jueves, septiembre 17, 2020

Un Concepto Profundo. Armando Rodriguez ¨Mandy¨ escribe con toques humorísticos sobre el concepto ¨comemierda¨ que usamos con cierta frecuencia los cubanos


Tomado de https://robotsfidelcastro.wordpress.com/

Un Concepto Profundo

Por Armando Rodriguez *

¨Mandy¨

16 de septiembre, 2020

Un mejor título para este ensayo sería “El Comemierda” pero, dado que este epíteto pertenece al conjunto de las malas palabras, me he contenido.  Circulan por el ciberespacio muchos “test de cubanía” que preguntan, por ejemplo ¿A qué hora mataron a Lola?; ¿Qué es verde con pincho? Y así muchas otras de ese corte. Sin embargo, algo que todos los cubanos sabemos a cabalidad, mientras que otras etnias no alcanzan a comprender el concepto, es eso de identificar inequívocamente lo que es un comemierda, bien cuando están ante uno o le cuentan de alguna actuación en la que se manifiesta esa condición.

No hay traducción al inglés, pues lo que más se le acerca es el “asshole” o “jerk”, pero el diccionario Merriam-Webster lo define como alguien estúpido, molesto, detestable.  Algo así, como el jilipollas madrileño, pero de nuevo, este es más bien un asshole y no un comemierda.  El término comemierda, tiene alguna relación con la propensión al ridículo por sobrevaloración personal o con la incapacidad de reconocer lo que es evidente para el resto, pero tampoco, no es posible definirlo con otra palabra, o conjunto breve de éstas, nada logra reemplazar a ese epíteto.

Un comemierda, no es un estúpido, es más, conozco comemierdas que son brillantes en sus carreras. Cuando estudiaba física en la universidad, tenía un compañero que estaba entre los más brillantes del aula.  Le encantaba la física y la estudiaba con avidez. Le gustaba también el canto operático, al punto de estudiar esto en serio con profesionales de bello canto. Hasta aquí es la descripción de un joven aventajado, pero es que aún no termina. Este personaje solía invitar a sus compañeros de aula a su casa, donde su mamá les brindaría sabrosos manjares y exquisitos refrescos durante la sesión, en un momento dado, de su tocadiscos salían los acordes de Rigoletto, ahí mismo le espantaba el aria a aquel público cautivo. A más de uno le hizo saber de su gran preocupación, esa de decidir si seguía la carrera de física o se dedicaba por completo al canto operático, de escoger la primera, el país perdería su Caruso y de seguir con el canto, perdería entonces su Einstein… Es necesario todo un cuento para ejemplificar, ese profundo concepto que se encierra en esa sola palabra.

Así mismo hay personajes bien estúpidos, pero no necesariamente comemierdas. Tuve un jefe en el ejército al que le decían “el Guajo”, contracción que acentúa el peyorativo de “guajiro” para el campesino cubano.  El Guajo combinaba la ignorancia por no haberse asomado nunca a una escuela, con la incapacidad de haber aprendido algo de haberlo hecho. Su vocabulario no debió rebasar las cien palabras, incluyendo aquella de “Ñau Ñau Rucu-Rucu”, pero…¿Era un comemierda? Hay que reconocer que no, habría muchos epítetos negativos para calificarlo, pero no ese. Sin embargo, tuve otro, llamado Pablo Peña, éste mucho más instruido, sin embargo, el siguiente cuento lo califica para el epíteto:

Todo el mundo tiene comportamientos ridículos.  Las personas normales hacen pequeños e intrascendentes ridículos diariamente. Los ladrillos como Pablo Peña, que velan cada segundo por su corrección, cuando caen en el ridículo lo hacen en grande.  Pues sí, había un deporte que cautivaba especialmente a Pablo Peña y era el salto con garrocha.  Se había conseguido una pértiga y se hizo construir una caja de arena frente al puesto de mando, una pequeña pista de impulso y dos palos con otro atravesado que marcaba la altura a superar. Dignifica este deporte el hecho de que el público suele verlo en competencias donde solamente participan verdaderos expertos… Pablo Peña no era uno de ellos y aunque preparaba su atuendo como si lo fuera, con short, camisetas blancas y tenis…  en cada lance hacía las delicias de la soldadesca, que se detenía a observar lo estrafalario de sus movimientos y lo aparatoso de sus caídas.

Ese académico que sobreestima sus experticia y conocimientos, ese que cuando discute un tema fuera de su medio, se le sale el paternalismo de quien habla con un menor. Ese que sobrevalora lo que representa un título, un grado o un nombramiento, al punto de resultar petulante, eso es un comemierda.

Son perfectos comemierdas esos actores, cantantes, deportistas profesionales, etc. que, engreídos por su fama, creen que eso le da la autoridad para opinar públicamente sobre cualquier tema, aunque no sepan un papa del mismo, ya sea sobre el cambio climático, el 5G, el cáncer de mamas, las vacunas o su preferido, la política.

