miércoles, diciembre 13, 2006

EL COMANDANTE BARBUDO Y MACHISTA SE ACABÓ

EL COMANDANTE BARBUDO Y MACHISTA SE ACABÓ



Por Juan Vives
( pseudónimo)
Francia


Después del último discurso de Fidel Castro 26 de julio, el novelón sobre el estado de salud del dictador cubano no cesa de intrigar. Los oficiales cubanos continuan manifestando que el hombre se repone, que el 'tipo' volverá a dirigir el país...en suma, que todo va color de rosa. Los antecedentes son conocidos, sus problemas de isquemias cerebrales desde hace más de 15 años, cierto

ligeros ataques pero que le han provocado problemas en la dicción y parálisis faciales.

Su operación de una diverticulitis en Egipto tampoco es desconocida. Se sabía que tenía serios problemas intestinales y que en cualquier momento podían degenerar en un cáncer.

"Tanto da el cántaro en la fuente hasta que se rompe", finalmente casi senil y con problemas pasajeros de dicción, el cáncer duodenal lo llevó a tierra.

¿Cáncer? Que no, según los medios oficiales la salud del Dictador forma parte del mejor secreto de estado y nos mencionan su estado de salud como si se tratara de un simple catarro.


Nos muestran las fotos con Hugo Chávez, fotos del 'tipo' , pequeños videos... Desde hace más de un mes nada.

En el acto inaugural que sus guatacas, 'lameculos', 'jalalevas' y otros 'tracatranes' extranjeros le dieron en el teatro Karl Marx (antiguo Rosita de Hornedo), el tan esperado barbudo no viene y envía una carta de excusa. Los invitados ni se conmueven, en fin, se dieron un viajecito a la Isla con todos los gastos pagados, hospedados en hoteles de lujo viviendo vida de millonarios a costa del pueblo cubano. Ni siquiera pagaron los billetes de avión, la invitación fué total, a toda leche, como me lo contó un amigo español que fué invitado y que regresó desilusionado de lo que pudo constatar.

Alrededor de 2,500 invitados a todo lujo es una indecencia cuando se sabe en qué condiciones vive el pueblo cubano, sin que ningún organismo controle los gastos de tan disparatada fiesta. Como nadie tampoco controla las fabulosas ganacias de los hermanos Castro a costa del sudor del pueblo.

Bueno, esperabábamos que el 'tipo' se apareciera en la Tribuna del desfile militar del día 2. Nada, nadie dice nada, como si fuera la cosa más normal del mundo. Hasta el áltimo momento se esperó su llegada y hasta se arregló minuciosamente una parte de la Tribuna en donde supuestamente debía sentarse Fidel Castro.

Aparatosas medidas de seguridad en La Habana, control policiaco omnipresente. El ejército muestra sus músculos y hace desfilar durante días los tanques, blindados y otra artillería reactiva, con el fin de atemorizar al pueblo, porque el armamento que mostraron no vale un carajo; ¡chatarra!

Silencio total ¿Se murió? "Radio Bemba" circula los rumores descabellados, el misterio se espesa y cabe preguntarse si el hombre está vivo. Finalmente sale de nuevo a flote, con un intercambio epistolar con Hugo Chávez. Esto tampoco prueba que esté vivo. La famosa carta en donde designa a sus sucesores se sabe apócrifa. Nadie puede visitar al líder máximo, salvo Raúl y su mujer Delia Soto.

Pero como en Cuba todo se sabe, al final han filtrado las noticias del estado del Dictador y el por qué no se le ve.

Es cierto que tiene un cáncer en estado terminal y para prolongarlo de algunos meses fué necesario utilizar la quimioterapia ¿Y la cabeza? Bueno todavía tiene sus momentos de lucidez, aunque la mitad del tiempo está en el limbo.

El problema de su desaparición es que con los tratamientos químicos se le cayó el pelo y la barba y está como una bola de billar.

No lo pueden presentar en el estado que está, si desde el punto de vista físico no está presentable por lo delgado y demacrado; ver un viejo senil calvo y sin un cabello es risible.

El Comandante con su legendaria barba, símbolo de machismo y de tipo duro se terminó.

A Fidel que le gusta estar siempre en público, ser el centro de todo, el verse obligado a esconderse en los últimos momentos de su vida, es un castigo merecido.

Podrán pensar que esta historia de Fidel calvo y sin barba, irreconocible es un cuento de caminos. ¡NO!, es la estricta verdad y no se le verá jamás en público a menos que le pongan una peluca y una barba postiza.

Esta información me entró del más alto nivel del Ministerio del Interior en Cuba y mis fuentes de información son fiables al 100%.

Si no tuviera la certeza de lo que adelanto no lo haría. Pongo mi credibilidad en juego, tanto como intelectual, periodista y cubano anticastrista. A Fidel no le queda un pelo en la cabeza.

Como tu podrás ver Raúl, todo se sabe y hasta los jerarcas de la nomenklatura cubana te están traicionando y pasando informaciones consideradas como ultra confidenciales al exterior.

Cuando adelanto esto, es porque sé que todo lo escrito concerniente a Fidel, hay que ponérselo sobre el buró todas las mañanas a Raúl y cuando viene de CAMCO que es el “coco” de la 'CHINA ROJA', tiene doble valor.

Ya se le acabó la guapería al Dictador. Que lo muestren en el estado en que está para que sea el blanco de todas las burlas. Es hilarante ver de qué manera termina nuestro hombre, como un despojo humano.

Ya no podrán momificarlo, al menos si no le ponen pelo y barba postiza, cosa poco probable dada la proeza técnica a efectuar hasta para los mejores especialistas rusos que se ocupan del compadre Lenin.

Simplemente no es presentable, senil con pocos momentos de lucidez acompañado de su amigo el cura comunista FREI BETTO, con un rosario en la mano rezando, él, el comunista perseguidor de cristianos en Cuba.

Ahora al momento de la verdad, pide asistencia espiriual a Betto, con el incesante problema existencial de si existe una vida después de la muerte.

Que no muera, compartimos esta opinión con la nomenklatura cubana, no porque seamos los esclavos de la familia Castro, ni por un sentimiento cristiano, no. Que dure para que pague los horrores que le ha hecho al pueblo cubano.

El hombre egocéntrico que quería estar en permanencia ante las pantallas de la televisión en Cuba, tiene que esconderse para que el mundo no sepa el guiñapo humano en que se ha convertido.