DEFENSA PROPIA
Defensa propia
Por Raúl Rivero
La única empresa de ómnibus interprovinciales de Cuba funcionó durante más de cuarenta años con una de esas siglas (EOINP) que usa el socialismo para hacer más plana y gris la realidad. Hace poco, en una urgente sesión de chapistería, le cambiaron el nombre. Ahora se llama Astro. Cuenta la canalla popular que un tipo se bebía una botella de ron en una esquina y, al ver pasar unos de los carros, gritó: «Oye, le quitaste la C pero sabemos que sigue siendo tuya».
Ese es uno de los dispositivos que tiene la sociedad para defenderse en los países donde no hay libertad de prensa. La gente usa la ironía, el humor. Un humor siempre entreverado con una líneas hondas de amarguras.
Es una respuesta a la humillación de las mentiras que descienden a toda hora de los medios de propaganda. Una forma , a veces ingenua, de reaccionar ante el fenómeno de un estado que controla la vida hasta la almohada y luego te cuenta en los diarios, la radio y la televisión lo bien que vives y la enorme felicidad que te reserva el porvenir.
En estos tiempos, en los que muchos políticos y observadores tienen la misión de ver cambios en la isla, los compañeros de vestuarios y maquillaje se esmeran para que la puesta en escena facilite buenos argumentos al público elegante y lejano de la platea.
Uno de los dominios más prestigiados por esos barruntos de avances es el de los medios de prensa y esta semana se ha celebrado un congreso de la oficial Unión de Periodistas de Cuba.
Se vieron maromas y amagos de todo tipo, como si nuevos aires fueran a batir de repente. Pero las esencias son las esencias y, aparentemente, para celebrar el primer aniversario de la clausura de RCTV (Radio Caracas Televisión) la asociación de periodistas cubanos nombró Miembro de Honor a Hugo Chávez y lo propuso para el Premio Nacional José Martí.
Los representantes de la UPEC (ya le pondrán el nombre de una estrella) tienen esta opinión de Chávez: «Un guerrero de primera fila en la forja de la nación venezolana y ha trascendido las fronteras de su país para convertirse en un hombre de vanguardia en la construcción de un mundo mejor.»
Creo que esa nominación es un insulto para la memoria de José Martí porque la muerte no es la nada. Para los periodistas cubanos presos, para los que se arriesgan todos los días en la calle y para los hombres y mujeres decentes de aquél país y sus exilios.
Otro de los acuerdos del congreso es hacer valer el principio de que la política informativa la decide el Partido Comunista.
A los que están obligados a ver cambios no les digo que abandonen toda esperanza. Se puede vivir sin pan algunos días, pero ni un minuto sin esperanza. Les pido nada más que cambien la altura de sus puestos de observación.
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