jueves, julio 12, 2007

FALLECE LA CELEBRE ESGRIMISTA MIREYA RODRIGUEZ

Fallece la célebre esgrimista Mireya Rodríguez


Por Wilfredo Cancio Isla
El Nuevo Herald

La esgrimista Mireya Rodríguez, figura descollante del deporte cubano del siglo XX, falleció en La Habana el pasado lunes a los 70 años, víctima de un infarto masivo.

Rodríguez hizo historia en los IV Juegos Panamericanos de Sao Paulo, Brasil, en 1963, al convertirse en la primera cubana en ganar medalla de oro en una cita deportiva continental.

También triunfó de manera absoluta en los IX Juegos Centroamericanos de Kinstong, Jamaica, en 1962, donde se alzó con la presea dorada en florete.

Rodríguez fue la precursora de una generación de esgrimistas que en los años 60 y 70 impulsaron el desarrollo de esta disciplina en la isla y escalaron un sitial que la esgrima cubana no conocía desde los tiempos del espectacular Ramón Fonts, ganador de cuatro medallas de oro en las olimpiadas de París 1900 y San Luis 1904.

''Sentía mucha admiración por ella, porque fue una atleta excepcional'', declaró anoche la velocista Bertha Díaz, quien integró con Rodríguez la delegación cubana a las competencias de Kinstong y Sao Paulo. ``Su muerte es motivo de luto para muchos atletas que estamos en el exilio''.

Rodríguez también fue finalista en el torneo de florete de la Olimpiada de Tokio, en 1964, aunque no alcanzó medallas.

Díaz, que marchó al exilio en 1968, dijo que en varias ocasiones recibió mensajes de la estelar esgrimista, pidiéndole que la ayudara a abandonar la isla.

Según sus familiares, Rodríguez se había desmarcado del régimen castrista hacía tiempo y era muy crítica de la situación cubana actual.

La que fuera una gloria de Cuba, terminó sus días en el olvido y con dificultades económicas, al extremo de verse obligada a vender bisuterías por las calles habaneras.

''Estaba olvidada y muy amargada, y se pasaba el día hablando mal del gobierno'', dijo su sobrino, el activista de derechos humanos Omar López Montenegro, quien vive en Miami desde 1992. ``Pero siempre fue una persona cariñosa y de temperamento fuerte''.

Montenegro recuerda que cuando fue a despedirse poco antes de viajar a Estados Unidos, Rodríguez desafió a miembros de la Seguridad del Estado que trataron de impedir la visita.

'Me dijo que se había encontrado con uno de los `segurosos' de las delegaciones deportivas y lo mandó al diablo cuando el oficial le dijo que yo era un contrarrevolucionario'', contó Montenegro.

Nacida el 26 de noviembre de 1936 en el barrio habanero de Pueblo Nuevo, Rodríguez creció en el seno de una familia muy pobre. Desde muy joven se ganó la vida como barbera en la Plaza del Mercado de Carlos III y comenzó a practicar esgrima en el complejo deportivo El Pontón.

Al triunfo de la revolución en 1959 fue seleccionada para el equipo nacional de esgrima y pronto sus habilidades como floretista la llevaron a los primeros planos. Como premio a sus méritos deportivos el gobierno cubano le entregó una casa en el reparto Nuevo Vedado, donde residió hasta su muerte.

Rodríguez fue hallada muerta en su dormitorio, la mañana del martes. Los médicos determinaron que había fallecido la noche anterior.

La sobreviven su hijo adoptivo Julio y su hermana Coppelia, quienes viven en Estados Unidos. En Cuba, su hermana Carmita.

Fue enterrada en la mañana de ayer en el Cementerio de Colón en La Habana, sin honores ni mención en los medios oficiales. Sobre su féretro fue colocado un florete en recordación a su brillante carrera deportiva.
************* Nota del Blogguista Dice el refrán que es de buen nacido ser agradecido.
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Tomado de
http://www.granma.cubaweb.cu/eventos/panam2007/noticias/13/art074.html

Mireya vivirá en cada esgrimista cubano

Falleció la ganadora de la primera medalla de oro de Cuba en Juegos Panamericanos

OSCAR SÁNCHEZ

EsgrimaFogosa, jaranera, cubana hasta la medula, así es Mireya Rodríguez, de quien no podríamos nunca hablar en pasado, pues aunque ya no esté, la historia que escribió en el deporte revolucionario cubano la catapultó para la eternidad.

Consternados hemos recibido aquí la noticia de su muerte en La Habana. Justamente en esta tierra brasileña ella marcó un hito al destrozar los pronósticos precompetencia y alzarse con la medalla de oro en la modalidad de florete, con lo cual le dio a Cuba el primer título áureo del deporte revolucionario en Juegos Panamericanos.

Fue en Sao Paulo, en 1963, hace 44 años, cuando solo argentinas y estadounidenses eran las favoritas precontiendas, pero llegó la delgada muchacha habanera para "aguarles la fiesta".

Mireya, ganadora de una de las cuatro preseas doradas, de aquella delegación cubana, fue también protagonista de la epopeya de Sao Paulo, cuando se le había impedido a la comitiva de la mayor de las Antillas aterrizar en el aeropuerto de esa ciudad, situación que generó la enérgica respuesta de arribar a cualquier precio.

Mireya también practicó el tiro deportivo, y en su aval competitivo incluyó la corona centroamericana y del Caribe en los Juegos de Kingston, Jamaica, en 1962. También consiguió llegar hasta la final del florete en los Juegos Olímpicos de Tokio, en 1964.

Fue profesora de varias generaciones de esgrimistas. Este redactor, que abrazó ese deporte, tuvo el privilegió de beber del magisterio de esta singular deportista cubana.

Sus éxitos en los primeros años de la década del 60 del siglo pasado, fueron precursores de la calidad de nivel mundial que ha alcanzado la esgrima cubana.

3 Comments:

At 4:55 a. m., Anonymous daniel bachiller said...

conoci perfectamente a mireya rodriguez cuando era profesora de esgrima en la sala del camilo cienfuegos de vedado en el ano 1975, excelente persona sencilla y natural con todos los que se le acercaban, en una ocacion estando en su casa del nuevo vedado me dijo que tenia que pelarme me sento en una silla y despues parecia un artista, nunca la podre olvidar, que descance en paz siempre estaras entre nosotros tus amigos

 
At 11:13 p. m., Blogger Vedado said...

El que escribió esto no tiene ni puta idea de la vida de Mireya. Ha escrito lo que le han contado, sin contrastar nada. Mireya no vendía bisuterías por las calles de la Habana ni murió en el olvido. Ella vivía con su pareja Katia, vivieron muchos años juntas en el apartamento de la calle B en el Vedado. Es cierto que bebía y sobre todo los últimos años estuvo un poco enferma por problemas del alcohol, pero no vivía en el abandono ni vivía mal. Infórmate bien antes de escribir.

 
At 5:19 a. m., Anonymous Anónimo said...

Senti mucho su muerte.
Ella fue my profesora en el Camilo y a la vez ella fue alumna de my padre , Manuel Boada.
Que dios la tenga en la gloria.

 

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