ENTREVISTA A JACOBO MACHOVER, PERIODISTA Y ESCRITOR
Tomado de http://www.periodistadigital.com/periodismo/object.php?o=597078
Jacobo Machover, periodista y escritor:
¨Ex-agentes del gobierno castrista han revelado que Fidel dio la orden de liquidar a Allende¨
Por Juan C. Osta
Periodista Digital
"Una hermosa isla dominada desde 1959 por los hermanos Castro cuyas ciudades se caen a pedazos y cuya población trata de huir por todos los medios. " Así define el periodista y escritor Jacobo Machover la Cuba de Fidel. "La dinastía Castro", de ediciones Áltera, está ya a la venta. En él se desvelan "los misterios y secretos de su poder, las interioridades de un régimen tan monstruoso como ridículo ". Para el escritor cubano residente en Francia, "Zapatero tiene una gran parte de responsabilidad en el apoyo a la dictadura castrista."
Usted "salió" de Cuba en 1963. ¿En qué momento político o personal decidió que tenía que abandonar su patria?
Mis padres se fueron de Cuba con mi hermano y conmigo porque ya existía en el país un estado generalizado de penuria económica y también porque había una sensación difusa de miedo, por las numerosas denuncias de los vecinos y de los compañeros de escuela y de trabajo. Ellos, sin embargo, eran simpatizantes de la revolución y habían recibido con entusiasmo la caída del dictador Batista. Pero rápidamente se dieron cuenta de que lo que se avecinaba no correspondía para nada a lo que ellos se imaginaban. En aquella época, ya era muy difícil salir de Cuba. Fue casi un milagro que nos dieran la autorización para llegar (en un barco llamado Karl Marx Stadt) a lo que era entonces Alemania del Este y, de allí, a Francia.
Ha vivido usted en Francia y en España. Pese a "la interminable tragedia del pueblo cubano", gran parte de la izquierda sociológica europea, también de los responsables políticos, sigue sintiendo fascinación por Fidel Castro. ¿Se puede fundamentar esto en un simple antiamericanismo?
El apoyo al castrismo por parte de numerosos sectores, no sólo de izquierda, en el mundo se explica a la vez por un antiamericanismo sin matices y por las ilusiones que la revolución ha sabido crear a través de una intensa propaganda. Los simpatizantes están dispuestos a justificarlo todo, la dictadura, la falta de libertades, las ejecuciones, el hambre, las intervenciones extranjeras, en nombre de una ideología en crisis y de un sueño trasnochado. Estados Unidos, a pesar de sus errores, es para muchos cubanos el país que ha dado asilo a los fugitivos del castrismo y donde reside buena parte de la comunidad cubana. Para nosotros, aunque su política puede y tiene que ser criticada, no es el “monstruo” que se nos quiere presentar.
¿Gabriel García Márquez, Ignacio Ramonet, Oliver Stone, José Saramago,... tienen algún tipo de responsabilidad moral en la subsintencia del régimen castrista?
Los intelectuales que han apoyado y siguen apoyando el castrismo son cómplices y también culpables en relación con la tragedia que vive el pueblo cubano. Esa indulgencia empezó en 1960 con el viaje de Jean-Paul Sartre y de Simone de Beauvoir a Cuba. Pero Sartre y Beauvoir dieron marcha atrás en 1971 a raíz del « caso Padilla », al condenar la autocrítica forzada, de corte stalinista, a la que tuvo que someterse el poeta después de su detención en las dependencias de la Seguridad del Estado, la policía política. Otros escritores como Jorge Semprún, Juan Goytisolo, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa y muchos más rompieron entonces con el régimen castrista. El escritor José Saramago, el periodista Ignacio Ramonet, el cineasta Oliver Stone y otros han tomado el relevo. Con su apoyo a un poder dictatorial, no hacen honor a su estatuto de intelectuales. En cuanto a Gabriel García Márquez, se trata de un escritor que disfruta en Cuba de los privilegios que otorga el poder. Puede ser considerado como uno de los principales responsables de la dictadura castrista y su mejor propagandista.
No es extraño ver a los jóvenes que se autodenominan "antifascistas" con camisetas con la imagen del Che Guevara o con la bandera cubana. ¿Tiene lógica contraponer el Che al fascismo?, ¿Es la libertad frente a la opresión?
La mayoría de los jóvenes (y menos jóvenes) que llevan camisetas del Che Guevara no han leido ni una sola línea de lo que escribió el revolucionario argentino. Basta con ver al respecto la violencia de los ataques del Che Guevara contra “el enemigo principal del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica”, para entender que se trata de una posición de beligerancia extrema, que no rehuye ante ningún medio ni ninguna proclama, incluso terrorista. Por otra parte, el Che fue uno de los principales responsables de las ejecuciones masivas que tuvieron lugar en Cuba durante los primeros meses de la revolución, cuando presidía los tribunales revolucionarios en la fortaleza de La Cabaña, en La Habana. Allí se le denominó “el carnicerito de La Cabaña”. Él mismo no dudaba en reivindicar sus crímenes, como lo hizo en diciembre de 1964 en la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas: “Fusilamientos: sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario.” El Che Guevara nunca fue un opositor al castrismo. Fue un instrumento y una víctima del mismo Castro. Pero fue sobre todo un fanático cuyas exacciones solamente se justifican por la ignorancia de los que lo consideran como un héroe libertario, lo que nunca fue.
