DE LA DESESPERANZA Y EL DECORO
Tomado de cubaencuentro.com
¿Por qué minimizar el esfuerzo de quienes se enfrentan al régimen dentro de la Isla?
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Por Janisset Rivero, Miami
viernes 6 de octubre de 2006 6:00:00
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El artículo de la escritora cubana exiliada Ileana Fuentes, Entre la piedad y el agua inteligente, publicado por Encuentro en la Red el pasado 12 de septiembre, invita a retomar este largo y antiguo debate, que hace apremiante la situación actual de la Isla.
Janisset Rivero
Es el debate entre aquellos que aseguran la imposibilidad del pueblo cubano de intramuros de rebelarse contra el castrismo todopoderoso, frente a los que afirman que hay ya un número creciente de cubanos que se enfrentan con dignidad y con decoro al mal que entraña ese sistema.
Los académicos y periodistas que insisten en el mito de la inamovilidad del castrismo continuamente caen en errores de juicio, al promover la visión de la indefensión. El artículo de Fuentes promueve esta idea.
La imagen del pueblo cubano, mendigo, desesperanzado, sin fuerzas para luchar, en silencio mientras la represión crece, puede ser que retrate a una parte de la población de un país desgastado por la mentira, la indolencia y la falta de moral de sus gobernantes, que tratan de impedir la información independiente y utilizan el miedo que genera su aparato represivo, para ahogar las ansias de libertad de casi la totalidad de su pueblo. Pero afirmar que no hay voces que ante la ignominia de la sucesión, la violación de los derechos humanos y el secuestro del futuro del país, no se levantan, es desoír una parte esencial de esa nación.
Seguramente no han escuchado, como yo lo he hecho, la voz de Jorge Luis García Pérez Antúnez, un joven negro, desde la Prisión Kilo 7 en Camagüey, pidiendo al pueblo de Cuba que no coopere con la dictadura. Tampoco habrán escuchado mensajes semejantes que desde diversas prisiones del país han salido a la luz desde finales del año pasado, como los de Ricardo Pupo Sierra, José Daniel Ferrer García o Juan Carlos Herrera Acosta. Todos estos mensajes tienen algo en común: apelan a un pueblo del cual estos hombres son parte, y al que ellos mejor que nadie conocen.
Lección pública
Los que auguran la permanencia del castrismo, o por lo menos, no presentan opciones concretas frente a la terrible situación cubana, deben haber olvidado la hazaña de los integrantes del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia, cuando el 27 de noviembre de 2005 llegaron hasta el Pico Turquino, punto más alto de la Isla y lugar sagrado para los Castro, y declararon desde allí el compromiso de los jóvenes cubanos con lograr la libertad sin la violencia que en 1959 llevó a los hermanos Castro al poder. Un cambio cívico que parta de cada ciudadano, de su conciencia, de su ruptura con un sistema que lo necesita de esclavo eslabón para garantizar su permanencia en el poder.
Berta Soler (izq.), esposa del opositor preso Ángel Moya, protesta frente a la Plaza de la Revolución. (AP)
Seguramente habrán estado muy ocupados estos compatriotas periodistas y académicos, cuando Berta Soler Fernández, esposa del prisionero político Ángel Moya Acosta, se plantó en la Plaza de la Revolución, junto a otras de las Damas de Blanco y logró que a su esposo lo trasladaran de Oriente a La Habana y le dieran atención médica. Tal vez no han visto las fotos de esas damas por las calles de la capital repartiendo información sobre la situación de sus esposos, y a cubanos de a pie recogiendo esa información en plena vía pública y frente a las cámaras de la prensa internacional.
Los que preconizan la teoría de la desesperanza no se han enterado que desde que el propio Fidel Castro diera cancha abierta para realizar actos de repudio a los activistas de derechos humanos y familiares de presos políticos, los vecinos de estos activistas no han querido participar en esos actos, y en muchos casos se han enfrentado a los agresores.
