Cuba. De lo que no se ha enterado Ariel Hidalgo sobre LOS DOS (2) GOLPES DEL 10 DE MARZO DE 1952 de los que hasta en Cuba ya se ha publicado.¿Conocían los EE.UU. de los preparativos?
- Es aventurado decir que Ramón Grau San Martín fue la personalidad más destacada de la fallida Revolución del 33; Batista y Guiteras no se quedaban atrás.
- En 1944 ¨Grau llega a la presidencia en medio de un gran jolgorio popular que se extendió por tres días.¨. Pero no dejemos de lado que la resquebrajada coalición de Batista (el cual, al igual que después Grau, no podían ir a una reelección inmediata porque la Constitución de 1940 lo prohihía) alcanzó 2 de las 6 gobernaciones de las 6 provincias y la mayoría de las alcaldías y los concejales, entre otros cargos, en el país; tal es así que Grau (que gobernó en ese período constitucional mediante decretos u órdenes ejecutivas sin contar con el Congreso con aproximadamente 17 000 decretos) gobernó los dos primeros años con minoría en el Congreso.
- El ministro Alemán de ese gobierno constitucional de Grau (el de Grau del 1933 fue un gobierno de facto priducto de un Golpe de Estado y designado a dedo por un grupo exiguo de personas y no por el pueblo) fue un reconocido corrupto y hasta Grau tuvo pendiente la Causa 82 que implicaba muchos millones de pesos.
- Ariel Hidalgo escribe: ¨...que sería coronado por el inminente triunfo electoral de la ortodoxia en las elecciones programadas para 1952...¨Eso mismo los ortodoxos pensaban en 1948 cuando todavía vivía Eduardo Chibás; menos probable sería esa victoria cuando su sucesor Agramonte no llenaba los zapatos de Chibás y el partido estaba dividido.
- El 1 de noviembre de 1954 hubo elecciones pluripartidistas y el 24 de febrero de 1955 se restituyó la Constitución de 1940.
- Ariel Hidalgo afirma: ¨Era de esperar, pues, que el triunfo de la insurrección que se iniciaba, restituiría todas estas libertades.¨. La restitución de esas libertades la esperaban los ignorantes y los ingenuos dados los antecedentes de Fidel Castro, de su relación con los comunistas (que no eran escuchados o calificados de mentiras), de lo que sucedía en la Sierra Maestra y en la Sierra Cristal respecto a las extorciones (llamados impuestos de guerra), fusilamientos, ahorcamientos, etc. llevados a cabo por las fuerzas del Ejército Rebelde y el terrorismo revolucionario en muchos pueblos y ciudades. En el artículo de despedida de Cuba, fechado el 19 de abril de 1957, del poeta Gastón Baquero se lee: ¨En el manifiesto dado por el Dr. Fidel Castro en diciembre de 1957, al desembarcar en Cuba, están contenidas todas las ideas que hoy se van convirtiendo en leyes. (Nota de Mons. Carlos M. de Céspedes: el desembarco del Granma tuvo lugar el 2 de diciembre de 1956, no de 1957; a qué manifiesto se está refiriendo Gastón, ¿no será acaso a La Historia me absolverá, manifiesto pronunciado por el Dr. Fidel Castro en el juicio por el asalto al Cuartel Moncada y al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en 1953?). Si algún capitalista se engañó, fue porque quiso; si algún propietario pensó que todo terminaría al caer el régimen, pensó mal, porque claramente se le dijo por el Dr. Castro que todo comenzaría al caer el régimen; y si alguna persona alérgica a las grandes conmociones económicas y sociales siguió y ayudó al Movimiento, creyendo que éste venía solamente a tumbar a Batista, pero no a cambiar costumbres muy arraigadas en la organización económica y social, se equivocaron totalmente o no leyó con atención aquel manifiesto. El Dr. Castro no ha engañado a nadie, aunque mucha gente conservadora y enemiga de las convulsiones le siguieron sin preguntarse detenidamente hacia donde la llevaban.
- En el artículo El embargo de Estados Unidos que ayudó a Fidel Castro a conquistar el poder de la autoría de José Gabriel Barrenechea, quien vive en Cuba, se lee:
En este interesante libro de José Luís Padrón y Luís Adrián Betancourt, publicado en La Habana por Ciencias Sociales en 2013, también se reconoce la frialdad con que transcurrieron las relaciones a posteriori del reconocimiento. Revelador de ello es el intercambio epistolar que a principios de junio mantuvieron el Embajador de Estados Unidos en La Habana, Willard Beaulac, y el subsecretario de Estado para los Asuntos Hemisféricos. En carta de Beaulac al segundo, del día 2, se nos revela que, para esa fecha, a casi tres meses del golpe, todavía no había tenido lugar ningún encuentro oficial, y ni tan siquiera conversación seria informal del máximo representante diplomático americano en Cuba con Batista. El embajador destaca que incluso en la conmemoración por el cincuentenario de la república no se habían encontrado de manera oficial. También explica allí su visión y sus temores de lo que podía estar por ocurrir en Cuba.
- En el diario electrónico castrista Juventud Rebelde se publicó el 21 de septiembre de 2017 el artículo Los dos golpes del 10 de marzo.
