``Se me dijo que penetrase a la comunidad, que sobornase a políticos, que publicase periodiquitos''.
Se convirtió en consultor de seguridad, investigador privado y comentarista radial. Su programa En Voz Alta se escuchó diariamente por la WQBA, dos veces al día y seis días a la semana, desde 1981 hasta el 30 de octubre de 1983.
El 26 de febrero de 1983 Espinosa fue blanco de un fallido atentado. La policía halló un paquete que contenía varios detonadores y fulminantes debajo de una de las ruedas traseras de su Lincoln Continental rojo modelo 1976. Dos libras de explosivo plástico C-4 se encontraron bajo el asiento del chofer.
En 1987 el juez de distrito federal Thomas Scott sentenció por estos hechos a Jorge Alberto Kairuz y a Francisco de la Paz. Ambos se declararon culpables. Kairuz fue condenado a tres años de prisión, y de la Paz, entonces detenido por cargos no relacionados, recibió una sentencia suspendida a tres años y cinco años de libertad bajo palabra.
Espinosa falleció el 5 de agosto de 1987 de un ataque al corazón a los 48 años.
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