domingo, marzo 11, 2007

EL PAN: HAMBRE. Y SANGRE EL VINO

Tomado de El Nuevo Herald.com


El pan: hambre. Y sangre el vino
Por Raúl Rivero

Madrid -- Esta semana, la España noble y cercana que quiere a los cubanos dio nuevos pasos hacia las claridades definitivas de la realidad de la isla. La llevó de la mano en este trecho una mujer que ha vivido en casi todas las Américas y que ahora, desde Nueva York, les pone nombres y apellidos a las víctimas de casi medio siglo de dictadura.

Se llama María Werlau. Es la directora ejecutiva del Archivo Cuba, una organización no lucrativa que promociona los derechos humanos a través del estudio y la investigación y busca por aire, mar y tierra (incluso debajo de la tierra) evidencias sobre la pérdida de vidas humanas durante el castrismo.

Ella trajo a Madrid ese mensaje amargo. Los detalles, las fotos, el anecdotario fatal, las circunstancias en que han muerto miles de cubanos no para --como explicó ante un salón repleto de periodistas y diplomáticos-- ni siquiera defender una ideología, sino para que se sostenga en el poder un grupo de maleantes.

La presentó el médico Antonio Guedes, vicepresidente de la Unión Liberal Cubana, y la acompañaron con discursos lúcidos y comprometidos dos pesos pesados del periodismo y la literatura española contemporánea: la escritora y columnista Rosa Montero y el periodista Herman Terstsch.

La señora Werlau expuso con serenidad los frutos del trabajo de su equipo. Una alocución breve y desnuda con rondas de preguntas y respuestas. Salió así a la atmósfera levemente lluviosa de la ciudad un tema que el gobierno cubano trata todavía de cubrir con tinta comprada mientras sus cómplices y amigos en el extranjero lo disimulan con excusas obscenas y mentiras manchadas con muertes de otras guerras.

Los periodistas de importantes medios españoles, corresponsales extranjeros, diplomáticos y representantes del exilio examinaban en silencio un documento que se entregó a la entrada de la sala de conferencias de un conocido hotel capitalino.

Allí, por primera vez en estas tierras, entre dos fechas, estaban los rostros de las víctimas del remolcador 13 de Marzo, las caras de los pilotos de Hermanos al Rescate derribados en aguas internacionales por aviones castristas junto a los expedientes de jóvenes fusilados en los primeros años de la década del sesenta y el de Sebastián Arcos Bergnes, muerto por negación de asistencia médica en la cárcel en las fases decisivas de un cáncer.

Los que aún se empeñan en estas comarcas en vender la dictadura como un sueño, quienes se niegan a que se hagan cambios en Cuba para no estropear el imaginario latinoamericano y para vacacionar gratis en hoteles de lujo en el Caribe, han aceptado el golpe con resignación. Han cerrado los ojos y han vuelto la mirada hacia sus otras colonias ideológicas para recobrar la calma con la voz melodiosa del tenor bolivariano que canta corridos mexicanos por televisión.

Es que esos golpes de luz nunca vienen solos. Hace unos días, la editorial Espasa presentó a los lectores un libro titulado Castro: la mentira barbuda. Una obra de 200 páginas del escritor y periodista José María Calleja, director y presentador del programa Debate, del canal CNNplus.

Calleja, autor de varios éxitos de librería sobre el problema vasco y la emigración, es doctor en periodismo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. El hombre, un señor de la agudeza y la ironía, hace un descripción de la sociedad cubana con vocación de fotógrafo. Enfoca siempre los puntos dolorosos, los vacíos, la variada colección de miserias morales y físicas de más de cuatro décadas de totalitarismo.

Hasta cuándo, se pregunta el periodista con indignación, habrá que esperar a que personas que vivieron una dictadura se atrevan a calificar al régimen cubano como lo que es, otra dictadura.

Este archivo de la muerte que se acaba de destapar en España, los comentarios de reconocidos hombres y mujeres del periodismo y la literatura y la labor paciente y minuciosa de instituciones y organizaciones de un exilio diverso y plural despejan con resolución, día por día, la densidad de la palabrería del gobierno cubano y el neblinazo que trata de esconder la vida y la muerte en Cuba.
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Nota del Blogguista:
En este blog, hace dos o tres días, se publicó información abundante sobre este acontecimiento, incluyendo videos sobre la inauguración de la exposición Archivo Cuba. Ese material todavía está dentro de los 50 posts que mantengo en la portada de Baracutey Cubano. No obstante, muestro aquí las palabras de María Werlau y lo que aconteció en la sección de preguntas y respuestas de dicha inauguración.