Desconocen tal vez que durante la celebración de la Cumbre de Países "No Alineados" en La Habana, Magali Broche de la Cruz, esposa del prisionero político Librado Linares García, se presentó en la sede municipal del partido en Camajuaní, en la provincia de Villa Clara, para decir a aquellos funcionarios que porque les paga ese régimen, se prestaban a reprimirla a ella y su familia, por qué luchaba por la libertad de su esposo y de todos los presos políticos, y por qué iba a La Habana a caminar con las Damas de Blanco. La lección pública que Magali dio a esas personas, en algunos casos cegadas por la propaganda, se ha convertido en el tema del momento en ese pueblo del centro de la Isla.
Seguramente no se han enterado de la publicación de la revista de literatura y análisis Bifronte en Holguín, realizada por jóvenes intelectuales y escritores de esa zona del país, quienes recientemente se han unido en la Asociación de Jóvenes Escritores de Oriente. El primer número de esta revista fue dedicado a Guillermo Cabrera Infante, escritor vetado por el oficialismo de la Isla.
La esperanza de ser libres
Podría seguir enumerando hechos concretos que me hacen pensar en la esperanza que tiene la nación cubana de ser libre, en el deseo de sus hijos de liberarse, de romper las cadenas que los oprimen.
Estos hombres y mujeres no se inspiran en otros que los que una vez lograron vencer, a través de la lucha cívica no violenta, regímenes parecidos en Europa del Este. Disiento de la opinión de que la libertad de esos países fue el resultado de los cambios en el Kremlin. Hay suficiente bibliografía disponible, memorias de los implicados y testimonios vivientes de que el movimiento que logró Solidaridad en Polonia, o Carta 77 en Checoslovaquia, fueron decisivos para que en estos países se lograra el cambio no violento hacia la democracia.
La clave en los países donde la transición hacia la democracia ha sido más eficaz y profunda, fue el grado de organización y pluralidad de los grupos de la sociedad civil independiente, de acuerdo con el estudioso de las transiciones en Europa del Este, Fredo Arias King. En aquellos países donde la oposición era más débil costó más trabajo y fue más lenta la transición hacia la democracia. No creo que el pueblo cubano sea menos que esos pueblos. Además, la oposición organizada que existe en Cuba, ha demostrado ser más militante, persistente y coherente que la de algunos de esos países ex comunistas.
La reciente campaña de no cooperación a la que hace referencia Ileana Fuentes en su artículo, no nació en el exilio, ni en la cafetería Versailles, como irónicamente ella plantea. Nació dentro de las prisiones de Cuba, desde donde a partir de enero de este año se comenzaron a recibir mensajes de esa naturaleza. No es una campaña orquestada en Miami, Nueva York o Madrid. Nació en Holguín, Villa Clara, Camagüey, de la voz y el corazón de activistas de derechos humanos que se han dirigido a sus conciudadanos para hacerles un llamado a que no cooperen con la dictadura, que no cooperen con los pilares que mantiene el régimen totalitario.
Incluso es una campaña que responde a una realidad muy palpable dentro de la Isla y que el propio Granma reconoce en recientes artículos relacionados con la "indisciplina laboral", o lo que es lo mismo, la no cooperación de los trabajadores cubanos con los planes económicos del gobierno. El llamado de los cubanos dentro de la Isla ha hecho eco en organizaciones del exilio, que animadas por esta iniciativa nacida en Cuba, han anunciado públicamente su respaldo a la misma, y una campaña de información a nivel internacional y en el exilio sobre la misma.
El decoro que falta a otros
Creer en la capacidad de rebeldía de los cubanos no es una idea ilusoria alentada por la nostalgia del destierro o por los pastelitos de guayaba de La Carreta, es no olvidar la resistencia de un pueblo que no ha dejado de luchar por su libertad. Desde los jóvenes que murieron frente al paredón de fusilamiento gritando: ¡Viva Cristo Rey!, hasta los que se sacrificaron en las prisiones en largas protestas, como Pedro Luis Boitel o los que hoy, por defender cívicamente sus derechos, salen a las calles, caminan, explican, publican boletines informativos elaborados artesanalmente pero llenos de valor.
