BARACUTEY CUBANO

¿Liberalización en Cuba?

Por Yaxys D. Cires Dib


La prosperidad de una nación depende también de las pequeñas y medianas empresas, o sea de su propia vida empresarial.

Por Granma hemos conocido la última acción económica del 'aperturista' gobierno de Raúl Castro: el operativo contra varias fábricas ilegales de objetos de plástico y aluminio. Según el libelo fueron cerrados 13 talleres y 10 almacenes clandestinos e incautados 1938 platos, 1575 pozuelos, 2 049 pellizcos para el cabello, así como maquinarias para la fabricación de objetos. La noticia destaca "la importancia de las organizaciones de masas? por su apoyo en la identificación de los revendedores y otros implicados".Cada día el propio régimen se empeña en evidenciarnos que eso de iniciativa privada está desterrado del lenguaje de la casta gobernante cubana. Algo obvio, pues la iniciativa económica privada es una de las expresiones más importante de libertad individual y a su vez posibilidad de emancipación del ciudadano frente al estado. Libertad e independencia: dos realidades que no armonizan con una economía centralizada y totalitaria.

Es evidente que si hay gente haciendo platos de plástico clandestinamente, como hay otros tantos dedicados a operaciones de pequeña y gran escala en la informalidad, es porque existen, en primer lugar, un mercado que necesita saciar sus necesidades y en segundo, una sociedad civil que puede responder a las mismas. Lo hacen en la ilegalidad porque hay un gobierno que prohibe la libre empresa, ignorando que la prosperidad de una nación depende también de las pequeñas y medianas empresas, o sea de su propia vida empresarial.Las paradojas de esta historia están en el hecho de que el estado paternalista es incapaz de satisfacer las necesidades de los ciudadanos y que de no haber ocurrido esa operación policial los platos y pozuelos habrían sido comprados por las mismas personas integrantes de las organizaciones de masas, y seguramente la nieta de la presidenta del CDR luciría cualquiera de estas tardes un rústico aunque lindo pellizco en su cabello. Pero esa es la Cuba que tenemos.