EL HARAKIRI MEDIÁTICO
Nota del Blogguista
Ivette Leyva yerra abundantemente en su artículo El Harakiri Mediático
1) La televisión local de Miami no es una industria de revelaciones, ya que las revelaciones están ahí, solamente las administra.
2) Hay oficiales y oficiales, agentes y agentes, situaciones y situaciones. Florentino quemó al menos a 27 agentes castristas y a Florentino intentaron matarlo en Londres. Carlos Manuel, un primo de Felipe Pérez Roque y sobrino del comandante Faustino Pérez, padre de Felipito, fue el encargado de esa misión para la cual fue provisto por un arma entregada por el entonces embajador Oscar Fernández Mell.
3) Los productores para valorar correctamente las informaciones dadas por esas personas tendrían que tener un nivel de información y un conocimiento sobre esas actividades de los servicios especiales, que de no tenerlos, su excepticismo o entusiasmo sobre la veracidad de los testimonios valen bastante poco . Lo que si pueden hacer es auxiliarse de profesionales de esas actividades y contrastar esos testimonios con otros testimonios ya expuestos.
4) Esos exoficiales, no exagentes, estuvieron desvinculados durante años, pero sus vínculos con el servicio se mantuvieron en muchos casos por las relaciones que se establecieron en otro momento. Esos exoficiales fueron los maestros en la práctica del trabajo operativo de muchos de los actuales oficiales, que en ocasiones consultan discretamente a aquellos que les enseñaron la práctica de esas actividades. En años recientes ha sido política de esos órganos reintegrar a ¨excombatientes ¨ ya retirados.
5) ¨¿Cómo saber en qué piso se encuentra el departamento XYZ de la Seguridad del Estado?¿Cómo disputar declaraciones sobre la manera en que la familia Castro maneja sus bienes, o quiénes son sus principales allegados? ¿Cómo discutir cuál es el propietario de tal o más cual casa, o los fines a los que son destinadas?¨ Contrastando esas informaciones entre sí y entrecruzando esas informaciones con las ya ofrecidas por otros exoficiales y personeros que han desertado y escapado del régimen . No se puede ignorar tampoco la información dada por exagentes y exoficiales de otros países que han tenido como objetivo de trabajo los servicios castristas de Seguridad.
6) Esos¨ chismecitos ¨ no son ni remotamente lo más valioso de la información aportada, pero si aceptamos los hechos de la corrupción moral de los césares romanos y de las cortes medievales y de los tiempos modernos sin pedir pruebas ¿ Por qué negar apriori algo similar en el entorno castrista ?. Por otra parte, el exoficial Roberto Hernández del Llano solamente dijo lo que comentan personas que cuidan de esos lugares; no lo afirmó. Por cierto, Carlos Calvo más de un año antes, lo había insinuado muy sutilmente. Carlos Calvo formaba parte de la guarnición de Seguridad Personal que custodia el Punto Cero, conjunto de residencias de la familia Castro-Soto del Valle, llamado también por ellos como Palacio.
( Ex mayor Roberto Hernández del Llano )
7) Los móviles que mueven a esas personas a expresar públicamente la perversidad del castrismo dependen de cada una de esas personas en particular y pueden ser disímiles, pero lo verdaderamente importante es que sean ciertas esas revelaciones y que se conozcan.
8) Quizás Ivette vea con el morbo de una ¨mirahueco ¨esos programas; otros los vemos de una manera muy diferente: Al fín públicamente se expone lo que hemos oido en Cuba de personas muy cercanas al régimen castrista y lo que pudimos ver desde la distancia.
Los castristas de la Isla o del Exilio no han podido demostrar la falsedad de esas revelaciones y solamente lo que han intentado hacer, es buscar la DESACREDITACIÓN de sus portadores, pero sin aportar ninguna prueba . El régimen para neutralizar el efecto dempledor de esas denuncias recurre a elementos de su confianza, los llamados PC , y a sus agentes de influencias . Todos esos agentes deben tener muy claro que para el régimen cubano son, según una milenaria clasificación china citada por Allan Dulles en El Arte de la Inteligencia, agentes desechables ya que los han lanzado a la óptica pública y especializada sin siquiera un paragua de juguete.