Hay una imagen que usan los americanos que se acerca un poco al profundo concepto y es esa del “elefante en la habitación”.  Llega un visitante y pregunta alarmado ¿Esto que cosa es? Y el anfitrión le contesta algo así como que el sofá es nuevo y que lo consiguió a buen precio. De ese visitante ser un cubano, inmediatamente hubiera concluido que “Éste está comiendo mierda”.

Por último, esos que, aun viniendo de Cuba, no ven todavía el peligro de una revolución socialista, ni aun con esas turbas acabando con las ciudades americanas, con un partido Demócrata completamente penetrado por la extrema izquierda y que muchos de sus líderes ya ni siquiera se esconden para proclamarse socialistas, esos ¡Están comiendo mierda!

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* Sobre  la interesante vida de Armando Rodriguez Rivero,  Licenciado en Física por  la Universidad de La Habana, hijo de ¨Cuca¨ Rivero quien  fuera relevante especialista de música en la televisión cubana, autor del libro Los Robots de Fidel Castro, entre otros, y fundador y Director de EICISOFT,   pueden conocer más en: 

 https://robotsfidelcastro.wordpress.com/acerc/ .

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Si yo tuviera que definir a Mandy (apodo del autor) en pocas palabras, yo diría que es un tipo que escribe más bien quel’ carajo, así, simple y llanamente, a la cubana. Así mismo como es él personalmente.

Sin rebuscamientos, palabras altisonantes ni floreos innecesarios, la historia de sus tribulaciones en EICISOFT no tiene desperdicio, y es la mejor forma de iniciar a los neófitos en el mundo del Socialismo Real, donde lo que no está prohibido es obligatorio. Donde tratar de hacer las cosas bien puede ser considerado “diversionismo ideológico”, algo así como “El Coco”, a quien nadie ha visto nunca, pero todos los chicos le temen.

Que se diviertan.

Paquito D’Rivera

Compositor, músico y escritor cubano exiliado

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Bill Gates comenzó su aventura empresarial en Estados Unidos desde un garaje. Mandy junto con un pequeño grupo de gente inteligente alienados por el sistema, emprendió la suya en un almacén de viandas al que no se le encontraba cómo darle uso. Pero ese local estaba en Cuba y quien vendría a “apoyar” —en realidad a controlar— el proyecto de Mandy, sería el Comandante. Pobre tipo. No sabía que Mandy es genéticamente incontrolable.

Juan Antonio Blanco

Historiador

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Si la historia de EICISOFT no fuera real, sería un tremendo argumento de novela o un espléndido relato largo. Es tan real como sólo puede serlo un buen cuento. No sólo considero que tiene un gran interés biográfico y sociológico, sino que es excelente literatura.

Tiene otra virtud, para mí suprema, y además típicamente cubana, que es la honda ligereza.

“El Peli”, Traductor y editor que vive en Cuba

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(Fotos de integrantes de EICISOT)

EICISOFT fue un gazapo de libre empresa en el comunismo, formada por una pandilla de soñadores, que no temían al trabajo, e impulsados por un soñador mayor. Una vez comenté a un amigo, que si Mandy dice que mañana va a la luna, que al otro día se fijase en la luna y lo vería sentado allí.

EICISOFT, ocupa una página de gloria en la Tecnología y la Ciencia cubana. Si esta historia se pudiera publicar en Cuba sería un patrón de estudios para ver nuestra decadencia.

Antiguo compañero del autor que vive en Cuba

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Este es un libro sui generis: narra la mecánica de cómo un grupo élite (científicos y técnicos cibernéticos) se embarcó –en los años 80 en La Habana– en un esfuerzo creativo de iniciativa propia, cumpliendo con un llamado neuronal –no ideológico–, cómo prosperó hasta cierto punto a base de ingenio y hardworking, cómo obtuvo el apoyo oficial y cómo se le instaló la carcoma propia del sistema que finalmente acabó con todo. Se puede tomar como un caso de estudio, pero no fue una excepción, sino un proceso fractal que se reprodujo en el tiempo y en el espacio. De estas interioridades se sabe poco, porque a la gente le cuesta trabajo escribir sobre sus peores frustraciones.

Modesto Arocha

Editor y autor

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Este libro está escrito con la imparcial objetividad de un científico, la abierta honestidad de un niño y el magnífico sentido del humor de un cubano.

Marlene Moleon

Editora y autora

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DESCRIPTION

EICISOFT fue una “cosa” con características de compañía capitalista que se creó por generación espontánea al margen de los planes quinquenales, fuera de todo lineamiento oficial y que terminó siendo una especie de instituto nacional de robótica.

Los robots de Fidel Castro es una crítica al socialismo, al totalitarismo y a las dictaduras, que expone como el talento, la innovación y la iniciativa no pueden prosperar por la rigidez del sistema cubano. Por otro lado, el libro también muestra cómo evoluciona una conciencia hacia la total desilusión de las expectativas creadas por el proceso de 1959 en la generación de quienes asistieron a aquel 1 de enero como niños todavía.

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Armando Rodriguez - "Los Robots de Fidel Castro" de Armando Rodríguez



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