La Revolución fue traicionada en 1952
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El principal detonante del proceso insurreccional de los años 50 no fue el problema social, sino el artero golpe de Batista contra la Constitución y el triunfo ortodoxo
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Por Ariel Hidalgo
Miami
09/09/2021
Es preciso, en este momento de impasse en que comienza el principio del fin de una dictadura longeva y en la antesala de una revolución democrática, detenernos a repasar los antecedentes históricos para saber en qué momento extraviamos el camino y retomar una visión más clara para el porvenir.
Cuando se produce la alianza antifascista de la Segunda Guerra Mundial entre corrientes conservadoras y de izquierda en oposición al nazi-fascismo, se crean las condiciones para que en 1939 el presidente en funciones, Laredo Brú, convocara una asamblea constituyente de amplia representatividad. Así nació lo que muchos han considerado la constitución más avanzada de todos los tiempos, no sólo en Cuba sino en todo el continente americano, y cuando digo americano, no excluyo a la de Estados Unidos[1].
Estas condiciones permitieron a Batista, bajo la luz de la nueva constitución, asumir entonces, oficialmente, la presidencia por elección del Congreso y apoyado por una autotitulada Coalición Democrática Socialista que integraba el Partido Comunista, conocido ahora con un nombre más digerible: Partido Socialista Popular (PSP). Entre los ministros de Batista, dos eran dirigentes comunistas: Carlos Rafael Rodríguez y Juan Marinelo.
Pero aquellas circunstancias permitieron también una tolerancia que posibilitaría, en el 44, por voto directo de la ciudadanía, el triunfo electoral de la personalidad más destacada de la fallida Revolución del 33, Grau San Martín. Del naufragio de esa revolución había nacido el Partido Revolucionario Cubano, el mismo nombre del fundado por Martí para el logro de la independencia, reclamando, con la coletilla de “Auténtico”, esa continuidad legítima de lucha por elevados ideales democráticos, y definiéndose, además, como “socialista y antiimperialista”; socialista, porque buscaba mejorar las condiciones de vida de los sectores sociales menos favorecidos, y antiimperialista, porque se reafirmaba la soberanía nacional frente a los poderosos intereses foráneos que buscaban imponer su dominio sobre el país. Con el apoyo de ese partido, Grau llega a la presidencia en medio de un gran jolgorio popular que se extendió por tres días.
Lo primero que hace el nuevo presidente es destituir de los altos mandos de las fuerzas armadas a los oficiales incondicionales de Batista, principal artífice de la contrarrevolución del 34, quien decide tomar el camino del exilio hacia Estados Unidos. A partir de entonces comienza un proceso gradual de mejoramiento de las condiciones de los trabajadores con leyes como el diferencial azucarero, el de mieles finales y otras de reforzamiento de las instituciones republicanas, como los tribunales de Urgencia y de Garantías Constitucionales. Es una época en que Cuba alcanza notables avances económicos y culturales. Sin embargo, no logra evitar que un congreso y un ejército formados a la medida de esa contrarrevolución, le impusiera límites y lo incapacitara para aplicar todas las leyes constitucionales, entre ellas el fin del latifundio, ni poner fin a la corrupción reinante en todas las instituciones públicas —aunque Grau fue exonerado de toda culpabilidad—, ni las profundas desigualdades sociales, algo que podía constatarse sobre todo en el campo por la concentración de las tierras en pocas manos y sus períodos de tiempo muerto, ni las luchas violentas entre pandillas que habían nacido a la sombra de la revolución del 33 devenidas en grupos gansteriles, conocidas como “Gatillo Alegre”.
Grau, por tanto, decide no reelegirse y apoya la candidatura de Carlos Prío Socarrás. Y comienza, en 1948, un segundo período auténtico.
Pero un grupo decepcionado por todos los males ya mencionados, dirigidos por Eduardo Chibás y Millo Ochoa, se separa del partido y, con el lema de “Vergüenza contra dinero”, crea otro, el Partido del Pueblo Cubano, con el sobrenombre de “Ortodoxo”, sinónimo de “Auténtico”, pues podría haberse considerado a la izquierda del autenticismo. Ser de izquierda no se veía entonces entre los cubanos con el sentido peyorativo de hoy, sino como búsqueda de justicia social, defensa de los desamparados y de la soberanía nacional. Nadie puede decir que alguno de los principales líderes auténticos u ortodoxos fuera “comunista” como se entiende hoy, de defensa de los proyectos totalitarios incubados en la sombría Rusia de Stalin. Por el contrario, antagonizaban con el viejo Partido Comunista, el PSP, cuyos militantes habían apoyado a Batista. Ahora éste, elegido senador en ausencia y con garantías de Prío, regresa al país.
En conclusión, Cuba, a pesar de los males señalados, era uno de los países más prósperos e industrializados de Latinoamérica, principal productor azucarero del mundo, pionero en esa región de la televisión junto a México y Brasil en 1950, y un proceso en marcha de socialización a favor de los sectores más favorecidos, por lo que se esperaba que los males existentes serían finalmente superados, sobre todo después de 1952, pues la ortodoxia ganaba en apoyo popular, y que, con su triunfo electoral, se aplicarían muchos artículos de la Constitución hasta entonces incumplidas, como poner fin a los latifundios.
