BARACUTEY CUBANO

Por José A. Fornaris, Cuba-Verdad

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - El primero de mayo sabemos que es el de los trabajadores.

Histórica y tradicionalmente los trabajadores de disímiles partes del mundo toman esa fecha para festejar sus logros o sacar a la luz pública de forma masiva sus demandas.

Pero Cuba es Cuba y la cuestión es diferente. En la isla los trabajadores son simplemente empleados de un único patrón y no tienen absolutamente nada que ver con la organización de las actividades por el primero de mayo.

El periódico Granma, órgano oficial del gobierno, dio las órdenes pertinentes sobre ese tópico.

“La actividad central del Día Internacional de los Trabajadores se realizará en Ciudad de La Habana con el tradicional desfile en la Plaza de la Revolución José Martí…”, aseguró el diario el pasado 16 de abril.

Y adelantó lo que va a suceder: “En la manifestación con la que el pueblo capitalino patentizará sus convicciones patrióticas, revolucionarias y socialistas en torno a la Revolución y el Partido, a Fidel y a Raúl, participarán masivamente los trabajadores y sus familiares de los municipios Plaza, Centro Habana, La Habana Vieja y Cerro, y una representación de los restantes municipios de la provincia”.

En otro párrafo de esa “proclama” gubernamental, se afirma: “Igualmente habrá desfiles en todas las comunidades, cabeceras municipales y provinciales el propio día primero, en las vísperas, y actos en cada centro laboral entre el 22 y el 30 de este mes, los cuales estarán caracterizados por la racionalidad en el uso de recursos materiales y el despliegue de creatividad e iniciativas populares”.

En toda esa ordenanza del régimen solamente en una ocasión, de pasada, se menciona a la Central de Trabajadores de Cuba.

“Estos festejos, convocados bajo el lema Unidad, Firmeza y Victoria e insertados en la celebración de los aniversarios 50 de la Revolución y 70 de la fundación de la CTC”.

Presuntamente, la Central de Trabajadores de Cuba es la representante de los trabajadores cubanos, y no es muy descabellado suponer que la organización donde están integrados los gremios legalizados sea la que diga lo que se piensa o se va a hacer el Día de los Trabajadores.

También es lógico imaginar que a los trabajadores no se les debe tratar con el lenguaje cuartelario de ordeno y mando.

La justificación para todas esas tropelías ha sido siempre que los “trabajadores son los que están en el poder”, pero la paradoja es que hace casi cincuenta años la alta jerarquía gubernamental ha estado compuesta por ex guerrilleros devenidos altos oficiales militares. Todos consumidores, al más alto grado, de plusvalía obrera.

Y de acuerdo con la forma de actuar de esos “obreros” en el poder, Granma anunciará el dos de mayo que los actos de la víspera fueron otra rotunda victoria de la clase obrera revolucionaria cubana.