BARACUTEY CUBANO

(Madrid, EFE )

El escritor hispanoperuano Mario Vargas Llosa dijo hoy que los ciudadanos de los países democráticos tienen “la obligación moral de ayudar a que los cubanos recuperen la libertad, que sólo se valora cuando se pierde”.

Vargas Llosa actuó como moderador en el Diálogo “Cultura y Libertad” del V Foro Atlántico, organizado por la Fundación Iberoamérica Europa, en el que intervinieron los escritores cubanos disidentes Rafael Rojas, Zoé Valdés y Raúl Rivero, el cineasta Orlando Jiménez Leal y la periodista española Rosa Montero.

El novelista peruano nacionalizado español debió ejercer su papel de moderador para contestar a una ciudadana cubana que criticaba a los participantes en el foro por “dedicarse a criticar a Cuba” y no proponer ninguna iniciativa.

( La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, junto al escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, presidente de la Fundación Internacional para la Libertad, pronuncia unas palabras durante la clausura del V Foro Atlántico “Cuba, de la dictadura a la democracia”, en Madrid. EFE/Mondelo )

Mientras que en la calle una treintena de manifestantes gritaba consignas a favor del Gobierno de Cuba, Vargas Llosa recordó cómo llegó a España en tiempos de la dictadura de Francisco Franco, cuando los españoles vivían “proezas” para obtener un pasaporte o debían sintonizar la radio francesa “para enterarse de los que pasaba dentro de España”.

“Muchos españoles creían que al final de la dictadura reinaría el caos”, dijo el escritor, y destacó cómo, por el contrario, España vivió una transición “ejemplar” que condujo a esa “transformación pacífica que ha obtenido tanto progreso y prosperidad” y que “ha beneficiado a las nuevas generaciones”.

Según Vargas Llosa, sólo en una sociedad libre es posible comprobar “la diferencia extraordinaria que supone vivir sin miedo a la delación, a la vigilancia policial o a viajar libremente al extranjero”.

Por eso, dijo, “no es posible darle la espalda a los cubanos” que padecen esa falta de libertad, y que es -añadió “lo peor que puede vivir una sociedad”.

Zoe Valdés, por su parte, afirmó que el Gobierno cubano ha cambiado la estrategia de los “ataques directos” a los artistas disidentes e n el exilio por una “más sutil” en la que cubanos afines al Gobierno “se instalan en el exterior y se dedican a criticar a los opositores, a los artistas a los poetas o a los presos en la Isla”.

La escritora también se refirió a la “pobreza moral” que hay en Cuba, “una miseria” que no ha visto siquiera en las favelas que ha visitado en Brasil, Colombia, Venezuela o Haití.

Rafael Rojas, por su parte, achacó el “respaldo acrítico” de algunos sectores al Gobierno cubano a “la eficaz difusión de fantasía sobre el pasado y el presente de la Revolución”.

No es verdad, dijo Rojas, que en la primera década del siglo veinte Cuba fuera “un país de latifundios y de terratenientes”, y destacó que en esa época la Isla tenía un Producto Interior Bruto de 1.520 dólares por habitante, “el doble del de España” en la época.

Para la periodista Rosa Montero, la dictadura “es anómala en todos los sentidos”, y expresó su convencimiento de que “los mismos castristas saben que es imposible” que Cuba continúe así y que “será necesario un acuerdo nacional” para conseguir el cambio.

En frente de la sede de Caixa-Forum, donde se celebraba el Foro, mientras tanto, los pro-castristas pedían libertad para cinco espías cubanos encarcelados en Estados Unidos y la posibilidad de que sean visitados por sus esposas, las “damas de verde olivo”.

Y a los participantes en el foro les gritaban lo que llevaban escrito en algunas pancartas: “Cónclave de sanguijuelas” y “Reunión de imperialistas, mercenarios y gusanos varios”.