GENEROSO JIMENEZ PATRIARCA DEL TROMBON CELEBRA SU 90 CUMPLEAÑOS
El patriarca del trombón celebra su 90 cumpleaños
WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
El célebre trombonista Generoso Jiménez ha ocupado sus primeros cuatro años en el exilio para estudiar y retomar la confianza en el instrumento que lo convirtiera en una leyenda de la música cubana.
''He empezado a defenderme, sigo estudiando el trombón todas las mañanas y estoy metiendo ya unos cuantos pitazos'', relató el músico desde su casa en el suroeste de Miami. ``Estoy casi llegando a sentirme cómodo después de 24 años sin coger un trombón''.
Generoso arriba hoy a los 90 años con una vitalidad envidiable y un puñado de sueños en la cabeza. Nacido el 17 de julio de 1917 en el poblado de Cruces, Cienfuegos, el patriarca del trombón asegura que para octubre ofrecerá un concierto con arreglos de piezas que prefiere mantener en secreto.
''Ya lo verán, cuando Generoso diga aquí estoy yo'', afirmó sonriente. ``Hay unos cuantos proyectos sabrosos que van a salir después del cumpleaños''.
Desde que en el 2003 decidiera quedarse en Miami tras cumplir una invitación artística, su vida dio un giro radical. Ha podido reencontrarse con viejos amigos como Bebo Valdés e Israel López ''Cachao'', quienes marcharon al exilio muy tempranamente. En el 2005 obtuvo un premio Grammy de Excelencia Artística, y ha participado en conciertos y discos con la intensidad que no conseguía desde los años dorados en una Cuba que ya es historia antigua.
''Me siento respetado por mi música y como ser humano'', confesó. ``Los últimos años que viví en Cuba los recuerdo con mucha amargura''.
Pianista fundador de la famosa Orquesta Aragón en 1939, poco después fue llamado para integrar la Orquesta Tropicana, una espectacular banda de jazz que reunió a figuras de la talla de Armando y Mario Romeu, Chico O'Farrill y Alejandro ''El Negro'' Vivar.
Reclamado por las más importantes orquestas cubanas de la época, Generoso asiste en 1952 a una grabación en Radio Cadena Azul que marcaría su vida para siempre. Allí conoce al gran Beny Moré, quien ayudó a tejer la fama del trombonista con una improvisación memorable: Generoso, qué bueno toca usted. ''Nadie ha cantado en Cuba como el Beny, porque él lo cantaba todo bien'', afirmó Generoso, quien se integró a la orquesta de Beny Moré en 1955.
La estrella de Generoso comenzó a declinar en 1965, luego de grabar con su banda un disco devenido un clásico de la música popular: El Trombón Majadero. La radicalización del proceso revolucionario comenzó entonces a exigirle compromisos que el músico no estaba dispuesto a aceptar. ''Primero vinieron a decirme que tenía que ir a cortar caña un domingo; luego que tenía que hacer guardia y vestirme de miliciano para poder viajar a los países socialistas'', recordó. ``Preferí irme a la calle y mantener a mis seis hijos vendiendo mangos, frituras, ron, velas... metido a bisnero''.
En el 2002, por iniciativa del trombonista exiliado Juan Pablo Torres y el productor alemán Detlef Englerhard, se grabó en La Habana Generoso, que bueno toca usted, nominado al Grammy al año siguiente. Las autoridades cubanas permitieron la salida del músico para la ceremonia del premio en Nueva York.
Tomado del Blog Cubadentro.blogspot.com de Ingeborg Portales
GENEROSO JIMENEZ
Oyeeeeee tu sí que te fuiste lejos.
Yo nací en Cruces, cuando era provincia de Santa Clara. Un 17 de Julio del año 1917. El mismo día que murió un tío mío, hermano de mi padre, que se llamaba Generoso Jiménez García. Muriendo él naciendo yo. Los apellidos los mismos por mi padre y él que eran hermanos. La madre de mi padre era García y la madre mía era García también. Por eso soy Generoso Jiménez García.
¿Se dedicó a la música desde niño?