Podría considerarse, incluso, que estaba comenzando, por entonces, un nuevo proceso revolucionario, pero pacífico, que sería coronado por el inminente triunfo electoral de la ortodoxia en las elecciones programadas para 1952, y que fue precisamente, para evitarla, que se produce el golpe militar de Batista. El presidente constitucional es depuesto por la fuerza, la Constitución, sustituida por unos llamados “Estatutos de Abril”, y se impide la celebración de unas elecciones que se suponía llevaría al poder a una administración dispuesta a resolver muchos de los principales problemas del país. Los estudiantes, en masiva manifestación, procedieron a realizar los funerales simbólicos de la Constitución.
Estos fueron los hechos que dieron inicio al proceso insurreccional de los años 50. El principal detonante no fue, por tanto, el problema social sino el artero golpe de Batista contra la Constitución y el triunfo ortodoxo.
Por eso, todas las conspiraciones que se fraguaron para el derrocamiento de la dictadura, tenían, como objetivos fundamentales, restaurar la Constitución del 40 y realizar elecciones libres, y por añadidura, sanear al país de la corrupción, sin exceptuar el grupo que asaltó el Cuartel Moncada, llamado desde entonces Movimiento 26 de Julio, y luego dio lugar a la expedición del Granma, cuyo dirigente, Fidel Castro, miembro del Partido Ortodoxo, había surgido de una de las pandillas del Gatillo Alegre.
Aquel movimiento, no obstante, estaba formado, en su mayor parte, por una hornada de jóvenes ortodoxos profundamente imbuidos del ideal martiano, cuyo espíritu queda plasmado en el célebre alegato del principal acusado ante el tribunal que los juzgó: La Historia me absolverá. En este discurso Fidel Castro describía así a la república que se había perdido con el golpe:
“Os voy a referir una historia. Había una vez una República. Tenía su Constitución, sus leyes, sus libertades, Presidente, Congreso, Tribunales; todo el mundo podría reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera libertad. El gobierno no satisfacía al pueblo, pero el pueblo podía cambiarlo y ya sólo faltaban unos días para hacerlo. Existía una opinión pública respetada y acatada y todos los problemas de interés colectivo eran discutidos libremente. Había partidos políticos, horas doctrinales de radio, programas polémicos de televisión, actos públicos, y en el pueblo palpitaba el entusiasmo”.
Era de esperar, pues, que el triunfo de la insurrección que se iniciaba, restituiría todas estas libertades.
Pero cuando la insurrección triunfa, muy pocos de los principales líderes de la lucha revolucionaria, habían sobrevivido, y Fidel Castro no solo queda como único jefe del Movimiento 26 de Julio, sino, además, como el más destacado líder de la Revolución. ¿A quiénes buscó como aliados para contrarrestar la rivalidad de otros posibles rivales? Pues a los comunistas —los mismos que antes habían llevado a la presidencia a Batista—, y se convierte en el nuevo hombre fuerte de Cuba.
Olvidamos la advertencia del Maestro sobre uno de los peligros de la idea socialista: “la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en qué alzarse, frenéticos defensores de los desamparados”[2]. Es preciso retomar el camino perdido, justo en el momento en que lo abandonamos, a tono con las exigencias de los nuevos tiempos.
[1] Consúltese a Robert A. Dahl: How Democratic is the American Constitution, 2001. Yale University Press.
[2] José Martí: Obras Completas, Edit. Nacional, t. IV, p. 128.
© cubaencuentro.com
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Se dice frecuentemente que sin el Golpe de Estado de Batista el 10 de marzo de 1952, no hubiera existido un Fidel Castro con la Robolución de la cual se apropió dando ¨golpes de Estado¨ dentro de la mayoría de las fuerzas antibatistianas; realmente el Golpe de Batista del 10 de Marzo de 1952 fue el motivo y no la causa. Las causas fueron: 1) El apego del pueblo cubano al caudillismo 2) el irrespeto (infundado o bien fundado) a las instituciones del Estado, del gobierno y de la República, incluyendo las Constituciones 3) Tener a la violencia y/o a las Revoluciónes (con más o menos sangre vertida) como las vías heroica y expeditas para lograr los objetivos, los cuales pueden ya ser sublimes o perversos llegando a ver a las Revoluciones como ¨fuente de Derechos¨. Veamos una relación de algunos fallidos intentos de Golpes de Estado que fueron antecedentes relativamentes recientes respecto al sí exitoso y casi incruento Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952.
El periodista Castrista, ya fallecido, Luis Báez escribe en su artículo Estábamos equivocados (II Parte) lo siguiente:
¨¿Cuáles cree que fueron sus antecedentes?
