BARACUTEY CUBANO

Notas del Blogguista

Realmente la Revolución era la trampa ....y con ello no digo que no había que desalojar a Fulgencio Batista del poder que se había arrogado el 10 de marzo de 1952.
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Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Es muy tarde para abortar el complot. La revolución cubana ha caído en su propia trampa. Mientras su teoría se afirmaba en presuntas excelencias, a fuera, a escasos metros de los discursos y las movilizaciones patrióticas, se fue cavando la zanja para la caída y el entierro.

Esa es el panorama de desolación que aparece en el iris al margen del punto de vista escogido. El desastre es total. Del éxito apenas se pueden contar destellos y algunos recortes en medio de una anarquía despampanante.

El desorden, la apatía, el robo, la malversación, devoran el socialismo a diario. En cualquier sitio la mesa está servida generosamente.

Vagos y militantes se turnan en el juego de la supervivencia. No se quedan atrás las amas de casa, jubilados, estudiantes y profesionales. Todos saben que el sistema que le encasquetan a la fuerza vale menos que un comino.

Raúl Castro ha sacado a la luz pública parte de la hoja clínica de la revolución. Si se atreven a publicar el contenido íntegro de las fallas y dislates sería necesario admitir que de lo que se habla es de un cadáver insepulto.

No hay argumentos suficientes para hacer retoñar la esperanza en el pueblo. El tiempo se agotó junto a la idea descabellada de conformar una nación como si se tratara de una vaquería donde la soga, el narigón y el cencerro fijan las pautas de una vida bajo el rigor del encierro y la obediencia total.

Pocos seres humanos aceptan que les quieran planificar la existencia. Los mismos dirigentes de hoy descubrieron en los primeros fuegos del delirio revolucionario la concepción del hombre nuevo. Aquel portento de ciudadano que figuraría en el altar del sacrificio como un santo mayor.

No habría tarea imposible, ni desafío sin conclusiones satisfactorias frente a estos titanes del nuevo régimen presto a crucificar el capitalismo. Ahora se dan las claves de una rebeldía masiva contenida por un miedo aupado por la costumbre y por cierto nivel de aceptabilidad del sistema.

Aunque no se diga, el mercado negro es una institución extraoficial que empieza ¿o termina? en las mismísimas orillas de la nomenclatura y se extiende por todo el país. La corrupción ha logrado saltar las vallas impuestas por decretos y regulaciones.

Es común que cuando de sobrevivir se trata la personalidad tienda a deformarse. En el plano personal he salido de esa ecuación. Por eso la cárcel, el acoso y todo lo que quepa en el inventario del terror.
¿Es sensato esperar cordura en un manicomio? El peligro no está en quienes exponen las diferencias políticas con nombres y apellidos, sino en los complotados con el traje de la lealtad que, poco a poco, desangran al régimen desde adentro. Un chorro de aplausos en una reunión del partido, el paso adelante para dar un acto de repudio contra un disidente, la promesa de dar la vida por la revolución no significan legítimos actos de fe. Tras esas poses de guerreros por el socialismo está el puñal desenfundado para matar el mismo proyecto que juran defender.