Angélica Mora sobre LOS DOS 11 DE SEPTIEMBRE: Golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile y el 11 de septiembre del 2001, día de terrorismo, dolor y luto en Estados Unidos. Salvador Allende fue electo por el Congreso Pleno bajo condicionesque incumplió durante su mandato. Salvador Allende y la KGB
(Allende y un grupo de su guardia personal durante el ataque a La Moneda)
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Tomado de https://gaceta.es/
Allende, asesinatos y violencia para imponer el socialismo a sangre y fuego
Por Juan E. Pflüger
24 junio, 2016
Los dos primeros decretos que firmó Salvador Allende una vez que tomó el poder fueron claros sobre lo que sería su interpretación de la violencia necesaria y justificada para imponer sus ideas marxistas en una población que solamente le había dado el 36% de su apoyo. El primer decreto indultaba a varios terroristas del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria). Habían sido condenados por asesinatos, asaltos, secuestros, colocación de bombas,… por terrorismo, a fin de cuentas. Según el presidente chileno, estos jóvenes eran “idealistas” que habían confundido la vía para implantar la solidaridad en la sociedad que les había tocado vivir.
El segundo disolvía el Grupo Móvil de Carabineros, encargado de controlar y luchar contra los grupos violentos extremistas y responsable del encarcelamiento de muchos de los terroristas indultados poco antes. De esta manera desaparecían los grupos policiales encargados de garantizar la seguridad ciudadana frente a los grupos radicales nacidos en los años anteriores. Todos ellos de extrema izquierda. Podían campar a sus anchas los miembros del ya citado MIR, el VOP (Vanguardia Organizada del Pueblo) o el MAPU (Movimiento de Acción Popular Unitaria).
El resultado de estas medidas fue una oleada creciente de asesinatos. Hubo gran variedad de crímenes auspiciados por el Gobierno de Allende. Los más conocidos son los asesinatos de miembros del cuerpo de Carabineros y el Ejército. De ellos, el MIR asesinó a siete en los tres años de Gobierno de Unidad Popular de Allende. Cinco de ellos eran cabos de Carabineros, otro subteniente del mismo cuerpo y el último un agente de Investigaciones.
Por su parte, el VOP, asesinó al ex ministro del Interior y ex vicepresidente del Gobierno anterior a la llegada de Allende, Edmundo Pérez Zujovic. Los autores materiales del asesinato fueron los mismos terroristas que habían sido indultados en el primer decreto de Allende.
También fueron muy importantes los crímenes cometidos durante las ocupaciones violentas de explotaciones agrarias. En su mayor caso cometidos por el Movimiento Campesino Revolucionario, una franquicia del MIR en el mundo rural. En esta serie de hechos, que fueron cometidos en muchos casos por miembros del Partido Socialista, principal fuerza política de la coalición de Gobierno, hay sucesos dramáticos. Quizá el más espeluznante de todos fue el cometido contra Antonia Maechell Ricardi, propietaria de La Tregua de Valdivia. Esta mujer de mediana edad fue secuestrada en su propia casa, violada y secuestrada. Una situación que le llevó al suicidio.
Crímenes similares se cometieron a lo largo de todo el país. Están documentadas más de 500 muertes entre propietarios y trabajadores que les defendían de las ocupaciones. Todo ello en más de 300 ocupaciones violentas de fincas.
Varios empresarios fueron asesinados al negarse a pagar el impuesto revolucionario. Un ejemplo es el caso de Raúl Méndez Espinosa, dedicado a la fabricación industrial de dulces, golpeado hasta la muerte por negarse a entregar dinero a los terroristas.
Entre las actuaciones de los radicales de izquierda del MIR y el VOP, entre los que había no pocos militantes del Partido Socialista, también destacan los asesinatos de miembros de otros partidos políticos. Así Héctor Castilla, de la Democracia Cristiana, fue asesinado en represalia a la victoria de sus asociaciones de estudiantes en las universidades chilenas. También Rolando Matús, miembro del Partido Nacional, asesinado por militantes socialistas colaboradores del MIR. Y el asesinato frustrado del ex presidente Patricio Aylwin, cuando daba una conferencia en un gimnasio de la localidad de Curicó.
Todo ello sin contar con los ataques a los medios de comunicación críticos. Como los asaltos por miembros de las juventudes del Partido Socialista a emisoras de radio vinculadas al diario El Mercurio, un periódico que finalmente consiguió cerrar Allende.
A partir de 1972, el propio presidente socialista del que recientemente se ha declarado admirador Pablo Iglesias, dejó de disimular su tendencia a la violencia, Aquel año, procedentes de Cuba y empleando valijas diplomáticas para su traslado, entraron para uso de Unidad Popular y fueron almacenados en dependencias del Partido Socialista que presidia Allende, 4.000 fusiles de asalto AK-47 de fabricación soviética.
