LA FALSA INDEPENDENCIA DE CUBA CASTRISTA
LA FALSA INDEPENDENCIA DE CUBA CASTRISTA
Por Orlando Fondevila

La verdad es que en un mundo tan complejo e interdependiente es imposible una independencia radical. Tampoco necesaria y/o deseable. Ni siquiera las naciones poderosas son absolutamente independientes. La Cuba republicana tenía una Constitución, un Gobierno y unas Instituciones propias. La política se hacía, con sus claros y sus oscuros, de acuerdo con los intereses nacionales. Efectivamente, existía una relación especial con los Estados Unidos, sobre todo en las relaciones económicas, culturales y tecnológicas, que nos favorecía. Los datos de desarrollo económico, cultural, tecnológico, e incluso sociales de aquellos 57 años de República liberal, así lo demuestran. No hay que insistir, por suficientemente conocidas, en las comparaciones con nuestro entorno geográfico. Y, por supuesto, la comparación con lo que tenemos hoy después de medio siglo de totalitarismo castrista. Véanse si no los datos de producción azucarera y agrícola en general, o del transporte, o de teléfonos, o de prensa, radio, televisión y cine, o de PIB o de lo que se quiera. Hoy Cuba parece, a los ojos de cualquier visitante advertido, un país recién salido de una guerra o de una enorme catástrofe natural.
Por supuesto que esa relación privilegiada con los Estados Unidos condicionaba nuestra política. Lo cual no significa sumisión. Significa conveniencia, sí, pero también simpatía e identidad de puntos de vista. Aunque no siempre fue así. Hubo, cómo no, muchas discrepancias. ¿O no fue discrepancia, por ejemplo, que Cuba no participara en la Guerra de Corea? Y también en lo económico, cuando Cuba, por ejemplo, discrepó, discutió y consiguió mejores precios para sus productos. Algún día habrá que hacer un estudio detallado de las desavenencias que existieron siempre entre Cuba y Estados Unidos.
Por el contrario, con el castrismo, el Gobierno cubano se ha mostrado siempre sumiso a poderes extranjeros. La obediencia a la Unión Soviética llegó a alcanzar cotas de vergüenza

Ahora, en el Gobierno del hermanísimo sucesor y su gran Consejero encamado y balbuciente, se aparecen con un comunicado condenando "los recientes acontecimientos de corte separatista acaecidos en el Tibet, que ocasionaron víctimas fatales e incalculables pérdidas materiales. Resulta evidente que estos disturbios han sido fraguados y promovidos desde el exterior. Para Cuba, es revelador el p

Ahora la sumisión es a China. Necesidad obliga. Y cinismo. Porque cinismo y desvergüenza mayor es que el castrismo condene "acontecimientos de corte separatista", cuando ha sido prohijador por años del terrorismo separatista de ETA y jamás lo ha condenado. Cinismo supremo que el castrismo hable de "disturbios fraguados y promovidos por el exterior", como si esa no hubiera sido su conducta por décadas en toda América Latina y en medio mundo
Y ahora, por último, la sumisión castrista es al 'gorila rojo' que desgobierna a Venezuela. Aquí el espectáculo es para alquilar balcones. Petróleo obliga. Y desvergüenza.
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