CUBA: CAPRICHOS Y MANÍAS
Cuba: Caprichos y manías
Por Juan González Febles
Cubanet/ Noticuba Internacional
La Habana, 13 de septiembre de 2006
Las dictaduras personales corren el riesgo de envejecer cuando envejecen las personas o la persona, que las identifica. Cuando esto pasa, se pierde la capacidad de respuesta y algunos errores se eternizan. El error, devenido capricho, se convierte en cuestión de principios. Entonces, lo que parecía sólido se desmorona y cae.
El régimen de Fidel y Raúl Castro envejeció tanto como los dos hermanos. La diabólica capacidad de respuesta de los primeros años, ha cedido al atrincheramiento y el resabio. Quizás esto explique el capricho de mantener encarcelados a los miembros del "grupo de los 75".
Aunque alto ha sido el costo político de la "primavera negra de 2003", el régimen mantiene a la mayoría de este grupo en prisión. Personas desconocidas hasta 2003, han devenido héroes y símbolos para la lucha por la libertad y el derecho de los hombres. Todos los miembros de ese grupo han sido declarados prisioneros de conciencia por Amnistía Internacional (AI).
A esto se suman los galardonados por Organizaciones No Gubernamentales -ONG- de mucho prestigio mundial. Podría hablarse de un antes y un después de la "primavera negra de 2003". La oposición y la prensa libre de Cuba, alcanzaron un prestigio y un reconocimiento sin precedentes a escala mundial.
Sin embargo, un marasmo de empecinamiento y de falta de capacidad de respuesta, marcan la pauta para un régimen que, luego de haber sentado precedentes relevantes, se repite en conjuras de espías y escándalos de segundo orden. El envejecimiento a escala biológica marca, como uno de sus síntomas, el decrecimiento en las capacidades intelectuales. La creatividad se resiente y el sujeto se aferra a los eventos felices de la juventud. Se pretende la actualización continua y sistemática del pasado. Esta es la respuesta al capricho y el empecinamiento del régimen castrista en el tema derechos humanos y presos políticos.
La manía recurrente de vincular al gobierno de los Estados Unidos con la vida política y económica del país, es el otro rasgo personalizado de una crisis anunciada.
Resumiendo: la prolongada situación de los presos políticos en Cuba es una resultante del envejecimiento de su clase gobernante. Es la recurrencia en caprichos y manías, propias de la tercera edad y de su tránsito irreversible. Todo esto sazonado con la crueldad recurrente de siempre. Residual y decantada, como moneda gastada, o como marca de agua de viejos y deslavados blasones.
Fonte: NotiCubaInternacional
http:www.noticubainternacional.com
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