A esa Cuba profunda, que sufre pero que no ha dejado de soñar, es a la que tenemos que escuchar atentamente, y no a aquellos que prefieren la comodidad de la sucesión o que aceptan la ecuación promovida por el régimen de que el problema es entre Washington y La Habana. El Directorio Democrático Cubano ha publicado desde el año 1997 el informe Pasos a la libertad, resumen anual de las acciones de resistencia cívica dentro de la Isla. Entre esa fecha y la actualidad, las acciones han crecido de 44 a 3.122. Mayor información sobre este informe y las acciones del movimiento cívico dentro de Cuba puede obtenerse en la página del Directorio: www.directorio.org.
Sí, en Cuba hay miedo y hay parálisis en algunos sectores, pero también hay un creciente descontento, hay nuevas iniciativas opositoras, deseo de un cambio profundo y de raíz. Si todo estuviera en calma, si el silencio primara en las calles de la Isla, ¿por qué el régimen tiene que reprimir? ¿Por qué se queja de los trabajadores cubanos? ¿Por qué gasta recursos tapando los carteles antigubernamentales que a diario aparecen en las paredes de los barrios, frente a la sede del Partido o la policía política? Si el pueblo cubano acepta y calla, ¿por qué impedir que se realicen las vigilias por la libertad sin destierro o amenazar a las Damas de Blanco para que no asistan a su habitual caminata?
Finalmente, pregunto a los que desde la comodidad de sus ordenadores promueven la desesperanza: ¿por qué minimizar el esfuerzo de aquellos que tienen el decoro que falta a otros?
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La convocatoria del exilio a no cooperar con el Estado, la indefensión de los cubanos y la sucesión del régimen.
Ileana Fuentes, Miami
martes 12 de septiembre de 2006 6:00:00
"¡Piedad, Señor, piedad, para mi pobre pueblo! / Sobre estas almas simples, desata algún canalla / que contra el agua muerta de sus vidas arroje / la piedra redentora de una insólita hazaña… / Algún ladrón que asalte ese banco en la noche, / algún Don Juan que viole esa doncella casta, / algún tahúr de oficio que se meta en el pueblo / y revuelva estas gentes honorables y mansas" (Luis Palés Matos, poeta y político. Puerto Rico, 1898-1959).
Son varios ya los escritos que llegan al exterior, algunos por este mismo medio, sobre la calma y tranquilidad que reinan en el paraíso del comandante. Se habla de andar cauteloso y sereno, de que en boca cerrada no entran moscas, y que es mejor observar los hechos callados y vigilantes, a ver qué pasa, que traspasar los límites de la cordura y ponerse en peligro o en evidencia.
Otoño complicado
Los tiempos difíciles del difunto Heberto cobran vida, y en los templos se elevan pensamientos por la salud del enfermo máximo. El otoño se acerca, aunque para el patriarca será el invierno, frío y definitivo. Ha habido cambios nominales —y también provisionales, se repitió hasta la saciedad—, nombramientos, maniobras, cautela, movilizaciones, anuncios militares, amenazas al Imperio, rechazos del Imperio, arrestos, visitas diplomáticas, convalecencias en pantalla, fotos retocadas en fotoshop, estampas silentes a ritmo no de toque de tambores retando el silencio, sino de minuet pausado y elegante. De lo otro, de lo otro nada.
Integrantes de la organización M.A.R. por Cuba, durante la promoción de la 'Campaña de no cooperación con la dictadura'.