Los pro-castristas encuentran una rápida justificación en el "embargo" o el "bloquero" de los EEUU.
El embargo es una medida tomada por Estados Unidos después de la nacionalización (sin compensaciones) de sus empresas en 1960. Hay que decir que es una medida poco eficaz. Pero en ningún momento, excepto durante la crisis de los misiles en 1962, ha habido un “bloqueo” militar contra Cuba. La isla ha podido emprender aventuras militares en el mundo entero a pesar de esa medida. ¿Hay que levantar el embargo? El gobierno cubano tendría que proceder a la liberación de los presos políticas y a ciertas medidas de democratización inmediata. Otras sanciones por parte de la comunidad internacional podrían ser mucho más eficaces, por ejemplo el no reconocimiento de la sucesión en el seno de la familia Castro.
Además, suelen decir que en la Cuba de Castro lo poco que hay está repartido y que educación y sanidad no faltan en ningún rincón de la Isla, cosa que sí ocurre en otros países limítrofes que no tienen un régimen comunista.
La salud y la educación resultaron ser armas de propaganda extremadamente eficaces. La educación masiva es también y sobre todo un adoctrinamiento, sin ninguna libertad de pensar. Y la salud hoy día está en un estado de abandono tal que la población no ve en ella ninguno de los “logros” proclamados. Eso sí, para las personalidades extranjeras, la política de atención médica está muy bien desarrollada. Y los médicos cubanos que van a cualquier parte del mundo también están dispuestos a trocar el bisturí por las armas, como es también el caso de los maestros y de los deportistas.
Dice usted que "el estrecho de la Florida se ha convertido en un gigantesco cementerio marítimo para los cubanos". Me gustaría conocer datos. ¿Con cuántas vidas ha acabado directamente el régimen de Fidel Castro?, ¿cuánta gente permanece en las cárceles como "presos políticos"?, ¿cuántos cubanos hay exiliados? y ¿cuántas personas han perecido aproximadamente en ese "gigantesco cementerio marítimo"?
Las víctimas directas del régimen castrista son innumerables. Ha habido miles de fusilados, decenas de miles de prisioneros políticos, de desaparecidos en el mar, hundidos por los guardacostas cubanos y los simpatizantes del régimen, o tiroteados por ellos. No se podrán dar cifras exactas mientras no se abran los archivos de la represión en Cuba. Ha habido períodos de represión despiadada y otros de baja intensidad. La última ola represiva se desató durante la “primavera negra” de 2003, en que fueron encarcelados 75 disidentes. Pero antes hubo presos condenados hasta treinta años de cárcel, como fue el caso de Mario Chanes de Armas, un antiguo compañero de Fidel Castro, quien acaba de morir en el exilio. Fue el más viejo prisionero político del mundo. Casi nadie, sin embargo, se movilizó a su favor, prefiriendo mirar hacia otras partes del planeta.
Los populismos parece que afloran en Sudamérica. No obstante, según asevera en su libro, estos países no terminan de querer identificarse del todo con Fidel Castro. El único es Hugo Chavez. Me gustaría que nos resumiera un poco lo que cuenta sobre "los guardaspaldas" del venezolano.
Karl Marx escribía algo así como: “La historia siempre se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa”. El ex-golpista Hugo Chávez no es más que una caricatura de Fidel Castro. Repite como un loro inculto lo que algún día pronunció su mentor, quien tenía otras capacidades intelectuales. Ha llegado a adoptar como suya la sentencia “La historia me absolverá”, la que formuló Castro durante el juicio al que fue sometido en 1953 por el asalto al cuartel Moncada. Los Comités Bolivarianos no son sino una pálida copia de los Comités de Defensa de la Revolución, los CDR cubanos (llamados familiarmente “comités de chivatos”). El rumbo que sigue Chávez es el de la instauración de una tiranía, imitado en ello por Evo Morales en Bolivia y, tal vez, por Rafael Correa en Ecuador. En eso lo ayudan los cubanos enviados por Castro a Venezuela, entre los cuales hay numerosos miembros de los aparatos de seguridad (la Dirección General de Inteligencia), encargados, entre otras cosas, de su seguridad personal. La revolución cubana tiene una gran experiencia en ese tipo de formación. Todo ello a cambio del petróleo venezolano, que les permite a los hermanos Castro mantener la isla en un estado de supervivencia asistida.
Otro episodio realmente sorprendente es lo referente a la muerte de Salvador Allende. ¿Usted cree que Fidel Castro tuvo algo que ver?