En los años anteriores habían ocurrido varias conspiraciones, conspiraciones no faltaron: Pedraza el 4 de febrero de 1941 contra Batista que había tomado posesión de la presidencia apenas cuatro meses antes; la conspiración del "Cepillo de Dientes" valga el nombre; es el caso de Pedraza en marzo de 1945 contra Grau, donde fue encarcelado un grupo de oficiales y Pedraza cumplió sanción en la Cabaña; la conspiración del "Mulo Muerto", son nombres de la prensa un poco haciendo burlas de las conspiraciones; en el 1946 la "Capa Negra"; también en el 1946 las denuncias del periódico Hoy donde daba a conocer un proyecto de golpe de Estado contra Grau, para que el vicepresidente Raúl de Cárdenas, que estaba en ese momento casualmente en México, ocupara la Presidencia; en el 1947 tuvo lugar la conspiración poco conocida de Eugenio Sosa, que fue editor del Diario de la Marina, organizada desde los Estados Unidos, la conspiración de New Orleans, para la que contrató una fuerza mercenaria, hecho descubierto y desmantelado por las autoridades de los Estados Unidos.¨
En el artículo Los dos golpes del 10 de marzo del periodista oficialista Ciro Bianchi Ross se leen estos fragmentos:
En varias ocasiones hemos aludido en esta página a los dos golpes de Estado del 10 de marzo de 1952, hace 60 años. El primero, el de un grupo de jóvenes oficiales, encabezados por el capitán Jorge García Tuñón, que derrocó al presidente Carlos Prío, y el segundo, el del ex general Fulgencio Batista contra esos jóvenes militares.
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Unas horas después, al mediodía del 10 de marzo, la situación era otra. Recordaba Ortega: «Los papeles cambiaron y los oficiales jóvenes, incluido el capitán García Tuñón, terminan arrinconados». El historiador Briones Montoto, en su libro General regreso, escribe por su parte: «A partir de ese momento, Batista es el que controla el golpe. Fue una maniobra muy bien realizada y con mucho sentido, porque lo que había comenzado como un golpe de unos militares insatisfechos con un jefe civil, Batista lo convirtió en un golpe de Batista. Y a partir de ese momento empezó a decidirlo todo».
Diría el mismo García Tuñón en una entrevista que concedió a la revista Réplica, de Miami, en marzo de 1972:
«Dimos el golpe por la madrugada. Batista quedó confinado en una oficina del edificio del Regimiento. El mando en Columbia lo teníamos los militares. Pero en casos como estos, por mucho que se haga, siempre hay presente alguna desorganización. Batista logró enviar a un capitán a distintas postas para que ordenara a sus jefes que permitieran la entrada de civiles al campamento. Cuando vinimos a ver miles de ellos estaban por toda la base militar dando vivas a Batista, confraternizando con los soldados y hasta bailando congas… El mando se nos fue de las manos.
«Lo que se nos ocurrió en el momento fue transmitir una orden por los amplificadores para que los soldados se presentaran ante los jefes de compañías a fin de que inscribieran sus nombres para los ascensos que se estaban estudiando. Cinco minutos después todos estaban en sus respectivas compañías y dimos órdenes a los jefes que las formaran para restablecer el mando… Mientras tanto, Batista había salido de la oficina donde lo teníamos y al frente de la muchedumbre de civiles que se había infiltrado en el campamento recorría las postas y compañías donde era aplaudido por los soldados, pues estaba dando la sensación de que el golpe era obra suya y que él era el jefe… Este fue el segundo golpe del 10 de marzo, dirigido contra los que habíamos conspirado con él».
Hay fuentes Batistianas que plantean que el Presidente Dr. Carlos Prío Socarrás quería dar él un Golpe de Estado. Una de esa fuente es el Dr. Anselmo Alliegro según se puede leer en la sección En Cuba de la revista Bohemia del 13 de abril de 1952, la cual puede también leerse haciendo clicl en la imagen de Bohemia Sin Censura que se encuentra la sección derecha de este blog Baracutey Cubano:
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0) Fragmento de la prensa Castrista tomado recientemente por mí de la Internet; quizás escrito por el periodista Ciro Bianchi pero no lo aseguro.
Fotos relativas al Golpe del 10 de Marzo de 1952 tomadas de la revista Bohemia y dos del periódico Alerta:
1) Una de las denuncias de corrupción al gobierno del Dr. Carlos Prío Socarrás. El denunciante: Fidel Castro Ruz, superaria descomunalmente la corrupción de cualquier otro Presidente, mandatario, empresario, etc., de la República de Cuba antes de 1959. La denuncia es del 4 de marzp de 1952, sólo 5 días antes del Golpe de Estado.
2) Algunos de los que fraguaron el Golpe del 10 de Marzo de 1952:
Pese a lo que dice el pie de foto de Bohemia, en una de las fuentes consultadas se dice que al capitán Pilar García, quien participaba en el golpe ¨manu militari¨ se le dio la misión de tomar al coronel Eulogio Cantillo, pero este huyó por una ventana y se refugió en la jefatura de la Aviación, que tenía bajo su mando. Luis Báez en su artículo ya citado escribe: ¨El Capitán Jorge García Tuñón era líder de ese movimiento que permitió que Batista asumiera el poder. Él, Luis Robaina, que era capitán en Columbia; Juan Rojas, que era capitán Jefe de una compañía también Columbia; Capitán Dámaso Sogo, que era el Oficial de Guardia en Columbia ese día; el primer teniente Pedro Rodríguez Avila y un grupo más cuyos nombres no es necesario mencionarlos, fueron la base de la acción realilzada el 10 de marzo. Más que eso, este grupo pronto se dio cuenta de que Batista, más hábil, más ladino, más experimentado les había dado un golpe de estado a ellos.¨ En ese artículo de Báez se lee que el tuvo acceso a un documento de 25 militares complotados en el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 donde afirman que después de ya comenzado el Golpe, Batista por sus maneras e influencias se apropión del Golpe trayendo civiles a Columbia y a viejos militares de su confianza.
