domingo, marzo 30, 2008

LA FALSA INDEPENDENCIA DE CUBA CASTRISTA

Tomado del recien creado pero relevante sitio Patria Digital.com

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LA FALSA INDEPENDENCIA DE CUBA CASTRISTA

Por Orlando Fondevila

Desde su arribo al poder, Fidel Castro y su cohorte facinerosa han baladroneado de que, con ellos, Cuba conseguía por vez primera su verdadera independencia. Los castristas y sus fieles enamorados por todo el mundo han traficado exitosamente con la falacia de que Cuba había pasado, sin solución de continuidad, de ser colonia de España a ser semicolonia de Estados Unidos. Los aciertos de la República inaugurada en 1901, tras grandes y cruentos esfuerzos, quedaban ninguneados o borrados por la propaganda del nuevo régimen totalitario. Los cubanos, según les han hecho creer a muchos, habíamos sido dependientes por siglos de las decisiones y la voluntad de poderes extranjeros. Todo hasta la llegada de nuestro Iluminado.

La verdad es que en un mundo tan complejo e interdependiente es imposible una independencia radical. Tampoco necesaria y/o deseable. Ni siquiera las naciones poderosas son absolutamente independientes. La Cuba republicana tenía una Constitución, un Gobierno y unas Instituciones propias. La política se hacía, con sus claros y sus oscuros, de acuerdo con los intereses nacionales. Efectivamente, existía una relación especial con los Estados Unidos, sobre todo en las relaciones económicas, culturales y tecnológicas, que nos favorecía. Los datos de desarrollo económico, cultural, tecnológico, e incluso sociales de aquellos 57 años de República liberal, así lo demuestran. No hay que insistir, por suficientemente conocidas, en las comparaciones con nuestro entorno geográfico. Y, por supuesto, la comparación con lo que tenemos hoy después de medio siglo de totalitarismo castrista. Véanse si no los datos de producción azucarera y agrícola en general, o del transporte, o de teléfonos, o de prensa, radio, televisión y cine, o de PIB o de lo que se quiera. Hoy Cuba parece, a los ojos de cualquier visitante advertido, un país recién salido de una guerra o de una enorme catástrofe natural.

Por supuesto que esa relación privilegiada con los Estados Unidos condicionaba nuestra política. Lo cual no significa sumisión. Significa conveniencia, sí, pero también simpatía e identidad de puntos de vista. Aunque no siempre fue así. Hubo, cómo no, muchas discrepancias. ¿O no fue discrepancia, por ejemplo, que Cuba no participara en la Guerra de Corea? Y también en lo económico, cuando Cuba, por ejemplo, discrepó, discutió y consiguió mejores precios para sus productos. Algún día habrá que hacer un estudio detallado de las desavenencias que existieron siempre entre Cuba y Estados Unidos.

Por el contrario, con el castrismo, el Gobierno cubano se ha mostrado siempre sumiso a poderes extranjeros. La obediencia a la Unión Soviética llegó a alcanzar cotas de vergüenza. Jamás en la historia un país plasmó en su Constitución tan perruna y cortesana sumisión. En tiempos de la famosa fractura entre las estrategias ideológicas de la Unión Soviética y China, el castrismo se decantó por la primera pese a que su corazoncito le colocaba más cerca de la segunda. Pura sumisión a quien le mantenía. Cuando ocurrió la invasión soviética a Checoeslovaquia para liquidar a cañonazos la Primavera de Praga, el apoyo castrista al crimen puede calificare de baboso. El apoyo castrista a la invasión soviética de Afganistán, siendo Cuba en ese momento presidente de los No Alineados, aunque hoy olvidado, mostró el nivel de servidumbre castrista ante lo que hicieran los soviéticos. Por cierto, de acuerdo con el castrismo y con los progresistas de todo el mundo ¿fueron legales las invasiones a Checoeslovaquia y Afganistán?

Ahora, en el Gobierno del hermanísimo sucesor y su gran Consejero encamado y balbuciente, se aparecen con un comunicado condenando "los recientes acontecimientos de corte separatista acaecidos en el Tibet, que ocasionaron víctimas fatales e incalculables pérdidas materiales. Resulta evidente que estos disturbios han sido fraguados y promovidos desde el exterior. Para Cuba, es revelador el papel desempeñado por la denominada Radio Asia Libre, principal portavoz de la actual campaña mediática contra China, cuyos patrocinadores son los mismos que defienden a quienes atizan el separatismo en el territorio chino".

Ahora la sumisión es a China. Necesidad obliga. Y cinismo. Porque cinismo y desvergüenza mayor es que el castrismo condene "acontecimientos de corte separatista", cuando ha sido prohijador por años del terrorismo separatista de ETA y jamás lo ha condenado. Cinismo supremo que el castrismo hable de "disturbios fraguados y promovidos por el exterior", como si esa no hubiera sido su conducta por décadas en toda América Latina y en medio mundo

Y ahora, por último, la sumisión castrista es al 'gorila rojo' que desgobierna a Venezuela. Aquí el espectáculo es para alquilar balcones. Petróleo obliga. Y desvergüenza.