lunes, junio 25, 2007

FIDEL CASTRO ENVIABA HELADOS COPPELIA A HO CHI MINH

Nota del Blogguista
En el libro El Magnífico, de Juan Vives ( seudónimo) publicado en francés, éste narra lo que hoy es noticia en La Habana y Miami, pues él era uno de esos funcionarios que le llevaba esos regalos¨ al tio Ho¨.
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Castro enviaba helados Coppelia a Ho Chi Minh

Por Wilfredo Cancio Isla
El Nuevo Herald

Las dádivas internacionales del gobernante Fidel Castro en los años 60 obligaron a funcionarios cubanos a realizar intrincadas misiones diplomáticas hasta Viet Nam con regalos tan singulares como ranas toro vivas y helados Coppelia.

No son papeles desclasificados de la CIA ni informes de diplomáticos desertores quienes lo confirman, sino la propia prensa oficial cubana mediante un artículo aparecido en el diario Juventud Rebelde la pasada semana.

De acuerdo con testimonios citados por la columnista Rosa Miriam Elizalde, en varias ocasiones Castro envió al líder vietnamita Ho Chi Minh (1890-1969) frascos del famoso helado Coppelia elaborado en la isla.

El correo diplomático asignado para llevar la gélida carga murió recientemente en La Habana, pero la viuda recuerda que su esposo jamás olvidó ''la misión más extraña y tierna'' que cumplió en la vida: atravesar medio mundo para llevarle a Ho Chi Minh los helados que le mandaba Castro.

( AFP / Getty Images. AUNQUE CASTRO y Ho Chi Minh no se conocieron personalmente, mantuvieron una intensa comunicación durante los años de la guerra entre el Norte y el Sur de la nación vietnamita.)

La veterana periodista Marta Rojas, quien se desempeñó en esos años como corresponsal de guerra en Viet Nam, confirmó la anécdota para la columna de Elizalde.

''A los vietnamitas les encanta el helado de frutas naturales'', contó Rojas. ``Fidel debe haberse enterado y en uno de esos gestos que muestran su delicada ternura, le envió al amigo nuestro Coppelia, no una vez, sino varias veces''.

Aunque Castro y Ho Chi Minh nunca se conocieron personalmente, la comunicación entre ambos fue muy intensa en los años de la guerra entre el Norte y el Sur de la nación vietnamita, con intervención de las tropas estadounidenses. Cuba fue el primer país en crear un comité de solidaridad con Viet Nam del Sur, adonde viajaron centenares de colaboradores civiles y también asesores militares.

Había varias rutas para que los correos diplomáticos cubanos pudieran llegar a Hanoi, la capital de Viet Nam del Sur, pero todas incluían escalas, como mínimo, en cuatro países.

''Nada de eso me extraña, porque años más tarde [Fidel Castro] se empeñó en mandarles helado Copelia a los soldados cubanos en Angola [1975-1990]'', recordó el ex diplomático cubano Alcibíades Hidalgo, quien escapó a Estados Unidos en el 2002. ``Son parte de los gestos faraónicos que lo caracterizan''.

El artículo relata además una curiosa operación diplomática para trasladar varias ranas toro vivas rumbo a Viet Nam, pues a Castro ``le preocupaba mucho la alimentación de los vietnamitas en medio de la guerra".

''Sabía [Castro] que esos animalitos tienen un gran valor proteico y eran capaces de adaptarse fácilmente a un país como Viet Nam, donde abundan lagunas y arroyos'', escribió Elizalde, quien trabaja actualmente en la Oficina de Información del Consejo de Estado e integra el consejo editorial de la pagina digital Cuba Debate.

Rojas desconoce si el despacho de ranas toro lo llevó el mismo correo diplomático del helado Coppelia, pero la persona que lo hizo ``pasó las de Caín''.

''En Moscú tuvo que meter las ranas toro en la bañadera del hotel, para luego pescarlas una a una y seguir viaje'', apuntó Rojas.

En una entrevista televisada el pasado 5 de junio --la única desde que traspasara temporalmente el poder a su hermano Raúl hace 11 meses--, Castro habló largo rato sobre Viet Nam y reafirmó su admiración por Ho Chi Minh, pero no hizo alusión alguna a los generosos regalos enviados al patriarca vietnamita.

Aunque las anécdotas sobre los excesos pantagruélicos y las insólitas iniciativas de Castro han circulado tradicionalmente a nivel popular y en círculos de la élite gubernamental, en escasas ocasiones la prensa oficial se hace eco de ellas.

Para el historiador Rafael Rojas, profesor invitado de la Universidad de Columbia, la presencia de estos detalles personales en la prensa cubana es indicativo de que 'se está construyendo ya el legado oficial de Fidel Castro .... Todas estas referencias presentadas como `gestos de generosidad y ternura' no hacen más que apuntalar el mito del liderazgo de Castro en el ámbito internacional''.

``La historia oficial está enfocada en su trascendencia mundial y tercermundista, con el propósito de silenciar la evidencia terrible de sus víctimas y del fracaso económico del país por 48 años''.

Una ocurrencia al estilo de los helados Coppelia y las ranas toro aparece contada en el documental Los secretos de Castro (1999) por un ex oficial del Ministerio del Interior (MININT), quien dirigió una unidad encargada de facilitar la alimentación a la jerarquía castrista.