El harakiri mediático
Por Ivette Leyva Martínez
En las postrimerías interminables del régimen cubano, la televisión local de Miami ha devenido una suerte de industria de ''revelaciones'' de la hora final del castrismo, cuya decadencia impulsa hacia estas costas a un mayor número de desertores de bajo rango.
Mientras que algunos de los primeros oficiales que desertaron --como Florentino Azpillaga, en 1987-- nunca accedieron a conceder entrevistas televisivas, los más recientes apenas vacilan antes de colocarse frente a cámaras y reflectores para ofrecernos su harakiri mediático como en una serie de espionaje, con los clásicos ingredientes de suspenso e intrigas en cada capítulo.
Conozco los mecanismos de esos programas porque trabajé como productora en uno dedicado en buena medida a cazar al último desertor, al próximo espía arrepentido. Ex oficiales de los servicios de inteligencia o contrainteligencia, y gente cercana a Fidel y Raúl Castro son las presas más apetecidas.
En televisión, las presiones empresariales para que los productores aumenten los índices de audiencia no contemplan escrúpulos éticos. Es un círculo vicioso: como las entrevistas a ex agentes tienen buenos ratings en Miami, los productores recurren una y otra vez a esa fórmula de éxito, aun cuando estén escépticos sobre la veracidad de los testimonios.
La mayoría de estos televisivos ex agentes se desvincularon del servicio activo hace muchos años, pero en sus comparecencias confunden pasado y presente, se mezclan en un solo tiempo de confesiones. Algunos aseguran que tienen fuentes fidedignas dentro de las estructuras de poder de la isla, que los mantienen informados sobre los oscuros manejos del aparato represivo cubano.
Su arsenal anecdótico parece inagotable, y en cada presentación televisiva nos prometen una sorpresa. Presionados también por la maquinaria de los ratings, el afán de publicidad, o por ambas cosas, comienzan a agregar elevadas dosis de imaginación a jirones de recuerdos, tejen historias verosímiles a partir de conversaciones que les escucharon a otros, garantizando así innumerables sesiones en la pantalla chica.
Ninguno de nosotros puede desafiar sus ''revelaciones exclusivas'', anunciadas de forma altisonante por el presentador televisivo. ¿Cómo saber en qué piso se encuentra el departamento XYZ de la Seguridad del Estado? ¿Cómo disputar declaraciones sobre la manera en que la familia Castro maneja sus bienes, o quiénes son sus principales allegados? ¿Cómo discutir cuál es el propietario de tal o más cual casa, o los fines a los que son destinadas?
Desde luego, el manto de impermeabilidad que ha rodeado a los Castro durante décadas es el caldo de cultivo de estos televisivos ex agentes. Así, un chismecito susurrado entre guardias se convierte en una gran revelación sobre las supuestas infidelidades de la esposa de Fidel Castro, Dalia Soto del Valle, con uno de sus guardias de seguridad. Los televidentes, estupefactos, queremos más detalles del amante, de los encuentros amorosos (pero tendremos que esperar hasta el próximo programa). Disfrutamos de la ironía perfecta: un vigilante burlando al hombre que creó una sociedad de desconfiados y chivatos. Demasiado perfecta para ser real.
Muchas veces me he preguntado qué impulsa a estos ex agentes del castrismo a exponerse en público en una ciudad donde muchos no les perdonan sus pasados. Algunos, sin duda, están aguijoneados por el deseo de purgar públicamente la culpa de haber servido a la maquinaria represiva castrista, otros buscan ganar unos dólares si consiguen que el canal de TV les pague, o planean aprovechar la exposición pública a fin de abrirse otros caminos.
Pero ellos saben dar lo que la audiencia de Miami espera: una prueba más de la perversidad del castrismo. La esperamos, sentados frente al televisor, con el morbo de un voyeur que se asoma a las intimidades de su enemigo. Como si hicieran falta más pruebas.
