sábado, marzo 29, 2008

LA LIBERTAD Y SU PRECIO

Tomado del recién creado y relevante sitio Patria Digital.com

La libertad y su precio

Por Armando de Armas

Esta gente deformada por el marxismo habla una jerga enrevesada, de argumentos infantilmente seniles

Venden demagogia igual que ud. Ubieta, pero tienen que ser buenos, escribir bien, encantar, ser novedosos en lo posible y disentir en lo viable, y es ahí donde Ud. y sus sumisos similares no encajan, se mueren de hambre, y entonces realistas que son, devienen raulistas, que al final es lo mismo que fidelistas, y prefieren quedarse como el buey manso del martiano Yugo y estrella, un lugar donde ¿ tan bien se está? y donde el pasto es malo, pero seguro, y puede que hasta mejoren con los viajecitos.

¿ El autor sabe lo que dice: como ideólogo de la izquierda?. La verdad, no sé si Emilio Ichikawa era ideólogo de la izquierda o no, pero lo que sí sé es que ha sido valiente, dejó atrás el pasto pobre y seguro y se lanzó a la aventura del vacío que es todo exilio, y puedo asegurar que nadie le extendió un cheque en blanco, que afuera no se contentó con seguir la rima de la izquierda, sino que ha sido un buscador en el fondo de los estereotipos nacionales y un contestatario, alguien que ha sido catalogado ya como de derechas, por la izquierda por supuesto, luego su exilio ha sido doble y ha pagado un precio, el precio de no tener cátedra en universidades que pagan muy bien, pero en las que a veces hay que decir cosas, repetir tonterías a las que él no ha estado dispuesto. Literalmente Emilio gana el sustento con el sudor de su frente, me consta, pero es libre, también me consta. Problablente, compañero Ubieta, ud. no sepa lo que es eso, lo que es la libertad, comunista al fin sometido al reino de la necesidad. Pero, creáme, la libertad no es importante, la libertad es lo más importante, y por ella se paga un precio. Un precio que puede ir desde estar preso en la isla hasta no detentar cátedra en Estados Unidos.

Como el compañero escribiente en jefe, justo como él, Ubieta y su Patrón, o lo que quede de Fidel Castro, no falsean, al menos no de manera consciente, ellos se creen sus propias mentiras, sus propios disparates. Viven, mueren en otra dimensión.

En los últimos días Ubieta y los órganos que le dirigen la han emprendido contra los escritores y blogueros Emilio Ichikawa y Ernesto Hernández Busto. No se puede ver esto aisladamente, hay que verlo en el contexto de las tentativas de bloquear el blog ¿ Generación Y? de la escritora y filóloga Yoani Sánchez, en La Habana; las presiones, citas y advertencias a los intelectuales Raúl Capote, también de La Habana; y Helen Ochoa y Arturo González Dorado, en Cienfuegos. No por gusto en su diatriba contra Hernández Bustos, Ubieta termina refiriéndose a la dictadura informática, ¿ de Castro?, ¡no, que va!, de Yoani en su blog y acusa a Hernández Bustos de censura a la brigada de comunistas internautas. Primero, los compañeros de la brigada no tienen necesariamente por qué recurrir a dicha página; en un país democrático habrá páginas de la índole de los compañeros, como Rebelión, digamos. No se me ocurriría a mí, por ejemplo, que los ¿ rebeldes? publiquen este artículo. Y, la verdad, Ubieta, no perdamos la perspectiva, no es lo mismo una brigada de segurosos al acecho en la red que un grupo de libres opinadores, o los activistas de derechos humanos presos en la isla que los cinco espías castristas condenados en Estados Unidos y sobre cuyas espaldas pesa, entre otras, la hazaña de conspirar para el asesinato en el aire, por Migs de combate bajo órdenes de Raúl Castro, jefe suyo además, de un residente y tres ciudadanos norteamericanos a bordo de dos naves civiles.