Según Máximo García, ex director de la Unidad Especial 819 del MININT, Castro pidió un carey vivo para cocinárselo a un mandatario africano de visita en la isla.

Tras infructuosas gestiones ante la Academia de Ciencias de Cuba y el Ministerio de la Pesca, García tuvo que comisionar a un experimentado pescador para que viajara a Pinar del Río a pescar el carey solicitado por el gobernante.

wcancio@elherald.com
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http://arch1.cubaencuentro.com/cultura/noticias/20050916
/6c742d4c6bd3a6affd2ef74a9bd87fb1.html

Ex agente secreto del régimen publica sus memorias en Francia

'Sé que este libro es una condena de muerte. No puedo decir que no tengo miedo pero debo vivir con él', declaró Juan Vives, seudónimo con que firma el libro.

AFP/ París. Juan Vives ha pasado la mitad de su vida eliminando enemigos y la otra mitad evitando su propia muerte, hasta que hace dos años decidió escribir El Magnífico, sus memorias como agente secreto durante más de 20 años al servicio del régimen de Fidel Castro.

El Che, el ex presidente chileno Salvador Allende, los hermanos Fidel y Raúl Castro y la idealizada revolución cubana se hacen añicos en las páginas de este libro, que acaba de llegar al mercado francés antes de salir a la venta en España y América Latina.

"Sé que este libro es una condena de muerte. No puedo decir que no tengo miedo pero debo vivir con él", declaró el ex agente secreto en una entrevista con la AFP en París.

Este misterioso hombre de 63 años, apodado "El Magnífico" desde que era un joven guerrillero, fue capitán rebelde en el movimiento que derrocó a Fulgencio Batista en 1959, recibió entrenamiento de la KGB y asegura haber realizado misiones en toda América, Europa, Vietnam, Argelia, Angola o Etiopía, hasta que se exilió en Francia a finales de los años setenta.

"En Cuba me conocen y con seguridad tienen el manuscrito del libro desde hace meses. Si uso un seudónimo es porque no quiero que mi vecino sepa quién soy en realidad", asegura.

Las revelaciones a las que este hombre se refiere comienzan con la muerte del Che en 1967, "abandonado a su suerte" por Castro, quien acostumbraba a "convertir en iconos a la gente de la que quería deshacerse".

"Lo mandaron a Bolivia directo a la muerte en una operación orquestada por la KGB y la Stasi (ex servicios secretos de Alemania oriental), con la aprobación de Cuba", acusa.

Mostrando una memoria prodigiosa, fechas, nombres y lugares lejanos se ordenan perfectamente en la conversación, por momentos increíble.

Vives presume de no haberse unido jamás a movimientos de la disidencia cubana en Francia y de haber entrado en la Isla clandestinamente en los últimos años.

Sonriendo detrás de sus gafas oscuras, este ex agente asegura que no tiene pasado ni pasaporte y que sólo su esposa sabe quién es realmente.

"Ninguno elige su destino y a veces me pregunto cómo se puede llegar a seguir líneas de conducta contrarias a cualquier lógica", reconoce en su libro.

Recordando su exilio, elogia a los que se quedaron, comenzando por el poeta y amigo Raúl Rivero. "Todo mi respeto para la disidencia interna, que paga caro su valor", afirma.

Echando la vista atrás, Vives calcula que debería haber abandonado Cuba en 1964. "Pero es difícil bajarse de un tren que va a 300 kilómetros por hora. Tenía que haberme ido antes, pero mi madre estaba enferma. Esperé y los problemas de conciencia han sido enormes", admite.

También recuerda amargamente a Allende, al que sigue llamando "Chicho".

"Lo mataron y no soy el único que lo cree. Mucha gente comienza a hablar. Fidel dijo en muchas ocasiones que no podía exiliarse. Tenía que morir como mártir y no como un cobarde", asegura, señalando a Patricio de la Guardia, entonces jefe de seguridad de Allende, como autor de este supuesto crimen.

Su aplomo al hablar del pasado se convierte en pesimismo cuando se refiere al futuro de la Isla, donde según él, la sucesión "ya se llevó a cabo".

"Raúl Castro gobierna y Cuba se sostiene gracias al turismo, la entrada de divisas y los entre 120.000 y 150.000 barriles de petróleo que Venezuela nos da diariamente", recalca.

Según él, tras de los hermanos Castro, una pequeña guerra civil la Isla será "inevitable" después de "tantos años de sufrimiento" y también existe el riesgo de que el país se convierta en "un nuevo Irak". "Guerrillas y atentados de los fieles de Castro contra el poder de Estados Unidos", advierte.

En este ambiente de "fin de reino" que vive Cuba, Vives alerta también sobre la guerra que el "presidente venezolano Hugo Chávez, manipulado por Castro, está preparando contra Colombia".

"En la frontera entre Venezuela y Colombia hay un hospital con médicos cubanos donde se cura a los guerrilleros de las FARC y Chávez ha comprado toneladas de armas", recuerda.

Según él, después de El Magnífico, editado por Hugo & Cie, todavía le queda por decir y escribir, pese a que sus problemas de salud le podrían cortar las alas.

Entre sus planes, una biografía de Fidel Castro que ya está en curso. "Comencé a interesarme en él en 1963. Conocí a gente que sabía incluso que su abuela era una mulata santera llamada Dominga la Bruja", concluye.