BARACUTEY CUBANO

Ramiro Valdéz, como la mayoría de los asaltantes al Cuartel Moncada era originario del pueblo de Artemisa en la provincia de Pinar del Río. Acababa de entrar en las Juventud del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) cuando Fidel Castro lo convenció con todo el grupo de asaltantes, de formar parte de una corriente dentro de la Ortodoxia, que al final los llevaría a la lucha armada.
Bueno, para ser justos con la Historia, los asaltantes del Cuartel no sabían que el viaje a Santiago de Cuba terminaría atacando un cuartel militar. Fidel no dijo nada a nadie y ellos pensaban que se trataba de un viaje de entrenamiento.

Ramiro, un fiel entre los fieles de los primeros momentos, ni siquiera terminó la Escuela Primaria. Trabajó en las plantaciones de plátanos de Artemisa, fué aprendiz de zapatero con uno de sus tíos y terminó como apuntador de bolita (lotería clandestina). Si actualmente exhibe una licencia en Ciencias Políticas y periodismo, lo es gracias a un curso especial en el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, ,en donde de casi analfeto en seis meses se graduó de ambas carreras ¡MILAGROS DEL COMUNISMO!

Hombre con serios problemas de comunicación, es un personaje taciturno, de poco hablar e incapaz de llevar de frente un amistad, con un sentido hiper-desarrollado de deseos de protagonismo. Sólo al cabo de años de tratar con él, se logra cierta comunicación.

Frustrado desde la época de la Sierra Maestra porque no le habían dado niguna tropa bajo su mando, solamente cuando el Ché parte con su Columna hacia El Escambray, en lo que pomposamente quieren llamar "columna invasora", le dan los grados de Comandante. A la llegada a la Cabaña, el Ché escoge como su segundo al Doctor Comandante Oscar Fernández Mell y de nuevo Ramiro se ve echado a un lado y sin mando real.

Desde la Sierra sus problemas de comunicación y su falta de tacto le habían jugado una mala pasada y desde esa época había tenido dificultades enormes con Raúl Castro.

Cuando el Ministerio de Gobernación se transforma en Ministerio del Interior, después de un lapsus de "flotar", Ramiro es por fin nombrado Ministro del Interior, puesto que ocupó por dos veces.

Fidel Castro lo escogió a ciencia cierta que para lo único que podía servir era para la represión, mandar la PNR (Policía Nacional Revolucionaria), que tuvo enormes problemas a causa de Efigenio Amejeiras,marihuanero y traficante.

Se funda el G-2 en Quinta y Catorce,en Miramar, como el hombre responsable de la Seguridad en Cuba siempre fué Raúl, nombra como jefes al comunista Oswaldo Sánchez (implicado en la desaparición de Camilo Cienfuegos) y al capitán Manuel Piñeiro (Barbarroja), que era un comunista que venía del Segundo Frente Oriental Frank País, de la Sierra de Cristal, la columna dirigida por Raúl y que fué el antro del comunismo dentro del Ejército Rebelde. Vinieron los tiempos de guerrillas “tout azimout”, era Piñeiro quien dirigía todo desde la DGI (Dirección General de Inteligencia), que a pesar de estar en el organigrama del Ministerio del Interior, Ramiro no tenía acceso a ninguna información que fuera del Departamento Liberación o posteriormente América.

( Ramiro Valdés )

Raúl le bloqueaba toda información proveniente de la DGI. En cuanto a las Fuerzas Armadas, Abelardo Colomé Ibarra (FURRY), que era el amigo personal de Raúl y jefe del CIM (Contrainteligencia Militar),le cerraba las puertas a todo pedido de información. La frustración de Ramiro Valdéz crecía cada día y ese odio histórico de seguro resaldrá de un momento al otro a la hora de la sucesión.

Fidel tuvo que intervenir en varias ocasiones para aplanar las dicrepancias entre Raúl, Ramiro, Piñeiro y Furry, que eran explosiones épicas en el interior de los mandos respectivos. Incluso cuando salió la primera vez de Ministro, Fidel lo envió a la Escuela Superior de Guerra Frunze y a su regreso lo nombró vice-ministro de las Fuerzas Armadas y pocas semanas más tarde tuvo que quitarlo ya que Raúl lo ignoraba y los mandos militares no querían saber nada de Ramiro en tanto que vice ministro.

