jueves, diciembre 07, 2006

RAÚL OFRECE RAMO DE OLIVO A ESTADOS UNIDOS

Tomado de


http://www.cubaenelmundo.com
/solera16.htm


RAÚL OFRECE RAMO DE OLIVO A ESTADOS UNIDOS


Por Robert A. Solera


Por tiempo el gobierno cubano ha tratado de ignorar al Exilio y a la oposición interna --sin importar sea débil o no, pues es la punta del iceberg descontento y opuesto a él-- y ha centrado sus esfuerzos en demostrar que la lucha que ya tiene años en Cuba, es un asunto externo entre el gobierno de los Estados Unidos y el de Cuba. Así, sutilmente, declara que el cubano de pie multitudinariamente, primero lo apoya y segundo desprecia y rechaza al gobierno de los EUA.

El Exilio ha sentido, en uno u otro momento, que la historia del Tratado de París de 1898, firmado entre los Estados Unidos y el Reino de España -- con la ausencia del Ejercito Libertador o Mambí-- pudiera repetirse, cuando conviniera a los intereses de las "partes en conflicto" , o sea Estados Unidos y Cuba. Olvidando muy convenientemente la lucha ciclópea del exilio cubano, que tiene la misma edad que la "'revolución' castrista", y que sin duda posible, busca lo mejor para Cuba y los cubanos --exiliados o no.

Al calor del alto y bajo de los vaivenes políticos que marcan las "relaciones" entre Estados Unidos y Cuba, y las decisiones americanas donde entran en conflicto los intereses de la nación americana y sus estados miembros --muchos de los 50 estados han mantenido una posición más comercial que humana, de justicia, que de apoyo irrestricto a las libertades a las que tienen derecho todos los cubanos y que sin duda disfrutan los habitantes de EEUU-- y que han hecho dudar a los exiliados de la sinceridad de las protestas democráticas del gobierno federal de los Estados Unidos y de sus intenciones hacia el futuro democrático de Cuba.

En la memoria hay el comentario de los indios americanos que sabiamente decía: "He speaks with a forked tongue" --significando que los Federales no hacían lo que decían ni cumplían sus compromisos, adquiridos a nombre del “Gran Padre Blanco” en Washington.

Fidel Castro es ya historia. Enclenque, enfermo de muerte, más "sombra de lo que ayer yo fuí" no es pieza activa del juego político, aunque su sucesor, el hermanísimo Raúl y su claque pretendan que cabalgue como el Cid Campeador para mantener la "unidad" , ansiada pero no lograda, de sus huestes, por temor a la desbandada que, sin duda, se producirá cuando su muerte --oculta hoy pero sospechada por muchos por los indicios que se producen-- sea algo ya comprobado.

"Raulito" juega con el reloj del tiempo en busca del oxígeno que necesita para que su herencia no sea barrida por el torrente que se avecina. No obstante, aún quiere mantener su imagen de revolucionario dispuesto a esperar 50 años más o hasta que “Hell freezes over” a que el gobierno de EU “recapacite”.

No puedo evitar que venga a mi memoria un comentario que me hicieron al respecto. Mi primo se iba de Cuba. Había sido compañero de José Antonio Echevarría, ambos en Arquitectura donde también estudiaba Osmany Cienfuegos Gorriarán, que en ese entonces era Ministro de la Construcción y de quién había sido amigo. Este le frenaba su “salida” y luego, tras mucho bregar autorizó la misma condicionalmente pero le dijo: “No vayas a conspirar”. Mi primo le contestó, “que vá si ustedes le “echan” años a uno como si fueran días”.

Raúl Castro, como “hermanísimo ” escogido en la cuasi sustitución imperial cubana le tendió un ramo de olivo al gobierno americano en su última “actuación” con toda su compañía en la Plaza Cívica “José Martí” –que perdió su nombre desde que los Castro ascendieron al poder en 1959— al pie del “paciente” Apóstol, que por suerte para él tiene oídos de piedra, lo que le ha permitido soportar las interminables peroratas del “Comandante” de ninguna batalla.

De inmediato surgieron las dudas –las mías incluidas— de si el Gobierno de George W. Bush le prestaría oídos a los “cantos de sirena” castristas, pues en el patio hay muchos lacayos dispuestos a vender hasta su primogenitura, por un “plato de lentejas” , y a cabildear a favor de un entendimiento con Cuba, de espaldas a su pueblo, afrentado, vilipendiado y maltratado por Tirios y Troyanos. No sería la primera traición americana a los exiliados cubanos.

Afortunadamente una portavoz del Departamento de Estado, Janelle Hironimus dijo el sábado: "el diálogo que se necesita tenga lugar es uno entre el régimen cubano y el pueblo cubano sobre el futuro democrático de la Isla. Cualquier profundización de nuestra relación con Cuba depende del diálogo y de la disposición del Gobierno cubano de dar los los pasos concretos hacia una apertura política y una transición hacia la democracia".

Las cartas están echadas. Ahora falta ver si las palabras corresponden con los actos o una vez más, nos dejan patidifusos y enfurecidos por una nueva traición.