A: ¨CUBA NUESTRA¨, SUECIA . POR ILEANA CURRA LUZÓN
Por Ileana Curra.
He leido con detenimiento la carta abierta enviada por ustedes al gobierno sueco, un derecho que, obviamente, tienen y que no es mi intención reprender, ni mucho menos. Solo que, como bien dice, es “abierta”, y se mencionan frases despectivas en contra del exilio en donde vivo y me desarrollo como cubana, por lo que me gustaría puntualizar algunos aspectos.
Ustedes le piden al gobierno sueco que los apoye para lograr la democratización de Cuba, del mismo modo que, nosotros en Miami, ciudad demonizada no solo por los comunistas, también hacemos. Cada cual escoje lo que entiende como democracia y las vias para llegar a ella, según la capacidad que se tenga.
Pero llamarnos “sectores irracionales del exilio cubano en Miami; los que asumen, por dinero, ineptitud o ideología…”, “sectores intransigentes del exilio”, “electorado desesperadao y desarraigado cubano-americano”, en más de una ocasión, creo que raya en la falta de respeto, teniendo en cuenta que para pedir algo, no hay por qué involucrar a partes que nada tienen que ver con esa petición.
También envuelven abiertamente al gobierno de los Estados Unidos, siendo mencionado, por lo menos, en trece ocasiones, y del mismo modo en que hablan de este exilio cubano, lo hacen irrespetuosamente, como si fuéramos realmente la causa de la desgracia cubana. Y aunque no es nada nuevo conocer sobre el odio enfermizo que se siente en Europa contra los Estados Unidos, me llama mucho la atención que, la coincidencia con el régimen castrista sea tan exacta. Incluyendo las frases típicas como que “el embargo debe ser eliminado incondicionalmente, no es más que un estúpido intento de traer la democracia” o hablar de “las ridículas campañas impulsadas fuera de Cuba contra la sucesión presidencial”.
Para empezar, en Cuba no hay una “sucesión presidencial”. Hay una sucesión dictatorial y punto. Y que yo sepa, ha sido aceptada por la gran mayoría de los países democráticos del mundo, con poquísimas excepciones, incluyendo el imperio que tanto odian. También entre los insultos está que: “Suecia…es necesario que mantenga la independencia y la cabeza fría eligiendo muy bien sus consejeros, quienes no son precisamente los que provienen de Miami, ni los que responden a aquellos por un subsidio”. O llamarnos “terroristas del exilio”, entre otras frases ofensivas. La coincidencia con el castrismo es tan obvia que me parece estar leyendo el Granma.
Y creo realmente que pueden pronunciarse como ustedes lo determinen. A fin de cuentas la democracia les da ese derecho, el mismo que me ha dado a mí para decirles que nos están faltando el respeto, aún creyendo que, ustedes son tan exiliados como nosotros, pero del otro lado del planeta.
Pueden pedirles al gobierno sueco, al alemán o a quienes quieran, lo que deseen. Pero involucrar e insultar a partes que nada tienen que ver, es algo que no comprendo. Es como un resentimiento que les carcome el alma, y eso, no es nada bueno.
Referente al apoyo que le dan, tanto a Todos Cubanos, como al Arco Progresista, también es su derecho. Querer insertarse en la Constitución Comunista del régimen o dialogar con sordos, es algo que cada cual puede hacer cuando quiera. De hecho, han intentado hacerlo sin frutos. No en balde el régimen también permitió que se recogieran miles de firmas para apoyar el Proyecto Varela y les permitiera, además, entregarlas en la sede del Poder Popular, propaganda televisiva de por medio, del mismo modo que dicen ustedes en su carta que “el régimen, no por gusto le permitió hacer un congreso”, refiriéndose a Martha Beatriz Roque y llamándola “ex comunista”, sin tener en cuenta la división que crean con esto y sin contar, además, que también Cuesta Morúa y otros tantos llamados líderes del exilio lo fueron también, y otros que dicen no haberlo sido, han mantenido su empleo de por vida sin tocarlos ni con el pétalo de una rosa.
Si consideran que la Asamblea para Promover la Sociedad Civil “es la oposición que hace falta para paralizar la transición”, es algo que no debe importarle al gobierno sueco. Me imagino que, tampoco es de su incumbencia, saber sobre el equivocado criterio de que es la “organización favorita del exilio cubano”, y que “la directiva de esta organización no ha tenido el menor escrúpulo en solicitar que Estados Unidos no cese con las sanciones económicas contra Cuba, y cual si fuera poco, intenta involucrar, sin éxito afortunadamente, a las Damas de Blanco y al Proyecto de Bibliotecas Independientes”. Me imagino hasta dónde estarán pensando que todo esto se trata de un brete a lo cubano de personas que desprecian la labor de quienes se oponen con extremo valor a la tiranía de Fidel Castro.