Estaba en una situación delicada, solamente represiva, la Policía, el G-2,y las cárceles y prisiones. Era el verdugo oficial del régimen sin otra perpectiva que la de reprimir

LA GUERRA DEL YOM KIPPUR

El 6 de octubre del 73 esta nueva guerra entre árabes y judios sorprende al mundo entero y hasta a los mismos israelitas. La sorpresa fué total, venía de comenzar la guerra del Yom Kippur, conocida entre los árabes como guerra de Ramadán (cuaresma árabe) o Guerra de Octubre.

Ni los famosos servicios secretos israelitas de la Mossad, ni los servicios de información del Ejército de israelí, el Shin Beth, no vieron venir nada, cosa que le costó el puesto de primer ministro a Golda Meir.

En Cuba la noticia sorprendió y Fidel armó la de San Quintín porque nadie le había avisado de lo que se estaba planeando. Metió el grito en el cielo, con lo que costaba los servicios de la DGI y no había un cabrón que lo hubiera puesto al tanto.

Los teletipos de todas las agencias de prensa crepitaban día y noche y durante las primeras 48 horas del conflicto la invencibilidad del Ejército de Israel fué puesta en duda, a partir de este momento las contra-ofensivas resultaron victoriosas. Bueno fué una especie de desbarajuste en donde nadie sabía gran cosa. Fidel aseguraba que si Israel se veía perdida lanzaría ataques nucleares contra Damasco y El Cairo; creo que tenía razón en esto...

( Manuel Piñeiro Losada + , ¨Barbarroja ¨)

Al MINREX (Ministerio de Relaciones Exteriores), llovían las demandas de información, los sectores que se ocupaban del Oriente Medio y los especialistas de política internacional estaban acuartelados en el Ministerio. La DGI, el MINFAR, y hasta Fidel que se pasaba casi todo el tiempo en el Ministerio para que le dieran todos los cables de agencias que entraban. Del día 6 al 24 de octubre fué como una fiebre delirante del Máximo Líder que quería hacer el rol de un gran estratega a distancia y metía unos “teques” incesantes desplegando su supuesta erudición sobre el mundo árabe, con las teorías más disparatadas que se puedan concebir, pero como siempre, había que callar y hacer como si el tipo fuera el super-experto.

Lo más extraño de la cosa era que en Cuba Israel gozaba de una admiración sin límites, David contra Goliat, como Cuba contra los americanos.

Aquí fué cuando Ramiro el olvidado de la historia tomó su revancha. Sin pensarlo dos veces envió hombres de confianza para que compraran todo lo que salía en la prensa occidental en Europa, sobre todo la prensa francesa y en particular Paris Match, que siempre gozó de un servicio de fotos de primera línea y las mejores del mercado.

Todos los días salían los emisarios para comprar órganos de prensa. Desde que llegaban, Ramiro puso a su servicio cuanto traductor tenía a mano en el Minint, para que le leyeran y releyeran los artículos que aprendía de memoria y se los iba a recitar a Fidel como si fueran informaciones salidas de sus supuestos servicios exteriores. Las fotos de Paris Mattch las hacía fotocopiar para presentárselas a Fidel cuando le recitaba los artículos aprendidos de memoria. Personalmente me llamó para que le tradujera oralmente unos artículos aparecidos en Le Monde.Tuve que leerle y traducirle los mismos artículos más de 15 veces. El me repetía los textos para ver si había aprendido bien la lección y saber si estaba preparado para ir a ver a Fidel y darle 'muela' sobre lo que estaba pasando. Fué su hora de gloria y Fidel lo felicitó por sus trabajos de información, los análisis de la situación, el conocimiento y comprensión del Oriente Medio. Aquí fué cuando me percaté una vez más que Fidel y la banda de burros que lo rodeaban le hacían tragar cualquier cosa, desde luego si iba en el sentido que el quería.

Yo no sé cómo pudo justificar que los árabes perdieran la guerra, pero bueno para Fidel fué una gran victoria. Cada vez que se toma un par de patadas en el culo grita victoria.

Ese fué el único momento en que Ramiro brilló por sus conocimientos y sus supuestos servicios de información exterior.

El episodio no hizo más que envenenar la situación entre Raúl y Ramiro, ya que el hermanito descubrió la jugarreta, cuando intentó decirlo a Fidel, éste no quiso oir nada, ya había publicamente felicitado a Ramiro y no podía dar marcha atrás.

En fin de cuentas, Ramiro le llenó el cerebro a Fidel como si fuera una longaniza, un burro, pero astuto como un zorro, por momentos.

(continúa)