¿ HIPOCRECIA ? || ALGUNOS APUNTES AL VUELO SOBRE LA HIPOCRESIA y EL OPORTUNISMO COMUNISTA
Si al término de la lectura de este artículo, el lector coincide en la percepción de la maniobra propagandística que paso a describir, podrá compartir la pertinencia de modificar este título suprimiendo los signos de interrogación. O mejor aún: sustitúyalos por signos de exclamación.
Veamos: sincero es quien se expresa con veracidad y sin doblez mientras que hipócrita es aquél que finge ser lo que no es, el que representa lo que no piensa ni siente.
En los voceros de la izquierda marxileninista observamos un discurso que pretende simular moderación y espíritu democrático. La razón de ello estriba en que, cuando el marxileninismo se muestra tal cual es, con toda su perversidad intrínseca al descubierto, la inmensa mayoría de la población lo rechaza automática y categóricamente. La injusticia de su doctrina antinatural y la brutalidad de sus métodos han merecido -siempre- la más severa condena. En diversas partes del mundo, han logrado dominar territorios y someter tiránicamente a millones de almas aunque no han podido convencer a las personas. Para evitar el rechazo que despierta, el marxileninismo pretende aparentar lo que no es. Simula sistemáticamente para postergar o impedir la reacción que provocan sus fines y sus métodos cuando aparecen a cara descubierta.
En verdad, ellos constituyen una secta filosófica materialista y atea, liberticida y apátrida. Responden a una concepción ideológica transpersonalista que desemboca en el totalitarismo más opresivo.
Las más sutiles tácticas psicopolíticas pretenden ocultar que el marxileninismo le niega al individuo, frente a la colectividad, todo derecho natural. Sin embargo, los activistas del marxileninismo, en todos los ámbitos, utilizan un discurso que pretende hacer creer que ellos son los paladines de la justicia social, de los derechos humanos y del régimen democrático. Pero la verdad es otra: ellos quieren que todos los resortes de la vida, todas las actividades humanas queden subordinadas a un Estado omnipotente y omnipresente. La persona es considerada como un simple instrumento al servicio de fines supraindividuales encarnados por el Estado. Según ellos, el Estado es lo principal y el hombre apenas lo accesorsio, que sólo vale en la medida que se desindividualiza y se somete a lo colectivo. El individuo, entonces, existe para la sociedad y debe producir para la colectividad.
Bien puede imaginar el lector qué tipo de respuesta encontrarían los políticos y agitadores al servicio de la izquierda marxileninista si proclamaran, claramente, conforme a la doctrina que los inspira, su radical y auténtica posición contraria a la familia, a la religión, a la propiedad privada, etc.
Resumiendo, las siguientes son algunas de las características del totalitarismo marxileninista al que pretenden llevarnos y que ocultan tras el hipócrita maquillaje discursivo, aparentemente filantrópico, muy moderado y pseudodemocrático de sus activistas:
· No reconocen derechos individuales, naturales, anteriores y superiores al Estado. El Estado omnímodo absorbe las libertades fundamentales.
· Consideran que la familia debe ser destruida por tratarse de una "institución burguesa inventada por la Iglesia".
· Procuran instaurar un dios-Estado, un Moloch ante el cual se sacrifican todos los derechos y todas las libertades.
· Inducen a la identificación estado-gobierno-partido. El poder del estado es ilimitado. A los órganos de gobierno les otorgan los más amplios poderes en el marco de una competencia imprecisa. Es la situación diametralmente opuesta a la del Estado de Derecho.
· Son partidarios del régimen de partido único y combaten a sangre y fuego toda forma de eventual oposición.
· Buscan sustentarse en el mito de la liberación del proletariado. Lo medular de su acción propagandística, para captar incautos, gira en torno al mismo.
· Buscan constituirse en “gobierno de fuerza” (antagónicos al tipo de los “gobiernos de opinión" que son aquellos que se apoyan en el consentimiento de la población libremente expresado.) Ellos procuran instaurar la "Dictadura del proletariado” que es “la dominación no restringida por la ley y basada en la fuerza".
· Promueven un verdadero culto a la violencia sin detenerse ante ley divina, natural o humana. Sin escrúpulos, aplican los más brutales métodos de acción. Promueven revoluciones y crímenes. Dicen que "Todo lo que contribuya a la rebelión es moral." Lejos de ser contrarios a las dictaduras, ellos han sido y son favorables a los gobiernos dictatoriales, por más brutales que sean, siempre que respondan a su mismo signo ideológico. Por ello aplaudieron y aplauden a las cruentas dictaduras comunistas padecidas durante décadas en Europa Oriental y hoy idolatran a la sanguinaria tiranía castrista. Hoy, fieles a la doctrina y a la praxis de violencia revolucionaria, la izquierda marxileninista ve con buenos ojos las acciones terroristas y guerrilleras en diversos países. Basta observar las complicidades con las “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (FARC), con la ETA; con la guerrilla en Chiapas, etc. En tal sentido, hay que observar, también, la común pertenencia al “Foro de San Pablo” con organizaciones violentistas hermanados en esa internacional revolucionaria que es una especie de reedición de la perversa OLAS.
