domingo, junio 22, 2008

DE HOMBRE A HOMBRE

De hombre a hombre


Por Manuel Vázquez Portal


La jevita es sagrada. Cuando alguien la ofende o se propasa: un bofetón y a fajarse. Esa es la ley del barrio. Esa la filosofía de la calle. Lo mismo en Cayo Hueso, en La Habana, que en Tumba Cuatro, en Morón. El hombre se hace de una misma sangre en toda la isla. Primero muerto que dechavao. Pedestre pero eficaz. No falla. En otra cosa, quizás, alguien se pase con ficha. Pero la jevita es sagrada.

Fue la primera idea que me vino a la cabeza cuando leí el artículo de Reinaldo Escobar respondiéndole a Fidel Castro por los insultos a Yoani Sánchez. Pero yo sé que Macho Rico no es así. Lo conozco hace más de treinta años. Tal vez, antes de que Yoani naciera. Era la época en que se iniciaba como periodista en un suplemento del periódico Adelante llamado El Bayardo, en Camagüey. A partir de ahí coincidimos muchas veces en el camino y tuve tiempo de columbrarlo. Lo hallé en la revista Cuba Internacional. Lo encontré en el periódico Trabajadores. Lo descubrí en la Biblioteca Nacional. Lo tropecé en la disidencia moderada junto a Manuel Cuesta Morúa.

Lúcido y mordaz, Macho Rico es dueño de una inteligencia aguda. Posee un sentido del humor que a veces puede resultar vitriólico, pero siempre simpático. Su capacidad de análisis lo conduce a hallar las variantes más viables sobre cualquier tema y proporcionar aristas invisibles para el pensamiento simplista.

Gusta de la literatura y es un lector voraz. Recuerdo cuando nos encontrábamos en San Francisco 113, la casa que compartían Raúl Doblado del Rosario y Cira Andrés en Centro Habana y que habían heredado del pintoresco Guille, un poeta noctámbulo que terminó largándose no sé si a remos o nadando, e improvisábamos tertulias infinitas en las que se hablaba desde lo terrero hasta lo esotérico, y él era una de las voces más sobresalientes. Allí discutíamos lo mismo cabalística con Oscar Kessell que poesía con Eliseo Diego, y Macho Rico siempre sobresalía, aunque fuera con un chascarrillo.

La noche que el dramaturgo Alberto Pedro y el poeta Efraín Morciego se enroscaron a trompones por una pelandusca aficionada a los felibres, Macho Rico estaba allí y no se inmutó. Creo recordar que cruzó sus largas piernas de quijote empedernido, tiró un brazo sobre Sonia, una fotógrafa de ojos celestes y ancas de potranca, que era su pareja de entonces, empinó su vaso de té mezclado con el alcohol de noventa grados que vendían en la farmacia de los bajos y dijo que los dejáramos que se quitaran la picazón de hombre a hombre. Fue cuando inventé la categoría de asere ilustrado.

Y desde entonces Reinaldo Escobar ingresó en mi lista de aseres ilustrados. Tipo culto, sensible, amoroso, pero que no le zafaba el cuerpo a una buena bronca de barrio, aunque el Partido dispusiera lo contrario. Cruzaban entonces por Cuba vientos de perestroika. Gorbachov era una esperanza en Rusia y la gente debatía sobre quién sería nuestra esperanza. Aunque ya con descalabros y escarmientos todavía nos quedaban rastrojos de utopía. Pero todo volvió a irse a la porra. Empezaron otros caminos.

Por esos caminos debió aparecer Yoani Sánchez. Muchacha de otro tiempo. De internet. Sin ataduras. Independiente. Nadie para elogiarla ahora se atrevería a decir como José Martí de Gertrudis Gómez de Avellaneda: es mucho hombre esa mujer. Habría que decir: es mucha mujer esa mujer. Pero Martí también nos legó su machismo. Y, a veces, se nos sale, por más que lo refrenemos, y nos lanzamos como caballeros sin miedo y sin tacha a defender contra cualquier molino el honor de nuestra Dulcinea.

Sólo que esta Dulcinea es la guerrera. No de la grotesca adarga ni del estúpido misil. No necesita héroes. Es dardo y atalaya. Punza fuerte y vive alto. Sus partisanos son sus ideas. Para aprisionarlos no se han inventado cárceles, para matarlos no se han inventado armas. Ella es eterna e invencible.

Por eso escribo esta crónica y digo quién es Reinaldo Escobar, porque sé de su talento y su bizarría, porque sé de su ternura y de su hombría, y porque sé, sobre todo, de la infamia de su contrincante, que no se crió en el barrio ni aprendió a resolver de hombre a hombre, sino que creció en las pandillas y se acostumbró a encuadrillar a sus oponentes y es muy capaz de olvidar otra vez la hombría y apelar al poder para ganarle a Macho Rico.
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SOBRE REYNALDO ESCOBAR, MACHO RICO*:

*Apelativo con el que sus amigos llaman al brillante periodista cubano Reynaldo Escobar, esposo de Yoani Sánchez. ¿Por qué se le llama así? Vaya usted a saber, ja, ja.

Por Julio San Francisco

ANÉCDOTA UNO:

Cuando se consumó, en 1970, el fracaso de la locura azucarera de la Zafra de los 10 Millones (los 10 millones van y Van Van)ideada por el Comandante en Jefe, Castro visitó la entonces Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana. Allí habló, ante un grupo de estudiantes entre los que estaba Macho, de las delicias del país. Terminada su perorata un hasta entonces desconocido estudiante de periodismo, de ventipico de años, le increpó:

-"Usted dice eso, pero Granma, el Órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba, dice otra cosa..."