La muerte del presidente chileno Salvador Allende siempre fue objeto de muchas especulaciones. Primero se dijo que había sido asesinado por los militares bajo las órdenes de Augusto Pinochet. Luego se popularizó la versión de que se había suicidado con el arma que le había regalado el propio Fidel Castro, un AK 47. Los hombres encargados de proteger a Allende en el palacio de la Moneda, reagrupados en un servicio especial llamado Grupo de Amigos del Presidente (GAP) eran dirigidos por oficiales cubanos de muy alto nivel. ¿Cómo podían haber dejado suicidarse al presidente? La hija de Allende, Beatriz, quien estaba casada con un oficial cubano de los servicios secretos, se suicidó posteriormente en Cuba, así como la hermana del presidente, Laura. Son demasiados suicidios en el seno de la familia Allende. Treinta años después de aquel trágico 11 de septiembre de 1973, algunos ex-agentes importantes del gobierno castrista han empezado a revelar lo que sabían y lo que habían oído en los círculos más cerrados del poder. Su conclusión es que Fidel Castro dio personalmente la orden de liquidar a Salvador Allende porque éste tenía intención de rendirse. Más le valía hacer de él un mártir que un indeciso. Los testimonios de esos ex-agentes arrojan también una luz diferente sobre las extrañas relaciones mantenidas por Pinochet y Castro, ambos dictadores, aunque de signo contrario. En efecto ¿cómo explicar la actitud crítica de Castro en el momento de la detención en Londres del general Pinochet en 1998, por orden del juez Garzón? En la historia de la revolución cubana, tanto en el interior como en el exterior de la isla, quedan muchos misterios sin esclarecer.
Respecto a la actualidad cubana. ¿Desde la cesión de poderes de Fidel a Raúl por la enfermedad, se ha ido reblandeciendo la dictadura?
Raúl Castro fue el responsable de las primeras ejecuciones masivas en Santiago de Cuba, justo después de la toma de poder. Siempre ha dirigido las Fuerzas Armadas y, desde la ejecución, ordenada por él, del general Ochoa y de tres altos oficiales en 1989, ejerce el control absoluto sobre los órganos de represión interna. La represión no se ha ablandado en nada. No hay ninguna señal de que así sea. Lo único que pretende el hermano menor del Líder Máximo es abrir la economía hacia el exterior, copiando el modelo vietnamita, pero manteniendo al país bajo mano de hierro.
¿Va a ser Raúl el que va a llevar a Cuba la perestroika o el hermano del dictador desaparecerá de la política cuando aquél muera?
Nunca ha sido Raúl Castro partidario de la perestroika. Al contrario. Se enfrentó a Gorbachov cuando éste quiso extender la liberalización de los regímenes comunistas por el mundo. Todos los intentos habidos en ese sentido fueron aplastados en Cuba. Él no es un hombre de apertura ni de transición. Pero, sin la presencia del Líder Máximo, el régimen cambiará, inevitablemente. La ideología en Cuba se mantenía gracias a los interminables discursos y a la omnipresencia de Fidel Castro. El castrismo, sin él, está condenado a desaparecer.
Por último, me gustaría que me valorara la actuación política del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero respecto a la dictadura castrista y también su comportamiento con los disidentes del régimen.
José Luis Rodríguez Zapatero tiene una gran parte de responsabilidad en el apoyo a la dictadura castrista. Al presionar para hacer desaparecer la “posición común” de la Unión Europea, que había establecido sanciones diplomáticas simbólicas en 2004 contra el régimen en respuesta a su política de represión despiadada, ha fortalecido la credibilidad internacional del castrismo. ¿A cambio de qué? De la liberación de un preso. Esa actitud, que Zapatero pretende mantener, es indigna de la democracia española. El gobierno anterior, el de José María Aznar, había sido de un gran apoyo para los disidentes del interior y del exilio. No se trata aquí de enfrentamiento entre derecha e izquierda.
Cualquier gobierno democrático tiene el deber de exigir la liberación de los presos políticos y el restablecimiento de las libertades democráticas en Cuba. Así mismo, no se debe reconocer la sucesión dinástica entre los hermanos Castro.
¿Volverá a vivir en Cuba cuando muera el dictador si se restablecen las libertades democráticas?
Yo quiero participar en la reconstrucción de mi país, sin duda. Pero veo mi papel más como el de un testigo. Mi trabajo consiste en denunciar la dictadura y en recoger los testimonios (terribles en su mayoría) de las víctimas del régimen. Así creo poder contribuir al restablecimiento de la verdad y a la reparación de las injusticias cometidas contra el pueblo cubano en su conjunto. Y, una vez desaparecida la dictadura castrista, no dejaré de criticar al gobierno que se establezca si éste no va por un camino de profundización de la libertad, de la democracia y de la justicia social.
Biografía
*
Jacobo Machover, cubano residente en Francia, muestra a los lectores españoles en "La dinastía Castro".
*
Abandonó Cuba con nueve años y, tras dar vueltas por el mundo, se estableció en París, donde es profesor de universidad.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home