· Edifican un estado-gobierno-partido militantemente ateo y francamente hostil para con la religión en general y con la Católica en particular (Siempre que pueden, aplican lo dicho por Lenin: "Dios es el enemigo personal de la sociedad comunista" (Carta a Gorki, dic.1913, "Le marxisme-laninisme", J. Ousset, p.132). Por tanto, declaran la guerra a la misma idea de Dios y combaten a la religión, calificada por ellos como "opio de los pueblos".
· Niegan la legitimidad del derecho de propiedad. (Marx y Engels confiesan en el “Manifiesto Comunista”: “Podemos resumir nuestra doctrina con esta proposición: abolición de la propiedad privada”).
Importa recordar que el derecho a la propiedad particular se origina en la libertad del hombre y reposa en ella. Por tanto, la abolición de la propiedad privada implica la negación de la misma libertad. Conculcada la propiedad, todos los derechos individuales quedan sometidos al arbitrio despótico del Estado. La supresión de la iniciativa particular genera la tiranía política.
La estatización de la economía, la carencia de estímulo y el desconocimiento de la fecundidad propia de la iniciativa particular, conducen a la miseria y al despotismo.
El interés del marxileninismo por los asalariados no obedece a que estos sean débiles u oprimidos sino a que constituyen una enorme fuerza instrumental al servicio de sus designios. Ellos no desean curar las heridas sino machacarlas como sostenía Engels. En rigor, son revolucionarios y no filántropos. Por ello, fomentan descontentos, fabrican conflictos, exacerban enfrentamientos, promueven el odio y la lucha de clases, organizan revoluciones y cometen los más brutales crímenes.
Estas perversas metas son reveladas sólo a los iniciados en la secta roja cuando llegan a poseer un grado suficiente de corrupción ideológica como para aceptar semejante aberración. Al gran público: nada de esto. Para las masas crearon incontables y eficaces artificios psicopolíticos que se caracterizan por ocultar la verdadera identidad ideológica y esquivar las definiciones doctrinarias claras.
En suma: los militantes del marxileninismo no hacen otra cosa más que usar las libertades que ofrece la democracia con el fin de destruir el mismo sistema que garantiza esas libertades y derechos. Esa es la finalidad real, con toda la radicalidad que ella implica, aunque sean “gradualistas” en el camino a recorrer, por momentos en forma lenta, para lograr esa perversa meta.
Darle crédito a la izquierda marxileninista en su discurso a favor de los derechos humanos y en contra de las dictaduras, sería como confiar en la prédica de un narcotraficante contra el consumo de drogas. Es tan sincero el activista marxista hablando de democracia y derechos humanos como un pirómano que niega su tendencia patológica a provocar incendios.
Prof. Alexander TORRES MEGA
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ALGUNOS APUNTES AL VUELO SOBRE LA HIPOCRESIA COMUNISTA
Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso
Este excelente artículo del profesor Alexander Torres Mega descubre una vez más la esencia de las ideas comunistas. Quiero dejar aclarado que hay personas que adoptan las ideas comunistas con el mejor de los propósitos; esos son los hombros sobre los que escribía nuestro José Martí:
¨…Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras:-el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, - y el de la soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados…¨(Tomo 3, 168)
Otros fragmentos que dicen claramente la opinión que tenía José Martí sobre la idea socialista son estas:
¨ Ved esta gran sala. Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Indigna el forzoso abestiamiento de unos hombres en provecho de otros. Mas, se ha de hallar salida a la indignación, de modo que la bestia cese, sin que se desborde, y espante…¨ (Tomo 9, 388)
y escribe más adelante en ese mismo artículo:
¨ …Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa ¨ (Tomo 9, 388)
y finalmente advierte:
¨… Son los rusos el látigo de la reforma: mas ¡no!, no son aún estos hombres impacientes y generosos, manchados de ira, los que han de poner cimiento al mundo nuevo: ellos son la espuela, y vienen a punto, como la voz de la conciencia , que pudiera dormirse: pero el acero del acicate no sirve bien para martillo fundador¨ (Tomo 9, 388-389)
En su crítica sobre la obra ¨ La Futura Esclavitud¨ de Herbert Spencer, Martí también plantea sus objeciones sobre el socialismo; una de esas objeciones es esta que los cubanos hemos sufrido por casi medio siglo:
¨…De ser siervo de sí mismo, pasará el hombre a ser siervo del Estado. De ser esclavo de los capitalistas, como se llama ahora, iría a ser esclavo de los funcionarios.¨(Tomo 15, 391)
Deseo aclarar, para aquellos no duchos en el tema, que comunistas no es lo mismo que socialdemócratas aunque en determinados momentos hayan hecho entre ellos alianzas; tampoco han sido pocas las veces en que se han enfrentado desde un punto de vista teórico o ya en la práctica social: dos ejemplos, uno teórico y otro práctico, serán mostrados a continuación.