El Comandante, por primera vez con la lanza de Macho clavada en el propio hígado, saltó para atrás y, seguramente subestimando al joven estudiante, como ha hecho siempre durante medio siglo, le respondió:

-"¿Qué quieres decir? ¿Que yo no sé gobernar? Pues lo digo: Señores, yo no sé gobernar".

La aplastante respuesta de Reynaldo Escobar, Macho Rico, no se hizo esperar:

-"Que lo publique Granma"

Reynaldo fue sacado de allí en andas y enviado durante 6 meses a la Zafra Azucarera en Camagüey, al extremo Oriental del país. Pero quedó el testimonio de que cuando algún cubano ha tenido los pantalones bien puestos ante el gran paladín de la palabra su discurso monotemático puede derribársele como un Castillo de Naipes, cosa que no se han atrevido a hacer ni muchos prestigiosos periodistas internacionales, nombres ilustres de la prensa mundial.

ANÉCDOTA DOS:

Durante años yo me entretuve escribiendo un tipo de poema, de cierta inspiración maiacoskiana, contra el oportunismo. A finales de 1996 me di cuenta de que ya tenía la cantidad suficiente como para armar un cuaderno sin muchas pretensiones literarias, porque eran textos de pura circunstancia. Decidí tirarlo en mimeógrafo -100 ejemplares foliados- e intentar presentarlo en 28 de Enero, Día del Natalicio de José Martí, en la Sala de Té, de la Unión de Periodistas de Cuba, y la presentación la haría Raúl Rivero. Le pedí a Macho que él hiciera el prólogo y lo hizo, claro. Tiré subrepticiamente los 100 ejemplares y, una madrugada, en casa de Macho, los ensamblamos. El ilustre Lázaro Barredo, entonces vicepresidente de la UPEC, me citó a su despacho, donde me esperaban además dos oficiales de la policía política, me recibió enarbolando un ejemplar de ACROBACIA ROJA, poemas contra el oportunismo -que así lo titulé aunque mi amigo, el gran caricaturista cubano Ajubel, hoy colaborador del español El Mundo, me advirtió que con ese título el libro no llegaría a ningún lugar en Cuba- y la pregunta:

-¿Qué pretendes con esto? -dijo el Lázaro.

-Embellecer la vida, le respondí.

Fue prohibida la presentación. El Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central del Partido Comunista de Cuba mandó a buscar todos los ejemplares del suplemento nacional humorístico Dedeté, donde se habían publicado aisladamente dos o tres poemas. Otro oficial de Villa Maristas, Ismar, me citó a las cinco en punto de la tarde, al salón del Hotel Nacional, de La Habana, para comunicarme que no podía distribuir, ni difundir, ni permitir que se distribuyera, ni se difundiera ningún ejemplar de ACROBACIA ROJA. Aquella mismo noche fui con un ejemplar y leí poemas, en estricto cumplimiento de la orden, en la Peña del trovador cubano Pedro Luís Ferrer, en el Museo de Artes Decorativas de La Habana. Terminada la Peña y, acompañado por un amigo cuyo nombre no estoy seguro de que deba divulgar, distribuí los 100 ejemplares, el segundo al Emérito Oportunista Roberto Fernández Retamar y, el tercero, a Lisandro Otero y, el primero, a Fidel Castro. La agencia francesa de noticias, AFP, hizo circular internacionalmente un despacho que tituló ¿Primer zamizdat cubano? y que, desde luego, me trajo más problemas. Cuántas cosas nos unen a todos.

TERCERA ANÉCDOTA:

Eran los días de la perestroica que nos contagiaban a todos. La libertad es contagiosa, dice siempre Macho Rico. Pero todavía trabajábamos en periódicos nacionales. Reynaldo, en Juventud Rebelde. Yo, en Trabajadores, y después de que teníamos tertulias a mitad de camino entre la heterodoxia juvenil y la oposición madura, tratábamos de publicar en nuestros medios algún articulillo que dijera algo nuevo y liberador al lector. A mí apenas me dejaban pasar uno, pero Reynaldo, más hábil que yo en el arte de burlar la censura, sí logró colar algunos textos "diversionistas" en su columna de JR. No duró mucho. Enseguida le hicieron un mitin de repudio, con la asistencia de todos los trabajadores, y lo expulsaron deshonrosamente del periódico. Hubo una excepción honrosa: se opusieron el periodista y amigo común José Antonio Évora y su entonces esposa Cristiana Robaina.

Yo estaba trabajando ese día, en el patio de mi casa en La Habana, en un Estudio de madera que me hacía, debajo de los árboles -matas de guayaba, anón, naranja, luna y limón partido- que después se llamaría La Mansión de Godot, y mientras clavaba un horcón, siento que alguien llega. Veo a Macho detrás de mí con un pulóver color vino y un pitusa. Me levanto, me seco la cara.

-¿Qué pasa? -le pregunto. Y, con ambas manos metidas en sus bolsillos, me responde:

-Ya me expulsaron honrosamente.

-No tengo ni un trago de ron.

PÁGINAS DE REYNALDO Y YOANI DESDE CUBA:
http://desdecuba.com/reinaldoescobar/
Página de yoani: http://www.desdecuba.com/generaciony/
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NOTA DE EL CLUB DE LOS AMIGOS MALOS: La "fiesta de despedida" de Julio San Francisco (Julio Martínez) cuando marchaba hacia el destierro, como buena parte de sus cumpleaños, se celebró en casa de Reynaldo y Yoani. El autor de El desterrado no comparte muchas de las posiciones actuales de sus viejos y queridos amigos, Reynaldo y Yoani, sobre Cuba, pero estará junto a ellos "hasta la muerte" ante cualquier contingencia. (Sonsoles Jimena, asistente)