ENTRE EL MIEDO Y LA ESPERANZA
Entre el miedo y la esperanza
Por Vladimiro Roca
La Habana -- El pasado 18 de marzo se cumplieron 4 años de la mayor embestida represiva de la dictadura castrista contra las fuerzas pacíficas prodemocracia. Activistas de derechos humanos, periodistas, bibliotecarios y miembros de las organizaciones opositoras fueron a las cárceles con sanciones que oscilaron entre 8 y 28 años de prisión. Para completar el cuadro represivo Castro ordenó el fusilamiento de tres ciudadanos negros, por un intento de secuestro de una embarcación que no tuvo mayores consecuencias. Así quedó al descubierto todo el sadismo, el odio y la crueldad de que es capaz un gobierno con tal de permanecer en el poder. Haciendo un balance de los cuatro años salta a la vista que los propósitos del gobierno no se cumplieron, pues lejos de aplastar al movimiento prodemocracia, éste resistió la embestida y creció tanto en cantidad como en calidad.
El rechazo internacional y su repercusión en la prensa internacional fueron tan grandes que frustraron las intenciones de hacer pasar inadvertida la embestida represiva, que pensaron quedaría relegada informativamente por el inicio de la guerra contra Irak. Hasta reconocidos miembros de los movimientos de izquierda rechazaron el inescrupuloso accionar.
Fue la prensa independiente la que obtuvo la primera respuesta de la incorporación de jóvenes y no tan jóvenes miembros a la actividad de reportar la ola represiva y sacar las denuncias que en mayor cantidad comenzaron a fluir desde las mazmorras castristas por el trabajo de los nuevos miembros del presidio político cubano, entre los que se contaban no pocos periodistas, declarados prisioneros de conciencia por Amnesty International.
Un año después de la ''primavera negra de 2003'', como fue nombrada esa ola represiva, comenzaron a reagruparse y reorganizarse las organizaciones disidentes, la mayoría de las cuales habían sido descabezadas, y aparecieron nuevas organizaciones con una mayor presencia de jóvenes. Se abrieron nuevas bibliotecas y aparecieron nuevas manifestaciones culturales y de protesta en la incipiente sociedad civil cubana.
Pero el resultado más importante de la primavera negra de 2003 fue el surgimiento del movimiento formado por las esposas y familiares de los presos políticos para reclamar la libertad de los mismos y que ha tenido un gran impacto escenificando acciones cívicas con carácter de primicia como fue la marcha desde la heladería Coppelia hasta la Dirección Nacional de Cárceles y Prisiones, sita en las calles 15 y K, en el céntrico barrio del Vedado, en el municipio Plaza de la Revolución, donde entregaron una carta en que solicitaban amnistía para sus familiares y en presencia de los oficiales comenzaron a gritar ''libertad'' repetidas veces. De allí se dirigieron a la Asamblea Nacional del Poder Popular, caminando desde ave 5ta y calle 4 hasta dicha sede situada en calle 42 y ave 23 en Playa. También organizan la celebración de ayunos y actividades culturales a favor de la liberación de sus familiares y participan todos los domingos en la celebración de la eucaristía en la iglesia Santa Rita, en Miramar, donde después de la misa realizan una caminata de varias cuadras en forma silenciosa y con gladiolos en las manos como símbolo de amor. Han realizado caminatas por otros céntricos barrios de la ciudad, recibiendo siempre la admiración y el apoyo de los ciudadanos que las ven marchar. Este movimiento es conocido como las Damas de Blanco ya que realizan estas actividades vestidas de blanco con un pañuelo negro. Estas valientes actividades le permitieron obtener en el año 2006 el premio Sajarov de derechos humanos que otorga el Parlamento Europeo.
En contraste con estos hechos el gobierno de los hermanos Castro continúa empeñado en la represión a toda la sociedad cubana como forma de mantener el precario equilibrio de poder y control social, que permite a la nomenclatura disfrutar de los privilegios y recursos a los cuales no tiene acceso la mayoría de la población. En vez de resolver los acuciantes problemas que atormentan a la sociedad, como los de alimentación, viviendas y transportación --por citar sólo los más críticos-- el gobierno sigue empeñado en mantener las prisiones cubanas con la mayor cantidad, en términos relativos, de presos de conciencia y políticos del planeta. No permite el desarrollo de las fuerzas productivas, cerrando todas las oportunidades de despliegue de las pequeñas y medianas empresas, de los trabajos por cuenta propia y de toda actividad económica fuera del ineficiente sistema estatal, generador de la mayor corrupción que ha conocido la historia de la nación cubana.
Sólo un gobierno lleno de crueldad, odio y violencia puede llevar al pueblo a condiciones extremas de supervivencia con tal de no perder las riendas del poder, imponiendo mediante el terrorismo de estado la sumisión de la sociedad a los designios de personas que para nada representan los intereses del pueblo.
Pero no todo es oscuro y de nuevo vuelven a brillar las joyas del amor en el futuro de la sociedad cubana en la representación de las Damas de Blanco. El pasado domingo 18 de marzo en la misa y caminata de recordación del IV aniversario de la primavera negra, recibieron el apoyo y solidaridad de eurodiputados y diputados italianos que las acompañaron en su caminata por la 5ta avenida, desplegando una tela que pedía paz y bondad para Cuba. Solidaridad ofrecida en forma espontánea por estas importantes personas que se encontraban en viaje turístico.
Son estas señales las que nos hacen estar optimistas en el futuro democrático de Cuba, el número cada vez mayor de personas importantes de los parlamentos de Europa que, contrario a la política cómplice de la mayoría de los gobiernos europeos, deciden solidarizarse con la lucha de los cubanos. Son estas señales las que nos hacen asegurar que la libertad de los presos de conciencia y políticos cubanos, incluidos los 59 que quedan en prisión de la primavera negra está cerca.
Presidente del Partido Socialdemócrata de Cuba
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