No, miento. Desde la acera de enfrente ha habido movimiento. La opositora principal dijo preferir la relativa calma de la cárcel antes de seguir padeciendo el hostigamiento que sufre en la calle y en su propia casa. Tanto atropello la tiene al borde del desquicie, no hay duda, porque sólo en la antesala de Mazorra puede pedirse semejante cosa.
Lo lógico es no querer regresar "al tanque", porque al menos en casa, a pesar de los actos de repudio, hay inodoro y mesa de comer, comadrita y ropa limpia, un boniato sin gusanos, aspirina para la jaqueca y ventilador entre apagones, teléfono y agua fría, y la solidaridad de sus pares. (No así en Manto Negro, donde se duerme en una estera de cemento o en el piso, se defeca, orina y come pegado al hoyo desbordado de heces y cucarachas, rodeada de mosquitos egipcios y moscas nativas que intentan penetrar todos los orificios, piojos y alimañas aún no catalogadas, calor de infierno, ruidos, y tortura sicológica).
Desde esa realidad, en otra mazmorra, el médico negro, cristiano hasta los tuétanos, ha convocado a la acción contestataria pacífica. Dicho en el idioma de los gringos, he is a man on a mission, y nada ni nadie va a desviarle de su empeño. No tiene que convocar a la resistencia el galeno disidente: la predica y la practica con su encierro.
Los contestatarios del Versailles
Otros más han hecho llamamientos parecidos, y hay que mencionar que desde afuera se convoca a nueve millones de cubanos y cubanas adultos a no colaborar. Es meritorio. Es de esperarse. Es una estrategia alentar a los cubanos a no cooperar con el Estado, pero se asume erróneamente que el estar atrapado en la Isla significa cooperación tácita, y que asistir a los desfiles es sinónimo de aprobación. Acusatoriamente, en estos lares se le llama "complicidad con el régimen". ¡Cuán fácil es ser contestatario en el mostrador del Versailles!
Y ahí, en mi humilde opinión, y con todo respeto, están equivocados los que así piensan. La supuesta complicidad del cubano se ha explicado en términos de doble moral, como si hubiera muchas opciones ante el control absoluto. No todo el mundo está llamado a ser mártir o héroe. Lo son, sin duda alguna, los que se enfrentan abiertamente al poder. Pero la mayoría es, simple y sencillamente, de carne y hueso.
No obstante, cabe preguntarse al tiempo que atravesamos el actual trance: ¿Qué ha pasado con la resistencia cívica llamada a ser el talón de Aquiles del actual gobierno? ¿Queda descalificada la tesis profesada por tanta buena gente en el exterior, de que el cambio hacia la democracia en la Isla —la transición— será obra del cubano de a pie y su mujer, Juana la cubana? ¡Qué poco se estudia y analizan las transiciones que dejaron atrás —y no en todos los antiguos países comunistas— el modelo totalitario!
Desde el pasado 31 de julio se ha oído decir muchas veces que hoy los cubanos tienen más miedo que antes. Se ha dicho que las cosas con el sucesor designado, cuando menos, son impredecibles, y cuando más, de apaga y vamos. Las señales son pocas, y la única que ha sido bien clara nos confirma que el policía-en-jefe, hoy exitoso empresario de la realidad virtual y las comunicaciones, ha sido elevado a Gran Hermano Cibernético del pueblo cubano.
Vulnerabilidad e indefensión
Ante semejantes poderes ostentando la sartén por el mango, "y el mango también", y arreglando el pastel de su continuidad, ¿cómo se mastica eso de la resistencia cívica? De pronto, todo está tranquilo y cada cual en su casa. Hay diversas explicaciones, y todas se resumen en una sola palabra: miedo. Y en otra: vulnerabilidad. Y en otra: indefensión.
