BARACUTEY CUBANO

José Antonio Fornaris
Cuba-Verdad
Cubanet
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Máximo Tomás
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Enero 1, 2007

Los dos últimos hechos de 2006 de connotación internacional en Cuba estuvieron relacionados con Fidel Castro. El primero tuvo que ver con la comparación establecida por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, entre Castro y Augusto Pinochet, a lo que el gobierno cubano respondió con una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores, en la que se califica a Arias de "vulgar mercenario".
El mandatario replicó el pasado jueves ratificando su convencimiento de que Pinochet y Castro eran iguales.
Sería interesante conocer qué piensa la familia de Pinochet y otras personas allegadas al general chileno de la comparación de Arias.
La segunda cuestión, aunque en Cuba no se ha informado al respecto, es la visita a La Habana del médico español José Luis García, para atender al comandante. Recordemos que en la Isla los problemas de salud de Fidel Castro se consideran "secreto de estado".
En relación con este último tema, existen muchas opiniones en La Habana. Un galeno me dijo que aquí podía haber buenos médicos, pero que no era extraño que se consultara la opinión de un especialista de otro país, con mucha experiencia en algún tipo de dolencia.
Por su parte, una joven doctora que no conocía la visita a La Habana del médico español, expresó que Cuba tiene convenios con otros países para atender los casos que el desarrollo médico de la Isla no puede resolver. Y puso como ejemplo que en Cuba no se realizaban operaciones cerebrales por mínimo acceso, y que podría ocurrir que un paciente fuese enviado a otro país para una intervención tan delicada. Ella -enfatizó- no conocía de ningún caso.

En términos generales, la opinión de las demás personas que conocen el hecho coincide al afirmar que la comunidad médica cubana ha sido agredida, pues su ética profesional y sus conocimientos han sido puestos en telas de juicio por el propio régimen.
Hasta la fecha, a muchas personas en Cuba con problemas de salud que la medicina cubana no puede resolver, se les dificulta sobremanera la atención profesional, y se achaca el asunto a la gran cantidad de galenos que se encuentran cumpliendo misión fuera del país, principalmente en Venezuela. Los pacientes comentan medio en broma y medio en serio que se irán a la embajada del la República Bolivariana a buscar visas para solucionar las dificultades que enfrentan. A partir de ahora no sería nada raro escuchar que yendo a la embajada de España en La Habana será posible una mejor atención.
Porque, aunque es difícil de creer, la Constitución Socialista asegura que todos tenemos iguales deberes y derechos. Y de manera constante, los voceros del régimen afirman que ninguna figura del gobierno tiene fortuna personal. Pero a nadie se le escapa que mandar a buscar un médico durante las fiestas navideñas, a la antigua metrópoli, en un vuelo privado, debe costar un poquito más de tres pesos convertibles. Incluso un poco más de tres euros.