SON DE LA LOMA
Son de la loma
Por Odelín Alfonso Torna
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - En dos ocasiones, Juan Carlos Fonseca ha sido sorprendido en plena vía pública por agentes de la Policía Nacional Revolucionaria y deportado a su provincia de origen. A pesar de que reside en la capital desde los 13 años, en su registro de dirección aparece como ciudadano del municipio Mayarí, provincia Santiago de Cuba.
Los parlamentarios cubanos saltaron de las butacas al enterarse que sus homólogos europeos aprobaron el pasado 18 de junio, por 367 votos a favor, 206 en contra y 109 abstenciones, la llamada Directiva Retorno de la Unión Europea. Por su parte, el presidente Raúl Castro sugiere jocosamente que no se recluten orientales para integrar la futura infantería de policías capitalinos.
Pero como los rebeldes de las lomas de la Sierra Maestra cantan las directrices desde hace cinco décadas, los diputados se resisten a discutir en el plenario cómo se viola nuestra propia Constitución al devolver a los orientales residentes en la Habana a su provincia de origen.
Uno de los párrafos de la Declaración de la Asamblea Nacional que denuncia la nueva directiva europea dice que “mientras expulsan a los indocumentados, que son profundamente discriminados, marginados y condenados a los trabajos duros que los ciudadanos europeos no quieren realizar, la Unión Europea fomenta abiertamente el robo de cerebros”.
No sólo preocupa al gobierno cubano un descenso demográfico que repercute en la cifra de jóvenes incorporados a la vida laboral, una vez terminados sus estudios (72 mil menos que en el año 1980). También preocupa la emigración “ilegal”, según ellos, y excesiva, de Oriente hacia Occidente.
Juan Carlos es sólo uno entre cientos de miles que se escabullen por las barriadas, albergues y asentamientos ilegales de la capital, expuestos a ser multados y deportados por sus coterráneos del orden público.
¿Acaso se requiere de cinco años de servicio en la PNR para obtener residencia permanente en La Habana?
Alcanzo a ver también, desde mi estatus ilegal como comunicador, un futuro con policías habaneros y maestros de la tercera edad, luchando a brazo partido por un “socialismo de nuevo tipo”, con impuestos y leche de vaca por doquier.
Me pregunto quiénes serán los merolicos, bicitaxistas, pescadores de tencas y tilapias o las jineteras de esquina en la futura Habana de Raúl. ¿Qué puede hacer un marroquí en Madrid que no pueda hacer un oriental en La Habana, en similares circunstancias?
La Asamblea Nacional del Poder Popular no se pregunta, o no se quiere dar por enterada, por qué emigran de oriente a la capital y de la capital a Miami. A fin de cuentas, ¿qué diferencia existe entre los que llegan, a solicitud del gobierno capitalino, para emplearse como constructor o chofer de los nuevos ómnibus urbanos, y los que toman el tren camino a La Habana sin previo cambio legal de residencia?
No entiendo por qué los parlamentarios cubanos les cantan jugada a sus homólogos europeos, a sabiendas de que la suya está o estuvo alguna vez apretada. Pregunto: ¿De donde son los cantantes?
Una casta con cincuenta años en el poder y un solo partido, autor e intérprete de las sonatas revolucionaria. No cabe duda que son de la loma.
odelinalfonso@yahoo.com
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