QUE OTROS CLAUDIQUEN, A MI NO ME DA LA GANA
Por Esteban Fernández
28 septiembre de 2019
Después de tantos años de dedicación, después de esta larga lucha llena de decepciones, errores, siempre pareciendo como que la victoria no llega ni llegará, no tengo ni un solo segundo de decepción.
No me arrepiento de nada PORQUE AL MIRAR PARA CUBA nada ha cambiado. Simplemente ha empeorado.
Los motivos por los cuales decidí iniciar mi enemistad contra el recién instalado régimen no han cambiado en lo absoluto.
Porque los hechos, la situación imperante, el desastre total le han dado la razón, a aquel muchacho en Güines rodeado de compañeros del Instituto que dijimos “Esto es una tiranía inmunda”. Tenemos la razón, tuvimos la razón. Y ¿por qué ahora iría a dar marcha atrás, dejar de ser quien soy y quien era, echar para atrás sería una traición?
¿Quién soy yo? Un empecinado, uno que no da su brazo a torcer cuando considera que tiene la razón. Ni en eso ni en nada. Díganme a mi “Estás equivocado” estando complemente seguro de un concepto y me tendrá el resto de la vida defendiendo mi derecho y tratando de demostrar que la verdad está de mi lado.
Unos se han rajado, otros le dan las espaldas a la patria esclava, a la patria desolada, otros quieren el borrón y cuenta nueva, el manto del olvido, mientras YO NO PUEDO, YO NO QUIERO, A MI NO ME DA LA GANA.
No he aceptado que me digan “Eso no te conviene”, ni esta causa, ni nada, porque yo siempre le he huido a lo que me conviene, sino a lo que creo que le conviene a mi nación, a mi pueblo, a mi gente.
Y a veces a contrapelo de ese mismo pueblo que a cada rato da síntomas inequívocos de que no le interesa o le preocupa el ser libre. Yo quiero a Cuba libre hasta si a 12 millones de cubanos no les interesa serlo. Así, por suerte o desgracia soy yo.
Soy como el médico que el enfermo grave rechaza las medicinas pero que se las da a las fuerzas. Así hay que tratar a Cuba: hay que sanarla, aunque a algunos no les interese la sanación o crean que son saludables.
Uno de los consejos preferidos de mi madre, ante mis vehemencias, era “Acuérdate, Esteban de Jesús, que el que se mete a redentor sale crucificado”.
No, yo no soy redentor, SOLO HUBO UN REDENTOR SAGRADO, simplemente soy una persona terca que se le ha metido en la cabeza que quiere ver a la tierra que lo vio nacer, libre, soberana, prospera y feliz.
He invertido demasiado tiempo, esfuerzos, pensamientos, ideas, riesgos, y cuando creo que Cuba no aguanta más ignominia, que la situación económica y física de la Isla, está a punto de explotar, que los cubanos tendrán que dejar de ser yunque y convertirse en martillos, en estos sublimes instantes NO, NO ME VOY A ARREPENTIRME DE NADA, VOY A SEGUIR ECHANDO PARA ADELANTE.
Y a los buenos, a los patriotas de aquí y que allá también existen, les pido que redoblen los esfuerzos, que no cooperen con los enemigos. Tercos seamos todos, no permitamos que los muertos y los mártires hayan caído en vano.
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