lunes, agosto 27, 2007

¿ QUIEN ESTA PENSANDO EN EL PUEBLO CUBANO ?

Tomado de http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/83070.html


¿Quién está pensando en el pueblo cubano?

Por Frank Calzón

Quién en Washington está pensando en Cuba? Es una pregunta sencilla pero políticamente temible. Por ejemplo, las elecciones se acercan, y la política cubana es más compleja de lo que la mayoría de los candidatos reconoce cuando se disponen a buscar los votos cubanoamericanos. Cada presidente desde Kennedy ha tenido que participar personalmente en la elaboración de una política hacia Cuba. Finalmente, el presidente Bush está manteniendo hábilmente la presión sobre los hermanos Castro. Bush no está cediendo su autoridad.

Con tantos problemas entre manos --la guerra contra el terrorismo en Irak y Afganistán, las ambiciones nucleares de Corea del Norte, la tragedia de Israel y los palestinos, las relaciones en ocasiones difíciles con Rusia, China y Europa, la estancada reforma migratoria-- sería fácil para el presidente dejar el tema de Cuba en manos de los burócratas del Departamento de Estado.

Pero Bush piensa que no se puede ignorar a Cuba, teniendo en cuenta el viejo apoyo de Fidel Castro al terrorismo internacional, su nueva alianza con el presidente venezolano Hugo Chávez, de tendencia socialista, y la capacidad de Castro de provocar una nueva crisis de refugiados. Para Bush, estos son problemas de seguridad nacional, de ahí su promesa de vetar cualquier intento para debilitar las sanciones norteamericanas contra el régimen cubano.

Eso responde la pregunta: ¿Quién está pensando en Cuba?'' El presidente está pensando en Cuba, aunque sus críticos lo acusan de ''cortejar'' a los cubanoamericanos.

La verdad es que los demócratas, los republicanos y cada presidente desde 1960 ha cortejado a los votantes norteamericanos, del mismo modo que buscan el apoyo de los norteamericanos de origen irlandés, africano, judío y polaco. ¿Por qué, cómo y desde cuándo tomar en cuenta las opiniones de los norteamericanos de diversos orígenes que se preocupan y quieren estar informados de lo que pasa en sus países natales es ''contaminar'' la política exterior de Estados Unidos?

Colectivamente, los cubanoamericanos no sólo tienen mucha más información sobre lo que sucede en Cuba que otros norteamericanos, sino que también siguen mucho más de cerca el debate sobre la política de Washington hacia la isla. Su voz y sus opiniones deben escucharse y respetarse. Es más, las acciones de La Habana han moldeado más las preocupaciones y la política norteamericana que cualquier intento de cortejar políticamente a los votantes cubanoamericanos.

El gobierno de Bush es digno de elogio por seguir manifestando sus preocupaciones y su apoyo a la democracia en Cuba, no sólo en la Florida, sino en otras partes. Por ejemplo:

• En la Cumbre entre Estados Unidos y Europa en abril, Bush y la canciller alemana, Angela Merkel, declararon su respaldo a los ''derechos humanos, la libertad de prensa y la libertad de expresión'' en Latinoamérica y ``en particular [para] el pueblo cubano, que desea ejercer esos mismos derechos''.

• En Madrid, dos meses después, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, mostró públicamente su desacuerdo con la nueva política española de acercamiento a La Habana.

• En Praga, el 5 de junio, Bush pidió la solidaridad europea con el pueblo cubano: ''Los cubanos desean desesperadamente la libertad; al entrar ese país en un período de transición, debemos seguir pidiendo elecciones libres, libertad de expresión y libertad de reunión''.

• En Gdansk, Polonia, el 8 de junio, Bush dijo: ``Para el pueblo de Cuba, que quiere vivir en una sociedad libre, es inspirador escuchar voces desde Europa como la suya''.

• En Rhode Island, el 28 de junio --sin ningún cubanoamericano a la vista-- Bush observó: ''Conviene a nuestros intereses que Cuba sea libre y también conviene a los intereses del pueblo cubano''. Cuando Castro muera, dijo, Estados Unidos ``necesita aprovechar la oportunidad para, junto con todo el mundo, promover la democracia como la alternativa a la forma de gobierno con que han estado viviendo''.

Algunos consideran que esas declaraciones no tienen importancia o son irrelevantes. Pero no en La Habana. Las autoridades cubanas las ponderan cuidadosamente y con frecuencia responden con insultos a Estados Unidos y nuestros aliados. La semana pasada, por ejemplo, La Habana dijo que Hungría era ''un cómplice del imperio'', después que esa nación aceptó dar asilo a refugiados cubanos que se hallaban en la base naval de Guantánamo.

Bush se ha opuesto a Castro y ha creado políticas que han frustrado las amenazas periódicas de La Habana de desatar otro éxodo de refugiados. En diversos países, Bush ha dejado claro que la política norteamericana sobre viajes y comercio cambiará cuando el régimen cubano cambie, cuando el gobierno cubano deje en libertad a sus presos políticos, muestre respeto por los derechos humanos internacionales y dé pasos hacia la democracia representativa. El régimen comunista de Castro también sabe que Estados Unidos está tan comprometido con el fomento de la democracia en Cuba como lo estuvo en Europa Oriental.

Estos son los mensajes, repetidos en todo el mundo, que dan esperanzas a los cubanos en todas partes y fortalecen a los partidarios de la democracia en Cuba.

Director ejecutivo del Centro por una Cuba Libre en Washington, D.C.