1)El ejemplo teórico es el siguiente: Rosa Luxemburgo ( para unos una comunista y para otros una socialdemócrata de nuevo tipo en su tiempo) justificó la dictadura del proletariado de manera transitoria en Rusia en los momentos del triunfo de la Revolución de Octubre por las "fatales circunstancias" que tenía el país, sin embargo, criticó a Lenin por recomendar la generalización de esa práctica; veamos algunos de sus señalamientos:
“La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que este sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente. No a causa de ningún concepto fanático de la “justicia”, sino porque todo lo que es instructivo, totalizador y purificante en la libertad política depende de esta característica esencial, y su efectividad desaparece tan pronto como la “libertad” se convierte en un privilegio especial.” ( Rosa Luxemburgo, Obras Escogidas, Buenos Aires, Pluma, 1976. Tomo II, p.197)
“...la destrucción de las garantías democráticas más importantes para una vida pública sana y para la actividad política de las masas trabajadoras: libertad de prensa, derechos de asociación y reunión, que les son negados a los adversarios del régimen soviético. En lo que hace a estos ataques (a los derechos democráticos) los argumentos de Trotsky ... distan mucho de ser satisfactorios. Por otra parte, es un hecho conocido e indiscutible que es imposible pensar en un gobierno de las amplias masas sin una prensa libre y sin trabas, sin el derecho ilimitado de asociación y reunión.” ( Idem., p. 195)
”El peligro comienza cuando hacen de la necesidad una virtud, y quieren congelar en un sistema teórico acabado todas las tácticas que se han visto obligados a adoptar en estas fatales circunstancias, recomendándolas al proletariado internacional como un modelo de táctica socialista.” ... “...una revolución proletaria modelo en un país aislado, agotado por la guerra mundial, estrangulado por el imperialismo, traicionado por el proletariado mundial, sería un milagro.” (Idem., p. 202.
“Sin elecciones generales, sin una irrestricta libertad de prensa y reunión, sin una libre lucha de opiniones, la vida muere en toda institución pública, se torna una mera apariencia de vida, en la que sólo queda la burocracia como elemento activo Gradualmente se adormece la vida pública, dirigen y gobiernan unas pocas docenas de dirigentes partidarios de energía inagotable y experiencia ilimitada. Entre ellos, en realidad dirigen sólo una docena de cabezas pensantes, y de vez en cuando se invita a una élite de la clase obrera a reuniones donde deben aplaudir los discursos de los dirigentes, y aprobar por unanimidad las mociones propuestas...una dictadura, por cierto, no la dictadura del proletariado sino la de un grupo de políticos, es decir una dictadura en el sentido burgués, en el sentido del gobierno de los jacobinos... esas condiciones deben causar inevitablmente una brutalización de la vida pública: intentos de asesinato, caza de rehenes, etcétera.” ( Idem, p. 198.)
“...siempre hemos diferenciado el contenido social de la forma política de la democracia burguesa; siempre hemos denunciado el duro contenido de desigualdad social y falta de libertad que se esconde bajo la dulce cobertura de la igualdad y la libertad formales. Y no lo hicimos para repudiar a éstas sino para impulsar a la clase obrera a no contentarse con la cobertura sino a conquistar el poder político, para crear una democracia socialista en reemplazo de la democracia burguesa, no para eliminar la democracia.” (Idem, p. 201.
2) Ahora el ejemplo práctico sobre las divergencias ente socialdemócratas y comunistas: Cuando Adolfo Hitler presentó su candidatura en elecciones democráticas para dirigir los destinos de Alemania, José Stalin, a través de la Internacional Comunista dirigida por él durante décadas aunque Jorge Dimitrov y otros la dirigieran nominalmente, orientó que los comunistas alemanes votaran a favor de Hitler, pues el peligro según él, estaban en los socialdemócratas alemanes y no en Hitler.
