PRUEBA DE VIDA
Cuando Fidel se desmayó públicamente en el Cotorro, tan pronto se recuperó salió inmediatamente ( molesto , dándole movimientos bruscos al micrófono y haciendo un gesto grosero y airado hacia el público que no lo dejaba hablar aclamándolo) para demostrar que estaba vivo; cuando se cayó en Villa Clara y se fracturó una rodilla y tuvo una lesión en el hombro, se sentó casi inmediatamente en una silla y pese a los dolores, empezó a hablar por micrófono ante las cámaras de la TV autodiagnósticándose y dando disculpas, haciéndose el humilde, yaque no deseaba preocupar a nadie.
Por eso afirmo que si Fidel no ha salido en vivo es porque, en el mejor de los casos, no está bien, o sea, está impresentable salvo que se pague un muy alto costo de su imagen de invencible Comandante, ( ya que el Moncada, Alegría de Pio, etc. no cuentan) ; hablando en buen cubano: el Caballo, está bien, pero requete bien JODIO.
Prueba de vida
Por Miguel Cossio
Los políticos, como los secuestradores, suelen enviar pruebas de vida cuando andan en apuros, ya sea por motivos de salud o por problemas derivados de su profesión. Por lo general, son mensajes que fabrican para decirle a sus gobernados ``ujujuy, aquí estoy, destituí al ministro Fulanito de Tal; metí a la cárcel al delincuente Zutanito más Cual, y salvé el presupuesto de la nación, para que los niños tengan desayunos escolares gratuitos''.
Simples acciones de malabarismo político que, a diferencia de los métodos criminales de los captores, no apelan al envío de dedos u orejas envueltos en pañuelos ensangrentados ni a espeluznantes grabaciones de audio. Pero al fin y al cabo estrategias de comunicación que usan para recordarle a la gente que ellos están vivitos y coleando, ``siempre al servicio de la patria''.
En ella, aparecía recostado en una cama junto a Hugo Chávez, sosteniendo con él una enorme vela por el aniversario 79 u 80 del dictador, ya quién sabe, el 13 de agosto del 2006. Los dos en camisas rojas. Hombro con hombro. Mano con mano. Los dos sonrientes. Flash. Fidel Castro lleva un año y 21 días mandando supuestas señales de vida. Las primeras fueron a través de fotos y videos. Por cierto, una de estas le hizo un flaco favor a su imagen de hombre recio y aspecto viril, según la apreciación de improvisados y suspicaces semiólogos de la Calle 8 de Miami.
Después salieron más imágenes con sonido, como aquella inolvidable del 28 de octubre en la que Castro parecía moverse con el ritmo y el estilo de las marionetas de Stromboli, el titiritero malo de la película Pinocho. Luego llegaron sus ''reflexiones''. Treinta y ocho hasta el momento, incluida la serie de ''lecciones'' de historia sobre la Enmienda Platt, que el enfermo pudo haber copiado de un libro de texto escolar cualquiera. Hubo otros videos: de nuevo con Chávez, un par de encuentros con un funcionario chino y otro vietnamita; y la ''entrevista'' con el portavoz de la Mesa Redonda, Randy Alonso.
En el ínterin, hubo también declaraciones insólitas sobre su presunta recuperación, casi todas salidas de la boca de los alabarderos del régimen o de la fértil imaginación de amigos internacionales, como Hugo Chávez y Gabriel García Márquez. El mandatario boliviano Evo Morales se aventuró incluso a pronosticar el regreso público de Fidel durante la Cumbre del ALBA, que se celebraría a fines de abril en La Habana y que tuvo que ser trasladada a Caracas ante la imposibilidad de su reaparición.
Lengua suelta al fin, Evo reveló que Castro había soportado diez intervenciones quirúrgicas en las tripas. Unos meses antes había pedido a indígenas aymaras del poblado de Escoma preparar una gran torta de coca para regalársela a su ''abuelo sabio'', como llama a Fidel, con motivo del cumpleaños y que tal vez el mismo Evo se zampó por anticipado. Sin dudas, hay que ingerir algún tipo de estimulante para hablar y pensar como lo hace Evo.
Aunque él no fue el único que dio la nota. García Márquez llegó a asegurar que Castro caminaba kilómetros cuando lo visitó a principios de marzo. Otra más de sus acostumbradas exageraciones. Pero de ese coro fue Chávez quien subió la parada, y plagiando a Mark Twain afirmó que Fidel salía por las noches a recorrer los campos de Cuba, como en El príncipe y el mendigo. En otra ocasión, dijo que el Comandante tenía listo el uniforme verde olivo y bien lustradas las botas para retomar el poder, y relegar a Raúl Castro a primera base, es decir, a su campamento militar de invierno en las sovietizadas oficinas del partido o las fuerzas armadas.
Nada de eso ha pasado. Nadie ha visto al Oráculo de Delfos caribeño, que habla enigmáticamente de un más allá definitivo a través de las ilegibles páginas de Granma y Juventud Rebelde. No se sabe si está congelado en una nevera, como se especuló hasta el paroxismo y con singular convicción durante una semana en Miami en una especie de necrofidelismo, sin aportar un solo dato contundente; o si se trata de una maniobra mediática más de este dictador de mil caras, a fin de mantener la expectación sobre su maquiavélica figura.
Faltaría en este caso una prueba inobjetable de vida. O de muerte.
Dtor, Edit. y de Noticias.
América TeVe Canal 41
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