El escritor Giosvani Ansardo Hernández, de la Agencia de Jóvenes Sin Censura, de Holguín, dice en un reciente informe enviado desde la isla que el régimen militar restringe el acceso a la Internet para limitar el alcance de los escritores que critican la situación cada vez más desesperante en el país, y agrega que en Cuba se está dando una batalla crucial, donde asegura, la aviación de combate estaría formada por los hombres y mujeres capaces de pensar y escribir con independencia, que hoy por hoy la Internet convierte a los escritores libres, de dentro o de fuera, en un peligro real para la dictadura de los marxistas cubanos. Ansardo Hernández llama a esperar noticias del próximo Congreso de la UNEAC y a estar atentos al eje en torno al que girará el evento de los escritores domésticos.Las rabietas de los soldados raulistas hay que verlas también en el contexto de los últimos incidentes de protestas y debates juveniles, entre ellos el de Ricardo Alarcón con los estudiantes de la facultad de informática (UCI), recogido por las agencias de todo el mundo; y el ocurrido entre estudiantes de la Universidad de Miami y estudiantes de dentro de la isla, en todos los cuales la Internet ha sido el elemento clave.

Por último, quiero referirme a algunos de los argumentos de Ubieta, si es que argumentos fuesen, en el ataquito que, aparentemente, dirige al poeta Ichikawa. ¿ La Revolución Cubana se sostiene por voluntad de los cubanos. Todas las campañas mediáticas se estrellan contra un muro invisible?. Bueno, Ubieta, no hay que exagerar. La revolución castrista se sostiene efectivamente por la voluntad de los cubanos, pero por la voluntad de esos cubanos que detentan las armas en la isla, ¡y no me venga con el cuento del pueblo uniformado!, de esos cubanos que esclavizan al resto montados, además, sobre el más eficaz sistema de represión y delación que ha parido el Hemisferio Occidental en toda su historia; cubanos, militares y marxistas, cuyos atentados y desmanes contra el común de la gente en la isla pretenden justificar oficiosos escribidores como ud., compañero Ubieta.

Veamos, compañero Ubieta, la ideología de izquierda es efectivamente la única rentable en Cuba, pobre rentabilidad por otro lado, rentabilidad de pacotilla, de hambre para hoy y miseria para mañana. Pero se olvida también algo muy importante, más allá de esa espuria rentabilidad, la ideología de izquierda en Cuba es una especie de detente, de resguardo, que si no impide, al menos preserva, con un poco de suerte, de no ir a parar con los huesos a la cárcel o al exilio, y a veces hasta de no perder la vida misma. Pero hay un detalle: donde sí es verdaderamente rentable, paga bien y viste mejor esa ideología de izquierda, es en el occidente brutal y capitalista. Es allí, precisamente, donde los escritores y académicos amantes del colectivismo, la mayoría la verdad, hacen su agosto. Entonces, desde luego, está la competencia. Venden demagogia igual que ud. Ubieta, pero tienen que ser buenos, escribir bien, encantar, ser novedosos en lo posible y disentir en lo viable, y es ahí donde Ud. y sus sumisos similares no encajan, se mueren de hambre, y entonces realistas que son, devienen raulistas, que al final es lo mismo que fidelistas, y prefieren quedarse como el buey manso del martiano Yugo y estrella, un lugar donde ¿ tan bien se está? y donde el pasto es malo, pero seguro, y puede que hasta mejoren con los viajecitos.

¿ El autor sabe lo que dice: como ideólogo de la izquierda?. La verdad, no sé si Emilio Ichikawa era ideólogo de la izquierda o no, pero lo que sí sé es que ha sido valiente, dejó atrás el pasto pobre y seguro y se lanzó a la aventura del vacío que es todo exilio, y puedo asegurar que nadie le extendió un cheque en blanco, que afuera no se contentó con seguir la rima de la izquierda, sino que ha sido un buscador en el fondo de los estereotipos nacionales y un contestatario, alguien que ha sido catalogado ya como de derechas, por la izquierda por supuesto, luego su exilio ha sido doble y ha pagado un precio, el precio de no tener cátedra en universidades que pagan muy bien, pero en las que a veces hay que decir cosas, repetir tonterías a las que él no ha estado dispuesto. Literalmente Emilio gana el sustento con el sudor de su frente, me consta, pero es libre, también me consta. Probalablente, compañero Ubieta, ud. no sepa lo que es eso, lo que es la libertad, comunista al fin sometido al reino de la necesidad. Pero, créame, la libertad no es importante, la libertad es lo más importante, y por ella se paga un precio. Un precio que puede ir desde estar preso en la isla hasta no detentar cátedra en Estados Unidos.