3) Pequeños y aislados disturbios en La Habana por el Golpe del 10 de Marzo de 1952:
6) 4 de abril de 1952: Jura del Estatuto Constitucional que sustituiría hasta el 24 de febrero de 1955 la Constitución de 1940, fecha en que Batista tomó posesión como Presidente Constitucional después de las elecciones generales y multipartidistas del 3 de noviembre de 1954. Al Estatuto Constitucional se le llama muy frecuentemente en plural: Estatutos Constitucionales o Ley constitucional de 1952 y fué reformada en dos oportunidades antes de operarse el tránsito hacia la Constitución de 1940.
En la página 108 (la página 92 según el texto pdf) de El Imperio de la Ley en Cuba de la COMISION INTERNACIONAL DE JURISTAS, GINEBRA, escrito en 1962 se lee:
¨La ley constitucional de 1952 disponía en su Art. 256, de acuerdo con la modificación que se le hiciera por Decreto Ley No. 1133, del 30 de octubre de 1953 (G.O. 6 noviembre de 1953, Edic. Extr. No. 90) que la Constitución de 1940 sería restablecida a partir de la fecha en que tomara posesión del mando el presidente electo. Las elecciones presidenciales se celebraron el día 3 de noviembre de 1954, resultando electo Fulgencio Batista... Automáticamente, en virtud de la citada cláusula de tránsito constitucional, comenzó a regir nuevamente la Constitución de 1940.¨. Andrés Domingo y Morales del Castillo había sustituido a Batista como mandatario para que Batista participara en las elecciones de noviembre de 1954.
Es muy umportante señalar que pese al ex Presidente Ramón Grau San Martín líder del del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) ´o PRC(A) se fue al retraimiento dos días antes de las elecciones generales de noviembre de 1954, 18 senadores y 16 representantes auténticos resultaron electos. El historiador Manuel Márquez Sterling (al que no se le puede endilgar el adjetivo de batistiano) plantea que Grau San Martín tenía una buena intención de voto para la Presidencia, pero no la suficiente para ganar la Presidencia. A Ramón Grau San Martín se le llamaba ¨El Mesías¨ y ni siquiera en las elecciones de 1958, enfermo sentado en silla de ruedas y anciano, le dio paso a otras figuras de ese partido político (ejemplo: Carlos Hevia) para que aspiraran a la Presidencia de Cuba. Mario Salabarría en una entrevista hecha por el historiador Antonio de la Cova planteó, en la página 5, que cuando los sucesos de Orfila (segunda mitad de los años 40 del pasado siglo) el Presidente Grau estaba pasando una de sus crisis de memoria. En la página 5 de esa entrevista se lee: ¨... Eso fue cuando lo de Orfila y Cayo Confites. Eso nadie lo sabe, porque son cosas que nadie las ha comentado. Además, Grau tenía a veces pérdida de memoria, lo que muy poca gente sabe. Por ejemplo, él estaba leyendo un libro y cuando le daba eso marcaba el libro para no olvidarse. Grau estuvo como cuatro días con pérdida de memoria total...¨
Algunos apuntes sobre el Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 cuya preparación fue producto de una conspiración en la que Fulgencio Batista participó sólo a última hora
Yo lo que le estaba comentando antes de Prío no era que Prío de ninguna manera hubiera conspirado con Batista o tomaba a Batista en consideración para un golpe, si no que Prío, con oficiales militares afines a él...
“Es decir, que Batista se le hubiera anticipado.”
Es correcto.
“Le hubieran dado un golpe de mano, como se dice.”
Exacto.
“Batista trató de justificarse diciendo que Prío iba a dar un golpe de estado con un grupo militar. Yo no tengo informaciones al respecto. Mi criterio es que lo que hizo Prío fue dejarse dar el golpe de estado de Batista.”
(El Senador Fulgencio Batista en el Campamento Militar de Columbia el 10 de marzo de 1932)
- Rubén Batista: Sí, muchos. Había posiblemente más de dos movimientos. Según algunas personas con las que yo he hablado y que conocían el proceso desde dentro, había tres. Uno que se inició en la Escuela Superior de Guerra por un grupo de oficiales que estaba en contacto con el profesor Rafael García Bárcena. Cuando se crea la Escuela Superior de Guerra en tiempos de Grau, se invita a una serie de profesores a colaborar. Se convoca a Herminio Portell Vilá, a Roberto Agramonte, a Rafael García Bárcena y otros. Según me han contado, hubo un momento inicial tras las elecciones del `48, donde gana Carlos Prío, en que ya hubo cierto movimiento subversivo a favor de Chibás; que había quedado en tercer lugar en los votos, muy por detrás del Dr. Ricardo Núñez Portuondo.