Se quiere que en Cuba también se manifieste "el poder de los sin poder". ¡Ah! Pero Santiago de Cuba no es Praga; ni Cienfuegos, Varsovia. Aquellos tenían la presencia amenazante de los tanques soviéticos, es cierto. Pero también es cierto que la resistencia cívica no hizo caer el Muro de Berlín (ver Juan F. Benemelis, Transición: Teorías y Modelos. Ediciones Cuba Futuro, 2006). La caída del comunismo se articuló desde el propio Kremlin, con el incentivo de Occidente y del propio Ronald Reagan. ¿No hay en esto lecciones emulables?
Los cubanos de allá —los llamados a la resistencia cívica insular— enfrentan la realidad amordazadora de estar atrapados en una isla… y, además de la Seguridad del Estado, enfrentan tanques cubanos, que son muchos, y tres ejércitos no de pacotilla, curtidos en combates internacionalistas. Y está "la guerra de todo el pueblo", lo que en otros escenarios —Irak— se denomina guerra asimétrica. Y también la falta de comunicación e información.
"Quieto en base" describe bien el instinto nacional de supervivencia. Nadie sabe a ciencia cierta qué tramas se hilvanan en la cúpula actual. ¿Cobardes, como le llaman muchos? ¿Pueblo de carneros, como le han llamado otros? Sufrimos del grave defecto —machista, además— de culpar a las víctimas de las acciones de sus verdugos.
Confunde cuando se habla del "rol de los militares en el cambio". ¿No se sabe que los militares cubanos están en el poder y que controlan y autogestionan sus privilegios garantizando así ser ellos, y sólo ellos, el "cambio"? ¿Por qué se sigue hablando del rol… y no de incentivar a esa casta?
No habrá invasión libertaria, ni ocupación restauradora, ni resistencia civil milagrosa que obligue al poder a abdicar. ¿A quién se le puede ocurrir que con la fuerza y todos los recursos en la mano, una dirigencia opte por el suicidio político? El poder totalitario es arrogante, no imbécil. Es además astuto: para mantenerse a flote, buscará cualquier suerte de aliados.
Toma y daca
Este dominó necesita "agua inteligente" de algún manantial cercano al Potomac que tienda opciones al cuarentón impasse. ¿No es Estados Unidos el socio natural de Cuba, por lógica geográfica e histórica? Expertos como Juan Benemelis, Eugenio Yáñez, Iván César Martínez y Antonio Arencibia sugieren que se necesita un toma y daca que le dé salidas plausibles a la élite arrinconada, para que se busquen opciones internas que dejen respirar a ése, nuestro pueblo. Lo hizo Nixon en China, mediante Bush padre, su emisario. Y China, que hace años es el "socio más favorecido" de Washington, sigue siendo un país —una potencia— comunista.
La democracia nunca ha sido condición sine qua non del Imperio para establecer las más estrechas y cordiales relaciones: mírese no más a Arabia Saudita y Kuwait. Sugieren los analistas mencionados, además, que el gobierno sucesor, de no presentarse alternativas, prescindirá por completo de Estados Unidos y del exilio para apuntalar el statu quo. ¿Cuál sería el nuevo socio? China, por supuesto. He aquí el rol de al menos un personaje, el Gran Hermano Cibernético: ser quien, con el sucesor, agencie y tramite el modelo chino dentro de la actual nomenclatura cubana.
Sí, debemos querer para Cuba democracia, prosperidad y oportunidad económica, derechos humanos, libertades civiles. El gran reto, desde las orillas del Potomac, es diseñar fórmulas —de alto nivel, de sofisticado rango, de política exterior seria— para llegar a esa meta.
Con o sin permiso, tendrán que pasarle por encima al exilio duro para que el exilio menos ortodoxo, y quizás más pragmático, pueda desempeñar un papel en la reconstrucción nacional conjunta. Sugiere el grupo analista que de montarse el modelo chino, Washington y Miami quedan fuera del juego. ¡Bienvenidos a Cuba, empresarios de Walmart!
"¡Piedad, Señor, piedad para mi pobre pueblo, donde mi pobre gente se morirá de nada!", termina el poema de Palés Matos. A esa no debemos los cubanos resignarnos.
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