EL PROFETA RAFAEL DIAZ-BALART
En "El libro del Perfecto Idiota Latinoamericano" se dice que Cataneo, uno de los integrantes del entonces famoso trio Taicuba de los años 50s, se ganó el apodo de " El Profeta " porque expresó inmediantamente después del triunfo del 1 de enero de 1959 en Cuba: " Aquí sólo se salvarán los que sepan nadar ".
Qué diremos entonces de estas palabras de Rafael Diaz-Balart, en ese momento líder de la mayoría del Congreso, que ya en ese momento había sido excompañero de clases de Fidel en la Universidad de La Habana, excompañero de Fidel en la Unión Insurreccional Revolucionaria ( UIR) , una de las bandas o pandillas políticas de corte mafioso que existían en esa época, y ser excuñado de Fidel Castro, después que éste se divorció de Mirtha Díaz-Balart.
A favor de Cataneo está el hecho que cuando dijo eso no conocía tan profundamente a Fidel Castro; en su contra está, que muchos buenos nadadores no se salvaron de la catástrofe cubana que ya lleva casi medio siglo imperando en nuestra Patria. En contra de Rafael está que se quedó demasiado corto con su cota inferior de 20 años.
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Como un presagio
Por Maria Teresa Villaverde Trujillo
A continuacion encontraran el discurso pronunciado por el Dr. Rafael Díaz Balart en la Cámara de Representantes de la República de Cuba en mayo del año 1955, en aquel momento líder de la mayoría y presidente del comité parlamentario de la mayoría en la Cámara. El pronunciamiento del Dr. Diaz Balart era en contra de la ley que amnistió a Fidel Castro y demás asaltantes al cuartel Moncada, la segunda guarnición militar cubana situada en la ciudad de Santiago de Cuba, provincia de Oriente, Cuba y que se llevó a cabo el 26 de julio de 1953 contra el gobierno del general Fulgencio Batista. Castro y sus hombres al momento de la amnistia y después de haber sido condenados por un tribunal civil habían cumplido solamente dos años de cárcel.
Fidel Castro había recibido una condena de 15 años.
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"Tiene la palabra el doctor, Rafael Díaz-Balart, líder de la mayoría parlamentaria del Congreso de la República de Cuba:
Señor presidente y señores representantes:
He pedido la palabra para explicar mi voto, porque deseo hacer constar ante mis compañeros legisladores, ante el pueblo de Cuba y ante la historia, mi opinión y mi actitud en relación con la amnistía que ésta Cámara acaba de aprobar y contra la cual me he manifestado tan reiterada y enérgicamente.
<-- Rafael Díaz-Balart
No me han convencido en lo mas mínimo los argumentos de la casi totalidad de esta Cámara a favor de esa amnistía .
Que quede bien claro que soy partidario decidido de toda medida a favor de la paz y la fraternidad entre todos los cubanos, de cualquier partido político o de ningún partido, partidarios o adversarios del gobierno. Y en ese espíritu sería igualmente partidario decidido de esta amnistía cualquier o de cualquier otra amnistía. Pero una amnistía debe ser un instrumento de pacificación y de fraternidad, debe formar parte de un proceso de desarme moral de las pasiones y de los odios, debe ser una pieza en el engranaje de unas reglas de juego bien definidas, aceptadas directa o indirectamente por los distintos protagonistas del que se esté viviendo en una nación.
Y esta amnistía que acabamos de votar desgraciadamente es todo lo contrario. Fidel Castro y su grupo han declarado reiterada y airadamente desde la cómoda cárcel en que se encuentran, que solamente saldrán de esa para continuar preparando nuevos hechos violentos, para continuar utilizando todos los medios en la búsqueda del poder total a que aspiran . Se han negado a participar en todo proceso de pacificación y amenazan por igual a los miembros del gobierno que a los de la oposición que deseen caminos de paz, que trabajen en favor de soluciones electorales y democráticas, que pongan en manos del pueblo cubano la solución del actual drama que vive nuestra patria.
Ellos no quieren paz. No quieren solución nacional de tipo alguno, no quieren democracia ni elecciones ni confraternidad. Fidel Castro y su grupo solamente quieren una cosa: el poder, pero el poder total, que les permita destruir definitivamente todo vestigio de Constitución y de ley en Cuba, para instaurar la más cruel, la mas bárbara tiranía, una tiranía que enseñará al pueblo el verdadero significado de lo que es la tiranía, un régimen totalitario, inescrupuloso, ladrón y asesino que sería muy difícil de derrocar por lo menos en veinte años. Porque Fidel Castro no es más que un psicópata fascista, que solamente podría pactar desde el poder con las fuerzas del comunismo internacional, porque ya el fascismo fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial, y solamente el comunismo le daría a Fidel el ropaje seudo ideológico para asesinar, robar, violar impunemente todos los derechos y para destruir en forma definitiva todo el acervo espiritual, histórico, moral y jurídico de nuestra República.
Desgraciadamente hay quienes, desde nuestro propio gobierno, tampoco desean soluciones democráticas, y electorales, porque saben que no pueden ser electos ni concejales en el más pequeño de nuestros municipios.
Pero no quiero cansar más a mis compañeros representantes. La opinión pública del país ha sido movilizada en favor de esta amnistía. Y los principales jerarcas de nuestro gobierno no han tenido la claridad y la firmeza necesarias para ver y decidir lo más conveniente al presidente, al gobierno y, sobre todo, a Cuba. Creo que están haciéndole un flaco servicio al presidente Batista, sus ministros y consejeros que no han sabido mantenerse firmes frente a las presiones de la prensa, la radio y la televisión.
Pido a Dios que la mayoría de ese pueblo y la mayoría de mis compañeros representantes aquí presentes, sean los que tengan la razón.
Pido a Diosque sea yo el que esté equivocado.
Por Cuba
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