SAMBA, SON Y PETRÓLEO
Diario Las Americas
Samba, son y petróleo
Por Pablo Alfonso
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, no tiene mucha suerte para viajar a La Habana. Al menos, este año que termina, lo intentó sin éxito en dos ocasiones.
Lula postergó por 30 días una visita oficial a Cuba, prevista para el 22 y 23 de este mes. El anuncio lo hizo el jueves a pesar de que, días antes la cancillería brasileña lo había confirmado.
Fue el propio Lula quien se encargó de explicar las razones para posponer su viaje: ‘’En Chile tuve un encuentro con el vicepresidente de Cuba (Carlos Lage) y él nos presentó una lista mayor de pedidos que creo podemos fácilmente conceder. Entonces le pedí al ministro (de Exteriores) Celso Amorim postergar el viaje por unos 30 días’’, indicó a la prensa.
A principios de este año Lula se quedó también con las maletas hechas, cuando planeaba hacer escala en La Habana, aprovechando su viaje a Nicaragua para la toma de posesión del presidente Daniel Ortega.
Entonces se anunció que no habría viaje a Nicaragua ni a Cuba. El presidente brasileño necesitaba descanso y decidió tomarse unas vacaciones.
Esta nueva posposición ha desatado todo tipo de especulaciones en medios políticos latinoamericanos. Algunas menos novedosas y otras más originales. A todos, sin embargo, les llama la atención que una cancillería como Itamarity, que se caracteriza por su eficiente diplomacia, haya cometido la pifia de anunciar una visita oficial del presidente brasileño, cuyos detalles no estaban del todo ultimados.
Las hipótesis y especulaciones van desde una supuesta recaída de la salud del dictador Fidel Castro, hasta fricciones políticas entre el socialismo democrático –del cual Lula forma parte-, y los “macacos” (al decir del presidente Hugo Chávez) del socialismo del siglo XXI.
Lo primero, porque es impensable una visita oficial de Lula a Cuba, sin que se produzca un encuentro con el dictador convaleciente y con foto incluida. No hay que olvidar que Lula y Castro mantienen una vieja relación de amistad, que se fundó en los tiempos en que varios dirigentes del hoy gobernante Partido de los Trabajadores (PT) brasileño estuvieron exiliados en Cuba durante la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.
Lo segundo, lo dejó entrever el propio Castro en unos párrafos que le atribuyó Granma, en una “reflexión” publicada el sábado, cuando criticó a la izquierda tradicional latinoamericana, a la cual calificó de “su-puesta” (sic).
Fuentes brasileñas vinculadas con los entretelones de las relaciones Cuba-Brasil, me han comentado que entre los acuerdos que La Habana busca negociar con Brasilia, ocupa un lugar prioritario una propuesta para que la empresa petrolera estatal Petrobras amplíe las actividades de exploración y producción de crudo en aguas cubanas.
El fondo de la cuestión, sin embargo, parece ser otro. Es un asunto de geopolítica y de economía. Del pulso politico que se lleva a cabo en la región y de la nueva estrategia que Brasil pudiera poner en práctica en los próximos meses. A partir del hallazgo de una reserva petrolera, en el litoral paulista de entre cinco y ocho mil millones de barriles, Brasil modificará sus perspectivas políticas en la región.
Hoy por hoy, Brasil es la mayor economía regional y una de las diez más importantes del mundo; tiene una producción equivalente a un tercio de la de América Latina; el millonario descubrimiento petrolero le abre las puertas al exclusivo club de la OPEP; y lo libera también de la dependencia del gas de Bolivia y de otras alianzas geopolíticas.
El primer cañonazo de la nueva visión brasilera de su liderazgo hemisférico, lo lanzó el martes desde Roma, el presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli: Brasil suspenderá de inmediato su participación en el gasoducto Mariscal Sucre. Un claro deslinde del faraónico megagasoducto de cinco mil kilómetros que atravesaría Sudamérica, propuesto por Chávez.
El próximo cañonazo brasilero, apunta hacia Bolivia principal suministrador de gas a Brasil, que ya no lo necesitará. De pronto, Petrobrás se ha convertido en la mayor empresa petrolera de América Latina; y la tercera en el mundo, detrás de Exxon Mobil y British Petroleum.
Dentro de esa nueva realidad política, los brasileros no se ven obligados a bailar joropo ni son: les basta con la samba.
pabloalfonso@comcast.net
Fonte: Identificada en el texto
http://www.cubalibredigital.com
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