A los diez años fue que empecé a estudiar la música. Cuando yo tenía 7 años, nos mudamos para La Habana. Mi padre trabajaba allí en la compañía de Arquímedes Pous, una compañía del género bufo, de aquellas antiguas del negrito, el caballero, el gallego, el cocinero, la mulata y toda esa serie de desprestigios típicos de aquella época. ¡Aquello era un fenómeno vaya! Mi padre tocaba el trombón de pistones, mi tío la trompeta, mi abuelo el clarinete. Una vez a la semana daban un concierto en mi casa, donde iban los músicos sinfónicos y los músicos de la popular y yo filtrando. Entonces a los 10 años mi madre y mi padre se separaron y nos fuimos para Cruces otra vez con mi madre. El director de la escuela que me tocó, que era al mismo tiempo el maestro de cuarto grado, me dijo cuando yo me presenté, -no serás hijo de Pucho, y yo le dije -si ese mismo es mi padre. Eso me valió mucho, porque entonces me preguntó -bueno y que vas a estudiar, yo le dije -no sé, me gusta la música. En ese momento no me dijo más nada. Cuando se terminaron las clases por la tarde, llamó a uno de los discípulos Juan Castro Vásquez. Pero este Castro no tenía nada que ver con los de la orquesta, ni con esos Castros tan buenos que tenemos allá en Cuba. Y me dijo mira Castro te va a llevar a un lugar, ve con él. me llevó al lugar donde ensayaba la banda. Allí me inscribieron y empecé a estudiar el solfeo, y me dieron un instrumento raro de esos que no se usaba mucho y que nadie lo quería. Ese instrumento que me dieron se llamaba la trompa, sucedido por la trompa o el cuerno de metal mucho tiempo después. Todo el mundo quería tocar el clarinete, la trompeta, el saxofón. Luego pasé a tocar el trombón de pistones, figúrate yo pesaba 70 libras y el trombón pesaba más que yo.
¿Cuándo comienza a tocar en una orquesta?
Mi primer concierto lo toqué el 20 de mayo del año 1928 en Cruces. En el año 1935 perdimos al maestro que teníamos porque se fue para España. Nos juramentamos un grupito y empezamos a luchar solos, por nuestra cuenta. Seguimos estudiando con un libro y él que sabía más enseñaba a los otros, miren esto es así y así. Y en el año 1936 empecé a tocar con una orquesta.
¿En qué lugares se presentaban a tocar?
El primer concierto fue en la glorieta del parque de Cruces. También íbamos a los bailes del campo que eran un fenómeno. Empezábamos a tocar a las ocho de la noche y entonces como a las cuatro de la mañana cuando se estaban terminando, sentías un ruido, pa. Eran los soldados sacando candelita con el machete en el piso. Decían ustedes no se pueden ir, ahora vamos a bailar nosotros. Y teníamos que estar ahí hasta las seis de la mañana tocando y no pasaba nada, ellos eran los dueños del campo.
¿Qué otro instrumento musical estudió?
Mi aprendizaje fue largo. Empecé tocando la botija. La botija era como un porrón con un huequito, se tocaba como una flauta. Cuando llevabas tres minutos tocando eso ya tu sabes, tenían que recogerte medio muerto. Después tocaba la marímbula, que era una caja que tenía tres flejes arriba y tres abajo. Ya después el año 39 pase a tocar el trombón, pero ahí en la orquesta iba tocando otros instrumentos, la clave, la maraca.
Seguiamos luchando. Un grupo de músicos se fue a Cienfuegos , porque Cienfuegos para nosotros era como el Instituto, habían mejores músicos, mejores orquestas. Cuando tenía unos dieciocho años la directora de la orquesta me dijo -mira Generoso yo me voy para Cienfuegos, pero quiero dejar un plan. Tu facilidad de improvisar te ayuda mucho. Un primer o segundo año que estudies de piano y ya te puedes sentar a tocar. Entonces conseguí los libros y empecé a estudiar el piano, ella era la profesora. En su casa vivían otras dos mujeres graduadas de piano. Cuando no estaba ninguna de ellas tres allí, caminaba media cuadra y estaban las hermanas Masa y sino la profesora Figueredo. Tenía seis maestras, en un pueblo racista, y las seis profesoras eran blancas. Yo nunca luché contra el racismo n
¿Cuándo forma su propia orquesta?
En el año 1939 formamos una orquesta y le pusimos “La rítmica del 39”, en Cruces. El flautista era Efraín Loyola, padre de José Loyola el musicólogo. El bajista se llamaba Orestes Aragón ¿le dice ese nombre algo? Y otros dos músicos de Cruces y Ranchuelos. Pero las cosas no nos iban muy bien. Nos daban diez centavos y el dueño de la plaza decía -yo les voy a dar 15 centavos para el pasaje. El pasaje de ida y vuelta costaba 60 centavos, así que figúrese usted. Los directores de la orquesta no ganábamos nada.