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Allende y la KGB
Por Arnaldo M. Fernández
El Guatón, resucitó aquella riflexión de Castro el Viejo sobre Las armas de ayer(2008) y enseguida un lector de este blog puso en solfa el atributo colgado a Salvador Allende Gossens: «presidente elegido por el pueblo», que parece haber merecido menos que este otro: «el más importante contacto confidencial de la KGB en América del Sur», como se sigue del Archivo Mitrokhin.
A poco de haber ganado tan solo el 6% de los votos en las elecciones presidenciales de 1952, como candidato del Partido Socialista, Allende fue contactado por Svyatoslav Kuznetsov, el oficial LEONID de la «inteligencia política» de la KGB. Para los comicios siguientes (1958), Allende encabezaba el Frente de Acción Popular (FRAP) y quedaba en segundo lugar por sólo 35 mil votos. Hacia 1961 sus contactos con la KGB se volvieron sistemáticos, a través de la «misión comercial» soviética en Chile. No fue agente, pero sí contacto con su nombre codificado y todo: LÍDER.
Allende contribuyó al establecimiento de relaciones diplomáticas entre Chile y la URSS (1964), pero ese mismo año salió peor en las elecciones: Eduardo Frei terminó sacándole más de 400 mil votos de ventaja. Y la KGB empezó a pasar los informes del Partido Comunista chileno sobre la filiación masónica de Allende, sus inclinaciones burguesas y otros defectos, como «arrogancia, vanidad, deseo de gloria y obsesión de estar a cualquier precio en el centro de atención». Ni qué decir de la puyita «tiene a Mao Zedong en el mismo nivel que Marx, Engels y Lenin». Así y todo, la «izquierda» chilena no contaba con mejor líder para las elecciones de 1970 y en derredor de Allende se formó la coalición Unidad Popular (UP), mientras que la «derecha» dividía sus votos entre los candidatos de los partidos Nacional y Demócrata Cristiano.
La Casa Blanca ordenó no apoyar a ningún candidato en particular, pero autorizó a que la CIA pusiera casi medio millón de dólares en contra de Allende. Richard Helms vislumbró el desenlace de aquella tentativa de beat somebody with nobody. LEONID andaba por México y fue enviado de nuevo a Chile, donde la KGB agregó al fondo inicial de campaña ($400 mil) unos $50 mil más para el propio Allende, así como otras sumas para propósitos puntuales, como desanimar a otros candidatos de «izquierda» para no dividir el voto. El Partido Comunista chileno aportó $100 mil adicionales.
Nadie ganó en las urnas (septiembre 4, 1970), pero Allende (36.3%) sobrepujó al nacionalista Jorge Alessandri (34.9%) y al demócrata cristiano Radomiro Tomic (27.9%). Por ley, la contienda tenía que dirimirse en el pleno del Congreso y el jefe de la KGB, Yuri Andropov, pidió enseguida $30 mil más para asegurar la victoria de Allende. Así fue (octubre 24, 1970).
LEONID se encargó inmediatamente de convencer a Allende para reorganizar las fuerzas armadas y servicios de inteligencia. Hasta metió la cizaña de que el nuevo embajador de los EE.UU., Nathaniel Davis, era oficial de la CIA. Allende le regaló un reloj Longines a LEONID, en prenda de gratitud, y este satisfizo el deseo de Allende de «uno o dos iconos» para su colección privada. Los contactos entre ambos se arreglaban por la secretaria personal y presunta amante de Allende, Miria Contreras, a.k.a. La Payita, que también tenía su código KGBino: MARTA.
Desde luego que la inteligencia castrista metió sus narices. Sus oficiales cundían entre la guardia presidencial privada de Allende (Grupo de Amigos del Presidente). Una hija de Allende, Beatriz (Taty) supervisaba su seguridad personal y estaba casada con el seguroso cubiche Luis Fernández Oña, a.k.a. Tirofijo.
La KGB siguió tocando con limón a Allende: $30 mil (octubre de 1971), $60 mil (diciembre de 1971)… Pero un miembro del Comité Central del PCUS, Alexandre Basov, fue nombrado embajador (junio de 1972) y acaparó la relación con LÍDER. No obstante, LEONID supo arreglárselas para coincidir con Hortensia y Beatriz Allende en el sanatorio de Barvikha (diciembre de 1972) y mantener el contacto directo de la KGB con Allende. Solo que las visitas recíprocas de Nixon a Moscú y Breznev a Washington en 1972 forzaron ya a que Andropov recalcara: «Los Estados Unidos nos permitieron actuar en Polonia y Checoslovaquia. Debemos recordarlo. Nuestra política en América Latina debe ser cautelosa».