2 Comments:
Estoy muy de acuerdo con lo expresado en este articulo. Es mas, hace mas de un mes escribi un articulo que me parece esta en la misma cuerda de este que leo y que les anexo.
Refecciones del cambio
La revolución de los nuevos fariseos
No es un secreto para nadie ni hay que ser un analista político o social para comprender que en la isla de Cuba esta al producirse un sustancial cambio. Lamentablemente este cambio lo vemos hoy tardío, debió haberse producido mucho antes pero diversas circunstancias han coadyuvado a que se haya retardado más de lo que muchos hubiéramos deseado. Predecir cuando sucederá con alguna exactitud sería tarea de prestidigitadores y no es nuestro caso, además, se sale también de nuestros objetivos. Lo que si hay que tener claro es que sucederá, de un momento a otro y que hay que estar preparado para ese momento.
Cada vez con más frecuencias vemos aparecer en los medios de comunicación, ya sean artículos periodísticos en diferentes publicaciones, ya sean comparecencias en programas de radio o televisión, pero siempre con el mismo estilo “mea culpas”, interesantes personajes que pertenecieron a la cúpula del poder revolucionario cubano y ahora tratan, esgrimiendo toda una serie de circunstancias, motivaciones y sobre todo con el babilónico argumento de que fueron engañados, de hacernos creer que están arrepentidos, que fueron simples instrumentos de un proceso que los cegó en un principio, que se dejaron llevar por las líneas teóricas, pero que después de desgastarse y botar por la borda sus mejores energías tratando de llevar a la práctica esos conceptos teóricos, reconocen que fue un error, que estaban equivocados y arremeten con fuerza contra aquello que ayudaron a crear, crecer y perdurar y juran que lucharan con todas sus energías por combatir el maligno “Frankenstein” en el cual, claro está, depositaron sus huellas. Evidentemente sus trabajos y exposiciones son exquisitos en cuando a documentaciones y datos puestos que ellos, en machísimos casos, fueron quienes los aportaron.
No cabe la menor duda que estos personajes se creen son unos adelantados a los tiempos y miran al futuro con luz larga, pero nosotros pudiéramos declararlos “Fouchés modernos” que tratan de navegar siempre con su barca a favor del viento y la corriente. Para usar una de las frases propias del régimen cubano actual pero que los dibuja de cuerpo y alma tendríamos que decir que son “…los oportunistas de los últimos tiempos”.
Recuerdo en una reunión informal entre amigos que uno de ellos enarbolaba una teoría que no estaba lejos de la verdad, a mí entender. En términos generales planteaba que en los primeros años se podía creer que existieron personas, armadas de muy buena voluntad e intensiones, que lucharon a brazo partido por cambiar el estado de cosas imperante en la década cubana del cincuenta, que llegaron hasta abrazar el naciente proceso revolucionario, con su carga de medidas a favor de las grandes mayorías y que hoy vemos que eran más populistas que democráticas y al poco tiempo se decepcionaron y comprendieron que todo no era más que un fraude mayúsculo y que habían sido engañados. Eso es perfectamente entendible y con toda seguridad sucedió en muchísimos casos. Lo que mi amigo no entendía y a ello también me sumo, es que ahora, después de haber ayudado decididamente a mantener aquel régimen por caso cincuenta años en contra de las leyes de la gravedad, de haber tenido, eso a no dudarlo, una buena cuota de extremismos porque de otra manera no se asciende en aquellas escalas de gobierno, después de haber hecho suficiente daño como para ganar los méritos necesarios, después, y esto también debe estar claro, de haber disfrutado de las ventajas, bondades y privilegios en dependencia de la altura del escalón ocupado, aparezcan estos personajes que se declaran engañados, arrepentidos y vuelvan a enarbolar la bandera, gastada ya a estas alturas, de que estaban ciegos y fueron utilizados. Ojo, este espécimen generado viceralmente por el sistema cubano es en extremo peligroso, dañino y puede corromper cualquier estructura donde se aloje.
