jueves, marzo 20, 2008

MISERABLES

Tomado del blog El Tono de la Voz, de Jorge Ferrer

Miserables


martes 18 de marzo de 2008 19:32:56

Jorge Ferrer
Presidio en Cuba


Primera Parte

El 18 de marzo de 2003 la policía de los hermanos Castro desató la ola de detenciones más intensa de la última década. Setenta y cinco personas acabaron tras las rejas, juzgadas sin garantías e inusitada premura.

De todos los relatos que conozco de aquellos procesos, el más revelador de su condición de caricatura –siniestra- continúa siendo el que hizo una vez Raúl Rivero acerca de la avidez con la que el abogado que le asignaron miraba un sándwich que reposaba sobre la mesa, mientras preparaba la defensa.

Tras largos minutos paseando la mirada entre los papeles, su «defendido» y el sándwich, el pobre muchacho no se aguantó más y preguntó: «Usted no se lo va a comer, ¿verdad?» Raúl contestó que no. Tal vez aquel fuera el único momento de felicidad que vivió alguno de los que participaron en la ola represiva: el abogado zampándose un pan con jamón y queso.

Reviso el comunicado que se leyó aquella noche en el Noticiero Nacional de Televisión. Hay algunas «razones» que conviene recordar:

«Varias decenas de personas directamente vinculadas con las actividades conspirativas que lleva adelante el señor Cason han sido arrestadas por las autoridades pertinentes y serán sometidas a los tribunales de justicia»… «La revolución aplicará con el rigor que sea necesario y en la medida en que las circunstancias lo demanden las leyes creadas para defenderse de nuevas y viejas tácticas y estrategias contra Cuba.»

«No se puede esperar generosidad y tolerancia de la revolución cuando somos testigos de hechos tan brutales y repugnantes como el cruel y despiadado trato a que están siendo sometidos cinco heroicos compatriotas que arriesgaron sus vidas por defender a su pueblo y al propio pueblo de EE UU del terrorismo y la muerte.»

Como también el remate:

«Mientras, mercenarios sin escrúpulos ni conciencia, en su inmensa mayoría vagos consuetudinarios viven de vender jirones de la patria al oro del imperio esperando impunidad.»

Conviene leerlo, recordarlo y habrá que pedir cuentas. Los abogados del futuro, al menos, no llorarán miseria por un sándwich, así que podrán preparar mejor defensa.

Cincuenta y cinco de aquellos hombres continúan pudriéndose en las cárceles del régimen. Todo aquel que se siente a conversar con Raúl Castro, que le ría sus gracias, o alabe su talante reformista es cómplice de la suerte de esos desdichados.

Cada palabra dicha a favor del castrismo, mientras no se reclame la libertad de esos hombres, sirve de testimonio de la cualidad de miserable de quien la diga.

Y visto que esas palabras son muchas, no queda más que concluir que vivimos en un mundo de miserables.

De manera que hoy, junto al dolor por la suerte de esos presos, he cargado todo el día con el asco que me produce vivir leyendo tanto periódico escrito por miserables que hablan de miserables.

Que me disculpen aquellos con quienes he trabajado y comido hoy, si en algún momento lo he dejado traslucir.

Segunda Parte

Miserables, decía ayer. Y periódicos miserables.

Y aparecieron, claro. Basta que uno los llame con el pensamiento, que decía mi abuela, para que aparezcan como moscas.

Así, The Guardian publica en su edición de hoy carta de este imbécil: Patrick Pietroni.

No es avatar de Abel Pietro.

Es un Pietroni como cualquier otro. Un activista en favor de la dictadura de los Castro. Médico a quien el sistema de salud cubano le gusta más que a un tonto un lápiz. Por Michael Moore parece sentir lo que yo por Eva Longoria. Tal vez hasta con poluciones espermáticas.

Léase lo que decía a la BBC el 10/09/2001. Justo mientras Mohammed Atta se afeitaba las piernas para enseñárselas a las no me acuerdo cuántas huríes.

El Pietroni se dedica a llevar médicos ingleses a Cuba. No es hobby. Es pasión. Es causa. Tanto así, que presentó un informe al Parlamento británico al respecto. No tiene desperdicio el paper. Mendiga dinero para el Estado cubano, porque están mal pagados los médicos cubiches.

Eso, el mismo Pietroni que después no querrá que los periodistas independientes cubanos cobren por su trabajo.

Y menciona, claro, el bloqueo.

Ay, el bloqueo. Hablan tanto de él que uno llega a cogerle cariño. Como a un sobrino distante. O como a la novia de otro.

Y bien, el Pietroni leyó ayer que los demócratas cubanos lamentamos que cincuenta y cinco hombres inocentes continúen en las cárceles de los hermanos Castro y aporreó a toda prisa el teclado para dar a luz carta ¡que le publicó The Guardian!

Creo que no hace falta que la comente… No me privo, sin embargo de señalar algunas líneas.

Los miserables, tú. Son legión.
Cuban side of the jailed writers story

This article appeared in the Guardian on Wednesday March 19 2008 on p41 of the Leaders & reply section. It was last updated at 00:05 on March 19 2008.

The distinguished writers who protest at the treatment of their Cuban colleagues (Letters, March 18) have every right to voice opposition to a government that limits freedom of expression. However, the cause of the writers for whom they are campaigning is not as clearcut as they suggest. Those imprisoned in 2003 were convicted of being paid agents of the US, and the evidence against them was convincing.

The Cuban government made a huge effort to show exactly what these people were up to, and yet its side of the story is ignored. The writers were convicted under laws brought in after the Helms-Burton law in the US was passed in 1996. This gives millions of dollars (this year $45m) to groups that foster opposition in Cuba. This money goes to pay people to write hostile stories that are then posted on websites sited in the US.

To combat this the Cuban government passed laws to prohibit people from taking money and aid from the US in order to subvert the political process. The people jailed were even going so far as to entering the US Interests Section to use computers inside. Some were appearing regularly on radio programmes beamed from Miami. It is hard to believe that any government would tolerate such a level of interference in its internal affairs by a foreign power.

To protest the plight of these prisoners while ignoring the role they were playing in this ongoing confrontation between Washington and Havana is disingenuous and does not serve the purpose of trying to reach a peaceful resolution that will see all political prisoners eventually released.

Professor Patrick Pietroni
International Institute for the Study of Cuba, London Metropolitan University

UPDATE:

Una amable lectora se fue a ver la web del Instituto donde trabaja Pietroni. Allí el programa del viaje que preparan para junio próximo. Y noticia de apertura en La Habana de oficina del Instituto. ¡Ya lo creo que Pietroni tiene muy buenas razones para escribir cartas como esa! ¡La de réditos que da vilipendiar a los presos cubanos y jalear a la dictadura!