Este mismo grupo intervino en la facilitación de la destitución del jefe del ejército General Pérez Gámera. Ese grupo, donde tengo entendido que estaba el Coronel Barquín, y otros que llamaban “el trust del cerebro” por enrolar a una serie de profesores de la Escuela Superior de Guerra, llegó a ser bastante fuerte. De ahí se desprende otro grupo que lo liderea el entonces capitán Jorge García Tuñón. Este era también un militar de preparación, que inclusive venía de una familia castrense anterior al 4 de septiembre. Es decir, que venía del viejo ejército, de una tradición. Luego también se úne al grupo que quería a Batista como líder. Y había otra disidencia más, que era independiente a Batista en sus orígenes, aunque después se vincularon, ya que buscaban un líder civil; los instigadores de este movimiento eran Colacho Pérez, un civil pero de origen “revolucionario”, miembro del ABC (al que Batista perteneció siendo joven) y que por los contactos que tenía pudo hacer una serie de relaciones significativas en el ejército, y otra figura importante, que es el Coronel retirado de la marina José Rodríguez Calderón. Para mí estas llegaron a ser las figuras más importantes en el golpe de estado. Además de Salas Cañizares (quien llegaría a ser jefe de la policía) que controlaba las perseguidoras y la motorizada. Hay otra serie de personajes a destacar, muchos de ellos retirados, como el Capitán retirado Díaz Tamayo, que también era de la Escuela Superior de Guerra, y el General retirado Francisco Tabernilla Dolz, que era un hombre que tenía mucho prestigio, un oficial graduado de la primera escuela de cadetes del ejército en el año 1917 o `18. Tabernilla era un hombre que tenía mucha simpatía sobre todo en la Cabaña, es decir, en el regimiento de artillería, que junto a Columbia (donde estaban los tanques y la infantería) era la otra plaza militar fuerte de La Habana. Dentro de Columbia hubo también militares simpatizantes; entre los cuales estaban los capitanes Robaina, Rojas, Sogo y otros.
Sobre la historia del 10 de marzo hay cartas cruzadas importantes, ya en el exilio, entre papá y el coronel Cruz Vidal, que hemos donado a la Universidad de Miami, aunque yo tengo copia. Ramón Cruz Vidal era un soldado del 4 de septiembre, que aparece en todos los libros como uno de los principales de ese movimiento. Batista hace un prólogo a un libro de este señor donde señala que en las vísperas del golpe de estado había una crisis; y que sin crisis institucional no hubiera existido un 10 de marzo. Había descontento, y muchos apoyaron a Batista no por batistianos sino por descontentos.
¨. Como ya sabes y te lo adjunto de nuevo, el golpe de estado nunca fue organizado por Batista. Fueron los tres profesores ortodoxos de la Escuela Superior de Guerra quienes con la aprobación de Eduardo Chibás lo organizaron con la ayuda dentro de Columbia del Capt. García Tuñon. Chibás lo encabezaría como líder populista que los militares necesitaban para evitar el derramamiento de sangre pero cuando ve que su popularidad aumenta a nivel electoral, decide no apoyar el golpe y dice a los tres profesores que lo detengan. Ellos lo hicieron pero García Tuñón no pudo detenerlo con los oficiales dentro de Columbia y exigieron se buscara otro líder populista. Escogieron todos ellos a Batista que rechazó encabezarlo a pesar que Carlos Prío le mandó un mensaje con el Dr. Juan J. Remos que él estaba listo para entregar su mandato a los militares por haber perdido autoridad y por la infiltración comunista dentro del Partido Ortodoxo. En la última visita que García Tuñón hace a Batista en Kuquine en Febrero de 1952 (después del asesinato del Dr. Alejo Cossío del Pino), éste le dijo que con él o sin él los militares darían el golpe. Es ahí donde Batista acepta ponerse al frente. Es el 7 de marzo de 1952 donde Rubén y yo estamos comiendo en casa de su hermana Mirta con Batista, cuando llegan tres personas, el General habla con ellos 5 minutos, y después nos enteramos que ese día fue que se decidió el golpe el día 10. Nos enteramos después que los tres visitantes fueron Colacho Pérez, Rodríguez Calderón y García Tuñón.¨
(Carlos Prío Socarrás, Ramón Grau San Martín y Carlos Hevia)
Volvamos al débil rechazo al Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952: La noticia, cierta o no, de los planes de Eufemio Fernández de atentar con morteros contra Batista y su familia en la casa familiar de la finca Kuquine y otras noticias y rumores similares, ficticios o reales, sembraron en el pueblo, dado el culto al caudillismo que siempre hemos tenido como pueblo, la necesidad de un ¨hombre fuerte ¨que disciplinara o ¨metiera en cintura ¨ al país. Ese hombre para muchos era Batista, que lo había demostrado ser en la década de los años 30s, con la ayuda de José Eleuterio Pedraza)cuando la Revolución del 33 nos había dejado un país con una abundante presencia de terroristas y pistoleros políticos. Para más elementos a su favor, Batista había estado de acuerdo en llamar a una Constituyente y después de haber sido elegido Presidente y ejercido como tal durante 4 años sin grandes escándalos o críticas a su gestión de gobierno de 1940 a 1944, había dejado el poder sin objección alguna, a la oposición politica.