“Suecia debe evitar involucrarse con grupos que promueven en términos generales, lo que no acepta ella, como es la desobediencia civil…porque se trata de una propuesta suicida”. Si los suecos, que verdaderamente creen en la libertad leen esto, me imagino que estarán muy confundidos. “…porque de tener éxito esta “desobediencia” sobrevendría en caos, sino una guerra civil”, continúa diciendo este párrafo donde, por supuesto, termina con que habría una “oleada de balseros y con ello aparecerá el único motivo capaz de desencadenar una intervención de los Estados Unidos en Cuba, país lo suficientemente cargado de armas, fanatismo y antinorteamericanismo, como para transformarse en un segundo Irak o algo peor”. A no ser que hayan cambiado las cosas en tan poco tiempo, ¿cómo explicarle al gobierno sueco que en este monstruo de país viven casi dos millones de cubanos, y otros tantos quieren venir? ¿Ese “antinorteamericanismo no será de otros que viven fuera de Cuba? Al menos, es mi impresión.
Pero el asunto es que, intentar desprestigiar al exilio de Miami, a quienes nos dicen desde intransigentes hasta terroristas, conjuntamente con el ataque a quienes en Cuba tienen el valor suficiente para pedir la desobediencia civil, incluso desde dentro de las cárceles, es realmente bochornoso, sobre todo si se trata de cubanos también.
Quizás lo desconozcan, pero en este exilio de Miami hay miles de cubanos que han pasado por las cárceles desde el mismo año 1959 hasta hoy, Han sido torturados, pateados, mutilados, y han sufrido lo que, muchos, quizás jamás se enteren porque no les importa. En este exilio de Miami viven miles de cubanos que se lanzaron al mar en precarias embarcaciones o balsas para huir del paraíso castrista que algunos imaginan pudiera cambiar con un simple diálogo o un Gorvachev fuera de tiempo. Este exilio está lleno de víctimas. Sí, de víctimas que han padecido el horror del comunismo y donde único han encontrado apoyo, aún con defectos y virtudes, ha sido en este país, el mismo que ha recibido oleadas de hasta 125 mil cubanos de un solo golpe. No hay otro país en la historia que haya permitido algo así con ningún grupo étnico. Es algo digno de agradecer por siempre.
Este exilio cubano, que no solo está en Miami, está regado por todos los Estados Unidos, está lleno de dolor. Muchos han muerto con la esperanza en sus ojos del regreso que nunca llegó. Aquí vive un Mario Chanes de Armas, ahora enfermo de Alzhaimer luego de haber cumplido sus 30 años de calvario en las cárceles castristas y tomado luego por dos años más como rehén en la isla. Un Eusebio Peñalver que no pudo ver a Cuba libre luego de haber padecido por 28 años el horror de las prisiones. Hombres y mujeres que hoy padecen de tumores y mutilaciones, gracias a la barbarie de los guardias que con bayonetas le dañaron sus cuerpos para siempre. Este exilio “irracional”, “terrorista” y “desarraigado”, no ha hecho nada más que luchar por Cuba, con sus medios y con el enorme de deseo de verla libre para regresar. Muchos, quizás para llegar y morir en su tierra una vez que la hayan besado.
Este exilio, “intransigente” y descomunalmente cubano, no desea otra cosa que ver a Cuba libre, sin componendas, ni grotescos diálogos con sordo-mudos. Sin sucesiones derivadas de una componenda internacional para su aceptación, sin viajecitos de turistas libidinosos que van a Cuba para aprovecharse de su miseria y comprar con apenas cinco dólares a niñas de 12 y 13 años, sin comprometimiento del futuro, sin prisioneros políticos. En fin, a Cuba libre, pero de verdad.
Sigan ustedes con sus planes y pídanle al gobierno sueco lo que deseen, pero no involucren a este exilio, ni lo difamen. Pidan viajes turísticos a Cuba, diálogos ininterrumpidos con el gobierno, aún con represión y todo, ayuda bilateral directa de la UE, un buen modelo de convivencia con el desgobierno cubano, que inviertan en Cuba para que se mantenga la explotación del obrero cubano, socios comerciales fuertes que apoyen la economía del régimen para que sigan construyendo cárceles y comprando condiciones para reprimir. Lo que quieran.
Nosotros nos arroganos nuestro derecho de apoyar a la oposición y a los prisioneros políticos que exigen la desobediencia civil como método de lucha, seguiremos organizados y cabildeando a favor de leyes y regulaciones que ahoguen económicamente al régimen, haremos lo posible por aislarlo y darlo a conocer como lo que es: una tiranía nefasta, seguiremos denunciando la brutalidad castrista contra el pueblo, la descomposición de ese sistema totalitario, mantendremos nuestra posición, llámese radical o como quieran decirle.
Y sobre el embargo comercial de Estados Unidos, es un derecho que tiene este país y decir que lo levante, es una injerencia en sus asuntos internos. La ONU y cuanta organización ociosa existe por ahí, que se preocupe de denunciar las barbaridades que hay en la isla. A partir de ese día creeré en ellos.
Respetuosamente,
Iliana Curra
Cubana exiliada de Miami
Ex presa política
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