Es muy importante para comprender y explicar determinadas posiciones y decisiones políticas que se tomaron por políticos del mundo libre durante un largo período del siglo XX, aunque no se compartan esas posiciones y decisiones ( el macartismo en E.U. es un ejemplo de una de esas decisiones), fue la subordinación de los partidos comunistas de los diferentes países a las decisiones de la Internacional Comunista que, según mi modesta opinión, fue el primer intento en la era actual de un gobierno global. En la letra del himno " La Internacional " está implícita esa intención.
En la historia de Cuba hay un claro ejemplo de esa subordinación cuando el Partido Comunista cubano expulsó de sus filas en los años 20s del pasado siglo a Julio Antonio Mella por su indiscplina y "arrogancia pequeña burguesa " al ir a una huelga de hambre e irse del país sin autorización del partido. Julio Antonio Mella apeló a la Internacional Comunista y esta "le orientó" al partido comunista cubano que estudiaran nuevamente el caso. Mella fue nuevamente admitido. En el libro casi desaparecido " En pie" de Raúl Roa García ( quién fuera el "Canciller de la Dignidad " del régimen cubano después de 1959) y que fue escrito a mediados de la década de los años 50s, les llamó a los comunistas cubanos " las focas amaestradas de Moscú " por la aprobación que hicieron estos a la invasión de Hungria por tropas soviéticas. Raúl Roa pocos años después, en 1968, se quedaría no en pie sino "con la boca cerrada" cuando Fidel Castro Ruz, que también se había pronunciado en esoa años 50s en contra de la invasión a Hungria, aprobó la invasión soviética a través del Pacto de Varsovia a Checoslovaquia, algo que muy pocos estadistas aprobaron. Años después Fidel Castro, siendo Presidente de los Países No Alineados, guardó silencio ante la invasión soviética a Afganistán, un pais perteneciente a ese movimiento y que trajo como consecuencia 10 años de ocupación soviética de Afganistán y una guerra con dos millones de muertos afganos con incontables heridos y prisioneros. Los soviéticos apoyaban a una de las facciones en conflicto.
En la Cuba anterior a 1959, cuando existían elecciones democráticas, pluripartistas y libres ( algunas con fraudes electorales y otras sin fraudes electorales ), los comunistas no sobrepasaban el 5% de lo votos; sin embargo, en cuanto a la conquista de derechos laborales desempeñaron un papel destacado y eran elegidos en determinados sectores obreros. La elección de 9 delegados COMUNISTAS a la Constituyente de 1940 ( realmente debería llamarse de 1939 ) de un total de 77 u 81 delegados, hablan de la ascendencia y ese destacado papel que tenían los comunistas para determinados temas de interés popular. Entre esos delegados se encontraban, entre otros, Blas Roca, Juan Marinello, Salvador García Aguero, César Vilar, etc., incluyendo al menos a una mujer.
Se da la triste realidad que cuando los comunistas, o supuestos comunista, alcanzan el poder, estos no respetan las leyes anteriormente aprobadas y derogan muchas de las conquistas que ellos ayudaron a obtener cuando estaban en la oposición, tampoco es raro que traten de perpetuarse en el poder eliminando los caminos por los que ellos llegaron.
Para las elecciones de 1940 en Cuba, los comunistas hicieron coalición con Fulgencio Batista que había conformado una coalición con otros partidos y con importantes exmiembros de otros partidos políticos. En esas elecciones donde no hubo significativamente fraude triunfó la coalición lidereada por Batista; los principales perdedores en ella ( los auténticos) alegaron solamente que la votación en las boletas electorales era en bloque y que eso confundió a los votantes. Los comunistas recibieron altas posiciones en el gobierno y situaron a dos comunistas con rangos de Ministro: Juan Marinello, Ministro de Educación ( posteriormente en el castrismo Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular) y Carlos Rafael Rodriguez ministro sin cartera y posteriormente en el castrismo uno de los Vicepresidentes cubanos y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.
No por gusto, años después, Blas Roca, líder supremo del Partido Socialista Popular ( nombre que tuvo durante un tiempo el partido comunista cubano ), seguía afirmando en una fecha cercana al cumpleaños de Fulgencio Batista en el periódico o diario HOY ( órgano oficial de ese partido) , que en Batista estaba una de las grandes reservas de la democracia en Cuba. La cita y la fecha del periódico pueden encontrarla en el libro " Los Niños y el Tigre " de Roberto Luque Escalona, libro que fue escrito en Cuba y publicado en el exterior trayéndole como consecuencia al autor una larga temporada en el presidio político castrista. Cuando Blas Roca escribió eso en un año cercano a 1950, ya había sucedidos hechos como la represión a la manifestación de marzo de 1935 y la muerte de Guiteras entre otras muchas cosas vinculadas a la persona de Fulgencio Batista y Zaldivar.
1 Comments:
Muy interesante el blog en general y en particular este articulo:Diana Margarita.
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