¿Cuándo se marcha para Cienfuegos?
Por esos años me salió un trabajo en Cienfuegos para tocar el piano en una academia de baile. Ya tu sabes lo que era eso ahí, ‘un prosti’. Entonces el violinista Gilberto La Rosa que era codirector de la orquesta me dijo -mira Generoso me ofrecieron en Santa Clara una plaza de violín en la orquesta sinfónica, pero con la condición que tengo que estudiar el chelo, y me consiguieron un cuarto y una tabaquería para trabajar hasta las 12 del día. Y yo le dije -bueno a mi me consiguieron una plaza para ir a tocar el piano en una academia de Cienfuegos. Así que reunimos la orquesta, y le dijimos -bueno miren muchachos, aquí sucede esto, a ver quien se quiere quedar con la orquesta. Efraín Loyola dijo que no le interesaba. Aragón saltó y dijo -bueno yo me quedo pero con una condición. Fíjate tú, poniendo condiciones y todo -si me das el repertorio. Yo era el arreglista de la orquesta. Y me dijo -como tu vas para Cienfuegos, haz alguna conexión ahí para que todas las semanas puedas ir a donde nosotros ensayamos para que nos sigas adiestrando, porque nosotros no conocemos nada, y así sucedió.
¿Qué recuerdos tiene de esa época en Cienfuegos?
Cuando estaba en Cienfuegos, por el año 1940 me salió un trabajo con un circo inglés, Blacaman, y me fui a pasear toda la isla. Era un espectáculo con setenta cocodrilos y treinta leones, pero el dueño del circo era más león que los leones. Recorrimos todo el país, por Guantánamo conocí a Lilí Martínez, al negro Bibar, eran unos muchachones. Cuando el circo paró en Varadero dije -que va me voy pa’ mi pueblo. Para entonces ya tenía como 30 discípulos. Un grupo de muchachos pudientes, que estudiaban todo en el Instituto de Cienfuegos, otros en los Maristas y otros estudiaban para contadores. Pusimos la academia en los bancos del parque. Yo hablé con el teniente de la policía, y me dijo -bueno escojan dos bancos ahí, pero no en el centro porque ahí se pasean los blancos solamente. Fuera del centro se paseaba todo el mundo y los negros se paseaban por la parte de afuera. El teniente de la policía me dijo -así ustedes me van ayudar, vamos a acabar aquí con esos problemas del blanco y el negro. Éramos un grupo de veinte y tantos: negros, blancos, pudientes, algunos que por la mañana tenían que ir al central a carretillar azúcar. !Aquello era un fenómeno! Luego entre ellos se reunió un grupo de blanquitos y me dijeron –Generoso vamos a formar un conjunto. Metí dos trompetas, el contrabajista, bueno aquello era más de una orquesta y cogimos el programa estelar en la planta de radio. Nos pagaba cincuenta centavos, entonces figúrese usted, no se podían repartir cincuenta centavos entre tanta gente.
¿Y cómo se las arreglaban?
Déjeme que le cuente, aquello no duró mucho. En la radio nosotros mismos nos anunciábamos. Un día íbamos a tocar un motivo afro que se llamaba “No quiero guerra” y un miembro de la orquesta, que era miembro del partido comunista, me dice –Generoso este número yo lo voy a presentar y se echó a reír. Yo le dije -¿qué será lo que tú te traes entre manos? Y en eso oigo que empieza a decir, ahora van a escuchar ustedes un motivo afro del capitán de la guerra libertadora de los comunistas de España, Julio Cuevas. ¡Abajo los americanos! ¡Viva el partido comunista! Ay mi madre que corre corre se formó, vino hasta el dueño de la planta. Al otro día nos reunimos y me botaron a mi. Habían 4 comunistas en la orquesta, pero no se metían con ellos porque les tenían un miedo. ¿Sabe que hacían ellos cuando votaban a uno? Se vestían de sandwiches, con un cartón por adelante y otro cartón por atrás y el cartón decía no entre a comprar aquí porque aquí votaron a un trabajador. Ya tu sabes tenían que reponerlo enseguida.
1 Comments:
me he reido como un nino conla entrevista era una persona muy simpatica en su conversacion como se puede apreciar lastima no haiga mas comentarios, yo creo que esto ha sido visto por pocas personas, me gusto mucho
Publicar un comentario
<< Home