viernes, agosto 03, 2007

SICKO

Sicko


Jorge Salazar-Carrillo

La película Sicko de Michael Moore está en el candelero. Pero se me ocurre que el verdadero sicko es Michael Moore. ¡Por Dios, que el sistema de salud de Cuba es superior al de los Estados Unidos! En el propio filme aparecen las estadísticas internacionales y, aparentemente sin que se percatara Moore, Cuba aparece en un sitio inferior a EEUU, a pesar de que las estadísticas internacionales generalmente tienen que aceptar los manidos números que les proporciona la desinformación cubana.

Aunque además de tergiversar las estadísticas Cuba las esconde, es una gota de saber cuando, por la ineficiencia del régimen, en un descuido nos deja conocer la verdad. O cuando la misma es inocultable. Ejemplo de estos últimos casos han sido las epidemias de dengue o de neuropatía óptica, que por obligación han tenido que eventualmente reportarse en la prensa, increíblemente cuando están a punto de, o ya han sido, resueltas.

Un caso interesante fue el de los infantes que pesaban menos de 5.5 libras al nacer, que se aproximó al 10 por ciento del total, llevando al bribón en jefe (F.C.) a dar la orden de repesar a todos los niños, a ver si eso era cierto. (Recuerda a Herodes, ¿no es así?). Este síndrome tuvo su causa en que el 10 por ciento de las mujeres parturientas adolecían de desnutrición. Y por el otro lado, los viejitos de más de 65 fenecían a la alta tasa de 5.6 por ciento anual.

Pasando a indicadores más generales de la salud de la población, cálculos que se le han escapado entre las piernas al castrocomunismo nos muestran que los cubanos de a pie, que dependen unicamente de la libreta, tienen niveles de consumo calórico de 1,450 diarias por persona. Con la ayuda de las remesas esta cifra ronda, pero aún no llega, las 2,000 calorías por individuo. El propio Ministerio de Salud Pública cubano considera 2,971 calorías por día el nivel óptimo, y el de dieta básica 2,218. ¡El propio gobierno estaba admitiendo que los cubanos casi se estaban muriendo de hambre!

¿Y qué de las proteínas? Los niveles del Ministerio, óptimos y básicos, indicaban consumos diarios de tres y dos onzas. Pero el consumo ha caído a 1.6 onzas, con una reducción más seria en el de origen animal. También han sido reportados por esta entidad déficits generales de vitaminas A, B1, B2, B6 y C, como también de hierro, fósforo, ácido fólico y calcio. ¡No en balde la tasa de suicidios por habitante es la más alta del mundo!

Otro indicador de la crisis de salubridad de Cuba hay que encontrarla en la población. La tasa de reproducción es de 1.5 hijos por mujer, con tendencia a la baja. La causa directa más importante de la contracción de la población que esto asegura es el crimen del aborto cubano, sistema cruel y peligroso dedicado a producir cifras bajas de mortalidad infantil. Una de cada tres gestaciones así terminan. Pero otras causas de una caída de 25 por ciento en la tasa de fertilidad son la crisis de la vivienda, la escasez de comida y en general el declive en las condiciones de vida de la población, con pocas perspectivas de mejora. Un indicador muy certero de la tendencia poblacional, el número de hijas por fémina, ha bajado de 2.3 al comienzo de la década de 1960, a 0.7 hoy día, lo que asegura una población declinante. Para completer esta descacharrante estadística con un tema moral: las mujeres solteras contribuyen tres de cada cinco nacimientos en la isla.

Finalmente, después de muchos años de crecientes problemas, el sistema de salud de Cuba ha hecho crisis. A pesar de tener un promedio alto de doctores de familia por habitante (y relativamente pocos especialistas), aproximadamente un tercera parte está siendo exportado a los países pobres del mundo (fundamentalmente Venezuela) con el objetivo de obtener divisas para la nomenklatura cubana. Una porción semejante está asignada a las fuerzas armadas, los más importantes funcionarios gubernamentales y sus familiares y los turistas. Lo que queda para el pueblo es altamente insuficiente, y con el tiempo de menor calidad porque trabajan aislados del hospital. La carencia de medicinas, excepto para las anteriormente citadas clases privilegiadas, es denigrante, y tiene que ser suplida por los envíos de los cubanos exilados. Los centros de salud, con excepción de los asignados a las ya citadas nuevas clases y los extranjeros, se encuentran en un estado deplorable, requiriendo el autosuministro por parte de los enfermos de los elementos más básicos, que van desde ropa de cama hasta analgésicos, pasando por los componentes básicos del curetaje. A pesar de ser el factótum en la salud (Cuba no le concede la responsabilidad debida a los paramédicos y enfermeras), los galenos cubanos prefieren trabajar por la izquierda o en el turismo.

¿Qué enfermedad delirante tiene Michael Moore para afirmar que el sistema cubano de salubridad es superior al americano? ¡Que se la vaya a tratar a Cuba!