viernes, octubre 20, 2006

LA HABANA, EL ARTE DE LAS RUINAS // UNA ENTREVISTA CON EL DIRECTOR DE LA POELICULA ¨ARTE NUEVO DE HACER RUINAS ¨

La Habana, el arte de las ruinas


El Festival de Cine Latino de Los Ángeles premia un documental alemán sobre la decadencia en Cuba

SANDRA ELLEGIERS - Berlí­n
ELPAIS.es - Internacional - 18-10-2006 - 00:22
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La Habana está en ruinas y ésto de romántico tiene muy poco, al menos para las personas que viven alojados en el antiguo Hotel Regina o en el teatro Campoamor, que hace décadas fue uno de los más célebres de América Latina. Edificaciones que ya no constituyen más que una sombra de lo que fueron.

La destrucción y la decadencia son los pilares de la cinta que el jurado del Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles premió con un galardón especial al documental titulado Arte nuevo de hacer ruinas de los alemanes Florian Borchmeyer y Matthias Hentschler. Arte nuevo de hacer ruinas narra la historia de los cubanos que luchan a diario contra el derrumbe de sus viviendas. Los autores del testimonio de la decadencia habanera, Borchmeyer y Hentschler, crean una metáfora para la situación política, social y económica del país. Exploran los rincones ocultos de la capital cubana, y muestran que se trata de “un país en el que nada avanza”, según Borchmeyer, quien conoce la isla igual que Berlín, ciudad en la que vive.

Hay una secuencia en el documental en el que un ruinólogo, el escritor cubano Antonio José Ponte, explica la magia y tragedia de los silenciosos testigos de una Habana floreciente en el pasado. Ponte cuenta en el documental que “de alguna manera los habitantes de las ruinas también son ruinas”. Sorprende su lenguaje poético, alimentado por una viva imaginación de un pasado añorado, que Borchmeyer llama “una especie de fantasma ideal que tal vez nunca existió”. La imaginación es entonces “una especie de refugio, porque uno tiene que refugiarse en un pasado más saludable si el presente está en ruinas”. La música de Gustav Mahler, de La muerte en Venecia, subraya asimismo esta decadencia.



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Una entrevista con el director de la película "Arte Nuevo de Hacer Ruinas"


Por Sandra Ellegiers


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«Cuba es un lugar donde nada avanza»
Al habla con el alemán Florian Borchmeyer, codirector del documental 'Arte nuevo de hacer ruinas', sobre la decadencia de La Habana.
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Berlín, miércoles 6 de septiembre del 2006

Las ruinas de La Habana fascinan por su belleza envejecida, pero no siempre a sus habitantes. El documental Arte nuevo de hacer ruinas revela un mundo desconocido detrás de las fachadas de edificios que se caen a pedazos y en el que rigen la resignación y la tristeza.

Los alemanes Florian Borchmeyer y Matthias Hentschler muestran en este filme —estrenado este verano en las pantallas de los festivales de cine de Locarno y Munich— a cinco personas que viven en edificios que están a punto de derrumbarse. Estos son, por ejemplo, el antiguo alojamiento de lujo Hotel Regina y el teatro Campoamor, pero también casas y una finca. Todos los edificios conservan huellas de un pasado mejor.

Borchmeyer, el autor de este espejo de la actual capital de Fidelandia, realizado meses antes de que el Coma Andante dejara provisionalmente el mando en manos de su hermito y desatara una ola de especulaciones sobre el futuro de Fidelandia, ha creado un paseo libre de clichés por rincones ocultos.

Lo acompaña un ruinólogo, el escritor cubano Antonio José Ponte. Esta, la primera producción de Raros Media para pantalla de cine, es metáfora para todo el país en ruinas que es Fidelandia. Entre resignación y melancolía, la vida de los cinco protagonistas no es más que el transcurrir del tiempo que desembocará en el derrumbe total de los silenciosos testigos de una Habana floreciente en el pasado y pobre en la actualidad. Las imágenes y los personajes hablan de la ambigüedad de sentimientos que provocan las ruinas.

Borchmeyer, director del filme, tiene desde comienzos de los noventa un pie en Fidelandia, "su patria electiva". Ha realizado una serie de reportajes sobre la Isla para la televisión alemana y escribe para el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Durante la entrevista mantenida en Berlín, Borchmeyer se mostró convencido de que Arte nuevo de hacer ruinas llegará a Fidelandia, aunque sea por Internet y la divulgación de copias. "Hasta ahora ha entrado cualquier película al país", dijo sin la menor preocupación. Los productores del documental aseguraron, por otro lado, que esperan su entrada por el camino oficial. Desean participar con su obra prima en diciembre en el Festival de La Habana.

¿Cómo comenzó su relación con Fidelandia?

Desde el principio de los años noventa, cuando era estudiante, me interesaba ir a Cuba, sin, de hecho, saber mucho de Fidelandia. Tenía una beca del gobierno de Baviera. Me permitía ir a cualquier país del mundo que me sirviera para mis estudios. En aquel momento vivía en Francia, estudiaba filología francesa y española. Pensé que dentro de algunos años Fidelandia no sería la misma, y que tal vez sería el único lugar en el que se habla español al que sería muy difícil acceder después, a través de una vida profesional. En 1997 finalmente llegué con dos maletas a La Habana, sin siquiera tener una inscripción en la Universidad. La aventura dura ahora ya nueve años.

¿Era fácil entrar?

Sí, era fácil entrar con una tarjeta de turista. Pero entrar con la idea de quedarme un año, para mí ya era algo más difícil. Me fui después de un año pensando que este tiempo, en las circunstancias de vida que propone Fidelandia, me era suficiente, pero uno no se la quita de encima tan fácilmente.

¿Qué tal anda su relación con Fidelandia? ¿Aumentó el odio?

El odio no, pero sí la conciencia de la estagnación social tan increíble que existe en Fidelandia. Esa inmovilidad social total, que no se refleja únicamente en lo económico y político, sino también en las vidas de las personas. Fidelandia es un lugar donde nada avanza. Esto es, a mi juicio, el motivo por el cual muchos se quieren marchar de allí.

¿Percibe una sensación de tiempo totalmente distinta a la de cualquier otro país? ¿Es un lugar intemporal de alguna manera?

Noto otro ritmo de tiempo. Es como viajar a otra galaxia. Es un espacio en el que reinan otras leyes de tiempo y otras leyes de lógica. Es una especie de contrauniverso raro que puede tener un gran encanto. Creo que para muchos artistas lo tiene, y que esa diferencia en la percepción del tiempo y de la lógica es lo que los tiene allí, pero este contrauniverso también es totalmente anacrónico.

La inmovilidad del país tiene mucho que ver con las ruinas, y este es el tema de la película. Es algo que está prácticamente sin cambiar, pero que se está acercando cada día más al peligro de derrumbe. Estoy hablando de la arquitectura de la ciudad que, en gran parte, ya se encuentra en el estado que los urbanistas llaman estática milagrosa: estática milagrosa quiere decir que las leyes de la física no saben explicar por qué estos edificios se mantienen en pié. Es todo un milagro y eso a todo nivel de la sociedad y de todo el país se puede observar.

¿Ve a la gente venida abajo, deshecha, al punto de 'derrumbarse'? ¿Se transformaron las personas en esas ruinas?