Los informes de inteligencia indicaban ya que el gobierno de Allende corría riesgo de malograrse cuando las elecciones al Congreso (marzo de 1973) dieron 44% del voto a UP y 56% a la oposición, a pesar de que se habían destinado (febrero 7, 1973) $100 mil de los fondos de reserva de la KGB para «medidas activas» contra la injerencia de la CIA.
Sobrevino entonces la intentona (junio 29, 1973) del grupo extremista Patria y Libertad, complotado con oficiales del Segundo Regimiento Blindado. La columna golpista marchó sobre el centro de Santiago con estricta obediencia de los semáforos. Incluso uno de los tanques se detuvo a rellenar en una gasolinera. Allende agudizó aún más la tragicomedia: exhortó a los trabajadores a movilizarse hacia el centro de la capital para «defender a su gobierno». No lo hicieron, y esto llamó la atención de la CIA, de Augusto Pinochet Ugarte y de la KGB, que ya se quejaba de la indiferencia de Allende frente a la amenaza de golpe de Estado.
-Nota: Tras la caída de Allende (septiembre 11, 1973) el líder del Partido Comunista chileno, Luis Corvalán, y algunos ministros de Allende fueron apresados y trasladados a la isla de Dawson. La KGB planeó acciones de rescate. Un barco mercante soviético enfilaría por el Estrecho de Magallanes y a 15 kilómetros de la isla despegarían comandos en 3 ó 4 helicópteros con la misión de liquidar a la guarnición, liberar a Corvalán y los demás, llevarlos hasta un submarino que esperaba cerca y hundir los aparatos en alta mar para no dejar rastro. Se manejó también secuestrar a un gorila de la Junta Militar o algún pariente de Pinochet para cambiarlo por Corvalán, pero los planes se desecharon al cambiarse Corvalán por el disidente soviético Vladimir Bokovsky.
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Chile-URSS: Relaciones Inciertas
Abril 21, 2010
Tomado http://www.cepchile.cl
Chile-URSS: Relaciones Inciertas. Versiones de Nikolai Leonov, ex general Vice Director del KGB y Edward Korry, embajador de Estados Unidos en Santiago entre 1967 y 1971, sobre los lazos de la desaparecida Unión Soviética con nuestro país
Ximena Hinzpeter (autor)
Contenido
General Leonov Leonov: "Los rusos hicieron lo máximo que pudieron hacer (por la Unidad Popular). (...) No se puede decir que los dejamos a merced. Aparte de la ayuda política, moral, se le dio crédito (...). Un crédito a petición de Salvador Allende para enviar armamento aquí, lo pedía él, lo pedía creo que Prats".
Se trataba de "un crédito que nunca nadie pensaba cobrar después" y cuyo "monto total (...) de ciencia cierta, (...) fue de 100 millones de dólares (de la época)". El armamento habría sido enviado a Chile en "dos o tres barcos (...) y la fecha de salida (...) fue a mediados de julio de 1973". Pero el asesinato del edecán naval Araya el 26 de julio del 73 cambió el rumbo de esos barcos.
General Julio Canessa Canessa: "Es probable que el Estado Mayor haya considerado estas compras; mi jefe directo, que era el general Guillermo Pickering, siempre nos dijo que necesitábamos en forma imperiosa comprar material (...). El decía que era fundamental que le diéramos credibilidad al Gobierno con nuestra actitud absolutamente imparcial y profesional, como hemos sido siempre, y que no alentáramos especulaciones sobre golpes, porque si no, (el Gobierno) no nos iba a comprar material".
Ex embajador de Estados Unidos en Santiago (1967-1971), Edward Korry Korry: "El 31 de marzo de 1973 el general Prats, que visitaría Moscú en mayo, sostiene que los soviéticos están dispuestos a facilitar a los chilenos ‘lo que necesitemos, incluido armamento de último modelo’. Prats reconoce que ya no puede declinar la oferta y, obligado a aceptarla, no escogería las armas más complejas, por diversas razones(...). El registro de comunicaciones demuestra a todas luces que Allende (con los cubanos en Santiago y Castro detrás de él) trató personalmente de convertir a las Fuerzas Armadas chilenas en una organización que dependiera de Moscú".
Permitida su reproducción en conformidad al artículo 38 de la Ley 17.336 sobre Propiedad Intelectual. Derechos reservados Centro de Estudios Públicos © Santiago, Chile, 2009.
Etiquetas: Allende, Augusto Pinochet, autogolpe, chile, comunismo, cuba. fidel castro, golpe de estado, izquierda, KGB, pinochet, Salvador Allende, socialismo, violencia
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