LA CUMBRE DE LA INDIFERENCIA
LA CUMBRE DE LA INDIFERENCIA
Por Hubert Matos Araluce
La XVI Cumbre Iberoamericana, celebrada recientemente en Uruguay, asestó un duro golpe a las aspiraciones del pueblo cubano. Condenaron el embargo norteamericano sin exigirle al régimen castrista el cumplimiento de las normas democráticas suscritas incluso por Fidel Castro, diez años atrás, en la VI Cumbre en Viña del Mar. Hicieron caso omiso a la petición de los ex presidentes Luís Alberto Lacalle, Julio Maria Sanguineti, Armando Calderón Sol y Luís Alberto Monge sobre ese incumplimiento y de la denuncia contra esa dictadura que en agosto hizo el Presidente de Costa Rica Oscar Arias. Una apelación de los gobernantes allí reunidos, a favor de una transición hacia la democracia en Cuba, hubiera tenido una influencia considerable en esa dirección. Ahora en lugar de enviar un mensaje de apoyo al pueblo cubano lo arrinconan hacia el camino de la desesperación, a la solución violenta, a la revuelta, a pagar con sangre el precio de su libertad.
El que calla otorga. Se puede estar en contra del embargo norteamericano. Argumentar que esta medida a quien perjudica es al pueblo cubano, que interfiere con el comercio internacional o que le da excusas a la dictadura, etc. Eso no lo vamos a refutar ahora. Pero es una contradicción alegar preocupación por la situación de los cubanos sin denunciar la verdadera causa de su desgracia y pobreza. ¿Acaso no son las pequeñas y medianas empresas las que generan la mayor parte de la riqueza y crean la mayor fuente de empleo en cualquier economía? Pues en Cuba fácilmente se manda a la cárcel a un cubano o se le multa escandalosamente por producir e intercambiar bienes y servicios, privilegios exclusivo del estado y de los extranjeros.
Nadie puede dudar que condenar al embargo estadounidense callando los abusos del castrismo es apoyar directamente a la dictadura. En este caso, para colmo, copiaron la semántica demagógica de la tiranía calificándolo como un “bloqueo”. Esto le sirve al régimen para desmoralizar más a los cubanos. Para que sepan que están solos, que no deben ilusionarse con la idea de que el respaldo de otras naciones obligará al castrismo a frenar la represión. La continuidad de la tiranía le sirve a España, el promotor principal de esas cumbres y uno de los mejores socios comerciales de la dictadura. Mientras sobreviva la dictadura, España tendrá garantizada entre otras prebendas, su casi monopolio de la industria turística en el país. Ellos saben que el día que haya un cambio hacia la democracia estos Nuevos Conquistadores tendrán que rendir cuentas por su explotación de los trabajadores cubanos y por prohibir a los ciudadanos cubanos entrar a sus hoteles en Cuba.
El gobierno de Cuba negocia libremente con casi todas las potencias industriales del mundo democrático, a todas les debe y no les puede pagar porque la economía cubana es un desastre, como han sido todas las economías marxistas. Además, negocia con todas las dictaduras del planeta y está bien documentada su relación con los principales carteles de narcotraficantes de este continente. Los Estados Unidos permite legalmente, que se envíen desde su territorio a Cuba más de mil millones de dólares en remesas anuales. Estados Unidos vende a Cuba todos los medicamentos y la comida que el gobierno cubano quiera comprarle. Este embargo tampoco ha impedido que la dictadura castrista importe, copie y use todos los programas de Microsoft en los computadores norteamericanos que compran y se llevan de todas partes del mundo. ¿Entonces que razón hay para condenar un “bloqueo” que la tiranía burla e ignorar el verdaderamente implacable bloqueo del régimen contra el pueblo?
España defiende sus componendas en Cuba y complace los resentimientos anti norteamericanos españoles de ayer de hoy y de siempre. Para otros es un acto político y el pago de un chantaje. Es para demostrar que ellos son gobiernos independientes de Washington, que a pesar de que sus economías se irían a la ruina si no comerciaran con los Estados Unidos, pueden desafiar a los gringos aliandose con la dictadura en Cuba. Hipocresía que los Estados Unidos ignora sin molestarse en responder verbal o comercialmente. Es también el pago del chantaje para que la mafia Castro/chavista no les promueva ni financie disturbios en sus países. La solidaridad internacional podría evitar una tragedia en Cuba presionando a ese régimen a un auténtico transito hacia la democracia, pero a estos personajes el respeto a los derechos humanos de los cubanos no les importa. Ni su libertad, ni su democracia.
Huber Matos Araluce
hubermatos@gmail.com
1 Comments:
Cuanta razon tiene Hubert Matos!
El pueblo cubano ha sido aislado por la comunidad internacional. Pesan mas el antinorteamericanismo de opereta y los negocios tras bastidores.
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