El cambio está por venir; como dirían en mi tierra, “…se cae de la mata” pero es ahora cuando hay que tener los ojos bien abiertos y estar alertas para luchar contra estos depredadores, estos “vivos políticos” que piensan que toda la vida van a vivir de los “bobos”, entendiendo por ello a las personas de buena voluntad.
Soy partidario ferviente de un cambio pacífico en la isla puesto que desde que Jesucristo combatió la imperante Ley del Talien con su dogma del ojo por ojo y diente por diente, cobra más fuerza que la violencia solo engendra más violencia (ellos son un vivo ejemplo) y con la agravante que esta segunda puede ser descompuesta y alcanzar hasta inocentes, pero ello no quiere decir que no este de acuerdo con que cada cual tiene que responder por su parte de culpa y por ello es necesario tener la mente bien concentrada para no dar oportunidad a esos “vivos políticos” los cuales, repito, proliferan cada día más sin importarles donde se encuentren, dentro o fuera de la isla, aunque a mi forma de ver los más peligrosos son los que se han logrado insertar en el exilio y con su verborrea redundante tratan de confundir.
Varios son los factores comunes que los identifican y por ellos son fáciles de reconocer, pero solo mencionaremos algunos: En un elevadísimo por ciento estos individuos pertenecen al grupo de los que en la isla llaman “tronados”. Algo les salio mal en su carrera de simuladores profesionales y cayeron en desgracia, o se percataron a tiempo que la guillotina de la justicia revolucionaria que ayudaron a afilar haría rodar sus cabezas; dejaron de disfrutar de las prebendas alcanzadas y vieron diluirse sus sueños de grandeza, de seguir escalando a toda costa y entonces recurren al método que entienden más conveniente: cambiarse de bando, criticar al régimen que los engendro aun con más fuerzas de las utilizadas en antaño para mantenerlo y con la mejor de las armas desarrolladas, la hipocresía, tratan de buscar cabida en el otro bando.
Los objetivos son claros. El primero de ellos sobrevivir a toda costa, volver a disfrutar de los privilegios perdidos, volver a saborear el poder y sobre todo, con su militancia, ahora más activa y decidida, obtener el perdón de sus pecados sin tan siquiera comparecer como acusados al juicio que les corresponde.
Confió en la buena luz del pueblo cubano y en los que en un futuro tomaran las riendas. Confío en que no sean ahora “los del otro bando” los que se dejen engañar, confío en que se haga justicia y no venganza, confío, en el cambio pacífico pero adecuado y confío en primer lugar, que estos “nuevos fariseos” no hagan otra revolución con el próximo cambio aprovechándose, una vez más, de los hombre de buena voluntad.
Lazaro
Saludos Lázaro ¿ González ?
Aquella tragedia cubana ha durado tanto porque nuestras culpas como pueblo han sido abundantes. Unos pecamos de esto y otros hemos pecado de lo otro. La mayor parte del pueblo cubano pecamos de la omisión: cruzarnos de brazos y dejar que las cosas pasaran. En este casi medio siglo ha habido de todo tipo de cambio de posiciones por muy disímiles motivos y causas. Nuestro irresponsable comportamiento como ciudadanos nos llevó a que el Castrismo ascendiera al poder pese a los pésimos antecedentes de Fidel Castro y que se mantuviera en el poder.
José Martí habló de una patria con todos y para el bien de todos. Los individuos que tenga culpas que pagar por abusos y asesinatos las tendrá que pagar, hayan estado en el bando en que hayan estado pues la defensa de un ideal político o ideológico no los justifica. los principales sostenedores del Castrismo, cubanos o no, también desde un punto de vista político y económico tendrán sus sanciones políticas y económicas, etc.. Pero si queremos un estado democrático, la Democracia exige ciertos sacrificios y tolerancias, de no ser así entonces esa ¨democracia ¨ sería sólo un burdo disfraz de Democracia para disimular el pase de cuentas y las vendettas de las que muy, pero muy pocos cubanos tenemos fuerza moral para pedirlas y aplicarlas. A ese paso llegaremos hasta a sancionar a aquel trabajador cubano que en una Asamblea de Producción nos señaló de ser ¨apáticos ante el proceso¨.
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