En el artículo Cuba: El golpe de estado del 10 de marzo de 1952, Pedro Simeón escribe:
¨ La Universidad se convirtió en tribuna y centro de fermento insurreccional. Las asociaciones de banqueros, colonos, hacendados y otras entidades económicas o sociales ofrecieron respaldo al gobierno de facto. Los dirigentes políticos, unos se hicieron cómplices del asalto, algunos esperaron semanas para comprometerse, y muchos otros hicieron el papel de leales oposicionistas, prestándose a farsas electorales. Los partidos políticos no tuvieron ni la menor capacidad para erguirse con dignidad. Algunos activistas se pusieron bajo la protección de personeros del gobierno de facto y por suerte para su personal destino, estuvieron a punto de ingresar en un Consejo Consultivo creado por nombramiento. La presión de amigos lo impidió, lo que les permitió participar en la lucha insurreccional que se avecinaba de forma protagónica. El partido comunista envió una comisión al campamento militar de Columbia para entrevistarse con el Gral. Batista, integrada entre otros por Blas Roca, Salvador García Agüero y Lázaro Peña al objeto de ofrecer la colaboración del Partido al gobierno golpista. La gestión fue de inmediato neutralizada por el Embajador Norteamericano que le comunicó al general que todo acuerdo tendría por consecuencia el no reconocimiento de su gobierno por Estados Unidos. No obstante el nuevo régimen, estableció un concordato de tolerancia. Los sindicatos en su gran mayoría se plegaron en pocas horas al nuevo gobierno. La Iglesia en la voz del Cardenal Arteaga felicito a Batista por el exitoso asalto.
Los grandes partidos auténticos y ortodoxos se fraccionaron dedicando sus energías mayores a la lucha por el liderazgo, más que al enfrentamiento a la dictadura que surgía. ¨
(En la foto al lado de la famosa escritora Zoé Valdés tomándola de la mano se encuentra el pintor Waldo Díaz-Balart en una exposición de pinturas de Zoé Valdés; detrás se encuentra Frank Díaz-Balart, hermano de Waldo)
Batista y algunos de sus cercanos colaboradores querían convocar a elecciones lo antes posible para mostrar sus intenciones democráticas; otros de sus cercanos colaboradores le aconsejaban a Batista que esperara a que la Oposición política le pidiera convocar a elecciones. Batista se inclinó por la primera variante y convocó a elecciones para noviembre de 1954; la oposición al ver que se acercaban las elecciones y no tenían posibilidad de ganar se fue al retraimiento; Ramón Grau San Martín fue el último al irse al retraimiento dos días antes de las elecciones donde no tenía ninguna posibilidad de ganar según Manuel Márquez-Sterling que es el historiador de la fuente (2) que veremos en el siguiente fragmento extraido de Wikipedia. Manuel Márquez-Sterling está muy lejos de haber sido, o ser, un simpatizante de Batista, al ser el hijo de Carlos Márquez Sterling el oponente más fuerte que tenía el candidato oficialist a Andrés Rivero Agüero en las elecciones del 3 de noviembre de 1958 y haber sido un crítico y opositor político a Batista
Los resultados de esas elecciones de 1954 fueron:
Las elecciones presidenciales de Cuba de 1954 se llevaron a cabo el 1 de noviembre de ese año (1). Fulgencio Batista fue elegido presidente de la República para el período 1955-1959.
A lo largo de 1954 hubo algunos intentos de sabotaje al proceso electoral, incluyendo un complot organizado por el ex presidente Carlos Prío Socarrás y su ex Secretario de Educación. Durante la campaña electoral, Ramón Grau mostraba una importante intención de votos, pero no la suficiente para triunfar (2).Los abstencionistas, que en general apoyaban a Prio, los Ortodoxos y los Comunistas boicoteaban los actos de Grau, irrumpiendo en los mismos con consignas revolucionarias. Los actos de Batista, por el contrario, se desarrollaban sin disturbios (2).
El ex presidente Grau, sospechando que Batista cometería fraude, renunció a su candidatura dos días antes de los comicios. Batista fue entonces elegido presidente sin oposición. La participación se redujo a un 52,6% frente al 79,5% de las elecciones de 1948 (3).
(1)Aquel 30 de septiembre de 1954 Juventud Rebelde, 29 de noviembre de 2009.
(2) Cuba 1952-1959: The True Story of Castro's Rise to Power . Manuel Márquez-Sterling. Páginas 56-57. ISBN 978-0-615-31856-1
(3) Cuba: order and revolution. Jorge I. Domínguez. Página 124. ISBN 0-674-17925-0
(Multitudes en rally electoral en apoyo a Batista para las elecciones de 1954 1954)
Tipo de elección General
Demografía electoral
Población 6,424,173
Habitantes inscritos 3,129,699
Votantes 1,639,962
Participación 52.4 %
Resultados:
Fulgencio Batista – Acción Unitaria
Votos 1,451,753 88.52 %
Ramón Grau – Partido Auténtico
Votos 188,209 11.48 %
En enero de 1958 Fulgencio Batista había restaurado después de un breve tiempo, las garantías Constitucionales en el país pese a la actividad subversiva existente. Según se lee en el libro oficialista En el último año de aquella República, del autor Ramiro J. Abreu (ex oficial del MININT y funcionario del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en los años ochenta del pasado siglo XX, años en que fue publicado dicho libro en Cuba; libro prologado por Carlos Rafael Rodríguez), Batista hizo ciertos cambios en su gabinete, compulsado por ciertas fuerzas políticas nacionales y extranjeras y hasta por el propio Nuncio, Monseñor Luigi Centoz, que conllevó a una nueva imagen de su régimen y a una posible solución no violenta a la situación política del país. Leemos en sus páginas 81 y 82:
Fidel Castro en dicho manifiesto plantea, según Carlos Márquez Sterling en http://cuba1952-1959.blogspot.com : que todas las fuerzas obreras y estudiantiles de la isla fueran a una huelga general, que sería apoyada militarmente por el Ejército Rebelde.
Este manifiesto (lo pueden leer en idioma Inglés AQUÍ) ) prohibia los viajes de cualquier tipo en la provincia de Oriente desde el 1 de abril, y anunció que los rebeldes abrirían fuego sin advertencia previa a cualquier vehículo que violara esa disposición. Asimismo, decretó que todos los pagos al gobierno debían de cesar, y que quien hiciera los pagos al gobierno, incluido los impuestos o tasas, sería considerado un traidor antipatriota y culpable de un acto contrarrevolucionario. A los que que trabajaran en el gobierno en los puestos administrativos o en los tribunales se les ordenó a renunciar. A los militares se les advirtió que serían juzgados como criminales, a menos que desertaran o se unieran al Ejército Rebelde. El manifiesto terminaba pidiendo que la gente diera su apoyo a la campaña de exterminiar a todos aquellos que sirvieran a la tiranía con las armas, declarando que a partir del 5 de abril comenzaría una guerra total y que tendrían la necesidad de aniquilarlos a donde quiera que estuvieran, como los peores enemigos de la libertad y la felicidad.
Sobre la oposición al gobierno de Fulgencio Batista (el cual como ya vimoshabía sido elegido en las elecciones pluripartidistas del 1 de noviembre de 1954 según los códigos electorales por el que fue elegido constitucionalmente en 1940; señalo que para mí fue un gran error de Batista postularse) hay que tener el conocimiento y en cuenta que los líderes del Partido Ortodoxo y del Partido Auténtico (los dos partidos políticos mayoritarios en Cuba en ese momento) se había reunido y unido en Montreal para darle una salida política al régimen de facto de Fulgencio Batista después de dicho golpe de Estado. El Pacto de Montreal era un peligro para las aspiraciones de Fidel Castro, el cual tenía tristes experiencias en los procesos electorales estudiantiles y dentro del Partido Ortodoxo. Esa situación compulsó a Castro a hacer el ataque al Cuartel Moncada y así salir a la palestra política nacional como una figura significativa y descollante aunque eso se llevara a cabo mediante un gran número de mártires por lo descabellado del plan de ataque a la segunda fortaleza militar del país.
Vista Parcial del acto de desagravio a Batista efectuado en abril de 1957 por el ataque al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 por la Organización Auténtica (36 atacantes) y el Directorio Revolucionario (8 atacantes).
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Hay que tener claro que una muy pequeña minoría del pueblo cubano se enfrentó decididamente al régimen de Batista y una muy pequeña minoría defendió decididamente al régimen de Batista. La gran mayoría del pueblo cubano se cruzó de brazos y al triunfar se fue con los vencedores, como lo han hecho muchos pueblos en la Historia, ya que el derrotado no era peligroso. La alegría de gran parte del pueblo cubano al triunfar la Revolución fue porque erróneamente creyeron (en parte por la falsa propaganda de Fidel Castro) que se acabarían los atentados terroristas revolucionarios en tiendas, cines, cabarets, establecimientos comerciales, tiroteos y las consecuentes víctimas mortales, así como los muertos producto de la represión policial a ese terrorismo revolucionario que por la independencia que siempre tuvo el Poder Judicial durante el régimen de Fulgencio Batista ya que muchos autores de ese terror revolucionario era presentados a los tribunales civiles mediante el recurso de habeas corpus, y posteriormente salián mediante fianza a la calle y de ahí a la clandestinidad urbana, al aeropuerto o a las guerrillas en el campo cubano.
Otras personas afirman que fue el día 9 de marzo el día en que Batista se decidió, cuando en el viaje de regreso de Matanzas para La Habana, Colacho lo conminó a encabezar el Golpe u otra persona lo encabezaría. Quizás, ESTOY ESPECULANDO, Batista pensó que José Eleuterio Pedraza pudiera ser una de esas personas, pues Pedraza (su gran amigo y dura mano derecha en la represión a los ¨gatillo alegre¨ y terroristas del TNT o ¨laborantes¨ de parte de los años 30 del pasado siglo) intentó darle un golpe de Estado cuando él, Batista, fue Presidente Constitucional en el período 1940-1944.
El cuñado de Batista el Coronel Roberto Fernández Miranda ha narrado como Batista estaba opuesto a un golpe de Estado y que él, Roberto, fue el primero que se sorprendió al conocer del Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 y la participación de Batista.
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Tomado de https://zoevaldes.net/
Etiquetas: Batista, Briones Montoto, Castro, cuba, García Tuñón, GOLPE DEL 10 DE MARZO, Luis Adrián Betancourt, Newton Briones, Ortodoxo
1 Comments:
WHOAAAA........EL MAS EXTENSO COMENTARIO SOBRE EL 10 DE MARZO DE 1952.......DOS GOLPES DE
ESTADO ??.....ESTABAN LOS EUA ENTERADOS ??.......QUE ES LO QUE NO SABIA EL PUEBLO ??
MUY INERESANTE ARTICULO.
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